PROYECTO DE TP
Expediente 4299-D-2010
Sumario: CREACION DEL INSTITUTO PARA LA PROMOCION DEL ESTUDIO Y USO DEL HIDROGENO, COMO ORGANISMO PUBLICO DEPENDIENTE DE LA SECRETARIA DE ENERGIA DE LA NACION.
Fecha: 16/06/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 77
El Senado y Cámara de Diputados...
Creación del Instituto para la Promoción del
Estudio y Uso del Hidrógeno
Artículo 1º Créase el Instituto para la
Promoción del Estudio y Uso del Hidrógeno, como organismo público dependiente de la
Secretaría de Energía de la Nación.
Artículo 2º A los fines de la aplicación de la
presente Ley, se define al hidrógeno como
" un elemento químico presente en la
naturaleza que puede utilizarse como fuente de energía secundaria, a través de procesos
electro-químicos de conversión ".
Artículo 3° OBJETO:
Este organismo tendrá por objeto:
-Promover el estudio, investigación y
sistematización de información vinculada al hidrógeno como fuente de energía
secundaria.
-Promover acciones tendientes a la
investigación y sistematización sobre la viabilidad, factibilidad y costo-beneficio de los
posibles usos del hidrógeno como fuente energética secundaria para el transporte
automotor.
-Definir políticas sostenibles a partir de la
posible utilización masiva del hidrógeno para uso vehicular preservando un equilibrio entre
los componentes económicos, sociales y ambientales.
-Actuar como órgano de asesoramiento y
consulta de las distintas dependencias del Estado Nacional que estén directa o
indirectamente vinculadas a la planificación energética.
Artículo 4º El ámbito de aplicación de las
políticas a implementar a través del Instituto, será el territorio nacional, propendiendo a la
suscripción de acuerdos tendientes a expandir la actividad del mismo a nivel regional.
Artículo 5° La autoridad de aplicación, gestión
y fiscalización será la Secretaría de Energía de la Nación quien, a su vez, implementará los
mecanismos tendientes a la puesta en funcionamiento del Instituto.
Artículo 6º Créase un Consejo Consultivo
Permanente cuya misión será la de brindar asesoramiento a todas las actividades de
investigación, análisis y desarrollo de políticas públicas energéticas que se pongan en
marcha desde el Instituto para la Promoción del Estudio y Uso del Hidrógeno.
Artículo 7º El mencionado Consejo estará
integrado por un representante de los siguientes organismos nacionales: Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Secretaría de Energía, Secretaría de
Transporte, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, Secretaría de
Ambiente y Desarrollo Sustentable, Secretaría de Política Económica, Secretaría de
Comercio e Industria, Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa, Instituto Nacional de
Tecnología Industrial ( INTI) e Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria ( INTA).
Asimismo, centros de estudio e investigación relevantes como sobre energía de los
organismos de ciencia y tecnología existentes en la República Argentina, como así también
centros y/o departamentos específicos de las Universidades nacionales, organizaciones no
gubernamentales vinculadas a la temática, técnicos de los sectores gremiales y
empresariales relacionados con la actividad y un representante de las Comisiones de
Energía de la Cámara de Diputados y el Senado de la nación respectivamente.
Artículo 8° La reglamentación de la presente
Ley, deberá efectivizarse en el lapso de noventa (90) días de su vigencia.
Artículo 9° De forma.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Hay dos ejes centrales sobre los cuales se
plantea la necesidad estratégica de contar con un instrumento sistemático de estudio,
planificación, reordenamiento y reorientación de las políticas energéticas en nuestro país,
como es el Instituto para la Promoción del Estudio y Uso del Hidrógeno.
Por un lado, las fuentes tradicionales de
generación de energía basadas en los combustibles fósiles- petróleo, carbón y gas- que
han permitido la extensión y profundización de una economía industrial diversificada,
compleja y altamente eficiente en los procesos productivos durante las últimas cinco
décadas, son hoy motivo de fuertes disputas en el sistema internacional debido a una
multiplicidad de factores que se relacionan e interactúan permanentemente.
