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PROYECTO DE TP


Expediente 3959-D-2007
Sumario: RENDIR HOMENAJE EN MEMORIA DE LAS CINCO MUJERES CORRENTINAS DENOMINADAS POPULARMENTE "LAS CAUTIVAS", QUE FUERON TOMADAS COMO REHENES EN LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA, Y DISPONER LA COLOCACION DE UNA PLACA RECORDATORIA EN EL ATRIO DEL TEMPLO "NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED" EN LA CIUDAD CAPITAL DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES.
Fecha: 10/08/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 101
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


1: Rendir homenaje memoria de las cinco mujeres correntinas, denominadas popularmente "Las Cautivas" , identificadas como: doña Victoria Bart de Cevallos, doña Carmen Ferré de Alcina, Doña Toribia de los Santos de Sosa, Doña Encarnación Atienza de Osuna y Doña Jacoba Plaza de Cabral, quienes fueron tomadas como rehenes en la guerra de la Triple Alianza, hasta que fueron rescatadas y devueltas a sus hogares, después de cuatro largos años de padecimientos que le costara la vida a Doña Toribia de los Santos de Sosa, afectada de la epidemia de cólera.
2: Disponer la colocación de una placa recordatoria, como testimonio de homenaje de esta H. Cámara de Diputados de la Nación, en memoria de "Las Cautivas", en el atrio del templo "Nuestra Sra. De la Merced" en la ciudad de Corrientes, Provincia de Corrientes.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


En la ciudad de Corrientes, el paradigma por excelencia de la Guerra del Paraguay, Años 1865 a 1890, es la figura de "Las Cautivas", donde se encarnan el sufrimiento de los civiles en el conflicto. Y, cuando se evoca a la población civil, es menester tener presente que tanto correntinos como paraguayos experimentaron en carne propia los amargos rigores que son el pan del vencido. Ellas, como sus hermanas paraguayas, se dan, mutuamente, testimonio solidario del valor y la pasión de que es capaz la mujer guaraní.
¿Quienes eran "Las Cautivas"? Se trata de un grupo de damas relevantes de la sociedad correntina que fueron llevadas a cautiverio en represalia por la conducta de sus esposos, quienes respondían a Mitre en la época de la Guerra de la Triple Alianza, cuyo principal pecado fue ser esposas de quienes defendían la integridad y liberación de la Ciudad de Vera. Ellas forman parte de la historia de Corrientes en los años 1865 y 1869, que fueron sus años de cautiverio. Sus nombres: Carmen Ferré de Alsina, Toribia de los Santos de Sosa (muerta en prisión víctima de una enfermedad), Jacoba Plaza de Cabral, Encarnación Atienza de Osuna y Victoria Bart de Ceballos.
Y el relato directo de esta última prisionera, Victoria Bart de Ceballos, nos muestra el durísimo calvario sufrido por "Las Cautivas". Ella describe su prisión, las personas que la comparte y las circunstancias que la rodean. Su inmediato traslado a los calabozos del antiguo Cabildo, donde ya se encontraban encerradas las esposas de los coroneles Fermín Alsina y Desiderio Sosa, es decir, Carmen Ferré de Alsina y Toribia de los Santos de Sosa, como así también las señoras Jacoba Plaza de Cabral y Encarnación Atienza de Osuna.
Ella continúa el relato, citando el traslado inicial y una estadía, que puede calificarse de estacionaria, a la prisión de Humaitá. Luego comienzan prolongados lapsos de varios traslados y la exigencia impuesta a "Las Cautivas" de autoabastecerse: "De allí (Humaitá) nos condujeron a un punto que se denomina Guardia Tacuara. Desde este punto en carreta nos llevaron al pueblo de San Juan caminando día y noche.
En San Juan estuvimos dos años... nos comunicó... que no podía mantenernos ni vestirnos y que nos alimentáramos como nosotros pudiéramos hacerlos.
A los dos años nos trasladaron a Caá Pucú y nos estacionaron durante un año".
