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PROYECTO DE TP


Expediente 4215-D-2008
Sumario: DECLARAR DE INTERES DE LA H CAMARA DE DIPUTADOS LA OBRA LITERARIA 'LOS CAMINOS DEL REENCUENTRO' DEL PRESBITERO JUAN ESTEBAN ROUGIER.
Fecha: 13/08/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 99
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


Declarar de interés de ésta Honorable Cámara de Diputados de la Nación la obra literaria "Los Caminos del Reencuentro" del autor Presbítero Juan Esteban Rougier.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El presbítero Juan Esteban Rougier nació en Villa Elisa (Entre Ríos) el 22 de mayo de 1.928. Cursó sus estudios primarios en el Colegio del Niño Jesús de su pueblo natal y entró en el Seminario Arquidiosesano de Paraná el 11 de marzo de 1.940, donde cursó sus estudios eclesiásticos.
Se ordenó de sacerdote el 20 de diciembre de 1.952 en la Catedral de Paraná. Fue profesor de latín desde el año 1.952 a 1.956 y vicario cooperador en las parroquias del Sagrado Corazón de Jesús de Paraná, de Nogoyá y de Villaguay.
Fue nombrado párroco de San José de Feliciano desde el año 1.962 a 1.965, Villa Elisa desde 1.965 a 2.000 y Santos Justo y Pastor de la ciudad de Colón (E. Ríos) de 2.000 a 2.006.
En 1.970 - 1.971, en la Abadía San Andrés de Bélgica cursó el Año Pastoral, de actualización teológica a la luz del Concilio Vaticano IIº, permaneciendo luego en Europa visitando las regiones de Piamonte y Suiza de donde proceden los habitantes de buena parte de la Provincia de Entre Ríos.
Visitó muchas veces esas regiones, agregando en su periplo los Departamentos de Saboya y Alta Saboya, cuna también de un tercio de la población del Departamento Colón y otras localidades de la Provincia de Entre Ríos.
Actualmente, liberado de la responsabilidad directa de la parroquia, dedica su tiempo a transmitir su feliz experiencia en la tierra de los antepasados.
La obra cuya declaración de interés de este Honorable Cuerpo solicito, se se basa en las tres corrientes inmigratorias que fundaron, desde 1857, la primera colonia agrícola de Entre Ríos: los valesanos, los saboyanos y los piamonteses.
Establecidos en San José, Cuna de la Colonización, se expandieron luego hasta fundar localidades florecientes, como Colón y Villa Elisa y otras menores, que viven la fortuna que hoy señalan los urbanistas: su dimensión humana.
El Padre Juan Esteban (como lo llaman los ciudadanos de esas latitudes) conoció desde niño a no pocos ancianos que vieron la luz en las montañas alpinas y se expresaban en el hoy olvidado patois.
En sus viajes nació el propósito de transmitir a las numerosas familias que descienden de las corrientes mencionadas, lo que había sido una experiencia tan múltiple y tan aleccionadora.
Declarar Interés de esta Honorable Cámara dicha obra literaria es básicamente el reconocimiento de no solo el hacer literario de este autor sino también a una vida llena de principios, gestos y solidaridad dedicada a toda una comunidad.
Sin duda alguna esta obra es unas de las pioneras en esta temática además de destacar la importancia y la cercanía gerenacional que ha tenido el autor con los inmigrantes de aquellos lares.
