PROYECTO DE TP
Expediente 3915-D-2011
Sumario: RENDIR HOMENAJE A LA MEMORIA DEL DOCTOR ENRIQUE ARTURO SAMPAY, AL CUMPLIRSE EL CENTENARIO DE SU NATALICIO EL DIA 28 DE JULIO DE 2011.
Fecha: 03/08/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 103
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Realizar un homenaje a la
memoria del Dr. Arturo Enrique Sampay, en la próxima sesión parlamentaria, al
cumplirse el 28 de corriente mes de julio, el centenario de su nacimiento.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Nuestro país siempre se ha
caracterizado, por realizar homenajes a ciertas figuras, a quienes se les ha
atribuido -con razón o sin ella- distintos merecimientos, en razón de lo cual los
archivos guardan constancia de muchos homenajes prescindibles. Las calles
de nuestra ciudad y de otras ciudades del país, tienen nombres de personas
que por algún motivo han merecido la distinción de integrar la nomenclatura
urbana.
Hay personajes injustamente
olvidados y que nadie recuerda, aunque hayan efectuado considerables
aportes a la cultura nacional, debido a que los grandes medios acostumbran a
privilegiar a figuras de relevancia coyuntural, y a otras cuyo prestigio es
promovido por determinados círculos intelectuales. Entre esos olvidados se
encuentra el Dr. Arturo Enrique Sampay, cuyas contribuciones en el campo del
derecho fueron reconocidas por ilustres personalidades en el mundo entero,
que con excepción de un reducido grupo de especialistas que cultivan la
ciencia jurídica y algún otro memorioso de las jornadas, que llevaron a la
reforma constitucional de 1949, hoy nadie recuerda.
Arturo Sampay nació en Concordia,
el 28 de julio de 1911, realizó estudios primarios en su ciudad natal y los
secundarios en el histórico Colegio Nacional de Concepción del Uruguay,
creado por el General Urquiza. Los estudios universitarios los cursó en la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La
Plata, donde se recibió de abogado en 1932, de la que fue Profesor de
Derecho Político.
Al finalizar su carrera viajó a
Europa, donde completó estudios de derecho público con Dietrich Schindler en
Zurich, tomó clases de filosofía del derecho en Milán con Monseñor Olgiati,
participando en un curso sobre los orígenes del capitalismo que dictara el
célebre político italiano Amintore Fanfani. Asistió en Paris a las clases que
dictaba Louis Le Fur en la Sorbona, y a las del filósofo católico Jacques
Maritain. Al regresar al país ejerció su profesión de abogado, dedicándose al
ejercicio de la docencia universitaria por diversos períodos hasta su muerte
ocurrida el 1 de febrero de 1987 en la ciudad de La Plata.
En 1933 produjo su primer trabajo
sobre la Constitución de la Provincia de Entre Ríos, que resultaba un
importante avance respecto a las viejas constituciones provinciales y aún sobre
la nacional que regía en ese momento. La edición de esa obra en 1936 fue
prologada por el jurista Faustino Legón, que destacó los meritos de una obra,
con la que Sampay comenzaba su análisis profundo del derecho constitucional
y sus necesarias implicancias políticas.
Viviendo en la ciudad de La Plata,
fue designado Fiscal de Estado en 1946, durante la gobernación del Coronel
Domingo Mercante, y en 1949 fue elegido convencional constituyente de la
Convención que sancionó el nuevo texto constitucional, siendo miembro
informante de la mayoría, y uno de los principales redactores de la nueva
Constitución. Esa ley fundamental, derogada de un plumazo en abril de 1956,
significaba un avance singular sobre la normativa vigente hasta entonces,
sustituyendo los viejos principios del liberalismo decimonónico, por nuevos
conceptos políticos, económicos y sociales que promoverían las sustanciales
reformas que el país necesitaba.
En su último trabajo que llamó
"Constitución y Pueblo" Sampay explicó cuales fueron las directrices sobre las
que se trabajó para tener una Constitución acorde con definidos conceptos de
participación social, eliminando elitismos que sirvieron para configurar fraudes
constantes a la voluntad popular.
Además de los objetivos sociales,
que superaban antiguas ideas individualistas, en esa Constitución, de la que
fue como un padre, se determinó la protección de los recursos naturales a
través del artículo 40, que protegía los bienes públicos de cualquier actitud
depredadora, como las que se verían varias décadas después.
Ciertas intolerancias políticas
internas y algunas diferencias con Perón lo llevaron a exiliarse en Montevideo
para tomar distancia de actitudes injustas que su espíritu no podía aceptar. Su
exilio continuó hasta 1958, regresando al país para continuar su prolífica labor
intelectual y docente.