En primer lugar, en los últimos años se ha
intensificado la puja por el acceso y el control de importantes fuentes de recursos
energéticos- fundamentalmente vinculados al gas y al petróleo- en distintas regiones del
sistema internacional, en un contexto de lo que parece ser un estancamiento estructural
en el crecimiento de los niveles de reservas de hidrocarburos conocidas en el mundo. Por
ende, en la presente coyuntura, la reflexión sobre la energía está fuertemente influida por
una mirada de carácter geopolítico que, al maximizar las apuestas de distintas países por
el control de recursos que son cada vez más escasos, ha provocado, simultánea y
lentamente, cambios notables en la configuración de los actores del proceso productivo de
los hidrocarburos en el mundo.
En tal sentido, mientras las empresas
anglonorteamericanas y francesas- que han sido los actores dominantes en la economía
de los hidrocarburos durante más de setenta años- vienen experimentando un proceso de
debilitamiento que se expresa en la declinación de los niveles de reservas mundiales de
petróleo y gas que están bajo su propiedad, en el estancamiento y/o débil aumento de los
niveles de extracción en distintos puntos neurálgicos del mundo ( Mar del Norte, Golfo de
México, territorio de los EE.UU., entre otros) y en la saturación de la capacidad de
refinación combinada con inversiones insuficientes, se observa el surgimiento de otros
actores que, de la mano de Estados nacionales que han comenzado a recuperar capacidad
de acción, de planificación estratégica de sus recursos energéticos y de intervención
directa e indirecta en los mercados, están reconfigurando el tablero de poder de la puja
por los recursos energéticos. En efecto, países como Rusia, China, Venezuela, Irán,
Malasia, India, Brasil, los países del norte de África y los principados de la península
arábiga, están atravesando por procesos parecidos en los que el control de los negocios
hidrocarburíferos está crecientemente en manos de empresas estatales o mixtas en las
que la decisión final y el rumbo estratégico corre por cuenta de los respectivos Estados
nacionales que intervienen, de esa manera, en la la planificación de los recursos
energéticos.
En definitiva, más allá de las diversas
posiciones existentes en el mundo sobre la problemática del pico de producción petrolera,
este aspecto vinculado, por un lado, a la inexistencia de nuevos descubrimientos de
grandes yacimientos hidrocarburíferos en los últimos 20 años y, por otro lado, a la
carencia de inversiones en el área de refinación de petróleo- lo cual configura un problema
difícil de superar en el corto plazo, dado el creciente nivel de inversiones planificadas que
esta industria requiere- ha sido poco considerado a nivel global en los debates que se
conocen en la superficie de los planteos políticos.
Sin embargo, a la luz de la creciente
relevancia de los planteos sobre las energías alternativas de origen renovable, puede
observarse que, directa o indirectamente, hay un conjunto de actores vinculados a las
empresas multinacionales de hidrocarburos, a gobiernos de Estados con distintas
orientaciones ideológicas y estratégicas y a organizaciones sociales y centros
especializados en materia energética que dejan trasuntar un planteo crítico y preocupante
sobre los actuales niveles de dependencia de los hidrocarburos en la matriz productiva del
sistema económico internacional en un contexto de escasez cada vez más acuciante.
En segundo lugar, se señalan otros aspectos
vinculados a la evolución del mercado petrolero específicamente. Se identifican, en tal
sentido, por lo menos dos ejes de debate que refieren a cuestiones estructurales.
Por un lado, es importante señalar que el
aumento constante de la demanda china e india en los últimos años supone un escenario
de precios cuanto menos inflexibles a la baja si lo cruzamos con los actuales altos niveles
de producción en la mayoría de las cuencas productivas del mundo y la carencia de
reservas suficientes que permitan alargar el horizonte de vida de los hidrocarburos.
