La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

1) Que apoyamos las negociaciones del Proceso de Paz en Colombia iniciados en el año 2012, que actualmente se lleva a cabo en La Habana, Cuba; y todos los acuerdos que se han sellado entre el Gobierno de ese país con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC); en particular la decisión de poner fin a la violencia y combatir el narcotráfico y dar también una solución pacífica al problema de las drogas mediante políticas preventivas, desarrollo rural y lucha contra la corrupción.

2) Que destacamos la importancia de la participación popular, el diálogo político y democrático, así como la necesidad de que la competencia electoral sea en sí misma, una garantía de continuidad del proceso de paz hasta alcanzar los resultados esperados.

3) Que reiteramos el compromiso de cooperación de la República Argentina para la defensa de la paz y los derechos humanos.

4) Que el Sr. Presidente de esta H. Cámara queda autorizado para realizar las comunicaciones pertinentes al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina y a la Embajada de Colombia.

Señor presidente:

Desde inicios de la década del sesenta, la República de Colombia vive un conflicto armado interno que enfrenta al estado colombiano, movimientos insurgentes y las llamadas fuerzas de autodefensa. Entre sus múltiples causas pueden mencionarse el conflicto por la posesión de la tierra y las desigualdades sociales.

A partir de la década del ochenta, adicionalmente pasaron a formar parte del conflicto los cárteles de la droga cuando algunos actores comenzaron a financiar sus actividades con el narcotráfico. Desde la segunda mitad de la década del noventa el conflicto se agravó con la generalización de tomas armadas de poblaciones, masacres a civiles, desplazamientos forzados, desapariciones forzadas y secuestros.

Este conflicto de más de medio siglo es un drama humanitario para el pueblo colombiano. Según el informe entregado al actual presidente Juan Manuel Santos y elaborado por el Grupo de Memoria Histórica, se produjeron 220.000 muertos -de los cuales el 81% eran civiles- entre 1958 y 2012, más de 4.700.000 desplazados (1996-2012), más de 25.000 desaparecidos (1985-2012) y más de 27.000 secuestros (1970-2010). Este conflicto constituye además a un obstáculo mayor a las posibilidades de desarrollo político, social, ambiental y económico de Colombia.

Desde 2011 el gobierno del presidente Santos expresó su voluntad de iniciar negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El anterior intento había sido en 1999-2002.

Tras la conformación de los equipos negociadores, se iniciaron los encuentros reservados. Como resultado del Encuentro Exploratorio que tuvo sede en La Habana entre el 23 febrero y el 26 de agosto de 2012, los representantes del gobierno de Colombia, de las FARC y del ELN firmaron el "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz duradera y estable".

Los puntos centrales del acuerdo fueron:

I. Iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas sobre los puntos de la Agenda establecida con el fin de alcanzar un Acuerdo Final para la terminación del conflicto.

II. Establecer una Mesa de Negociaciones a instalar públicamente en Oslo, Noruega, y cuya sede principal será La Habana, Cuba.

III. Garantizar la efectividad del proceso y concluir sobre los puntos de la Agenda de manera expeditiva y en el menor tiempo posible para cumplir con las expectativas sobre un pronto acuerdo.

IV. Desarrollar conversaciones con el apoyo de los gobiernos de Cuba y Noruega como garantes y de los gobiernos de Venezuela y Chile como acompañantes.

V. La siguiente Agenda:

1. Política de desarrollo agrario: 1) acceso y uso de la tierra, 2) programas de desarrollo con enfoque territorial, 3) infraestructura y adecuación de tierras, 4) desarrollo social, 5) estímulo a la producción agropecuaria y a la economía solidaria y cooperativa, 6) sistema de seguridad alimentaria.

2. Participación política: 1) derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final, acceso a medios de comunicación; 2) mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas; 3) Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.

3. Fin del conflicto. Es un proceso integral y simultáneo que implica: 1) cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo; 2) dejación de las armas y reincorporación de las FARC-EP a la vida civil -en lo económico, lo social y lo político -, de acuerdo con sus intereses; 3) el gobierno de Colombia coordinará la revisión de la situación de las personas privadas de la libertad, procesadas o condenadas, por pertenecer o colaborar con las FARC-EP; 4) En forma paralela el gobierno de Colombia intensificará el combate para acabar con las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en particular contra cualquier organización responsable de homicidios y masacre o que atente contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos; 5) el gobierno de Colombia revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz; 6) garantías de seguridad; 7) En el marco de lo establecido en el Punto 5 (Víctimas) de el acuerdo esclarecerá, entre otros, el fenómeno del paramilitarismo.

4. Solución al problema de las drogas ilícitas: 1) programas de sustitución de cultivos de uso ilícito; 2) programas de prevención del consumo y salud pública; 3) solución del fenómeno de producción y comercialización de narcóticos.

5. Víctimas: 1) derechos humanos de las víctimas; 2) derecho a la verdad.

6. Implementación, verificación y refrendación: 1) mecanismos de implementación y verificación, 2) acompañamiento internacional; 3) cronograma; 4) presupuesto; 5) herramientas de difusión y comunicación; 6) mecanismo de refrendación de los acuerdos,

El 4 de septiembre de 2012, el presidente Santos informó públicamente del desarrollo de las negociaciones. El 18 de octubre se iniciaron formalmente las negociaciones en La Habana.

Desde entonces, se lograron acuerdos parciales en la política de desarrollo agrario, en la participación política y en la solución al problema de las drogas ilícitas, quedando pendientes el fin del conflicto y la cuestión de las víctimas.

La voluntad de los actores y los avances logrados revelan que el proceso iniciado es una oportunidad excepcional para poner fin a un conflicto armado de más de 50 años, logrando ni más ni menos que la definitiva erradicación de la violencia política en América Latina.

Es importante destacar que el proceso de paz en Colombia está marcando también la agenda electoral y política de ese país. Resulta auspicioso que la disputa electoral no impida la continuidad del camino que se ha iniciado y que siempre el resultado asegure el progreso de las negociaciones para alcanzar los resultados esperados.

En este sentido, parlamentarios de diferentes lugares del mundo ya han manifestado su apoyo a las tratativas entre el gobierno de Colombia y los sectores insurgentes, reconociendo la importancia de este proceso y la necesidad de llevarlo a buen término.

Todos aquellos comprometidos con la paz no pueden dejar de saludar y apoyar estas negociaciones, felicitamos la audacia de quienes se atrevieron a buscar la paz, a pesar de todos los riesgos, instamos a las partes, a pesar de las dificultades, a continuar con este gran esfuerzo y deseamos que el pueblo colombiano pueda encontrar prontamente su camino a la paz y a la unión nacional.

Estamos convencidos que la única opción para lograr una paz efectiva y duradera en Colombia es a través del diálogo y las concesiones mutuas.

Por todo ello, pongo este proyecto a disposición de mis pares solicitando su apoyo.