La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito por el próximo restablecimiento del ramal ferroviario que une a las ciudades de Buenos Aires y Mendoza; a la vez que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional arbitre los medios conducentes para evaluar la posibilidad de construir un sistema ferroviario en la Región Patagónica.

Señor presidente:

El prestigioso Director Nacional de Políticas Ferroviarias de la Nación, Juan Alberto Roccatagliata, anunció recientemente que en unos 20 meses las ciudades de Mendoza y Buenos Aires estarán unidas por un tren de larga distancia, el mismo que en 1993 dejó de funcionar y que recorría los mil kilómetros de ese ramal del San Martín.

El mencionado funcionario, aseguró también que el nuevo tren viajará a una velocidad promedio de 100 kilómetros por hora, que cubrirá el recorrido de Buenos Aires a Mendoza -y viceversa- en aproximadamente 12 horas y que tendrá una frecuencia semanal.

Además, se anunció que, en el duro trabajo de recuperar la red ferroviaria nacional, se están ejecutando los cambios en Rosario, Buenos Aires, Mar del Plata y Bahía Blanca, a fin de reordenar los grandes nodos ferroviarios.

Más allá del beneplácito y del entusiasmo que genera este proyecto en quienes deseamos que la Argentina vuelva a tener un sistema ferroviario acorde a sus necesidades, consideramos también que el mismo debería ampliarse a otras regiones del país, en especial al extenso territorio patagónico.

En efecto, el territorio de la Patagonia Argentina se extiende al sur de los ríos Barrancas y Colorado, abarcando una superficie de 786.983 kilómetros cuadrados. Pero esta región no cuenta con vías naturales de comunicación, por lo cual la demora en la construcción de infraestructura para facilitar el transporte ha determinado el aislamiento y la separación de varios centros de población. Y un ejemplo claro de ello es la tan largamente esperada construcción de Ferrocarril Transpatagónico, que sin dudas habría facilitado la comunicación y el asentamiento territorial.

Las reiteradas crisis económicas que han afectado a nuestro país, en especial como consecuencia de la instrumentación de políticas que beneficiaron a intereses foráneos o impopulares, fueron alejando la posibilidad y las expectativas para la construcción de las vías férreas en la región. Más aún, muchos ramales que unieron varias localidades patagónicas fueron cerrados.

Pero en la situación actual, en la que nuestro país ha retomado la senda del crecimiento económico gracias a la nueva energía que caracteriza ahora al Estado Nacional, nos permite volver a soñar con un país grande, el cual, sin dudas, como todo país grande, debería contemplar la construcción de ferrocarriles.

Este gran paso que se está dando con el restablecimiento de la línea entre Buenos Aires y Mendoza, como así también la construcción del sistema ferroviario de alta velocidad para unir Buenos Aires, Rosario y Córdoba, no hace otra cosa que hacernos recuperar las esperanzas a quienes soñamos con una Patagonia unida por el ferrocarril, pues las consecuencias que podrían surgir a partir de ello son inimaginablemente ventajosas.

Si bien somos concientes que un eventual ramal patagónico no tendría en un principio la cantidad de afluencia que las mencionadas grandes ciudades argentinas, no resulta tampoco precipitado pensar que el turismo interno y el receptivo se conviertan, además de los mismos patagónicos, en potables usuarios de esta vía ferroviaria.

Por todo lo antes expuesto, solicito a mis pares que me acompañen con el presente Proyecto de Declaración.