PROYECTO DE TP
Expediente 4311-D-2008
Sumario: TRASLADO DE LOS RESTOS DEL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN DE LA CATEDRAL METROPOLITANA AL CEMENTERIO DE LA RECOLETA EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 15/08/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 101
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º.- Dispóngase el traslado
de los restos del General José de San Martín de la Catedral Metropolitana al
Cementerio de la Recoleta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Artículo 2º.- El Poder Ejecutivo
Nacional llamará a concurso público y abierto a artistas nacionales para el
diseño y la construcción del Mausoleo que guardará los restos en el citado
Cementerio.
Artículo 3º.- Dicho Mausoleo será
emplazado con frente a la entrada principal del Cementerio, ubicándose en las
cercanías de la tumba de Remedios Escalada de San Martín.
Artículo 4º.- El traslado dispuesto
en el artículo 1º se hará efectivo el 9 de julio de 2010, en el marco de los actos
que se celebren en conmemoración al Bicentenario de la Revolución de
Mayo.
Artículo 5º.- Los gastos que
demande la ejecución de la presente ley, se imputarán a las partidas
presupuestarias correspondientes.
Artículo 6º.- Comuníquese,
etc.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Desde 1880, los restos del general
José Francisco de San Martín y Matorras, descansan en la Capilla Nuestra
Señora de la Paz, ubicada en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires. El mismo
se encuentra custodiado permanentemente por dos granaderos. Pero su
emplazamiento es parte de una larga historia. El Libertador falleció el 17 de
agosto de 1850, en Boulogne Sur Mer, Francia, país al que llegó después de un
auto exilio decidido en 1824.
Aproximadamente 20 años
después, el 3 de enero de 1844, en París redacta su tercer testamento. El
punto 4º del mismo dice textualmente: "Prohibo el que se me haga ningún
género de Funeral, y desde el lugar en que falleciere se me conducirá
directamente, al Cementerio sin ningún acompañamiento, pero si desearía, el
que mi Corazón fuese depositado en el de Buenos Ayres".
En 1877, el presidente Nicolás
Avellaneda creó la "Comisión Central de Repatriación de los Restos del general
San Martín". El cuerpo llegó a la Argentina el 28 de mayo de 1880. A pocos días
no más y como símbolo contrario a lo soñado por el Libertador se
desencadenaron los luctuosos combates de Las Barracas y Puente Alsina, por la
federalización de Buenos Aires.
La "Comisión Central de
Repatriación de los Restos del General San Martín", además de su misión
específica, debía llevar a cabo la elección del proyecto de mausoleo y del recinto
en que se construiría.
A comienzos de 1877 han ya
pasado dos años de la muerte de Mercedes San Martín de Balcarce el Presidente
Nicolás Avellaneda estima que, sobre la base de lo que ya viene haciendo la
Municipalidad porteña, el momento es propicio para hacer un llamado al pueblo.
Lo formula el 5 de abril, día en que se cumple un nuevo aniversario de la batalla
de Maipú, y convoca a todos "para reunirse en asociaciones patrióticas, recoger
fondos y promover la traslación de los restos mortales de don José de San
Martín para encerrarlo dentro de un monumento nacional, bajo las bóvedas de
la Catedral de Buenos Aires". Seis días después, el 11, Avellaneda firma el
decreto de creación de la Comisión encargada de restituir a la Patria los restos
del Libertador. La comisión designada se constituye el 24 de abril. La integran
inicialmente el vicepresidente de la Nación, don Mariano Acosta, que será su
Presidente; el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, don
Salvador María del Carril; el Presidente de la Municipalidad de Buenos Aires, don
Enrique Perisena,; el general Julio de Vedia; don Antonio Malaver; el secretario
del Senado, don Carlos Saravia, y el secretario de la Suprema Corte de justicia
de la Provincia de Buenos Aires, don Aurelio Prado y Rojas. Esta comisión
funcionará durante casi cuatro años.
