PROYECTO DE TP
Expediente 4241-D-2015
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LA BAJA RENTABILIDAD EN LA PLANTACION DE SOJA, TRIGO, MAIZ O GIRASOL QUE COMPLICA LAS EXPORTACIONES Y EL INGRESO DE DOLARES A NUESTRO PAIS.
Fecha: 06/08/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 99
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su extrema preocupación
atento que plantar soja, trigo, maíz o girasol ya no es rentable y en consecuencia;
ello complica las exportaciones y el ingreso de dólares a nuestro país.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Plantar soja, trigo, maíz o girasol ya no es rentable; se
complican las exportaciones y el ingreso de dólares asi como en la Edad de Piedra. La Argentina, un
país de avanzada en materia de tecnología agropecuaria, está en un proceso de siembra "de mínima".
Mientras que el cultivo se siembra, durante este Gobierno, la cosecha será durante el próximo, de ahí
que los productores esperen definiciones de los candidatos. De esa decisión dependerá una parte
muy importante de la recaudación de 2016.
"Se reducen los costos como si se estuviera
en una economía de guerra", dice Mariano Tomatis, socio a cargo de Agribusiness de PwC.
Los datos de la Bolsa de Cereales indican que la siembra de trigo bajará este año con
respecto a 2013 de 4400 millones de hectáreas a 3700; el maíz, con 3400 millones de
hectáreas sembradas en 2014 sufrirá una reducción del 15% en 2015 y la soja, que llegó a
las 20.000 millones de hectáreas, "probablemente, también se reduzca", dice el presidente
del Grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel. El girasol, por su parte, ya viene en baja
desde hace años, con un 20% menos que el promedio de la última década.
Como consecuencia de la menor producción,
la Argentina se perderá 2000 millones de dólares en concepto de recaudación por derechos
de exportación, según cálculos de Confederaciones Rurales Argentinas.
Una encuesta de CREA da como resultado que
para el 88% de la muestra, la situación económica del país es peor que hace un año, y
sólo 27% espera que mejore el que viene. Este año, entonces, no sembrar se convirtió en
una opción. "Se espera una pérdida económica de casi un tercio de la recaudación en
derechos de exportación de granos, que fue de 8500 millones de dólares en 2014", dice
Juan Cruz Rey Kelly, economista de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
"En términos generales, la situación hoy de
estos cuatro cultivos es de inviabilidad económica por la convergencia de altos costos,
altos impuestos, la baja de precios internacionales y dificultades en la exportación", agrega
el empresario Gustavo Grobocopatel.
Hasta ahora solamente se siembra o se
planifica sembrar las tierras de primera, dejando de lado miles de hectáreas productivas,
pero de menor rendimiento. "Hoy se necesita el doble de cantidad de toneladas de trigo
para comprar el mismo insumo que el año pasado", explica Ernesto Ambrosetti, jefe del
Instituto de Estudios Económicos y de Negociaciones Internacionales (Ieeni), de la
Sociedad Rural Argentina (SRA).
Según Grobocopatel, hay que entender que
existe la oportunidad de producir y exportar 50% más de lo que se hace sin tener ningún
impacto sobre "la mesa de los argentinos", dice, en referencia a las trabas a la
exportación.
Los topes para exportar pisan y distorsionan
los precios del maíz y del trigo, y llevan a que no se pueda vender el grano durante meses,
lo que inmoviliza el capital y lleva a la venta a precios que no son competitivos. Los
Registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior de productos agrícolas, conocidos
como ROE y nacidos de la resolución 543/2008, establecen los requisitos a los que deberán
sujetarse los exportadores de granos o sus derivados. Ordena cupos a la exportación para
lograr el abastecimiento interno de trigo y maíz. "Se trata de una suerte de resolución 125
[aquella por la cual el campo se rebeló en 2008 y que habilitaba elevar aún más las
retenciones a la soja, que ahora se llevan el 35% del bruto], que es silenciosa, pero igual
de dañina", dice Rey Kelly. A través de esta barrera "hay sectores que se benefician
porque compran más barato".
