La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito y declarar de interés de esta H. Cámara la pronta inauguración del Parque Binacional emplazado en las localidades de Bernardo de Irigoyen (República Argentina) y Dionisio Cerqueira en el límite fronterizo con Santa Catarina (República Federativa del Brasil), conocida como 'la frontera seca', iniciativa plasmada a través de la cooperación de los empresarios y municipios vecinos, que generará un nuevo lugar de esparcimiento para la zona aprovechando el paseo natural del nacimiento del río Pepirí Guazú.

Señor presidente:

El limite misionero tendrá un nuevo atractivo turístico: un Parque Binacional que integrará el municipio de Bernardo de Irigoyen, en la Argentina; con Barracão y Dionisio Cerqueira en Brasil. Asimismo, vincula a tres provincias de ambos países: Misiones por un lado, y Santa Catarina y Paraná, por el otro. Es la conocida 'frontera seca'.

Según informó el portal Misiones Online, la obra, cuyo eje es un lago, está "casi lista". Las actividades se dan en el marco del Programa Fronteiras Cooperativas, cuyo objetivo es lograr el desenvolvimiento de las fronteras a través de la cooperación mutua de los empresarios y municipios vecinos.

Según había explicado tiempo atrás, el intendente de Bernardo de Irigoyen, Edgardo Aquino, en el Parque Binacional Bernardo de Irigoyen - Dionisio Cerqueira en el límite con Santa Catarina, "se hace el aprovechamiento desde la vertiente, el nacimiento del río Pepirí Guazú, hay dos piletones, a través del aprovechamiento hay paseos".

En este sentido, indicó que "la característica fundamental es que en los paseos a medida que se va transitando ingresa a Brasil y vuelve a Argentina, hay un anfiteatro, lugares de esparcimiento. Hay sitios de deporte, cultura y exposición". (InfoGEI).

Durante siglos los países sudamericanos se ignoraron mutuamente. La atención se dirigía a las metrópolis políticas y económicas y los vecinos no interesaban. Después de la independencia, en las primeras décadas del siglo XIX, las naciones sólo se encontraban en esporádicas y cruentas guerras. La desconfianza y el desconocimiento corroían la relación.

A fines de los 70, dos acuerdos diplomáticos marcaron el comienzo de una relación más madura entre la Argentina y Brasil. El Acuerdo Tripartito para el Aprovechamiento Hidroeléctrico de la Cuenca del Plata de 1979, y el Acuerdo de Desarrollo y Aplicación Pacífica de la Energía Nuclear, celebrado en 1980, eliminaron rivalidades tradicionales, artificialmente alimentadas, que separaban los países y amenazaban la estabilidad de la región.

Otro avance significativo fue la creación del Mercosur, en 1991. Dos años después, cuando las esperanzas de integración estaban casi intactas, la agencia Ogilvy &Mather realizó una encuesta a 530 empresarios de los cuatro países socios sobre las expectativas e iniciativas respecto al nuevo mercado y sobre la imagen mutua de los empresarios de cada uno de los países. La imagen de las empresas brasileras era altamente favorable (80%).

Preguntados sobre los aspectos positivos del Brasil, los empresarios de los países vecinos mencionaban el hecho de ser un país inmenso, desarrollado tecnológicamente y con elevada capacidad productiva, aunque mal aprovechada, y con un enorme mercado de consumo. Como aspectos negativos mencionaban la corrupción y las desigualdades sociales. Pero, en suma, consideraban al Brasil como socio confiable.

Estos eventos fueron creando aquello que los juristas romanos denominaban affectio societatis: la voluntad de las partes de dedicar esfuerzos para alcanzar un fin deseado por todos, voluntad que los romanos elevaron a requisito indispensable de los contratos. Todo indica que crece la affectio entre los países socios, y que permanece el deseo de consolidar y expandir la comunidad.

Puede afirmarse que la vocación internacional del Brasil de hoy es mucho más ambiciosa que una unión con sus vecinos, y ello es verdadero. Mas nada impide un avance colectivo en dirección a metas que favorezcan el conjunto.

La geografía nos mantiene indisolublemente unidos. El tiempo va confirmando la frase que el presidente Roque Sáenz Peña escribió en 1912 para el Barón de Río Branco, entonces canciller del Brasil: "Todo nos une, nada nos separa" (Enrique Saravia, Fundación Getulio Vargas). Atrás quedaba la tristeza argentina por el fallo arbitral del presidente norteamericano Cleveland, quien en 1895 otorgó precisamente el área donde se halla Dionisio Cerqueira a nuestro vecino.

Por todo ello, propongo declarar el beneplácito de esta H. Cámara y también de interés legislativo a la obra, cuyo eje es un lago, además de vincular ambos países, abarca tres municipios: Barracão y Dionisio Cerqueira en Brasil, y Bernardo de Irigoyen, en Argentina. También pertenece a tres provincias: Misiones por un lado, y los Estados de Santa Catarina y Paraná, por el otro.

Pido el acompañamiento de mis pares a fin de aprobar la presente resolución.