La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Repudio, Preocupa- ción y exigencia de Pronta justicia para todas las víctimas de los graves acontecimientos producidos en la Provincia de Ju- juy.

Señor presidente:

Los acontecimientos producidos en Jujuy, apelan a nues- tra condición y espíritu humanitario. No podemos desde nuestro rol y desde las instituciones de la democracia renunciar a la indignación y la acción, cuando vemos hechos tan lamentables y bárbaros que atentan contra la vida de las personas y sobre todo cuando los más vulnerables son las presas de la violencia.

Las muertes en los te- rrenos de la empresa Ledesma, desatadas por el accionar de la policía merecen el repudio y la reparación de la justicia ante tan- tos heridos y muertes. La violencia necesita ser desterrada del país proceda de donde proceda, y debe ser evitada desde el Estado desde ámbitos diferentes.

El primer ámbito para evitar la violencia es el Estado mismo y lo debe hacer desde la pre- vención. La prevención involucra planificación, por lo que debe ser urgente que las empresas del campo, los terratenientes y aquellos que utilizan la mano de obra de sectores humildes, se presten a dar las condiciones de vida digna que merecen sus trabajadores: vivien- das, servicios públicos, salas de asistencia médica, escuelas, tierras que puedan ser adquiridas por los mismos para sus propias viviendas, etc.

La planificación y la prevención deben ser responsabilidad primaria del Estado ante los nuevos y no tan nuevos emergentes sociales. En conjunto con las empresas y la sociedad deben tratarse las responsabilidades que les corresponden a cada sector en el marco del diálogo, base sustancial de nuestro sistema democrático, reconociendo que hay seres huma- nos que merecen condiciones de vida digna y que los enfrentamien- tos como éstos pueden ser desterrados si se contempla que donde existe una necesidad nace un derecho.

El monopolio y dominio de la tierra por grandes empresarios que generan su riqueza a partir de las mejoras sustanciales que ha dado nuestro país en es- tos últimos casi ocho años no debe restar la posibilidad a sus traba- jadores de aspirar a vivir mejor a partir de esas rentas que ellos hacen posible.

Las grandes rentas que produce el biocombustible generan ganancias extraordinarias a em- presarios que actúan como en un pasado oligárquico con prácticas de un Capitalismo Salvaje y Deshumanizado, como lo definiría Max Weber.

La Historia ha marcado la fuerte relación de estos sectores en asociaciones violentas con las dictaduras militares, con gobiernos funcionales a esas prácticas de acumulación de riqueza y de explotación. Las "Venas abiertas de América Latina" se reactualiza con nuevas prácticas globales de explotación, marginación y exclusión de personas en movimien- tos inmigratorios y migrantes, con millones de hombres y mujeres que buscan un lugar donde vivir y trascender con su prole en un lu- gar seguro.

La Justicia debe actuar y mostrar a los responsables con nombre y apellido. No queremos más casos como los de Mariano Ferreyra, ni más represión como las que el gobierno de la ciudad propició contra los asentamientos en Buenos Aires.

La Argentina de hoy merece el esclarecimiento de todas las causas que pudiendo ser evi- tadas, cobran la vida de personas, que no importa de donde pro- vengan ni a que etnia pertenecen, el derecho humano y el vivir con dignidad es de todos. Por eso en el manejo de los conflictos, no hay "excesos" ni justificaciones de ese tipo, ni efectos "colaterales", cuan- do son actos a cargo de la racionalidad institucional y de la de fun- cionarios que dan órdenes, como de quienes la acatan, desde la convicción o desde la pasividad receptiva acometiendo el acto en función del cumplimiento de una orden. Hay una red sistémica en la seguridad, que debe mostrar a sus responsables y deben ser juzgados. Ningún crimen puede quedar impune y ningún responsable fuera del juicio de la ley.

El Gobierno Nacional ha dado y da muestra de que el conflicto puede manejarse sin repre- sión. La confrontación se da en el Estado de derecho bajo formas institucionales donde la vida, la salud, los mejores ingresos, la sus- tentabilidad de un modelo social y económico, pueden darse, aun- que se trate de confrontar contra los grandes grupos de concentración de la riqueza, nacionales y foráneos, con proyectos antagónicos, pero discutidos en marcos instituciona- les y con la participación del Pueblo, exhibiendo herramien- tas técnicas económicas y macroeconómicas sostenidas con el fun- damento que da la adscripción a una ideología; con valores solida- rios y de justicia social, que valen más que mil golpes y muertes irreparables.

Este gobierno da mues- tra que otros gobiernos provinciales deben tomar, bajo el precepto de que la violencia debe ser desterrada bajo la forma de inclusión social, búsqueda de verdad, discusión de la riqueza, mayor educación, más servicios de infraestructura, etc. y para eso hay que apelar a los que más se han beneficiado con el mode- lo económico, hay que pedirles y sino exigir su solidaridad con el pueblo y el país que produce sus riquezas con ventajas económicas comparativamente más provechosas que en otros tiempos.

Sabemos que la distribución de la riqueza no llega por generación espontánea, tampoco somos ingenuos y creemos en la benevolencia del capita- lismo pero podemos corregir sus vicios; entonces, Señor Presidente, señores/as colegas, discutamos nuestra agenda pendiente y multi- pliquemos la tarea en hallar las respuestas y herramientas que los tiempos nos imponen.

Sabemos quienes tene- mos funciones de responsabilidad, que tenemos otra Argentina, una Argentina que puede transitar el camino de la ma- yor inclusión social. Y desde ese conocimiento debemos multiplicar los esfuerzos, para las nuevas discusiones planteadas en el seno de la Cámara. Somos responsables de la posibilidad de la planificación que debe dar el Estado para evitar hechos como los acontecidos en Jujuy.

La agenda nos deja la responsabilidad de discutir lo que la Presidenta planteara desde la tenencia y uso de las tierras, su reparto en manos nacionales y no extranjeras, las condiciones laborales en el campo y terminar con el trabajo esclavo, discusión que muchos legisladores dejaron para tra- tar como cuestión de privilegio y no hicieron hasta hoy.

Confío que muchos acompañen esta Declaración de repudio, desprendidos de todo inte- rés sectorial.

Por lo expuesto, solicito a mis estimados/as colegas, acompañen la presente declara- ción.