Asimismo, aquí es importante observar que estos actores están avanzando con una
decidida estrategia que les permita proveerse de fuentes confiables de energía,
debidamente balanceadas y diversificadas, de modo tal de reducir sus niveles de
exposición y/o vulnerabilidad ante la posible emergencia de conflictos regionales que
puedan poner en peligro el normal abastecimiento de los energéticos. A su vez, no es un
dato menor que, a pesar del horizonte de escasez de oferta vinculado básicamente al
petróleo, se está consolidando en el mundo un debate creciente en torno a la utilización
de una fuente primaria de energía de origen fósil como el carbón a fin de producir energía
eléctrica suficiente, aún a riesgo de provocar externalidades negativas asociadas al
perjuicio ambiental por la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera en un contexto de
incesante debate sobre la problemática ambiental, el calentamiento global y el efecto
invernadero.
El segundo aspecto a señalar, es la creciente
ola especulativa que atraviesa al mundo de los negocios petroleros, cuya génesis está
relacionada al activo papel que grandes bancos transnacionales tienen en la financiación
de la industria petrolera de origen anglosajón, fundamentalmente. Asimismo, junto a este
escenario de creciente financiarización del mercado petrolero, es importante observar el
rol de las grandes empresas transnacionales de hidrocarburos ( Shell, BP, Exxon, Total,
entre las principales) que, en los últimos años han reducido la apreciación de sus niveles
de reservas de hidrocarburos mundiales, lo cual puede asociarse al referido juego alcista
de la especulación rentística y financiera en torno al petróleo.
A su vez, y en el plano del análisis financiero,
no es menos visible la presencia de los denominados Fondos Soberanos de Riqueza, que
se han creado a instancias de Estados nacionales que están consolidando un modelo de
recuperación de la capacidad de intervención, regulación y planificación de Estado en
materia energética. En esa dirección, la pata financiera expresada en estos fondos parece
ser un mecanismo más que sugerente en relación a esta nueva configuración del poder
que se está operando en el sector energético. Es así como países como China, Emiratos
Arabes Unidos, Dubai, Noruega, Australia, Singapur, Malasia y otros, están generando una
dinámica de fondos de inversión que se están destinando a la adquisición de recursos
naturales, vías de acceso y transporte a estos recursos, infraestructura comercial y
portuaria y a inversiones en términos de enclave extractivo, en donde América Latina, Asia
y África aparecen como receptores relevantes de esas inversiones.
Finalmente, en lo que hace al rol de actores
centrales en este proceso, es oportuno señalar el creciente protagonismo que las nuevas
empresas nacionales petroleras están desempeñando en el mundo al compás de los
cambios en los equilibrios geopolíticos globales y regionales. En ese punto, es esencial
destacar el papel de Rusia como potencia geoeconómica energética con fuerte presencia
en la región del Cáucaso, Europa Occidental y China. A su vez, es decisivo comprender el
rol geopolítico de los países productores de la OPEP, que desde hace 10 años desarrollan
una inteligente política de control de la oferta que, si bien se ha mostrado pragmática a la
hora de acordar posiciones más flexibles, ha sabido mantener una férrea política de
apreciación constante del recurso petrolífero a partir de una gestión compartida. En ello, la
influencia de Venezuela no ha sido menor en el último lustro. Precisamente, el gobierno de
Chávez está actualmente terminando un proceso de certificación de reservas en la Faja del
Orinoco, que podría convertir al país caribeño en la principal reserva hidrocarburífera del
mundo, incluso por encima de Arabia Saudita.
Por otro lado, y mirando esta compleja
situación desde las necesidades de la Argentina, se intenta reflexionar a la luz del objetivo
estratégico de consolidar una matriz energética que sea lo suficientemente diversificada
en lo que respecta a las fuentes de generación de energía para coadyuvar al logro de un
esquema confiable, seguro, eficiente y dinámico de suministro energético que permita
reducir a niveles manejables los riesgos y los desequilibrios implicados en un proceso tan
complejo como la racional administración de una matriz energética que pueda sustentar el
crecimiento permanente de la economía y de la actividad productiva.
