PROYECTO DE TP
Expediente 3810-D-2009
Sumario: INCLUSION EN EL PROGRAMA MEDICO OBLIGATORIO -PMO- TRASTORNOS ALIMENTARIOS EBRIOREXIA, DIABULIMIA, ORTOREXIA Y VIGOREXIA.
Fecha: 12/08/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 92
El Senado y Cámara de Diputados...
Inclusión de Trastornos alimentarios
en el Programa Médico Obligatorio
Articulo 1º: Objeto.
El siguiente proyecto de ley tiene por
objeto la inclusión en el Programa Médico Obligatorio (PMO) de trastornos
alimentarios como: "ebriorexia", "diabulimia", "orthorexia" y vigorexia"; teniendo
en cuenta los riesgos futuros que podrían ocasionar ante la falta de un tratamiento
adecuado.
Articulo 2º: Definiciones.
"Ebriorexia", se resume en una serie
de conductas desequilibradas como por ej. dejar de comer para compensar las
calorías ingeridas tras el consumo de alcohol. Es un trastorno de la alimentación
vinculado a la anorexia, bulimia, y alcoholismo.
"Diabulimia" trata de definir a un
trastorno de la conducta que se gesta en personas recién diagnosticadas de
diabetes tipo 1, que precisa tratamiento crónico con insulina, se produce pérdida
de peso a causa del desequilibrio hormonal que acontece.
"Ortorexia" : obsesión por la comida
sana, basada en la selección de alimentos orgánicos, sin aditivos.
"Vigorexia": trastorno caracterizado
por la presencia de una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del
esquema corporal (dismorfofobia).
Artículo 3°: Autoridad de
Aplicación.
El Ministerio de Salud de la Nación
será el organismo de aplicación y el encargado de :
a) Analizar, planificar,
coordinar y ejecutar las acciones inherentes a la investigación relacionada a la
prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos mencionados, como así
también el seguimiento en los aspectos sociales y laborales.
b) Promover la capacitación
de profesionales y técnicos de la salud para una adecuada atención.
c) Difundir masivamente a
la población en general sobre las características y riesgos de dichos trastornos
alimentarios, con el fin de informar las características de estas patologías y así
concientizar a las familias y a los grupos sociales en riesgo; para una adecuada
prevención, diagnóstico y tratamiento.
Artículo 4°: Invítese a todas las
provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir al presente cuerpo
legal.
Artículo 5°: Comuníquese al Poder
Ejecutivo Nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Ante la constante aparición de
patologías que marcan cambios de conductas en adolescentes y jóvenes; con las
consecuencias peligrosas para la salud que pueden llevar a la muerte; es que se
presenta este proyecto para que se tome conciencia y control sobre estas
entidades médicas de aparición reciente.
Debemos tener en cuenta que así
como las adicciones son un grave problema que aún no ha sido controlado; éstas
también son otras formas de autodestrucción que atentan contra la vida misma.
EBRIOREXIA
Existen muchos trastornos dentro del
alcoholismo. Uno de ellos es la ebriorexia también conocida como drunkorexia, es
un trastorno (no una enfermedad) que se caracteriza por saltearse comidas para
tomar más alcohol y no engordar.
Dichas personas pasan por períodos
en los que prácticamente ayunan. Estos períodos restrictivos tienen como
consecuencia episodios de ingesta voraz, conocidos como atracones, por los cuales
estas personas infieren que engordaron (cuentan calorías, se miden, etc), llegando
luego a vomitar o compensar con medicamentos aquello que comieron de más.
Las personas mayormente afectadas
por este trastorno suelen ser los adolescentes, que pueden o no encontrarse
cursando un Trastorno de la Conducta Alimentaria, específicamente Bulimia
Nerviosa o Trast. Inespecífico de la Conducta Alimentaria.
Lamentablemente no existen
estadísticas en nuestro país, lo cual este proyecto intenta remediar. Entre un 30%
de personas estadounidenses de entre 18 y 24 años se saltea comidas para ingerir
más alcohol.