En 1970, se incorporó al Instituto
Argentino para el Desarrollo Económico (IADE), del que fue Presidente, siendo
Director de la revista Realidad Económica desde su fundación hasta su
muerte
Con la llegada del peronismo al
poder en 1973, Sampay volvió a obtener su cátedra universitaria, siguiendo con
sus investigaciones en el campo del derecho, y la preocupación constante por
el constitucionalismo social.
Arturo Sampay, no redujo su trabajo
a especulaciones jurídicas, o a teorizaciones sobre el campo del derecho, del
que era un importante especialista, sino que fue de lleno a mostrar las
implicaciones políticas de los sistemas jurídicos que regían en la República,
analizando con rigor histórico el derecho liberal burgués y las inevitables
consecuencias de su aplicación. Su análisis de la Constitución de 1853,
mostraba la vinculación de ésta con la realidad social vigente en esos tiempos,
y la idea de país que tenían los constituyentes de ese entonces.
Escribió una gran cantidad de notas,
artículos, folletos y cuatro obras monumentales, que resultan un aporte de
notable significación jurídica, política y social: La crisis del estado de derecho
liberal-burgués; La filosofía del iluminismo y la Constitución argentina de 1853;
el informe de la Comisión revisora de la Constitución en 1949, y Introducción a
la Teoría del Estado en 1951.
Sería demasiado extenso indicar la
influencia de Sampay en el pensamiento jurídico, analizar su notable
producción y esa forma de penetrar sagazmente en la vida histórica de
nuestros países latinoamericanos. Creemos que su influencia en la
Constitución de 1949, es más que suficiente para mostrar cual era su
concepción de lo que debe ser la Ley Fundamental de un pueblo
soberano
Cuando su exilio en Montevideo fue
asesor político del caudillo oriental, Luis Alberto de Herrera, en 1970 pronunció
conferencias en Chile. En 1971 ese país dictó una Constitución que contenía
normas inspiradas en su pensamiento.
Obras suyas, traducidas al francés
fueron entregadas por el General Charles de Gaulle a sus asesores para que
se nutrieran de las ideas que él quería para reformar las instituciones de
Francia, y uno de los más notables juristas de ese país André Hauriou, profesor
de la Universidad de París, sostuvo que la obra de Sampay tenía la jerarquía
intelectual y académica de autores del relieve de Hans Kelsen y George
Jellineck
Su notable introducción a la teoría
del Estado es una muestra acabada de su erudición humanista y su
conocimiento profundo de la gran tradición filosófica que arranca con
Aristóteles, continúa con Santo Tomás de Aquino y adquiere relevancia con
filósofos del derecho como Georg Jellinek, Herman Heller y Carl Schmitt.
Sampay fue un pensador nacional,
entendiendo como tal al que ha contribuido a general ideas, y explicitar rasgos
que constituyen el fenómeno de "lo nacional argentino y/o iberoamericano"
como señalara el filosofo Alberto Buela. Ello lo llevó, sin dejar el campo del
derecho a bucear en las profundidades del pensamiento político, para
encontrar las vinculaciones necesarias entre la realidad social y las leyes
dictadas en ese contexto. No solo fue un jurista eminente, el pensador más
relevante de nuestra ciencia política, sino un argentino ejemplar que si bien
analizó con rigor el pasado argentino y sus instituciones jurídicas, vio con
claridad el futuro, observó la necesidad de preservar las fuentes de riqueza y
tuvo muy en claro como se debía democratizar la democracia, dejando las
formalidades vacías de los enunciados teóricos, para hacerla el sustento real
de un país distinto.
En los claustros universitarios de
América y Europa, es conocida y valorada su obra, pero en nuestro país se ha
intentado silenciarlo desde siempre, dejando su memoria en un olvido injusto
que es necesario reparar.
Es por lo expuesto que solicito que
en la próxima Sesión de ésta Cámara, se rinda el debido homenaje a su
memoria.
Firmante | Distrito | Bloque |
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SOLANAS, FERNANDO EZEQUIEL | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
ARGUMEDO, ALCIRA SUSANA | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
CARDELLI, JORGE JUSTO | CIUDAD de BUENOS AIRES | MOVIMIENTO PROYECTO SUR |
ALCUAZ, HORACIO ALBERTO | BUENOS AIRES | GEN |
MACALUSE, EDUARDO GABRIEL | BUENOS AIRES | SI POR LA UNIDAD POPULAR |
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