"Con el régimen de licencias automáticas
establecido por la ley 21456 vigente hasta 2008, nunca faltó trigo en el mercado local", se
explica en el informe La Agenda del Campo, de la Sociedad Rural Argentina (SRA). "En el
caso del maíz, el intervencionismo se basa en cerrar los registros para asegurar el
abastecimiento y precio más bajo que en condiciones del mercado para el desarrollo de
actividades intensivas como la avicultura, engorde a corral, etc. Este es un grave error, no
se puede fomentar el desarrollo de un eslabón de la cadena productiva en desmedro de
otros", agrega el documento.
Ernesto Ambrosetti dice que es la primera vez
que los cuatro principales cultivos de la Argentina, que la han posicionado como el país
que produce más granos por habitante en el mundo (2,4 toneladas por persona), brindan
resultados negativos. Según el economista, transportar una tonelada de grano desde
alguna localidad alejada en el país hasta el puerto de Rosario es mucho más caro que
transportar una tonelada de Rosario al puerto de Rotterdam, en Holanda. "El costo del
flete subió tres veces lo que subió el grano en los últimos tres años -explica-. Es uno de los
responsables de la falta de rentabilidad del sector. El aumento del precio del combustible
tiene una incidencia enorme en el precio del flete. En las últimas dos campañas el
transporte aumentó ciento por ciento."
"El riesgo es demasiado grande para
márgenes muy chicos", sostiene Rey Kelly. ¿En qué consiste el riesgo? Por un lado, la
volatilidad de los mercados y el tipo de cambio desdoblado (el productor vende a un dólar
de 6 pesos y el costo de sus insumos es a tipo de cambio paralelo, que marca la
expectativa de devaluación futura). Pero además, el granizo, enterrar parte del capital en
forma de semilla, a cielo abierto, y depender de la lluvia, que si es mucha puede causar
inundaciones que llevan a pérdidas totales y si es poca, a las terribles sequías que
fulminan los rindes. "Los riesgos climáticos se han ido exacerbando", dice el economista de
CRA. "De las últimas seis campañas hubo tres pobres en términos de clima." El Estado es
socio en la ganancia, pero nunca en la pérdida.
"Este año, la situación de la agricultura es
muy difícil. No hay posibilidad de alquilar nada a precio fijo. Y por el momento no estamos
haciendo nada en la zona. Lo dejo libre para que busque a otra persona para trabajar su
campo", fue un mail que recibió un pequeño productor agropecuario hace unos días. Su
arrendador lo dejaba después de varios años de haber trabajado su tierra. Y este año, con
el aumento de impuestos, no sabe si va a poder seguir o va a tener que desprenderse de
su campo para no endeudarse.
"Los pequeños productores van
desapareciendo del circuito productivo -dice Ambrosetti-. Durante la gestión de este
gobierno ya han vendido más de 60.000 productores."
Increíblemente, la última campaña de soja
tuvo rindes muy buenos porque el clima acompañó casi a la perfección una gran cantidad
de hectáreas, pero "hay una enorme desazón porque a pesar de haber tenido una muy
buena cosecha, los números no cerraron", explica el asesor agropecuario Sebastián
Bullrich, de Bullrich Campos. Como consecuencia, y de seguir en estas condiciones de
anuncios casi inexistentes, la siembra será cada vez menor.
"Se van a hacer las cuentas muy finitas. El
que tiene la semilla va aplicar muy baja tecnología", afirma Ambrosetti. En este sentido es
que se trata de una campaña parecida a la de décadas atrás, cuando la Argentina no era
puntera en la tecnología agropecuaria que la impulsó a llegar cerca de su máximo
potencial.
Caen los cuatro fantásticos
Desde que se impusieron cupos a la
exportación, la Argentina bajó del puesto número cuatro como exportadora mundial de
trigo al puesto nueve que tiene en la actualidad, según CRA. "El trigo es el que tiene los
números más ajustados", dice Mariano Tomatis, socio de PwC y líder de la práctica de
Agribusiness. "Si se mira la serie histórica, durante los últimos 10 años hay un cambio
relativo en el uso de la tierra, donde la soja pasó de 14 a 20 millones de hectáreas
sembradas, y el trigo pasó de 6,2 millones a 4,4, y sigue en descenso. La siembra de trigo
disminuyó un 15% con respecto al año pasado y un 40% en comparación a lo que se
sembraba hace una década."
