PROYECTO DE TP
Expediente 3949-D-2008
Sumario: DECLARAR "BIEN DE INTERES HISTORICO NACIONAL" A LOS PORTONES DE ACCESO DE LA "QUINTA SAN ANTONIO", SITA EN LA CALLE AZCUENAGA 1100- PARTIDO DE VICENTE LOPEZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 23/07/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 92
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1º.- Declárase
"Bien de Interés Histórico Nacional" a los pilares de los portones de
acceso de la "QUINTA SAN ANTONIO", sitos en la calle Azcuenaga al
1100, Partido de Vicente López, Provincia de Buenos Aires.
Artículo 2º.- A los fines
dispuestos en el artículo 1º, este bien queda amparado por las
disposiciones de las Leyes Nº 12.665, Nº 24.252 y Nº 25.197.
Artículo 3º.-
Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En
1580 desde Asunción del Paraguay, Juan de Garay llegó con sus
hombres a la misma desembocadura del Riachuelo y fundó la ciudad
de la "Santísima Trinidad". Meses más tarde envió dos expediciones a
cargo de Hernandarias y Espíndola para llevar familias, esclavos y
ganados a las zonas aledañas. El 17 de octubre de 1580, Juan de
Garay repartió entre sus hombres los solares y huertas de la ciudad
y, una semana más tarde, hizo lo mismo con las "suertes de las
chacras" ubicadas en la Banda Norte del Río de la Plata. Orientadas
de nordeste a sudoeste, las "suertes" contaban con unos cuatro
kilómetros de ancho por unos nueve kilómetros de largo
aproximadamente, y se hallaban unidas por el "Camino del Fondo de
la Legua".
De un
total de sesenta y cinco, quince "suertes" estaban ubicadas
íntegramente en las tierras que comprenden hoy el Partido de
Vicente López. Desde entonces las fértiles tierras comenzaron a ser
explotadas. Así echaron sus bases los primeros asentamientos
estables en la cercanía del Río de la Plata.
Entre los
primeros propietarios de las tierras figura Don Juan Ruiz de Ocaña,
quien fue poseedor de una "suerte" cuya extensión de
aproximadamente 3.000 metros de ancho por 9.000 metros de
fondo, se encontraba entre las actuales calles Melo (Antes Ibáñez) y
Julio A. Roca de la Localidad de Vicente López - Partido de Vicente
López - Provincia de Buenos Aires, y que le fuera concedida el 15 de
junio de 1583 y cabe destacar que parte de su fondo, completa hoy
los límites del actual Partido de Vicente López.
Se calcula que en 1605
la población era de veinte vecinos, y considerando familiares,
sirvientes y esclavos dicho número ascendía a aproximadamente
doscientos/doscientos veinte personas. Para 1611, sólo diecinueve
chacras se mantenían activas. Como eran tierras sumamente fértiles,
con el tiempo llegaron a convertirse en proveedoras de cereales,
vinos y leña de la ciudad de la Santísima Trinidad (hoy Buenos Aires).
Su explotación estuvo a cargo de mayordomos, capataces, o algún
sirviente, con mayor don de mando sobre los otros. Y así siguieron
durante un periodo que abarcó más de tres siglos.
A comienzos del siglo
XVIII, en ésta zona un grupo de campesinos y labradores, muchos de
ellos arrendatarios, comenzaron a acumular capital y se convirtieron
en pequeños propietarios, otros, en cambio, que eran grandes
comerciantes de Buenos Aires, habían adquirido chacras con el doble
propósito de obtener una renta y contar con una casa quinta en las
cercanías de la ciudad. Las nuevas áreas de cultivo en la provincia de
Buenos Aires, obligaron a modificar la economía de la región.
Así en las cercanías de
la costa del Río de la Plata comenzaron a construirse las grandes
chacras que caracterizaron estos años de vida en la región. Eran
unos rústicos cascos de estancia, que oficiaban de vivienda cuando
llegaban los grandes hacendados desde la ciudad de Buenos Aires,
con el fin de controlar sus inversiones en la zona.