El alcoholismo es una enfermedad
tremendamente común desgraciadamente. Por supuesto que si hablamos de
personas alcohólicas en exceso es muy simple detectar sus problemas con la
bebida. Pero si observamos a otras personas, es probable que sean alcohólicas y
que aún no lo hayan asumido, o que quizá lo ignoren .
Al reconocido perjuicio para la salud
del consumo desmesurado de alcohol se suma el aporte de energía (calorías) de
todas aquellas bebidas alcohólicas. Un gramo de alcohol o etanol aporta 7
kilocalorías. Con ayuda de una fórmula para sencilla determinar los gramos de
alcohol exactos de cada bebida y de unas tablas de composición de alimentos, se
pueden estimar las calorías derivadas del consumo de distintas bebidas.
La tendencia a dejar de comer
durante horas o apenas comer durante el día para compensar las calorías ingeridas
con las bebidas se está extendiendo, sobre todo, entre las chicas jóvenes. Varias
publicaciones se han hecho eco de este comportamiento insano, y que podría
incluirse dentro del grupo de los trastornos de la conducta alimentaria.
"La obsesión con estar delgado y la
aceptación social del consumo de alcohol son parte del origen de este grave
trastorno de la conducta alimentaria", declaraba Douglas Bunnell, presidente de la
Asociación Nacional de Trastornos de la Conducta Alimentaria (National Eating
Disorders Association) de Estados Unidos a una publicación estadounidense que
trató el tema.
Las enfermedades psicológicas
vinculadas a la alimentación avanzan rápidamente. Como una ramificación que
parte de la anorexia y bulimia son muchísimos los trastornos alimentarios a los que
hemos hecho referencia sumado el de ebriorexia.
Una combinación de anorexia,
bulimia, y alcoholismo, es decir, una "bomba de tiempo". Quienes padecen de este
nuevo trastorno no comen voluntariamente, luego sufren un atracón con la
comida, después se provocan el vómito, y además le suman el abuso de
alcohol.
Durante el último verano, en nuestras
costas, los argentinos vimos como nuestros jóvenes pasaban sus vacaciones
prácticamente sin comer, viviendo del alcohol en "previas" o reuniones pre baile, lo
cual además de lamentarnos por su deterioro psicofísico, su conducta
autodestructiva, pueden ser peligrosos para terceras personas, ya que los jóvenes
conducen ebrios, tienen conductas agresivas, o bizarras que pueden terminar en
tragedias
DOCUMENTACIÓN
El DSM-IV (Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders), no contempla este trastorno, pero la velocidad en la
que se viven estos tiempos, muchas veces no nos permite esperar. Cuando la vida
de nuestros jóvenes se encuentra en peligro, es nuestro deber como legisladores,
formalizar las herramientas para que los profesionales cuenten con los medios para
la prevención y tratamiento no solo de las personas afectadas, sino además, su
familia y el conjunto de nuestra sociedad.
Programa: Telefé Noticias - 2da.
Edición
Tema: Peligro! Alcohorexia
La unión de bulimia, anorexia y
alcoholismo.
Entrevistado: Lic. Marcelo Bregua (C
General de Psicólogos de ALUBA)
Evangelina Himitian
Enviada especial La Nación
PINAMAR.- Son los dueños de la
noche. Los más chicos tienen 14 años y los mayores, los "decanos de la movida,"
apenas llegan a los 25 años. Pasada la medianoche, esta ciudad se convierte en
una fiesta a la que asisten más de 20.000 adolescentes cada noche, en la que el
alcohol es el convidado de lujo y el descontrol el invitado que llega pocas horas
más tarde, cerca del amanecer. Las crónicas de jóvenes heridos, apuñalados y
hasta muertos cuando salían de bailar en la costa atlántica durante la pasada
semana instalaron el foco sobre la nueva noche adolescente. Los vecinos y turistas
de Pinamar y de San Bernardo denuncian que esas ciudades ya no son destinos de
la familia y apuntan a la falta de controles del gobierno y a las inmobiliarias que les
alquilan a departamentos a adolescentes. En la madrugada de ayer, LA NACION
recorrió los puntos más frecuentados por la juventud en Pinamar, entre las 2 y las
9. Los bares del centro estaban repletos. Había adolescentes que bajaban a la
playa con sus heladeritas. Otros, armaban rondas en la vereda. Y los que podían,
se sentaban en las mesitas a la calle y pedían un trago. Cerveza, licores, mojitos.