"Antes de la intervención del mercado -dice
Rey Kelly-, y según la información oficial, los productores que sembraban trigo eran cerca
de 50.000. Las últimas cifras disponibles, que son de 2011 del Ministerio de Economía,
indicaban que había cerca de 29.000. Esto significa que más del 40% de los productores
dejaron de hacer trigo."
"Para abastecer el mercado interno se
necesitan 5,5 millones de toneladas de trigo. En 2014 se cosecharon 12,5 millones de
toneladas que no se pueden exportar -agrega Ambrosetti-. Esto hace que los molineros
paguen mucho menos a los productores y disminuya la siembra."
Entre las consecuencias, la pérdida de
mercados vitales para el país. "La Argentina tuvo durante años el mejor cliente posible: su
vecino", dice Juan Pedro Merbilhaa, asesor jurídico de la Confederación de Asociaciones
Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). "Brasil no puede hacer trigo por razones
climáticas, por lo que era un cliente seguro y muy cercano. Al cerrar los mercados, por
supuesto que buscó otros proveedores como Estados Unidos y Canadá. No será nada fácil
recuperar a Brasil. Pero lo más grave es que hoy este país, que producía un trigo de
excelencia a nivel mundial, no solo dejó de sembrarlo, sino que también cayó la calidad de
lo que se produce", finaliza Merbilhaa.
En cuanto a la soja, es una gran generadora
de divisas ya que de los 61 millones de toneladas que se producen se exportan alrededor
de 58 millones. "Estamos en una economía sojadependiente", dice Tomatis. "El 5% del PBI
de la Argentina viene de la soja. Es la gran ganadora de la década ya que aumentó un
43% la superficie sembrada con este cultivo. Sin embargo, después de la cosecha de la
campaña 2014/15, hubo una caída de la siembra en un 15% con respecto a 2013.
Mientras que en 2000 se cotizaba a 180
dólares la tonelada, tuvo un pico de 610 dólares en 2008 y hoy está en alrededor de 360
dólares la tonelada (en Chicago), que "es un precio de equilibrio que se puede sostener en
el mediano plazo", dice el socio de PwC. La oferta mundial de soja es la más alta de todos
los tiempos. "El problema no es el precio internacional, sino que no se puede tener tres o
cuatro años seguidos un aumento de costos de entre 30 y 40%, mientras que la tasa de
variación de la moneda extranjera ha crecido significativamente menos como parte del
atraso cambiario."
Además, las retenciones a la soja del 35% se
impusieron en un momento en que tenía un precio extraordinario (2007). Aquel valor no se
sostuvo. "El Estado se lleva el 35% del precio de venta, más los impuestos -dice Tomatis-.
La incidencia tributaria en la producción se puso entonces en un momento de
superutilidades que hoy no existen." El maíz está en la misma situación, con una reducción
de hectáreas sembradas especialmente en la zona núcleo. Y según el último informe de la
Bolsa de Cereales de Buenos Aires con respecto al girasol, "la primera proyección
temprana de siembra para el ciclo 2015/16 es de 1,45 millones de hectáreas, superficie
que de concretarse se ubicaría 11,3% por debajo al promedio de área implantada durante
las cinco campañas previas".
El ahogo fiscal
"Estamos ante la presión fiscal más alta de la
historia. Actualmente cerca del 90% de los resultados de la empresa agropecuaria se
destinan al pago de impuestos", agrega Ambrosetti.
Santiago Sáenz Valiente, autor
de Los impuestos del campo en criollo, explica que en la provincia de Buenos Aires, en
2013 la valuación fiscal agropecuaria aumentó entre 10 y 14 veces, con el consiguiente
aumento del inmobiliario rural. "Hay que agregar, entre otros, el impuesto a los sellos, que
tiene un incremento de 20% para las transacciones en dólares respecto de las que son en
pesos; el de ingresos brutos, que se incrementó al doble para granos y hacienda en
campos arrendados; la tasa de seguridad e higiene para feedlots y criadores de pollo, y los
problemas para que los productores reciban la devolución del IVA, que lleva a contratar a
contadores o abogados, entre otros muchos impuestos que ahogan al productor."
Hasta ahora, según los especialistas, nada en
el horizonte lleva a pensar que mejorará la situación. "Cuando no hay incentivos, no hay
producción, se restringe la oferta y los precios suben, que es lo que pasa ahora -dice
Tomatis-. Hay que pensar la estructura tributaria alrededor del agro. Si se bajan los
impuestos, aumenta la producción."
