La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar su consternación por la muerte de un niño de seis meses de edad que se encontraba con su madre alojado en la cárcel de mujeres de Los Hornos, U. 33, de la Ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, que fue provocada por una enfermedad respiratoria que no habría sido tratada debidamente en la Unidad Penitenciaria.

Declarar asimismo su preocupación por la deficiente situación de salud y atención médica en la que se encuentran numerosos niños, muchos recién nacidos, que permanecen con sus madres en la Unidad Penitenciaria 33 de la Plata, según da cuenta un Informe emitido por el Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria, Provincia de Buenos Aires.

Señor presidente:

En el mes de julio de 2007 murió un niño de seis meses de edad que se encontraba con su madre alojado en la cárcel de mujeres de Los Hornos, U. 33, de la Ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, que fue provocada por una enfermedad respiratoria que no habría sido tratada debidamente en la Unidad Penitenciaria. La prensa gráfica dio difusión a esta información (ver diario Página 12 del 18/7/07).

Un Estado que se precie de respetar y proteger los derechos humanos de sus habitantes no puede permitir que a la de por sí ya negativa situación de los niños y niñas que por su edad deben estar alojados en una cárcel con sus madres detenidas, se le sume un abandono tal en sus necesidades de atención sanitaria elementales que lleve a causar una muerte evitable.

Los niños y niñas deben gozar de la mayor protección posible por parte del Estado y la Sociedad toda. Así lo manda la Constitución Nacional y el Derecho Internacional.

Frente a la flagrante omisión del Estado en brindar la atención mínima para el normal desarrollo de los niños en una cárcel, debería replantearse el valor que hoy se otorga a los bienes jurídicos que se encuentran en juego ante esta situación. ¿Cuál es el valor que como sociedad le otorgamos a la necesidad de someter a encarcelamiento a una madre y su hijo pequeño como respuesta a una infracción penal, y cuál es el valor que le otorgamos al derecho de los niños y niñas a crecer en un ambiente sano, sin violencia, sin rejas, y al deber que como sociedad tenemos en protegerlos?

Como autor de este Proyecto, estoy convencido de que frente a esta disyuntiva, se deberían aplicar medidas alternativas a la prisión, de manera de priorizar el normal desarrollo de niños y niñas de poca edad en un ambiente extramuros. De esta forma, a la vez, se lograría evitar una muerte como la que da razón a este Proyecto, toda vez que el sistema penitenciario no tendría que implementar intramuros todo un sistema de atención materno infantil, algo que es obligación del Estado pero que evidentemente no le compete ni podría realizar.