PROYECTO DE TP
Expediente 4346-D-2012
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA APLICACION DE LA LEY 26075, DE FINANCIAMIENTO EDUCATIVO.
Fecha: 26/06/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 76
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo que informe
a ésta Honorable Cámara sobre el nivel de cumplimiento de la Ley de
Financiamiento Educativo (N° 26075) que planteó, entre otros puntos: alcanzar los
10 años de escolaridad obligatoria -ampliados a educación secundaria obligatoria
por la posterior Ley de Educación-, la inclusión del 100% de los niños de 5 años
dentro del sistema escolar, el incentivar la concurrencia de los niños a las salas de
3 y 4 años, el fomento de la doble escolaridad en aquellas zonas más carenciadas
-con el objetivo de alcanzar un 30% de alumnos sobre el total de la matrícula que
concurrieran a doble jornada-, la erradicación del analfabetismo y el fomento de la
educación entre jóvenes y adultos; como así también brinde información sobre las
acciones llevadas adelante para equiparar el nivel de inversión por alumno en las
distintas jurisdicciones del país, y sus resultados, desde la aprobación de la
mencionada ley.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Históricamente, la educación ha
tenido un rol fundamental para el desarrollo de las naciones. Fue a finales del siglo
XIX que en la República Argentina la sanción de la Ley 1420 de educación laica,
pública y gratuita, que permitiera a nuestro país, en gran medida, junto con
oleadas inmigratorias de hombres jóvenes en condiciones de trabajar, alcanzar un
alto nivel de crecimiento económico.
Con el paso de los años no solo no
ha perdido importancia para los Estados, sino que, por el contrario, nunca antes
como en el actual contexto global la educación ha tenido un carácter tan definitorio
para los países que quieran desenvolverse en las denominadas sociedades del
conocimiento. Para alcanzar un alto nivel de desarrollo, entendiendo por desarrollo
no solo crecimiento económico sino desarrollo humano, resulta fundamental una
profunda inversión en el área educativa.
En las últimas décadas fuimos testigos
de un proceso de un fuerte aumento de la escolarización pero también de un
creciente aumento de la pobreza y la desigualdad social. Esto llevó a que en
muchos casos la escuela pública pasara a tener un rol de contención en lugar de
pedagógico - en algunas jurisdicciones más que en otras -, y que también se
produjera, haciendo la misma salvedad, una caída de la calidad que produjo un
fuerte pasaje de la escuela pública a la privada por parte de los alumnos
provenientes de familias con ingresos medios y altos.
En este contexto fueron llevadas
adelante sustanciales reformas en el sistema educativo argentino, como por
ejemplo, el proceso de descentralización de la educación primaria, secundaria y
terciaria no universitaria. Este proceso comenzó en el año 1978 y se acentuó y
finalizó a principios de los años 90, producto de él la educación pública no
universitaria pasó en su totalidad a manos de las provincias -salvo aquellos
centros educativos del nivel medio dependientes de las universidades nacionales-,
y estas debieron afrontar su prestación en la medida de sus posibilidades
financieras, y con las capacidades técnicas que contaban dentro de sus
administraciones públicas.
Algunas de ellas, como por ejemplo
Mendoza, la provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que concentran
cerca del 70 % de los alumnos del país, o las provincias del NEA y NOA, debieron
realizar hasta la fecha un esfuerzo muy grande para poder brindar este servicio,
dado que lo que perciben en términos de coparticipación federal es
proporcionalmente menor a lo que reciben otras provincias, como las patagónicas,
que cuentan con el 6% de los alumnos del país y pueden efectuar una inversión
por alumno mucho mayor, duplicando en promedio a las provincias citadas
anteriormente. Existen algunos casos extremos, como por ejemplo el de la
Provincia de Santa Cruz, que en el año 2007 invertía por alumno $11781,
superando en más de cinco veces el nivel de inversión de la Provincia de Buenos
Aires que invertía $1871 (Rivas 2010).
En el marco de esta profunda
problemática, a finales del año 2005 se sancionó la Ley de Financiamiento
Educativo (N° 26075), que tenía como puntos más relevantes ley una serie de
objetivos, por ejemplo alcanzar los 10 años de escolaridad obligatoria -ampliados
a educación secundaria obligatoria por la posterior Ley de Educación-, el incluir al
100% de los niños de 5 años dentro del sistema escolar, incentivar la concurrencia
de estos a las salas de 3 y 4 años, fomentar la doble escolaridad en aquellas
zonas más carenciadas, con el objetivo de alcanzar un 30% de alumnos sobre el
total de la matrícula que concurran a escuelas de doble jornada.
A su vez, la ley preveía erradicar el
analfabetismo, fomentar la educación entre jóvenes y adultos, dar impulso a la
educación técnica, jerarquizar a los docentes mejorando sus ingresos e invirtiendo
en capacitación e incrementar la inversión en infraestructura, tanto edilicia como
tecnológica.
Para poder alcanzar los objetivos
mencionados en los párrafos anteriores, se planteó como necesario destinar un
mayor porcentaje del Producto Bruto Interno al área educativa. Para ello se
estableció como meta aumentar el porcentaje del PBI en un 6% para el año
2010.
Este 6% del Producto Bruto Interno
fue aportado en un 60% por las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
y en un 40% por la Nación, lo que modificó la distribución previa de 74% para las
provincias y la Ciudad de Buenos Aires, y 26% de la Nación, esta modificación se
realizó progresivamente hasta el año 2010.
Si bien el cumplimiento en ese nivel de
inversión en el área educativa mejoró la inversión de los últimos años en este
área e hizo más equitativo el porcentaje del PBI que aportan las provincias y la
Ciudad de Buenos Aires con respecto a la Nación, la sanción de la Ley de
Financiamiento Educativo no corrigió las desigualdades generadas, entre otras
cosas, por la Ley de Coparticipación Federal, que lleva a que la República
Argentina sea uno de los países federales con la distribución más desigual del
planeta, y que produce grandes disparidades en los niveles de inversión por
alumno en las distintas jurisdicciones, vulnerando el carácter igualitario que debe
tener la educación pública.
Consideramos que si verdaderamente
pretendemos construir una sociedad equitativa e igualitaria es necesario
garantizarles a nuestros ciudadanos oportunidades de desarrollo a través del
acceso a una educación laica, pública, y gratuita de calidad, sin importar el lugar
del país en el que residan, ni su condición social, para que esto no defina las
posiciones que puedan llegar a alcanzar.
Por lo antedicho solicito a mis pares
que me acompañen con su firma en este pedido de informe.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
VAQUIE, ENRIQUE ANDRES | MENDOZA | UCR |
JURI, MARIANA | MENDOZA | UCR |
YAGÜE, LINDA CRISTINA | NEUQUEN | UCR |
ALBARRACIN, JORGE LUIS | MENDOZA | UCR |
BURYAILE, RICARDO | FORMOSA | UCR |
CHEMES, JORGE OMAR | ENTRE RIOS | UCR |
ALFONSIN, RICARDO LUIS | BUENOS AIRES | UCR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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EDUCACION (Primera Competencia) |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DEL DIPUTADO ALFONSIN (A SUS ANTECEDENTES) |