TRIGO
Con un rinde de 40 quintales por hectárea y un precio
FOB de US$ 220 por tonelada, queda al productor un ingreso bruto de US$ 600 por hectárea antes
de gastos y restándole las retenciones, que son un impuesto a la producción
Los gastos comerciales (incluyen comisiones y flete)
llegan a US$ 130 por ha; de siembra y cosecha US$ 350 por ha; administrativos US$ 80 por ha.
Quedarían US$ 40 por ha para el productor. Falta pagar impuestos
El inmobiliario y la tasa vial varía según el valor de la
zona. Para trigo (contemplando otros cultivos en dicha superficie) es de un promedio de US$ 40 por
ha . Falta el impuesto a la ganancia mínima presunta de US$ 10 por ha, ingresos brutos de US$ 6 y
los costos financieros que afectan la rentabilidad por el IVA que el fisco no devuelve en término,
que se calcularía en US$ 40 por ha
La pérdida que genera dedicarse
al trigo desde US$ 56 por hectárea sembrada
GIRASOL
Con un rinde de 20 quintales por ha y un precio
FOB de US$ 380 por tonelada, le queda al productor un ingreso bruto de US$ 460 por ha antes de
gastos y restándole las retenciones, un impuesto a la producción. Los gastos comerciales llegan a
US$ 80 por ha, los de siembra y cosecha otros US$ 320 por ha, y los administrativos US$ 80 por
hectárea. Quedarían US$ 20 por ha de pérdida. Falta pagar los impuestos. El inmobiliario, junto a la
tasa vial que varía según el valor de las zonas para girasol, sería de un promedio de US$ 40 por ha .
Falta el impuesto a la ganancia mínima presunta de US$ 10 por ha, ingresos brutos de US$ 5 y los
costos financieros que afectan la rentabilidad por el IVA que el fisco no devuelve en término, unos
US$ 25 por ha
La pérdida que genera dedicarse
al girasol es de US$ 100 por hectárea sembrada
SOJA
Con un rinde de 34 quintales por ha y un precio FOB
de US$ 380 por tonelada, le queda al productor un ingreso bruto de US$ 748 por ha antes de gastos
y restándole las retenciones, un impuesto a la producción.
Los gastos comerciales llegan a US$ 200 por hectárea
y los gastos de siembra y cosecha otros US$ 300 por ha, los administrativos US$ 80 por hectárea.
Quedarían a esta altura US$ 168 por ha a favor. Aún faltan los impuestos .El impuesto inmobiliario
junto a la tasa vial varía según el valor de las zonas. Para soja sería de un promedio de US$ 60 por
ha. Falta el impuesto a la ganancia mínima presunta de US$ 20 por ha, ingresos brutos de US$ 7 y
los costos financieros que afectan la rentabilidad por el IVA que el fisco no devuelve, US$ 20 por
hectárea.
La ganancia es de US$ 61 por ha sólo en los
mejores campos cerca de los puertos, en el resto es 0
MAÍZ
Con rinde estimado de 85 quintales por hectárea y un
precio FOB de US$ 170 por tonelada, le queda un ingreso bruto de US$ 935 por ha antes de las
retenciones. De gastos comerciales debe utilizar US$ 380 por ha, los de siembra y cosecha otros
US$ 440 por ha, y los administrativos, US$ 80 por ha. Quedarían US$ 35 de perdida por ha. Falta
pagar los impuestos salvo las retenciones. El impuesto inmobiliario junto a la tasa vial para el maíz
también sería de un promedio de US$ 60 por hectárea.
Habrá que abonar impuesto a la ganancia mínima
presunta de US$ 20 por ha, ingresos brutos US$ 9 y los costos financieros que afectan la
rentabilidad por el IVA que el fisco no devuelve en término, que se calcularía en US$ 60 por
hectárea .
La pérdida neta por hectárea por
sembrar maíz será de US$ 114 por hectárea sembrada
Fuente: 9/8/2015 CLARIN
Por todo lo expuesto, es que vengo a solicitar de mis
pares la probación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | COMPROMISO FEDERAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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AGRICULTURA Y GANADERIA (Primera Competencia) |