PROYECTO DE TP
Expediente 4081-D-2015
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA CITAR AL SEÑOR ENCARGADO DE NEGOCIOS DE LA REPUBLICA ARABE DE SIRIA S. E. HAMZEH DAWALIBI, CON EL FIN DE INSTAR A SU GOBIERNO A TOMAR MEDIDAS EXTRAORDINARIAS PARA PROTEGER A LAS IGLESIAS Y A LAS MINORIAS RELIGIOSAS DEL PAIS, DANDO SEGURIDAD A LOS TEMPLOS CRISTIANOS Y LIBERTAD PARA EL EJERCICIO DE LOS CULTOS.
Fecha: 27/07/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 93
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo
Nacional, para que por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto, se cite al señor Encargado de Negocios de la República Árabe de
Siria S.E. Hamzeh Dawalibi, a fin de instarle que su gobierno proceda a
tomar medidas extraordinarias para proteger a las iglesias y a las minorías
religiosas del país, dando seguridad a los templos cristianos y libertad
para el ejercicio de los cultos.
Asimismo, se arbitren los
medios para obtener la liberación de los clérigos secuestrados: Arzobispo
greco ortodoxo Monseñor Boulos al-Yazigi y Obispo metropolita siriaco
ortodoxo Monseñor Mar Gregorios Yohanna Ibrahim y Rvdo. Padre Paolo
Dall´Oglio SJ sacerdote católico de la Compañía de Jesús.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El Papa Francisco hizo un
llamado por la liberación de un sacerdote jesuita italiano y dos obispos
ortodoxos secuestrados en Siria hace dos años, pidiendo a las autoridades
que trabajen por el regreso a casa de todos los cautivos.
El padre Paolo Dall'Oglio, un
sacerdote jesuita que trabajaba en Siria desde hace más de 30 años y que
apoyó el levantamiento contra el presidente Bashar al-Assad, desapareció
el 29 de julio de 2013 en la ciudad de Raqqa, convertido ahora en un
bastión del grupo extremista Estado Islámico.
Dall'Oglio era bien conocido en
Oriente Medio y Europa por su trabajo promoviendo el diálogo entre
cristianos y musulmanes. Estaba restaurando un antiguo monasterio en el
desierto y se había negado a abandonar el país por su propia seguridad
tras el inicio de la guerra civil hace cuatro años.
Varios meses antes, dos
obispos ortodoxos fueron secuestrados en una zona cercana a la frontera
turca donde estaban negociando la liberación de dos sacerdotes también
raptados.
El Sumo Pontífice, en su
mensaje semanal ante decenas de miles de personas en la plaza de San
Pablo, llamó a un "compromiso renovado" de las autoridades locales e
internacionales "para que estos hermanos nuestros puedan recuperar su
libertad en breve".
Más de un cuarto de millón de
personas han muerto desde que estalló el conflicto en Siria, y muchas han
desaparecido o fueron secuestradas.
En la espiral de terror desatada
en Siria e Irak por los islamistas del Frente al-Nusra y Estado Islámico, los
secuestros, bien de individuos concretos o de grupos numerosos, junto a
la difusión de incontables vídeos de brutales "ejecuciones" de supuestos
opositores y militares rivales, han desempeñado un papel clave. Víctimas y
objeto de todo ello: personas de todo tipo y condición que pudieran ser un
freno a sus planes o encarnaran, en algún modo, al diabolizado enemigo
que pretenden extirpar de sus crecientes dominios; particularmente,
miembros de las minorías religiosas. Una brutal táctica terrorista
perpetrada sistemática e implacablemente.
En este contexto, de la suerte
de ambos obispos ortodoxos no se sabe prácticamente nada. Con
anterioridad, algunos secuestros terminaron felizmente. Así, las 13 monjas
del monasterio de Santa Tecla de la ciudad cristiana siria de Malula,
retenidas desde el 2 de diciembre de 2013 por el Frente al-Nusra, fueron
liberadas el 9 de marzo de 2014 en Arsal (Líbano) en buen estado. Para
conseguirlo, unas 200 presas sirias habrían sido liberadas por el gobierno
del presidente Bashar al-Assad.
Pero otros terminaron mal,
muy mal. Fue el supuesto del franciscano François Murad, decapitado el
23 de junio de 2013 por el Frente al-Nusra ante un público numeroso, en
las inmediaciones del monasterio Gassinieh, en el norte de Siria.
Ritualizado, grabado y subido a Youtube, el caso pasó casi totalmente
desapercibido; salvo en medios digitales muy minoritarios y otros de
carácter cristiano. Por el contrario, el secuestro y posterior asesinato de
James Foley y otros periodistas y colaboradores de ONG's anglosajones,
fueron la excusa para la constitución de una coalición internacional,
encabezada por Estados Unidos.
De otros muchos secuestrados,
por ejemplo el jesuita sirio de origen italiano Paolo Dall'Oglio, una de las
cabezas visibles de la oposición moderada al régimen de Bashar al-Assad,
sigue sin saberse la suerte corrida desde que fuera secuestrado el 29 de
julio de 2013.
Más recientemente, fueron
secuestrados el párroco franciscano Hanna Jallouf, de la aldea cristiana de
Knayeh, junto a una veintena de sus feligreses por un grupo yihadista, el
domingo 5 de octubre de 2014. El franciscano y las mujeres del grupo
fueron liberados el siguiente viernes 10 de octubre. Pero de los varones del
grupo se desconoce su estado; como tampoco el de varios cientos de
hombres y mujeres más a lo largo de toda la geografía siria.
Han sido tantos y tan crueles,
los secuestros, asesinatos, destrucciones de bienes materiales y
espirituales, expulsiones masivas de población, etc., perpetrados en el
antaño Creciente Fértil, que ya hemos perdido la cuenta. Pero, lo que es
más grave, a pesar del impacto de semejantes imágenes difundidas por
Internet, "casi" nos estamos acostumbrando.
Si la violación masiva de
mujeres fue una de las armas de guerra empleada metódica y
conscientemente en la última Guerra de los Balcanes, como instrumento
de "limpieza étnica", en el escenario de Siria e Irak, los secuestros y las
mal llamadas ejecuciones, cada vez más brutales, se han empleado con
idéntica finalidad; además de la propagandística.
Ante todo ello, la opinión
pública mundial permanece, en gran medida, pasiva e indiferente. Por el
contrario, los kurdos de Turquía y Europa se vienen movilizando
ejemplarmente en defensa de sus hermanos del enclave sirio de Kobane
(Fuente: Fernando Vaquero Oroquieta, La Tribuna del País Vasco y
Agencia Aica).
Acaso sea la principal
enseñanza de esta tragedia: el dolor y sufrimiento de sirios e iraquíes
cuestiona moralmente el repliegue, frialdad e indiferencia de nosotros;
occidentales posmodernos y descreídos
Hacemos propio el clamor del
Papa Francisco del domingo 26 de julio del corriente año y lo sumamos al
de la comunidad internacional. Esta H. Cámara no puede permanecer
ajena a los luctuosos e crueles hechos que se están desarrollando en tierra
siria, lugar de origen de los ancestros de muchos argentinos. Nos duele
mucho, muchísimo, lo que pasa en Siria. No nos inmiscuimos en la
situación política interna. Nuestro reclamo es profundamente
humanista.
Pido por ello el
acompañamiento de mis pares a fin de aprobar la presente
resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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