A medida que las
pequeñas chacras se iban dividiendo en pequeñas quintas
productivas, el cultivo de frutas, hortalizas y forrajeras fue restando
espacio a la tradicional producción de cereales
Durante la primera mitad del siglo XIX, las chacras se fueron
fraccionando con otras más pequeñas y dieron origen a las "quintas
de veraneo", ubicadas sobre las barrancas costeras. Las familias de
los "notables", aunque no residían en la zona, descubrieron que la
rusticidad de esas casas era un buen escenario para el ocio. Hacia
fines del siglo XIX, estas quintas de veraneo comenzaron a ser
utilizadas como residencias permanentes. La gran cantidad de
comerciantes y profesionales llegados de Buenos Aires, dieron origen
a los primeros núcleos urbanos de la zona. Ello impulsó nuevos
cambios estéticos y la zona comenzó a poblarse de grandes y
cómodas residencias. Al mismo tiempo los caminos que se iban
construyendo, sumados a los viejos senderos que dividían las
quintas, fueron dejando paso al actual trazado urbano.
Siguiendo el camino
DEL BAJO, -sobre cuya traza se encuentra hoy la Avenida Del
Libertador- que comunicaba Buenos Aires con la lejana ciudad de
Asunción en Paraguay, pasando por San Isidro, una de las quintas
más destacadas era la de SAN ANTONIO, propiedad, en ese
entonces de la familia Azcuenaga. Al pie del barranco y frente a la
actual Estación Vicente López, del Ramal Mitre-Tigre, en la calle
Azcuenaga al 1100, se encuentran los pilares de la entrada a la
mencionada quinta SAN ANTONIO, que conservaba el esplendor de
las antiguas construcciones coloniales. Se encontraba construida
sobre las antiguas tierras de Juan Ruiz de Ocaña, su primer
propietario, adjudicadas por Garay, y servía de albergue a los
personajes más destacados de la época. Entre ellos, el Virrey Juan
José de Vertiz y Salcedo, -quien antes había sido gobernador, y solía
pasar largas temporadas en la quinta, como huésped habitual del
matrimonio Ibáñez de Echavarri, en aquel entonces propietarios de la
Quinta SAN ANTONIO.
Estos pilares, durante el
Siglo XVIII marcaban la entrada a la magnífica propiedad de Pascual
Ibáñez. En 1799, puesta en remate, la quinta fue adquirida por Juan
J. Castelli, el orador de la Revolución de Mayo, contándose entre sus
vecinos, Juan Larrea y Vicente de Azcuenaga, miembros, al igual que
Castelli, de la Primera Junta de Gobierno. Otro de sus propietarios
famosos fue el prestigioso comerciante Gaspar de Santa Coloma,
quien pasó a ocuparla en 1812. Santa Coloma, ha sido miembro del
Cabildo de Buenos Aires, varias veces.
A mediados del siglo
XIX frente al desarrollo de la economía, el transporte público, el
comercio y el correo, las autoridades locales se vieron obligadas a
concesionar las rutas, permitir el cobro de peajes, invirtiendo sus
ganancias en empedrar caminos, canalizar arroyos y construir nuevos
y mejores puentes. Las rutas que así surgieron, junto con los
pequeños callejones que dividían las antiguas chacras, -y que dieron
lugar a las calles aún hoy persisten, aunque con otros nombres
(Zufriátegui, Laprida, Lavalle, Melo, Roca, San Martín, H. Irigoyen y
Malaver, entre otras)- sentaron las bases del actual desarrollo de la
ciudad de Vicente López. Al mismo tiempo, la expansión de la
economía agroganadera impulsó la instalación de las primeras líneas
de ferrocarril de la zona, destinadas a comunicar las áreas
productivas de la provincia con la ciudad.
El 27 de
junio de 1857, una ley provincial autorizó la creación de un ramal
ferroviario con el fin que circulara por el antiguo Camino del Bajo.
Pero recién cinco años después la Compañía Buenos Aires and San
Fernando Railway, lo utilizó para continuar el servicio que hasta
entonces unía las estaciones Retiro y Belgrano. El 10 de octubre de
1863, el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Don
Mariano Saavedra, autorizó al empresario Eduardo Hopkins a
prolongar los servicios del ramal hasta la estación San Isidro.