Para 1878 se habían presentado
seis proyectos: el del Escultor francés Albert Carrier-Belleuse, el del italiano
Antonio Tantardini, autor de "La Dolorosa" del Sepulcro del General Quiroga en
La Recoleta; los de N. Burgos, Ernesto Bunge y Camilo Romairone, los tres
argentinos; y el de un escultor italiano radicado en Buenos Aires.
Analizados los proyectos, se eligió
el presentado por Carrier-Belleuse, autor de la figura del General Belgrano
ubicada muy cerca, en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada.
El historiador Jorge Manuel Bedoya
dice al respecto:
"El mausoleo de San Martín es un
claro exponente de los monumentos cívicos con que el Siglo XIX honró a los
hombres ilustres. En él se encuentran elementos típicos del academicismo
francés de la segunda mitad de esa centuria. Vemos así la utilización de formas
neoclásicas en la composición simple y definida de la obra, en la confección de
un sarcófago con reminiscencias de la antigüedad grecorromana y en la
personificación de las tres repúblicas y mientras se insinúan aires románticos en
el modo como asoma el capote sobre los bordes de la urna, en los intentos por
otorgar individualidad a la figura y en el plegado de algunos paños."
Tres figuras femeninas que
representan a Argentina, Perú y Chile custodian la urna talladas en mármol de
Carrara. El basamento es de mármol rojo de Francia y el resto del monumento
está realizado en casi su totalidad en mármol rosado, mientras la lápida está
ejecutada en mármol rojo imperial. Sobre ésta está asentado el sarcófago de
color negro belga.
Junto al Libertador se hallan las urnas conteniendo los restos de los Generales
Juan Gregorio Las Heras y Tomás Guido y los del Soldado Desconocido de la
Independencia.
La ubicación de los restos del
Libertador en la Catedral de Buenos Aires, siempre fueron controvertidos, y se
justifico su colocación en la Capilla ubicada sobre el ala norte de la Catedral,
arguyendo que en ese lugar funcionaba en los orígenes de la ciudad el
camposanto del que disponían todos los templos.
Las decisiones tomadas por los
más encumbrados dirigentes de la generación del 80, una vez fallecida la hija
del General San Martín, se ubican en el terreno de la utilización de la figura de
San Martín y no del cumplimiento de sus deseos tan claramente
expresados.
Por esa razón resulta imposible
encontrar manifestaciones ciertas respecto de los motivos que impulsaron a los
actores políticos de entonces a no cumplir con los deseos de San Martín, al
punto que en 1870 se presentó don Manuel Guerrico a la Municipalidad de
Buenos Aires para solicitar, en nombre de la familia del general San Martín, un
terreno en el cementerio del Norte, o de la Recoleta, para colocar allí los restos
del héroe. La petición se resolvió favorablemente y se acordó también que la
Municipalidad construyera a sus expensas un monumento en ese terreno. El
monumento no se construyó y en cambio se hizo, sí, un modesto mausoleo, sin
embargo, tiempo después el terreno fue cedido a otra persona, situación que
quedó sin efecto al reivindicar la corporación municipal sus derechos sobre ese
terreno y quedar de su propiedad lo construido en él. Pasados los años y ya
fallecida Mercedes San Martín de Balcarce, el señor Enrique Perisena, integrante
de la Comisión Municipal, solicito a ésta que el mencionado mausoleo fuese
mejorado y que, se comunicase al Poder Ejecutivo Nacional que se creía llegado
el momento para disponer la traslación de los restos. Finalmente, también se
proponía designar una comisión formada por cinco municipales para que se
tratara de realizar los trámites previos a esa traslación, comisión a la que
también se daba autorización para hacer los gastos necesarios. Todo fue
aprobado por la Comisión Municipal el 4 de febrero de 1871.
No pasó mucho tiempo hasta que
la comisión de municipales designada por la corporación porteña decidió que
sería preferible la Catedral a la Recoleta como destino final para los restos de
San Martín, y en consecuencia, el mausoleo proyectado seria erigido en la
capilla por entonces dedicada a Nuestra Señora de la Paz.