La instancia siguiente del drama que se inicia con la partida de Caá Pucú, sirviendo de descubierta a un ejército que se retira en derrota, signados por duros padecimientos, en especial por la falta de calzado ante la necesidad de marchar a pie y por el hambre: "De este lugar nos llevaron hasta las cordilleras, en un punto denominado Paso Ezcurra, siempre marchando sobre carretas.
De Paso Ezcurra a Caá Cupé ya no tuvimos carretas y nuestras marchas eran a pie, a razón de cuatro leguas por día y nuestra única alimentación la constituía las naranjas agrias.
Ya sin calzados, marchábamos de la manera más penosa sobre pedregullo. Los arroyos lo pasábamos lo mismo a pie. Algunas veces con el agua hasta el cuello, a pesar de mi gran estatura.
Algún tiempo después nos trasladaron a Pirí Be - Buy. En este punto, estuvimos un tanto mejor, pues a la alimentación de naranjas agrias agregamos raíces y cogollos de bananas...
De Pirí Be - Buy a Itá Curubí y de San José a Ajó, fueron marchas penosísimas porque ya comenzaba el desbande del ejército... Cuando estábamos en Ajó, recibimos orden de marchar a Villa Rica."
Debilitadas las cadenas del cautiverio, las prisioneras se arriesgan a valerse por sí mismas buscando el retorno hacia Asunción: "...y nos volvimos hacia Asunción hasta llegar a Paraguarí"
Las últimas líneas de su relato, constituyen una perfecta síntesis de los años vividos en cautiverio: "Después de una penosa peregrinación, contemplando todos los crímenes imaginables y todos los excesos, fuimos trasladados a Caá Cupe, Quindí, Itacurubí y Ajó. De allí por montes terribles a villa Rica y recién al finalizar el cuarto año de cautiverio fuimos entregados en Asunción ante el júbilo de encontrarnos con gente amiga y después de soportar todos los vejámenes."
El tema de marras es especialmente sensible al pueblo correntino, por lo cual, también se fundamenta este Proyecto de Resolución de Homenaje, con una referencia fidedigna mediante el sustento literario del historiador correntino Hernán Félix Gómez, quien en los primeros capítulos de su novela "Ñambé", cita el regreso de "Las Cautivas" a la ciudad de Corrientes, luego de su sufrido cautiverio:
"Hacía una hora que sobre la ciudad clamaban las campanas. A las ocho de la mañana había anclado frente al puerto una cañonera brasileña venida de Asunción, y el bote de la Capitanía que concurriera a los saludos de ordenanza, fue portador de una noticia que circuló como reguero de pólvora por el vecindario. Repatriaba el barco amigo a las damas arrebatadas de sus hogares..., y como el estado de las mismas era delicado, enfermas y debilitadas por las privaciones, se pedían botes que cómodamente pudieran hacer el desembarco.
La noticia cundió como una chispa. Confirmada por los RR.PP. de la Merced, se echaron a vuelo las campanas. Era la iglesia de la ilustre Patrona de Corrientes, la protectora de los ejércitos, la Generala de Tucumán y de los Andes. Ante sus altares, hijos y esposos habían rezado con devoción, y de su generosa mediación se esperaba el milagro de que las damas "Cautivas"... volviesen al solar de paz de los abuelos.
Los otros templos se adhirieron al himno jubiloso de los bronces y se citaron las congregaciones religiosas.
-¡Vienen las cautivas!
Y de todas las casas, chicos y grandes, presurosos, llenos del respeto que filtra en el espíritu el dolo ajeno dirigíanse hacia el puerto.
-¡Las cautivas!
Clamaban las campanas. El desembarcadero oficial del cabotaje menor sobre la calle Rioja se vio inundado de público. Como ahí atracaban los botes en que se trasbordaba desde los barcos anclados en el canal, el pueblo concurrió en masa ocupando la pequeña plaza y las calles anexas.