El lº de
enero de 1888, junto a los pilares del portón de la Quinta SAN
ANTONIO, el entonces Ferrocarril del Norte estableció la parada San
Antonio, posibilitando el traslado de pasajeros. El tráfico fue tan
intenso que se debió construir una nueva estación, la actual, que se
inauguró el 15 de mayo de 1890 y se denominó Vicente López en
homenaje a Vicente López y Planes. La estación contempla un desvío
para cargas. Se considera que el cambio del nombre de la estación
obedece a ciertas influencias que ejerció en aquel momento Don
Gregorio Esperón, entonces propietario de la quinta cuyos límites
llegaba a las actuales calles de Azcuenaga y Melo, (lindera a la SAN
ANTONIO) atento que era descendiente de una hermana del Dr.
Alejandro Vicente López y Planes, autor de la letra del Himno
Nacional, ex - Presidente, y ex - gobernador y paradigma del
desarrollo, dentro de esa época.
El 21 de diciembre de
1905, se creó el partido de Vicente López y comenzó el loteo y
remate de las tierras. Por entonces Vicente López tenía alrededor de
7000 habitantes y ya sufría la pérdida de importantes edificios
históricos.
Durante la primera
década del siglo XX se lotearon las tierras y la construcción en el
predio que antes perteneció a la Quinta SAN ANTONIO, quedó en
manos de Jaime LLavallol. Finalmente fue adquirida por Cristóbal de
Accini, que la convirtió en un lujoso hotel denominado HOTEL EDEN,
cambiando su nombre por el de PARQUE HOTEL en la década de
1920, hasta su posterior demolición en 1934.
No hay en la historia de
Vicente López, registros de pulperías ni postas, como en otros
lugares, fue siempre un barrio residencial, ya desde sus comienzos
por ser elegida por virreyes y otras destacadas figuras de la sociedad,
para residir. De las quintas se pasó a los coquetos chalets. La
aristocracia porteña encontró en los balnearios y recreos del barrio
un lugar de veraneo y esparcimiento. Siendo los pilares en cuestión
una de las últimas construcciones en pie de la época colonial.
Es de
considerar que mediante Ordenanza Nº 9430 del 1º de diciembre de
1994, promulgada por Decreto Nº 7284 del 29 de diciembre de 1994,
recaída en el Expediente Nº 1011/94 del Concejo Deliberante de la
Municipalidad de Vicente López, Provincia de Buenos Aires, se declaró
de "interés histórico municipal" a los pilares de los portones de la
Quinta SAN ANTONIO sitos en la calle Azcuenaga al 1100, dentro
del cuadro de la estación Vicente López.
Vale destacar entonces
que la declaración de Monumento Histórico Nacional de los "Pilares
del Virrey" denominación con que se conoce a los pilares que otora
enmarcaban la entrada de la Quinta SAN ANTONIO, obedece a la
necesidad de custodiar uno de los últimos baluartes inmobiliarios de
la historia de Vicente López.
Según el Censo de 2001,
el Partido de Vicente López tiene 274.082 habitantes, sobre una
superficie de 33,77 Km2. Es la octava ciudad de la República
Argentina en cuanto a población, que es muy heterogénea en niveles
socioeconómicos, con ascendencia italiana y española, además de
alemanes, polacos, ucranianos, armenios, israelitas, chinos, coreanos,
árabes, sirios y libaneses. Esta ciudad tiene diversas características
según los barrios. La zona cercana al Río de la Plata, en el Bajo de
Vicente López posee muchos clubes y lugares de esparcimiento. Este
barrio también es residencial con grandes mansiones y residencias de
diplomáticos. Solamente cerca de la centenaria estación ferroviaria se
esparcen los comercios que se han agrupado en el Bajo de Vicente
López, creando un Centro Comercial con identidad propia.
Es nuestra obligación la
preservación del acervo histórico, declarando Bien de Interés
Histórico a los Pilares del Virrey, para evitar su reparación o
restauración por manos inexpertas, así como también su destrucción
total o parcial, custodiando su conservación.
Fuentes:
Concejo Deliberante de Vicente López - Secretaría de Cultura,
Deportes y Turismo de la Municipalidad de Vicente López y
Publicación "Mi partido VICENTE LÓPEZ", Proyecto Especial del diario
Clarín.
Es por los motivos
expuestos, que solicito la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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VAZQUEZ, SILVIA BEATRIZ | BUENOS AIRES | DE LA CONCERTACION |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |