La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su rechazo a la enmienda aprobada por el Senado de EEUU que prevé la construcción de un muro de 595 kilómetros y un vallado de otros 800 a lo largo de la frontera entre ese país y México, la criminalización de los inmigrantes y la militarización de la frontera internacional entre ambos Estados.

Señor presidente:

Durante el año 2005 presenté un proyecto (expte. 3944-D-05) manifestando mi preocupación frente a la continuidad de las obras de construcción de un muro que está siendo erigido por el Estado de Israel en los territorios palestinos ocupados, incluyendo Jerusalén Oriental, transcurrido un año desde que la Corte Internacional de Justicia -por medio de la resolución A/ES-10/273- declarara que este hecho constituye un acto contrario al derecho internacional.

Hoy, pretendiendo mantener una línea de coherencia en la denuncia de hechos que considero reñidos con el derecho internacional, es que declaro mi rechazo y preocupación por la construcción de un muro divisorio -aún mayor que el de Israel- y por la creciente militarización de la frontera entre un país latinoamericano, México, y la principal potencia Mundial, los Estados Unidos de Norteamérica.

Es oportuno señalar que este conflicto envuelve a dos países que han suscripto entre sí numerosos y trascendentales acuerdos bilaterales. Uno de ellos, el NAFTA -exportable al resto de la región como ALCA- fija la libre movilidad del capital y el comercio cuasi irrestricto entre los países. La fluidez es el signo característico del capital en el siglo XXI. Vaya paradoja: lo que no es libre de trasponer la frontera es la persona del trabajador.

El representante del Partido Republicano, James Sensenbrenner, promovió un proyecto (HR 4437) que convierte virtualmente en criminales a los inmigrantes indocumentados y a quienes les ofrezcan servicios o los contraten. Es un proyecto mucho más severo que el que se estudia en la otra Cámara, y dicta duras medidas contra los inmigrantes ilegales y no les da la posibilidad de regularizar su situación.

A esto se suma una medida del Presidente George W. Bush de enviar más de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional a la frontera para controlar el flujo inmigratorio en la frontera. Según han recogido diferentes medios de prensa, supuestamente estas tropas tendrán como misión encabezar una gestión de sistemas de vigilancia: supervisión a partir de infrarrojos y detectores de movimiento, el análisis de información de inteligencia, la instalación de barreras, la construcción de carreteras para las patrullas y el adiestramiento de agentes. No se encargarán, no obstante, de las detenciones, según aseguró Bush.

El Presidente de México, que no es precisamente un líder contestatario en América Latina, afirmó el 19 de diciembre en Guanajuato que el muro "es una vergüenza".

Las muertes en la frontera, ya sea producto de las difíciles condiciones ambientales como de acciones por parte de la guardia de frontera de los EEUU, ascienden año a año. La semana pasada cuatro civiles mexicanos fueron muertos por una patrulla norteamericana, que adujo observar en ellos una conducta sospechosa. En 2005, 460 inmigrantes perecieron en el intento, lo que superó el récord de 383 de 2000, según la Patrulla Fronteriza.

Para los grupos de defensa de los inmigrantes, la nueva estructura fronteriza no detendrá la entrada ilegal, sino que "empujará a la gente a áreas más inhóspitas", según dijo Lisa Haugaard, directora ejecutiva de la asociación "Grupo de Trabajo Latinoamericano".

La barrera fronteriza también tendría efectos medioambientales. Para Jenny Neeley, representante de la asociación "Defensores de la Vida Salvaje" en Tucson (Arizona), "la propuesta sería devastadora". Neeley explicó que impediría el tránsito de jaguares, lobos mexicanos y búhos pigmeo que necesitan un hábitat grande para sobrevivir en las áreas desérticas.

James Sensenbrenner es el heredero de la fortuna de Kimberly Clark. A él pertenece la línea de productos Kleenex, Scott, Huggies, Pull-Ups, Cottonelle, Viva, Kotex, Scribe y Depend. Productos que no conocerán fronteras, pero que en los EEUU difícilmente sean comprados por hispanoparlantes.

Señor Presidente, por todo lo expuesto solicito la aprobación del presente proyecto.