La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por las tareas que vienen desarrollando investigadores argentinos del CONICET, dirigidos por la Dra. María Eugenia Farías, en Antofagasta de la Sierra (Catamarca) que permitieron descubrir características de condiciones extremas en la laguna Diamante en el interior del volcán Galán, que recrean las que se daban en el planeta hace 3.500 millones de años y conforman un ambiente de incalculable valor científico con proyecciones biotecnológicas trascendentes.

Señor presidente:

Hace más de un lustro que investigadores del CONICET, biólogos, zoólogos, bioquímicos y geólogos, trabajan en la zona cordillerana efectuando un relevamiento microbiológico en salares y lagunas de altura. Uno de esos equipos, encabezado por la doctora María Eugenia Farías, a cargo del Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas de Lagunas Andinas (LIMLA), e integrado por siete becarios y el doctor Daniel Poiré, profesor titular de la Cátedra Rocas Sedimentarias, de la Universidad Nacional de La Plata, determinó recientemente que en la laguna Diamante, situada en el interior del volcán Galán se daban condiciones especialísimas que la convertían en un verdadero laboratorio natural.

En efecto, el agua de la laguna es extremadamente alcalina, tiene altos niveles de salinidad y arsénico, se encuentra a más de 4000 metros de altura y rodeada por una atmósfera con escaso oxígeno y elevada radiación ultravioleta. Estas características resultan parecidas a las que existían en la Tierra hace más de 3500 millones de años y constituyen el ambiente más extremo conocido hasta el presente y que recrea las características inhóspitas del planeta en los tiempos en que se originó la vida.

Pero lo más trascendente es el hallazgo de organismos vivos debajo de las rocas de la laguna. Se trata de "tapetes microbianos" de algas, bacterias, archeobacterias, hongos y levaduras, capaces de subsistir en condiciones muy desfavorables y, junto a ellos, un tipo de cristal de roca rojo muy poco común.

Se estima que esta clase de microorganismos, de los que existen muy pocos vivos en el mudo de hoy, ha sido la responsable de la liberación de oxígeno a la atmósfera y de la formación de la capa de ozono, permitiendo que nuestro planeta fuese apto para la vida, por lo que sería una fuente importante de aplicaciones biotecnológicas.

Actualmente el LIMLA realiza en Tucumán estudios del ADN de estas bacterias, mientras que en La Plata se analiza la composición mineralógica de los cristales rojos, que ya habían sido descriptos con anterioridad, pero su escasez dificulta la confirmación de la misma.

Como valor agregado, el conjunto ambiental resulta muy similar a las condiciones que se estima que serían las que habrían de encontrarse en Marte.

Por último, se debe señalar que la zona involucrada, así como muchos lugares de la Puna, es rica en litio, un mineral necesario para la producción de energía eléctrica limpia, característica que lo está convirtiendo en mineral estratégico.

De acuerdo con lo señalado, resultará fundamental dar protección ambiental a este lugar, con el fin de preservarlo para la investigación científica y, eventualmente, para una explotación controlada de su riqueza mineral; tarea en la que deberán tomar parte activa los gobiernos de las provincias involucradas, a los que se invita a adherir a la propuesta

Por todo lo expuesto solicito a mis pares que acompañen la iniciativa.