A partir de ese momento el
proceso de repatriación, ubicación y construcción del mausoleo de San Martín
quedó en mano de la Comisión Central de Repatriación impulsada por el
Presidente Avellaneda, que finalmente decidió que la ubicación fuera la que
conocemos en la actualidad.
Evidentemente la decisión tuvo que
ver con los consensos de la época. Si bien el proceso fue largo y con
participación de figuras importantes de la política y la cultura de ese momento,
es evidente que desde una mirada histórica, fue sesgada.
En primer lugar por que no se
respetó la voluntad del propio general San Martín que deseaba que su corazón
descansara en el cementerio de Buenos Aires.
Además porque sin negar la calidad
de la escultura y el mausoleo, se termina prácticamente ocultando a un costado
de la Catedral metropolitana, en un espacio físico no acorde con la grandeza e
importancia que tiene para el conjunto de los argentinos y argentinas, aquel a
quien el consenso histórico de nuestro país lo reconoce como el Padre de la
Patria.
La construcción de la historia y de
los personajes fundantes de una nación no son un relato objetivo, neutro, que
escapa a las vicisitudes políticas de dicho país. Más bien son elaboraciones que
se realizan en una constante reinterpretación del pasado.
En el momento en que se repatrían
los restos del Libertador y se decide el emplazamiento del actual mausoleo, una
generación política, la del 80, gobernaba de manera hegemónica el país y fijaba
un horizonte que seria determinante para el futuro de Argentina.
Se fundaban ciudades y puertos, se
abrían rutas, se construían edificios que no tenían nada que envidiarle a los de
las principales capitales europeas, se recibían a millones de inmigrantes que
venían a nuestras tierras. Nacía un país increíblemente rico y profundamente
injusto que se proyectaba al mundo.
Ese país necesitaba la construcción
de un relato histórico y ese relato, por supuesto, estuvo influenciado por los
conflictos y guerras civiles, que ya concluían pero habían dejado sus
cicatrices.
No es casual que según las
narraciones y crónicas de la época, haya sido más impresionante la ceremonia
de traslado de los restos de Rivadavia a su mausoleo que la del propio San
Martín. Muchos no le perdonaron al Libertador de medio continente que no haya
usado su sable para derramar sangre de argentinos y que no haya intervenido
en la lucha entre unitarios y federales. Muerto, todavía San Martín despertaba
viejos rencores en los sectores conservadores de la época.
Sin embargo fue tan potente la luz
que irradio su conducta, su coherencia, su obstinada humildad y su rigurosa
personalidad que jamás pudo ni podrá ser discutida su primacía en la simpatía,
admiración y adhesión del pueblo argentino a su persona.
Las mentes mas lucidas de la
generación del 80 necesitaban un Padre de la Patria y el pueblo argentino sin
dudarlo lo adoptó como tal.
Ese fue el consenso de la época.
Pero fue un consenso limitado y de alguna manera diluido por quienes
gobernaban en dicho momento histórico.
Hoy es necesario revisar esos
consensos y reemplazarlos por nuevos, que son el resultado de una democracia
que no existía en la época en que se tomo la decisión del actual mausoleo.
Millones de argentinas y argentinos necesitan proyectar un futuro y tomar
fuerzas de lo mejor de nuestro pasado pero pensándolo a la luz de un tiempo
no elitista. Ese pasado necesita simbolizarse en nuestro presente con
correcciones y una reinterpretación más democrática de nuestra historia.
El lugar donde descansan los restos
de un personaje histórico, los monumentos, los nombres de plazas y calles
conllevan un mensaje, simbolizan jerarquías y preferencias y expresan conflictos
políticos que muchas veces son injustos con la persona que se pretende
homenajear.
Hay que liberar al Libertador de
Argentina, Chile y Perú de ese pasado. San Martín merece que cumplamos su
voluntad y merece también que el lugar donde descansen sus restos, sea
acorde en su magnitud y visibilidad, al lugar que le hemos dado en nuestros
corazones y en el de nuestra patria.
Por todo lo expuesto es que solicito
la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
CORTINA, ROY | CIUDAD de BUENOS AIRES | PARTIDO SOCIALISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia) |
CULTURA |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |