PROYECTO DE TP
Expediente 4120-D-2007
Sumario: DECLARAR DE INTERES DE LA H CAMARA EL ACTO CONMEMORATIVO POR EL 75 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE WILLIAM MORRIS, POPULAR PASTOR ANGLICANO, A REALIZARSE EL DIA 14 DE SEPTIEMBRE DE 2007, EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 16/08/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 105
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
De interés de esta Honorable
Cámara, el acto conmemorativo por el 75º aniversario de la muerte de William
Morris, el popular pastor anglicano, que se realizará el día 14 de Septiembre del
corriente año, en la Vuelta de Rocha del Barrio de La Boca, en la Ciudad de Buenos
Aires, donde inició su obra. Asimismo rendirle homenaje a un hombre cuya
existencia transcurrió ennoblecida por dos apostolados: místico uno: el evangélico,
humano el otro: el social.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
William C. Morris nació el
16 de febrero de 1864, en una casita muy humilde de Sohan en el
Condado de Cambrige, Inglaterra. Allí transcurrió su infancia. El 29 de
febrero de 1868, fallece su madre a los 37 años de edad y William
contaba solamente con 4 años.
Su padre, casi obligado a
aceptar las propuestas de la "Compañía Colonizadora", que reclutaba
agricultores para una colonia que se estaba formando en el Paraguay,
embarcó con sus cuatro hijos -tres varones y una mujer- cuando aquel
niño contaba apenas siete años. Y el barco en el cual partieron desde
Inglaterra hizo escala por unos días en Buenos Aires para seguir
después viaje hacia el Paraguay, donde la familla se instaló en
Sapucay.
Aquel intento, nacido de la
necesidad del momento, mereció sólo el éxito que la imaginación pudo
darle. La realidad fue muy otra y tras el fracaso de la aventura, los
Morris fueron cayendo río abajo hasta llegar a Rosario, en la provincia
de Santa Fe.
En 1879 la familia se radica
en el campo, para ocuparse de faenas rurales, correspondiéndole a
William, el pastoreo de la majada de su padre.
En 1886, teniendo 22 años,
William viaja por primera vez a Buenos Aires. Alquila una pieza muy
humilde en el barrio de la Boca y consigue ubicarse como pintor de
brocha gorda. Los pocos pesos que recibe por su trabajo sirven para
costear su irregular cuota de alimentos y su constante afán de
instruirse. Los libros, aquellos libros a los que no tuvo acceso en su
niñez, están más a su alcance como también más cercanos a su
entendimiento.
Las tareas de pintor duran el tiempo
suficiente como para aspirar a un puesto de oficinista y como tal se emplea en una
casa de comercio de la calle Almirante Brown. Poco tiempo después un amigo
inglés lo hace ingresar en "La Platense" y en los escritorios de esa compañía llega
a demostrar invariablemente su alto grado de responsabilidad y eficiencia. El
progreso que logra se vuelca casi por entero a la adquisición de libros. Solamente
estos comparten las horas de su juventud.
Una noche de 1892, al volver de su
empleo, Morris siente íntimamente un irrefrenable deseo de impartir a otros lo que
personalmente ha sabido aprender. Sale a la calle, compra unos simples bancos de
cocina, una mesa de pino, un pizarrón, una caja de tizas, un mapamundi y
cincuenta cuadernos y en esa humilde pieza del barrio de la Boca, improvisa un
aula... La primera aula en la vida de William C. Morris; la primera gota en el vasto
océano de su labor filantrópica.
Sin perder tiempo se pone
a la búsqueda de algunos chicos que quieran aprovechar su
enseñanza. Reúne doce a quienes además de enseñar a leer y
escribir les imparte las más elementales nociones de higiene. Al poco
tiempo descubre la escasa alimentación que reciben esos niños y
suma a los cuadernos y libros, una olla grande, platos, tazas y
cubiertos.
Alrededor de 1895, William
C. Morris fue ordenado Ministro de la organización metodista
rioplatense, y como ensayo, crea un asilo para marineros en el barrio
de la Boca. Allí les ofrece cama, comida y descanso a hombres de
todas las razas que llegan al puerto de Buenos Aires.
En marzo de ese mismo
año viajó a Inglaterra a fin de interesar a personas allí radicadas y que
tuviesen intereses en nuestro país, del esfuerzo que estaba
realizando. Lo hizo solo, dejando en Buenos Aires a Cecilia, quien lo
reemplazó en los trabajos de la escuelita. Durante dos años recorrió
Mildway, Pulney, Cardiff y Brighton. Luego estuvo en Soham, su aldea
natal, adonde llegó a fines de ese año. Al día siguiente de arribar -30
de noviembre de 1895- fue hasta el pequeño cementerio, hallando la
tumba de su madre, ante la cual prometió dedicar los años de su
existencia "para ayudar a todos aquellos que no tuviesen el amor de
sus madres y el refugio y la inspiración de un buen hogar".