El Prologo de este libro fue escrito por el actual Director de Cultura de la Provincia de Entre Ríos Roberto Romani y dice lo siguiente:
"...Tengo en mis manos los originales de un proyecto maravilloso y necesario que hace muchos años comenzó a soñar el Padre Juan Esteban Rougier. El material inédito que muy pronto será libro y con el tiempo un testimonio cargado de gratitud hacia los abuelos inmigrantes, hacia las almas buenas que cruzaron los mares para demorarse entre cuchillas e iluminar de voces europeas los montes entrerrianos. Los caminos del reencuentro nos llevan, nos acercan a la raíz de lo esencial. Nos comunican con las viejas aldeas, con las montañas y especialmente con los cielos que inspiraron a nuestros mayores a elegir otro horizonte para sus vidas; otro rincón para alabar a Dios y sembrar de esperanzas nuevas los corazones de las generaciones futuras. Con el mismo asombro que el niño descubrió el verde profundo que define a esta federal provincia en el litoral argentino, entre la buena gente de Colonia Vázquez, el joven hizo suyo el mensaje del Evangelio en el ámbito cristiano del Colegio Niño Jesús y la Parroquia Virgen Niña. Después llegaría el momento de trasladar a los pechos criollos y a los ojos del peregrino que atravesó las huellas del invierno, la virtud de la palabra, los conceptos que vienen del Señor de las alturas y florecen en la piel sensible de nuestros hermanos. Así lo conocimos, así lo empezamos a comprender y a estimar. Luego lo admiramos y lo quisimos entrañablemente. Por eso no fue sorpresa para los habitantes de Villa Elisa saberlo viajero incansable hasta la propia razón de la inmigración valesana, piamontesa y saboyana. Saberlo inquieto investigador del origen y evolución de los pueblos que albergaron a nuestros mayores y hoy contienen a nuestros primos europeos. Seguramente su abierto corazón fue recibiendo las nostalgias buenas que se hicieron canto y homenaje cuando el Centenario de la Colonia San José en l957 o florecieron de emoción temprana cuando los 100 años de Colón en l963. Pero sin dudas que fue la proximidad de la primera centuria de Villa Elisa la motivación que impulsó con raíz y vuelo el gran desafío de acercar los continentes y hacer posible el gran abrazo de quienes levantaron el pañuelo del adiós y de los nuevos habitantes del emblema celeste y blanco que guía y protege a los hijos de la patria de San Martín. El Padre Juan Esteban lo hizo posible. Tendió las redes del afecto que no muere. Como el colono que sale a trabajar la tierra después de entibiar sus manos con el rescoldo del hogar fraterno, desafió las distancias del olvido y los otoños de la indiferencia, después de comprender que podía convertirse en el nexo indispensable para recuperar la memoria, para revivir la fiesta de todas las razas, para salvar la alegría en torno a la mesa grande. Los caminos del reencuentro, en el prólogo de un nuevo milenio, se abren de luz ante "La revelación piamontesa", se llenan de energía y trabajo con "El hallazgo valesano" y se visten de gracia al celebrar "La fiesta saboyana". Así como el pastor de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor se imaginó a su abuelo Eduardo, allá en San Colombano, contando la única historia que no muere, yo advierto que cada descendiente del esfuerzo fundador de nuestras colonias, habrá de incorporar a través de este libro un retazo de las vivencias de los queridos mayores, y ya no habrá vientos ni tempestades que nos impidan alcanzar la felicidad. Como ocurriera con "El faro de la cuchilla" del profesor Horacio Francou, esta obra del Padre Juan Esteban está llamada a encender capullos de reivindicación para la gesta inmigrante. En sus páginas vuelven a la vida los esfuerzos del hombre y la bendición del Altísimo. En cada imagen que relata el autor se levantan las paredes de la casa solidaria que como una atalaya jubilosa llama a sus hijos a reinventar un mundo donde lo más importante sea la sensibilidad y la fe de los hombres. No tengo dudas que el objetivo está cumplido. Gran parte de la existencia del Padre Rougier está sintetizada en la publicación que ahora sale a recorrer los días sin ocaso. Con los recuerdos de este "Ciudadano ilustre de Villa Elisa", también están las caricias renovadoras de los fundadores de las cuchillas del progreso, a orillas de los ríos ciertos. Solo nos resta contemplar la inmensidad de la noche entrerriana, para advertir junto al lucero de la madrugada, la sonrisa de los abuelos dormidos, agradecidos por la bandera de amor que sigue flameando en este rincón de la América madre."
Es por todo lo expuesto que solicito la aprobación de la presente a mis pares.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
PETIT, MARIA DE LOS ANGELES ENTRE RIOS FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CULTURA (Primera Competencia)