En tal sentido, dos de los aspectos
fundamentales que se deben resolver en términos de propender a la consolidación de una
estrategia de diversificación del riesgo de seguridad energética, son, por un lado, el
mejoramiento de los estándares de eficiencia energética en el transporte automotor- uno
de los sectores más directamente dependientes de las fuentes de generación
hidrocarburíferas- y, por el otro, la búsqueda de fuentes alternativas y/o sustitutas que
permitan ir reemplazando, paulatinamente, todos los combustibles y carburantes de origen
fósil- naftas, diesel oil, gnc, lubricantes vehiculares, etc.- que hoy se destinan
masivamente a la provisión del parque automotor.
En ese orden de prioridades, se alude
recurrentemente al amplio universo de las energías renovables como el medio más
adecuado para propender a la sustitución y eficiencia energéticas sostenibles. En efecto, el
espectro de alternativas es tan vasto como inabordable, ya que las posibilidades de
generación energética aluden a distintos bienes naturales cruzados con problemáticas
medioambientales, climatológicas, meteorológicas hídricas y físico-químicas. Así, desde la
energía hidráulica- generada por la actividad de represas instaladas en cursos de agua con
suficiente caudal y volumen para generar energía- pasando por la eólica, la solar, la
geotérmica, la mareomotriz o la vertiente vinculada a formas de generación tanto desde
los alimentos- bioetanol obtenido del maíz y/o de la caña de azúcar, biodiesel extraido de
cereales como soja, girasol y otros- como desde otras plantas no comestibles- aceite de
palma, jatropa y variedades de plantas que crecen en zonas desérticas, o la generación de
energía a partir de cultivos de microalgas- y desde residuos con presencia de material
orgánico- biomasa, es decir generación de energía a partir de los restos de desperdicios-
e inorgánico- la lignina como resto de la producción de celulosa empleada para generar
energía-, el horizonte de alternativas que están vinculadas con lo renovable parece no
tener techo.
Asimismo, el hidrógeno como fuente
secundaria de generación de energía, se está constituyendo en una alternativa
crecientemente viable en la planificación de usos alternativos en el transporte vehicular
masivo de pasajeros, como así también en los procesos productivos de las automotrices
que están trabajando, desde hace años, en prototipos de motores híbridos eléctricos y en
modelos que funcionan a través de la denominada pila o batería de hidrógeno, mecanismo
que, a través del proceso de hidrólisis, permite ir sustituyendo los motores de combustión.
Ciertamente, el universo planteado es
amplísimo y requiere, desde la planificación energética nacional, el establecimiento de
programas de investigación y seguimiento de las distintas alternativas planteadas a fin de
poder reflexionar a la luz de parámetros que parecen como inescapables cuando se trata
de analizar la viabilidad de una fuente de energía: por un lado, los costos involucrados en
las fases de investigación y de desarrollo de proyectos, el tipo de materia prima
inicialmente utilizada para el logro del objetivo planteado y las contradicciones que su uso
puede crear en términos de impactos que puedan medirse, el rendimiento energético, esto
es, la cantidad de energía generada por unidad de tiempo y en función de la cantidad de
materia prima base empleada, la consecuente eficiencia en la generación de la energía, el
tipo de estructura económica y/o de negocios que es necesaria para viabilizar una
producción masiva de la energía alternativa y, finalmente, los impactos de carácter
geográfico y territorial- hablamos de una dinámica de generación que se agota en lo
regional, con todo lo bueno que ello puede tener, o que tiene perspectivas de masificarse
como fuente confiable y aquellos otros vinculados con lo socio-ambiental, pensando en la
perspectiva del daño causado con consecuencias acumulativas a partir del proceso de
producción.