En algunos bares y quioscos, se leía una calco de la campaña que cervecería
Quilmes impulsó en la costa "Yo no les vendo alcohol a menores". De todas
formas, los chicos se las ingenian para conseguir bebidas. En la playa, a metros del
mar, un chico se acuesta a la arena escoltado por dos ángeles: una rubia y una
morocha. Primero se besa con una, después con la otra. Se quedan abrazados los
tres, para espantar el frío. Hasta las 4, todo son sonrisas, miradas, tragos
compartidos y besos. Pero poco más tarde, cuando el alcohol comienza a subir,
aparecen las discusiones. Una camioneta de la municipalidad recorre la noche
adolescente para juntar las botellas vacías y sacarlas de circulación antes de que
se conviertan en armas o misiles. No es para menos. Anteayer, al joven que fue
internado a la salida del boliche Ku le rompieron una botella en la cabeza y
después le tajearon la espalda. Las peleas callejeras se convirtieron en un signo de
esta temporada. Según comprobó LA NACION durante la última quincena, todos
los días, en el hospital local, se atendieron a uno o dos jóvenes con cortes o
lastimaduras por peleas en la calle durante la madrugada. Cerca de las 4, muchos
adolescentes peregrinan hacia El Alma -Ku, el gran boliche de Pinamar. Ellas van
de tacos, minishort e hiperproducidas. Ellos, de infaltable buzo con capucha. "Uy,
Melu se puso violenta", decían unas adolescentes que iban camino del boliche. La
chica, con sandalias súper altas y short balloon, pateaba descontrolada una lata de
cerveza que encontró a su paso. A pocos metros, todo el grupo de chicas dio
alaridos cuando un auto casi las lleva por delante. Uno de los móviles policiales
instalados frente al boliche recibió la noticia: rompieron la vidriera de un local del
centro y varios chicos se cortaron. Hacia allá fueron las patrullas. La entrada al
boliche cuesta unos 40 pesos y hay que sumarle los tragos. Además, no se les
permite el ingreso a los menores de 18. Por eso, muchos adolescentes
simplemente eligen deambular por las calles y los bares hasta que amanezca.
DIABULIMIA
También nueva es la palabra
"diabulimia", un problema de la conducta alimentaria al alza entre chicas
diabéticas, que utilizan la condición de la disciplina alimentaria que exige su
enfermedad para tratar de perder el máximo peso. Así, pues, tomar una lata de
cerveza (330 ml) supone al organismo un aporte de alrededor de 110 calorías; un
vaso de vino (125 ml), unas 80 calorías; y un combinado supera las 200 calorías.
Si se hace dieta, la limitación de tomar cervezas o combinados no suele ser bien
admitida por los jóvenes, en general, y por las chicas, en particular, que son las
que antes comienzan a querer adelgazar.
El término "diabulimia" trata de definir
a un trastorno de la conducta que se gesta en personas recién diagnosticadas de
diabetes tipo 1, que precisa tratamiento crónico con insulina. Uno de los signos
comunes que preceden al diagnóstico de la diabetes tipo 1 es la pérdida de peso a
causa del desequilibrio hormonal que acontece. La insulina es la hormona que en
condiciones de salud regula el metabolismo de los distintos nutrientes, en
particular el de los hidratos de carbono o azúcares.
Cuando el páncreas no secreta
suficiente insulina, las células no pueden obtener energía a partir de los azúcares
de los alimentos, y estos se eliminan por la orina, lo que conduce a un menor
consumo y aprovechamiento energético, con la consiguiente pérdida de peso. Tras
el diagnostico de la enfermedad, se comienza la terapia con una dieta adecuada
combinada con insulina, y la persona va recuperando poco a poco el peso perdido.
