La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudio por el atentado perpetrado el día 26 de junio de 2012 contra la Asociación de Personal Legislativo (APL), sede gremial sita en la calle Combate de los Pozos 230 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Señor presidente:

Los argentinos hemos vivido y presenciado a lo largo de nuestra historia hechos de una violencia y gravedad que nos han marcado profundamente como sociedad.

El volver a repetir acciones desgraciadas no nos hará superar ninguna crisis. Por el contrario, nos anulará como Nación y como ciudadanos que queremos vivir en libertad, expresando nuestros disensos y celebrando nuestros consensos.

El lamentable atentado sufrido por el gremio que nuclea a los trabajadores legislativos, es una muestra inequívoca de intolerancia que sólo es funcional a la sin razón y a la anarquía.

Siempre se conoce donde empieza un conflicto, pero nunca cómo puede terminar y la experiencia argentina nos indica que a las bombas y atentados sigue inexorablemente la pérdida de vidas y de allí no hay retorno. Nadie puede hoy desentenderse de la experiencia que los años, el dolor y los sacrificios marcaron en nuestras comunidades.

Conforme a lo expresado tantas veces por el Gral. Perón..."Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada", el sindicato denunció ante la Justicia el atentado del que fue víctima el último lunes por la noche cuando sectores, que presumiblemente responderían a la conducción del actual Secretario General de la CGT, arrojaron una bomba molotov contra la puerta de entrada de la sede de APL, ubicada en la calle Combate de los Pozos 230.

Referenciando al creador del Movimiento Nacional Justicialista, quisiera rescatar un pensamiento incluido en su mensaje pronunciado por radio y televisión el día 21 de junio de 1973, al día siguiente de su regreso al país donde expresó: " Cada argentino, piense como piense y sienta como sienta, tiene el inalienable derecho a vivir en seguridad y pacíficamente. El Gobierno tiene la insoslayable obligación de asegurarlo. Quien altere este principio de la convivencia, sea de un lado o de otro, será el enemigo común que debemos combatir sin tregua, porque no ha de poderse hacer nada en la anarquía que la debilidad provoca o en la lucha que la intolerancia desata.".

Debemos comprender de una vez y para siempre que el sólo el respeto al prójimo y a sus ideas nos permitirá vivir en paz. Una paz solidaria sostenida por todos los argentinos, sin excluidos ni olvidados.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y con la decisión y convicción de aportar a una convivencia democrática sin la cual no podremos sobrevivir como Nación, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto de resolución.