Para sistematizar toda esa información y para
saber qué puede esperarse de las fuentes energéticas renovables- entre ellas, el
hidrógeno con particular prioridad- como así también para conocer las experiencias
comparadas por las que ya están atravesando otros países, es estratégico plantear la
constitución de un centro de estudios, investigación y sistematización de experiencias y
procesos vinculados a la temática del hidrógeno y sus posibles usos.
Esto es aún más acuciante cuando estamos
ante la perspectiva de un agotamiento sin retorno de las fuentes fósiles, de la dificultad de
encarar un proceso productivo de generación de energía a gran escala con materias
primas como el carbón que generan amplios impactos difíciles de predecir cabalmente y
de mitigar en tiempo y forma, o ante una situación en la que, si bien la energía nuclear
puede presentarse como una alternativa óptima- más aún tendiendo en cuenta el know-
how internalizado por nuestro país en más de 50 años- no puede convertirse en "la"
alternativa, ya que nuestra idea de seguridad energética integral nos lleva a proponer una
matriz sólidamente diversificada, tanto por fuente de origen como por impacto regional-
territorial.
Finalmente, otro aspecto que es importante
señalar en relación al hidrógeno y a los energéticos alternativos en general, es el que está
vinculado con el factor tecnológico. En efecto, muchas de las investigaciones en curso en
el mundo sobre nuevas alternativas de generación energética, se afincan en el desarrollo
de programas científico-tecnológicos tanto estatales como privados que se centran en la
investigación concreta sobre estas diversas fuentes a fin de determinar los caminos
óptimos para el desarrollo productivo de las mismas. Esto pone el foco sobre el hábito,
uso y costumbre que los países centrales y muchos otros subdesarrollados y en continua
evolución como Brasil, China o India tienen a la hora de encarar escenarios de
investigación aplicada en una diversidad de campos y, más concretamente en el ámbito de
la energía. Pensemos que el horizonte de investigación va desde la biotecnología aplicada
a la generación de energía hasta la reutilización cada vez más eficiente de materiales
orgánicos e inorgánicos como así también de desechos de todo tipo que son la
externalidad negativa del complejo proceso industrial.
A su vez, el avance tecnológico puede
medirse en términos de la capacidad de valor agregado que una economía puede
incorporar y, si lo vemos desde lo energético, todas las alternativas posibles- desde la
eólica, la solar, la geotérmica, la de los biocombustibles o la de la biomasa y la del
hidrógeno- implican una reflexión sobre el mismo proceso productivo de generación, las
capacidades comparadas de rendimiento energético, las posibilidades de almacenamiento
y posterior distribución de la energía generada con estos soportes y los impactos
ambientales y geográficos involucrados. En tal sentido, la tecnología incorporada a los
procesos, el valor agregado creado y la sistematización de información que permite
consolidar cursos de acción posibles, son ejes de reflexión importantes a incluir cuando se
piensa en un horizonte de planificación estratégica de la energía desde la potencialidad
que las fuentes renovables- como el hidrógeno- permitirían desarrollar.
Desde este enfoque complejo sumariamente
desarrollado, se fundamenta la necesidad estratégica y la oportunidad político-institucional
de contar con un instrumento de estudio, investigación y sistematización de información
sobre el hidrógeno como alternativa energética renovable, con la finalidad de proveer al
decisor nacional de fuentes más certeras y sólidas a la hora de tomar medidas vinculadas
a la planificación de usos sostenibles de la energía.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
MACALUSE, EDUARDO GABRIEL | BUENOS AIRES | SI POR LA UNIDAD POPULAR |
ITURRASPE, NORA GRACIELA | BUENOS AIRES | SI POR LA UNIDAD POPULAR |
LOZANO, CLAUDIO RAUL | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
BENAS, VERONICA CLAUDIA | SANTA FE | SI POR LA UNIDAD POPULAR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
ENERGIA Y COMBUSTIBLES (Primera Competencia) |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |