El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1. Prohíbanse los avisos, publicaciones, publicidades o cualquier otro tipo de mensajes que promuevan la compra o consumo de medicamentos, drogas legales, complejos vitamínicos, energizantes, como asimismo terapias o tratamientos médicos de distinta índole, a través de cualquier medio de comunicación.

Artículo 2. Exceptuase de la prohibición establecida en el artículo precedente la propaganda dirigida y distribuida exclusivamente a profesionales de la salud facultados para prescribir y dispensar medicamentos, editada o emitida en publicaciones, medios o en eventos especializados en el área sanitaria.

Artículo 3. Las sanciones al incumplimiento de la presente ley y de las reglamentaciones que en su consecuencia se dicten, sin perjuicio de las demás responsabilidades que pudieran corresponder, serán las siguientes:

a) Exclusión del beneficio de la pauta oficial del Estado;

b) Multa entre 10 y 1000 sueldos básicos de la categoría inicial de la administración pública nacional.

c) Suspensión o revocación de las autorizaciones.

Artículo 4. Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

Como es de público conocimiento uno de los grandes y graves problemas por el que atraviesa el país en materia sanitaria, es el irracional y descontrolado consumo de medicamentos y drogas legales, como así mismo la demanda y utilización de distintas terapias, tratamientos y prestaciones médicas que en algunos casos son de dudosa eficacia, cuando no directamente perjudiciales.

Una investigación realizada por el Instituto de Estudios sobre Políticas de Salud (IEPS) afirma que durante 2013 se consumieron en nuestro país alrededor de 200 millones de unidades de venta libre. Las cifras de venta, indican que los argentinos consumieron en el período apuntado más de 540.000 ENVASES DE MEDICAMENTOS de venta libre por día.

Argentina es uno de los países con mayor consumo de medicamentos por habitante más de 16 unidades anuales, esta cifra solo es superada por Francia y España.

El mercado de venta libre se encuentra en permanente crecimiento en Argentina durante la última década en virtud de la abundancia de campañas publicitarias, la venta en góndolas y las escasas regulaciones.

Según un informe del Sindicato Argentino de Farmaceúticos (SAFYB) y Bioquímicos, en el marco de un relevamiento realizado desde enero hasta diciembre de 2013, al menos 75 personas mueren por día en Argentina por el mal uso de medicamentos que no fueron prescriptos por un médico.

La automedicación en Argentina sigue creciendo. En el trabajo citado se afirma que durante el año 2013 el 5% de la población debió ser hospitalizada por las consecuencias del consumo irracional de medicamentos, porcentaje que llevado a números concretos significa un total de 162 personas.

Y en esto la publicidad tiene mucho que ver. No es lo mismo vender un jabón o un televisor, que medicamentos o prácticas terapéuticas, ya que en el mundo publicitario y del consumo, los operadores siempre resaltan las bondades de los productos que quieren promocionar y callan o no ponen énfasis suficiente en los efectos no deseados o negativos de los mismos, a lo sumo incorporan alguna anodina y poco más.

Todos hemos notado como creció la cantidad de anuncios sobre medicamentos en la TV argentina. Actores sociales que "recomiendan el uso", además de los tradicionales locutores en off, médicos y farmacéuticos, ahora son conductores de programas de alto rating y fuerte credibilidad. Incorporación de modalidades "peligrosas" de anunciar: ya no sólo hay avisos en las tandas, sino dentro de programas de entretenimiento, noticieros, talk shows y en productos ficcionales (telenovelas y telecomedias).

Es preocupante que gran parte de los argentinos ingieran distintos tipos de drogas o medicamentos de venta libre o no, en todo momento y frente a cada acto de su vida. Así vemos que pocos se van a dormir sin su dosis de miorrelajantes, ansiolíticos o inductores del sueño y tampoco se levantan sin tomar su energizante o complejo vitamínico. Muchas veces el asado del domingo va acompañado de protectores hepáticos, digestivos o contra la "pesadez estomacal". La ingesta se complementa con drogas contra la fatiga, el estrés, la migraña, la tos, dolores musculares, el colesterol, para mejorar el rendimiento laboral, sexual e intelectual,

Entendemos que el Estado no puede permanecer indiferente a estas nuevas formas de adicciones, en muchos casos toleradas, cuando no promovidas por intereses cuya finalidad no es la salud social, sino la rentabilidad de las corporaciones.

Sabemos que nos adentramos en un terreno sensible y de no fácil resolución, en el cual se entrecruzan distintos intereses, por un lado la percepción social que cree que todo lo proveniente de laboratorios ayuda al mejoramiento de su condición sanitaria y por el otro la maximización de ganancias perseguidas por empresas multinacionales y locales muy poderosas.

Pese a todas las dificultades creemos que la salud no puede estar liberada al dios mercado ni a la mercadotecnia, a los cuales no le interesan los enfermos ni pacientes, sino los consumidores.

Insistimos, que en este contexto neoliberal en torno a la salud, la publicidad conduce a la auto- medicación y la ingesta irracional de drogas, con las tristes consecuencias que expresábamos.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares el debate y aprobación de esta iniciativa parlamentaria.