Una vez de regreso,
resolvió pasar a la Iglesia Anglicana, "convencido de que ésta le
concedería mayor libertad de acción". Todo cuanto hasta el momento
poseía, producto de su esfuerzo personal, lo cedió a la Iglesia
Metodista de la que se retiraba. Debía comenzar de nuevo, otra vez
desde el primer ladrillo.
En 1898 funda su escuela
Nº 1, en la esquina de las calles Guemes y Uriarte, de esta Capital. El
plantel inicial de alumnos alcanza solo a 18 niños. Y en labor
incesante y sin descanso, va ampliando su obra educacional,
venciendo tremendas dificultades económicas.
El primitivo grupo de 18
niños llegó en el curso último (1932) a 7.000 en total, pasaron por los
Institutos Morris, en el periodo de 34 años, 150.000 estudiantes. A
este magnífico conjunto de resultados docentes corresponde sumar
las incontables publicaciones, elaboradas en horas que se restaron al
descanso, para propagar ideas, favorecer iniciativas generosas y
sugerir normas de conducta. un fascículo sobre "El patriotismo" definió
así este sentimiento: "Amar a la patria con toda la intensidad, todo
vigor, toda la ternura, toda la ingenuidad y la inventiva, con todo el
valor y la abnegación, con todo el olvido de sí mismo, con toda la
perseverancia, la incansable persistencia, con toda la fe ardiente, con
toda la inapagable esperanza propia del vivo amor, eso, y no otra
cosa, "eso y nada menos que eso, es el patriotismo".
Personalmente solicitaba la
ayuda material en un peregrinaje agotador, y su obra fue creciendo en
magnitud casi milagrosa, de modo que a los 28 años de haber
inaugurado la escuela Nº 1, pueden computarse: tres escuelas de
varones y dos escuelas de niñas, una escuela infantil, dos escuelas
nocturnas, un Instituto de artes y oficios, un Instituto de telegrafía y
mecanografía, una biblioteca escolar, un salón de lectura, un museo
escolar, salón de conferencias, una escuela de música, una asociación
de ex - alumnos, una asociación de madres, un hogar llamado "El
Alba" donde se alojaban mas de 300 niños carenciados, un templo
llamado "San Pablo" y una biblioteca popular.
En 1914 la obra soportó un
año de ansiedades y angustias sin igual. La general disminución de los
ingresos, debido en primer término a la crisis local que desató la
guerra europea, hizo que las dificultades fuesen a veces casi
insoportables. Esa misma razón provocó en nuestro país una gran
crisis laboral y debido a ello y al enorme aumento de pobreza entre la
clase obrera más humilde, la parte filantrópica aumentó más que en
otros años. Morris recibió entonces, una vez más, la aprobación y la
buena voluntad de las autoridades nacionales, municipales y del
Consejo Nacional de Educación; si bien en este último se produjo una
sensible baja por la muerte de su presidente, el Dr. José María Ramos
Mejía, asociado desde mucho tiempo atrás a la institución.
Al doctor Ramos Mejía,
pertenece esta frase referida a Morris: "Yo conozco muchos,
muchísimos maestros más preparados que él, pero no creo que haya
en el país uno capaz de hacer lo que él ha hecho, y de llegar donde él
ha llegado con su fe de apóstol iluminado, con su inquebrantable
tenacidad sajona".
Su constancia, su
paciencia, su tolerancia, llegaban a rebalsar cualquier límite. En una
ocasión supo de la existencia de un terreno desocupado que por el
tamaño se adecuaba para edificar allí una escuela. Averiguó quién era
el propietario y fue a verlo. Conversó con él más de una hora y
después de complacer todas las explicaciones solicitadas, pidió la
donación. El propietario le prometió pensarlo y contestarle al cabo de
quince días. Volvió y luego de otra larga charla, salió con una nueva
promesa para dentro de diez días más. La visita debió repetirse varias
veces, hasta que una tarde aquel hombre decidió regalar el terreno
para edificar allí una escuela.
En 1932, agotado por el
esfuerzo cumplido, viajaba a Inglaterra a descansar, y el 15 de
septiembre de 1932, a los 68 años de edad, fallece William C. Morris
en su pueblo natal, cuando se preparaba para su regreso a Buenos
Aires.
Pasaron por las aulas de
Morris, más de 200.000 alumnos; quienes en una Asociación que
constituyeron, levantaron un hermoso monumento en su homenaje,
inaugurado el 28 de noviembre de 1964, en los jardines de
Palermo.
Por los motivos expuestos,
por el respeto y la admiración a la obra de William Morris, solicito a mis
pares la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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GENEM, AMANDA SUSANA | MENDOZA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
BERRAUTE, ANA | SANTA FE | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
LAURITTO, JOSE EDUARDO | ENTRE RIOS | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
SOLANAS, RAUL PATRICIO | ENTRE RIOS | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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