Enorme el gentío. Cuando los botes, con las cautivas, se desprendieron de la cañonera brasileña, el silencio de la masa del pueblo fue como un homenaje. Y cuando los botes se acercaron lentos a la playa, la impaciencia de los parientes, de los amigos, de los más ancianos, la tensión de una loca ansiedad.
La gente se corrió al agua. Sin descalzarse, anhelosos de estrechar a las vencidas, damas y caballeros penetraron al río. Se avanzaba y los brazos implorantes de afecto tendíanse a los suyos.
Un pesado silencio en los botes. Con las mantas oscuras sobre las cabezas inclinadas, cuatro mujeres, idénticas en la extenuación de sus cuerpos, sin individualidad por el sello que el pesar de los espíritus y el dolor físico pone en el ser humano, destacábanse al culto respetuoso de todo un pueblo.
El avance de la masa de pueblo hacía imposible el desembarco. Las damas repatriadas habían hecho la promesa de no hablar con nadie, ni esposo, ni hijo, ni hermano, mientras postradas a los pies de la Virgen de las Mercedes, en su templo, no hubíesen rezado una salve de gratitud a su divina protección. Débiles, vencidas, querían llegar al templo a pie, última peregrinación en esos cuatro largos años de martirio.
Pero los botes continuaron. Al fin de la calle Córdoba, se hizo el desembarco, y cuando la masa de pueblo, corriéndose por la del puerto quiso llevar su homenaje, le llegaron las súplicas:
-No hablemos, señores, a las cautivas
-Deben primero cumplir una promesa
Cuando las damas repatriadas subían la escalinata del templo de la Merced, sus puertas se abrieron destacando en la amplitud de su extensión el altar mayor, donde la luz y le incienso ponían el homenaje de su triunfo. Sobre el tabernáculo, en el nicho central, que guardaba la imagen del milagro, las flores de los votos diarios hacían cascadas, y cuando el órgano maravilloso del Padre Antonino, rompió en la armonía de su himno, la cortina del nicho de María de las Mercedes ascendió con lentitud majestuosa
Se inclinaron las frentes.
La ola del pueblo llegó reverente hasta las graderías del coro y todos de pie, en silencio profundo, vieron orar a las cautivas correntinas."
Así, un 5 de septiembre de 1869, el pueblo de Corrientes, recibió con gran emoción a quienes fueron el precio de una represalia de aquella guerra injusta, que recordamos en la historia con el nombre de la Guerra de la Triple Alianza.
El sufrimiento de estas heroicas mujeres debe ser conocido y recordado, no solo por los correntinos sino por todos los argentinos, trayendo a conmemoración el recuerdo siempre presente que contiene la canción "El regreso de las Cautivas" de los siempre reconocidos profesores Olga Piñeiro y Edgar Romero Maciel: "Mujeres correntinas que protagonizaron la epopeya del cautiverio en una época difícil para el entendimiento... pero el tiempo decantó las diferencias y propició un vínculo de amor y fraternidad entre dos pueblos hermanos en la fe y en el dolor de sus hijos".
Sirvan en su modestia, de homenaje al recuerdo de aquellas mujeres. Hoy como ayer, auténticos paradigmas de civiles que sufren en la guerra humillaciones por ajenos intereses.
Finalmente, se expresa el agradecimiento a la Señora Presidenta del Instituto Histórico del Poder Legislativo de Corrientes, Doña Eloísa Chico de Arce, quien, gentil y generosamente, ha facilitado los antecedentes que se exponen en este proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
CARMONA, MARIA ARACELI CORRIENTES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
PERIE, HUGO RUBEN CORRIENTES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
GALANTINI, EDUARDO LEONEL CORRIENTES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
MACCHI, CARLOS GUILLERMO CORRIENTES PARTIDO NUEVO
MENDEZ DE FERREYRA, ARACELI ESTELA CORRIENTES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LABOR PARLAMENTARIA (Primera Competencia)
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados MOCION SOBRE TABLAS (AFIRMATIVA) 07/11/2007
Diputados CONSIDERACION Y APROBACION 07/11/2007 APROBADO