La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Se solicita al Poder Ejecutivo Nacional que proceda a Informar acerca de los siguientes puntos atinentes al ausentismo docente y su incidencia en la calidad de la enseñanza:

1. Cuáles son los índices de ausentismo docente en instituciones públicas y privadas en los años 2010 y 2011 y en los primeros cinco meses de 2012.

2. Diferenciar licencias psiquiátricas o psicológicas; licencias por familiar a cargo, por dispersión de la carga horaria y por cargos de mayor jerarquía.

3. El resultado estadístico del seguimiento de las licencias psiquiátricas o psicológicas remuneradas, en lo referido a diagnóstico, tratamiento y posibilidades de reinserción laboral.

4. Si se realiza el cruce de información donde se compruebe si el personal con licencias no realiza otras actividades económicas públicas o privadas,

5. El sobregasto que implica el ausentismo docente

6. Si se ha evaluado la incidencia del ausentismo en la calidad de la enseñanza.

Señor presidente:

Bajo el título de ausentismo docente, suelen englobarse situaciones y realidades diferentes.

En el último tiempo el tema ocupa un lugar importante por diferentes causas. En primer lugar; por el impacto que produce en la calidad educativa.; y, en segundo lugar por el costo económico que el mismo ocasiona.

Es necesario empezar a diferenciar situaciones para poder planificar soluciones en cada caso.

De diferentes investigaciones surgen algunas de las causas por las que los docentes se ausentan: enfermedades infectocontagiosas, asistencia a familiares, dispersión de la carga horaria, enfermedades psicológicas o psiquiátricas, etcétera. En la provincia de Buenos Aires hay algo más de 40.000 docentes, si el ausentismo ronda el 24%, habría casi 10.000 docentes ausentes en las aulas. Si lo analizamos desde el punto de vista presupuestario, debemos tener en cuenta que el presupuesto del Ministerio de Educación es de 8.800 millones de pesos, de los cuales poco más de 5.000 millones son sueldos docentes. Esto quiere decir que del total de sueldos docentes que paga la provincia, el ausentismo representa un costo de 1.200 millones de pesos anuales.

Es necesario subrayar que todas las licencias están amparadas por una legislación - Estatuto del docente - que tiene medio siglo pensada quizás para otro momento de la realidad histórica y para un sistema educativo en desarrollo que requería de ciertos privilegios que operaran como motivación para pertenecer al mismo. Aclarando además que los sujetos históricos destinatarios de estas medidas pertenecían a un momento absolutamente diferente del actual. Eran, por señalar sólo alguno de sus rasgos, individuos amparados por un Estado Nacional omnipresente.

De diferentes trabajos, surge también que las cifras del ausentismo docente son altamente superiores en el sector público que en el sector privado, debido esto, entre otras cosas, a que los docentes privados responden a una institución educativa que se maneja por el Código de Comercio. La provincia más afectada es La Pampa, le sigue Mendoza con el 33%, el Chaco con 29%, Neuquén con el 25% y Santa Fe con 17%. En la Ciudad, las cifras oficiales indican que alcanza el 22%. Indican que las escuelas privadas no padecen el problema

Resulta imperioso plantear el hecho de que cuando una situación llega al nivel de laxitud a la que se ha llegado es porque los mecanismos de control no están funcionando o se han burocratizado de tal manera que resultan ineficientes.

Es altamente conocido que un docente presenta un certificado médico de cualquier profesional o institución, con un diagnóstico lo suficientemente amplio como para que cualquier realidad quepa en él y la licencia se otorga sin ningún otro seguimiento. Sólo importa respetar los plazos que las leyes o estatutos en cuestión requieran y en el caso de las escuelas públicas. Existe un palpable grado de relajamiento en esta materia y quizás una inconciencia de los actores acerca del nocivos efectos que apareja el ausentismo.

Nadie controla si ese docente realiza otra actividad económica remunerada. Bajo la forma "dispersión de la carga horaria" se licencia la tarea de un docente que tiene que trasladarse de una escuela a otra para cumplir su trabajo.

Los cargos a cubrir en el Estado, son titulares, suplentes o provisorios. Los cargos titulares generalmente no están en oferta porque el titular no los renuncia. Se pide licencia por cargo de mayor jerarquía. El docente que entra a cubrir ese cargo lo hace como suplente, situación que provoca desde el inicio la sensación de precariedad en el trabajo. Los docentes suplentes perciben aguinaldo y vacaciones proporcionales y esto los obliga a buscar situaciones más estables.

Las licencias médicas, según estatutos y leyes suelen ser remuneradas por períodos de tiempo diversos. Nada impide que un docente solicite una licencia remunerada por el tiempo legal requerido, vuelva a su trabajo por el tiempo legal requerido y solicite una nueva licencia. Debiera imponerse una cantidad racional de licencias y evaluar si la situación planteada no pudiera ser contemplada en una jubilación anticipada.

La rectora de un colegio denunció que existen abusos y ello es posible porque un decreto provincial permite solicitar licencia hasta por cinco días al año por razones particulares. Sin embargo, se toman 15 días, se reintegran por tres o cuatro jornadas, y vuelven a pedir otros 15. Esta situación les impide solicitar un reemplazo. Acotó que se pagan hasta dos cargos suplentes por una licencia de un titular, es decir que la Provincia abona tres sueldos.

Es evidente que toda esta situación, que de manera alguna es taxativa, afecta la calidad de la enseñanza, la motivación de quienes se inician como educadores y los que vienen haciéndolo desde hace años.

El impacto que estas realidades producen son altamente perjudiciales para:

los alumnos; ya que se ven afectados directamente por la discontinuidad de la enseñanza

las familias; ya que el ausentismo docente genera desorganización familiar y mayor ausentismo laboral en otros sectores

la economía: por el volumen de dinero mal gastado que bien podría destinarse a formación, capacitación y salarios.

Somos conscientes de que el docente - como otros estamentos de la sociedad - se halla inmerso en un proceso de desmotivación causado por múltiples factores. Es en aras de la recuperación del relevante rol que tiene el docente en la comunidad es que nos preocupa el ausentismo, como uno de los desajustes que perjudican a la educación. El docente debe volver por sus fueros y erigirse en uno de los principales artífices del destino común. Éste pasa inexorablemente por la educación y ésta por los docentes.

Es por lo expuesto que pedimos la aprobación de esta Resolución.