La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su satisfacción por la decisión de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia de ratificar en el veredicto pronunciado el 24 de junio pasado, cuyos fundamentos han sido dados a conocer recientemente, que los actos de privación injustificada de alimentos y la puesta en práctica de sanciones ilegitimas y degradantes por parte de personal superior de las fuerzas armadas contra soldados conscriptos destacados en las Islas Malvinas durante el conflicto bélico con Gran Bretaña, constituyen graves violaciones a los derechos humanos y en tanto delitos de Lesa Humanidad resultan imprescriptibles.

Señor presidente:

El periodista y escritor Edgardo Esteban quien fue protagonista y a la vez perspicaz observador de la guerra de Malvinas sostiene que esta "es una herida abierta". Y lo es, porque así como muy tempranamente se empezaron a conocer aspectos de la verdadera historia de aquella contienda, aún hoy seguimos haciéndolo. Pareciera que nunca concluiremos de descubrir en ella actos de heroísmo pero también de crueldad.

No había concluido aún el enfrentamiento con los ingleses, cuando lentamente se comienzan a rebelar las razones oportunistas de los dictadores, centralmente la permanencia en el poder, que habían pesado en la cúpula militar a la hora de decidir la acción armada.

Pocos días después de que fuera arriada la enseña patria luego de la capitulación de Menéndez, el periodista Rogelio García Lupo (1) en una nota que publicara en El Nacional de Caracas el 27 de junio de 1982 señalaba que ya circulaba en medios militares un documento crítico respecto del desarrollo de la guerra en la que se observaban entre otras carencias nada menos que; la falta de planeamiento conjunto entre las fuerzas, las deficiencias logísticas y el uso de efectivos con escasa preparación militar.

A retazos los rasgos oscuros de la guerra comenzaban a tomar cuerpo. Pero todavía quedaban otros por develar.

Recién en 1992 cuando Edgardo Esteban publica "Iluminados por el Fuego", lo que se intuía, lo que sólo circulaba como dolorosos comentarios en reuniones de ex combatientes, quienes habían recibido la orden de sus mandos de callar a cambio de obtener su baja, toma estado público. En Malvinas hubo, ".... estaqueamientos, enterramientos y deliberada falta de alimentación, proferidas por personal superior de las Fuerzas Armadas a los soldados conscriptos que participaron en la contienda del Atlántico Sur entre el 2 de abril y el 14 de junio del año 1982" (2) .

La obra de Esteban y la posterior película de Tristán Bauer basada en aquella, sirvieron como disparadores para que los ex combatientes y sus organizaciones comenzaran a recabar información, a buscar testigos, a identificar víctimas de aquellos vejámenes.

Pablo Vassel, que fuera Subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Corrientes y autor del libro Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía en el que se reseñan las denuncias de ex combatientes correntinos y que sirviera para fundamentar la presentación judicial que se realizara ante la Justicia Federal de Río Grande en abril de 2007, al reunirse con ex combatientes correntinos luego de la proyección de Iluminados por el Fuego refirió; "Hablamos obligadamente de la película; al comentar los vejámenes mostrados, me sorprendió que todos decían `es cierto, pero se quedaron cortos" (3) .

La presentación judicial prosperó, a los primeros 23 testimonios pronto se sumaron muchísimos más. Entre ellos el de Alberto Fernández, ex conscripto de la Fuerza Aérea; "quien fue enterrado hasta el cuello en la turba helada a causa del acto `indisciplinario´ de tomar un paquete de galletitas para alimentarse " (4) .

En marzo de 2009 la jueza federal de Río Grande, Lilian Herráez, determinó que las torturas que ex combatientes sufrieron por parte de sus superiores en 1982, durante el conflicto de Malvinas constituyen "delitos de lesa humanidad" de carácter "imprescriptible". "Cuando el individuo es agredido en sus más altos valores, se ataca también a la humanidad. Por eso lo que caracteriza esencialmente el crimen de lesa humanidad es el concepto de la humanidad como víctima" (5) , sostuvo la jueza en su resolución.

Finalmente el pasado 20 de agosto del corriente, la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia dio a conocer los fundamentos de los fallos por los que rechazaron los planteos de prescripción. En los mismos puede leerse que "... los elementos obrantes en la causa permiten al momento señalar que la aplicación de sufrimientos, consistente en la privación injustificada de alimentos, aplicación de sanciones ilegitimas y degradantes a los integrantes de la propia tropa, habría sido una práctica corriente realizada por el personal superior durante la guerra del Atlántico Sur. Hechos estos que por su presumible generalización merecen ser categorizados prima facie como crímenes de lesa humanidad" (...) "En el caso las acciones degradantes contra los conscriptos habrían sido deliberadamente perpetradas y bajo el amparo de cargos oficiales que otorgaban superioridad, transgrediendo de este modo normas universalmente aceptadas por el Derecho Internacional" (...) "Por último resta agregar que los sufrimientos físicos denunciados, más allá de su eventual acreditación, no pueden considerarse, como pretende la defensa, sanciones avaladas por el Código de Justicia Militar. Ni el estaqueamiento, ni el enterramiento se encuentran contemplados como sanción disciplinaria en el mismo".

En estos días en que aquella trágica "aventura militar", tal como fuera calificada en el Informe Rattenbach, sólo se ilumina cuando se recuerda con admiración y respeto a todos aquellos que allí combatieron y especialmente a los que haciéndolo encontraron la muerte defendiendo la soberanía nacional de aquel retazo de nuestro territorio, que se continué con la investigación de los hechos y se comience a procesar a los implicados, supone un acto de justicia con los jóvenes soldados conscriptos que debieron enfrentar no sólo los avatares del combate, haciéndolo con coraje, sino también la crueldad y el autoritarismo de no pocos de sus superiores.

La herida de la guerra de Malvinas continúa abierta, hay temas todavía por saldar, pero hechos como este merecen ser destacados porque sin duda contribuyen para que algún día aquella finalmente cicatrice.