La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo de la Nación revoque el placet otorgado al embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero Lathrop, por sus declaraciones publicadas en la edición del diario Clarín del domingo 06 de junio pasado.

Señor presidente:

Las declaraciones realizadas en el marco de una entrevista otorgada al diario Clarín por el embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero Lathrop, acerca de la dictadura de Augusto Pinochet, merecen una enérgica respuesta por parte del gobierno argentino.

En dichas declaraciones, el diplomático afirmó que "si no hubiera existido el pronunciamiento militar, Chile hoy sería Cuba", y reivindicó "la conducta económica, que cambió a Chile de país mendicante a un país con dignidad..."

Proviniendo de quien provienen, dichas declaraciones no pueden ser tomadas como un exabrupto, dado que el embajador Otero tuvo activa participación en la dictadura pinochetista.

Después del derrocamiento de Salvador Allende, como fiscal, comandó una razzia que expulsó y detuvo a todos aquellos profesores o estudiantes supuestamente con ideas de izquierda de la Universidad de Chile.

A partir de allí, pasó a ocupar cargos en las comisiones legislativas a través de las cuales Pinochet intervino el Parlamento chileno. En dichas comisiones, 4 grupos encabezados por cada comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Otero tuvo importante incidencia en decisiones importantes como las privatizaciones o la eliminación de las paritarias.

Ya durante la apertura democrática, fue senador reemplazando a Jaime Guzmán, el líder electo de la UDI asesinado en 1991, cargo desde el cuál, hasta 1997 en que perdió su banca, siempre mantuvo claras posiciones de ultra derecha.

Con estos antecedentes, llama la atención que nuestro país le haya otorgado alegremente el placet, más cuando dicho otorgamiento se dio días después que Brasil hubiera rechazado a otro diplomático chileno por su pasado golpista.

Las declaraciones de Otero provocaron que la oposición chilena saliera a reclamarle al gobierno de Sebastián Piñera la inmediata renuncia del diplomático, y que el canciller Alfredo Moreno intentara aclarar que los dichos del diplomático son "respetables" pero no representan "el pensamiento" del Gobierno, declaraciones que a nuestro juicio tampoco son los suficientemente claras y contundentes, ya que las declaraciones de un diplomático nunca son vertidas a título personal, siempre involucran al gobierno que representan.

Al reivindicar la dictadura pinochetista, el embajador chileno agravió a la democracia argentina, a nuestros desaparecidos, a nuestra historia y a nuestros héroes de guerra, ya que conviene recordar que, más allá de la colaboración de las dictaduras de ambos países en la aplicación del terrorismo de estado, Pinochet brindó un apoyo estratégico a las tropas inglesas durante el conflicto de Malvinas.

Pero Otero no sólo agravió a nuestro país y su historia, sino también a la propia democracia chilena y su historia de lucha.

Frente a tamaño agravio, resultaría indigno y lamentable que nuestro país dejara pasar el episodio sin tomar enérgicas medidas, como el retiro del placet al mencionado embajador y la exigencia de un claro y explícito pedido de disculpas por parte del gobierno chileno. Nuestra historia común y la decisión de los gobiernos democráticos de ambos países de solucionar todas nuestras diferencias por la vía pacífica, así lo requieren.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto de declaración.