Sucede que muchas personas comen más azúcares para evitar las temidas
hipoglucemias, bajadas bruscas de los niveles de glucosa en sangre (glucemia), lo
que, a la larga, conduce a exceso de peso.
Este nuevo fenómeno conocido como
"diabulimia" consiste en utilizar la condición de la disciplina alimentaria y, sobre
todo, del control de la insulina que exige la diabetes para perder peso. Las
personas afectadas reducen las dosis de insulina con el fin de bajar de peso de
manera intencionada. El organismo al no tener suficiente insulina no puede
aprovechar todos los azúcares, el aporte energético es menor y, en consecuencia,
se pierde peso. Es fácil comprender que los trastornos de la conducta son
especialmente peligrosos si se suman a una enfermedad crónica como es la
diabetes.
Sin insulina, aumentan los niveles de
glucosa en sangre. Cuando llegan a unos niveles muy elevados (hiperglucemia) y
se mantienen demasiado tiempo, se produce la cetoacidosis diabética, en la que la
sangre se vuelve demasiado ácida. Los ácidos de la sangre dañan las células; esto
puede conducir a una situación de coma, que puede llegar a ser mortal. A la larga,
el exceso de azúcares daña los vasos sanguíneos que irrigan los nervios
provocando neuropatías. Si el daño se produce en los vasos sanguíneos de la
retina se puede sufrir retinopatía diabética, que afecta a la visión.
Aunque el término "diabulimia" puede
dar a entender que comparte conductas insanas con la bulimia nerviosa -comer
por atracón y luego purgarse para compensar el exceso de calorías ingeridas-, se
puede comprobar que los signos de identidad son totalmente distintos. El hecho de
seguir una dieta de adelgazamiento supone considerar todos aquellos alimentos
que, por su elevada carga energética, se han de limitar con el fin de darle al
cuerpo las calorías que precisa pero no más.
Son diversos, y en ocasiones muy
específicos, los síntomas y los signos que sirven para identificar los desórdenes
alimentarios distintos de los más conocidos y de mayor incidencia, como la
anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Por ejemplo, la sensación de inapetencia
durante toda la mañana y de gran apetito a la hora de la cena y durante la noche
son señas características del síndrome del comedor nocturno.
Este comportamiento es totalmente
distinto a lo que se define en clínica como "trastorno por atracón" o "binge eating",
que consiste en la ingesta exagerada de alimentos, en momentos concretos y de
forma inconsciente, para calmar la ansiedad. El término de "ortorexia" se entiende
como la obsesión por la comida sana, basada en la selección de alimentos
orgánicos, sin aditivos, etc., y se incluye también dentro del léxico de los
desórdenes alimentarios. Incluso se está extendiendo el uso popular de la
expresión "manorexia" para referirse a la anorexia nerviosa en varones
Por todo lo expuesto, solicito a mis
colegas me acompañen en este proyecto de Ley.
ORTHOREXIA
Ortorexia, u ortorexia nerviosa es un
término acuñado por Steven Bratman, para calificar como trastorno alimenticio la
obsesión de comer comida considerada saludable por la persona, lo que este
doctor de Estados Unidos sostiene que puede llevar a la muerte.
Bratman acuñó el término en 1997
del griego orthos, "correcto", y orexis, "apetito". Literalmente "apetito correcto", la
palabra es un símil de "an" "orexis" "sin apetito".
Bratman describe la ortorexia como
una obsesión perjudicial para la salud como el trastorno obsesivo-compulsivo, con
lo que el paciente considera alimentación saludable. El sujeto puede evitar ciertos
alimentos, como los que contienen grasas, preservantes, o productos animales, y
tener una mala alimentación.
Bratman afirma que "la desnutrición
es común entre los seguidores de las dietas de comida saludable."
Síntomas, consecuencias y sus
posibles explicaciones
Los síntomas y consecuencias de la
orthrexia nerviosa pueden incluir obsesión con la alimentación saludable,
desnutrición, y la muerte por inanición. Las personas que padecen esta
enfermedad suelen tener distintas concepciones de diferentes tipos de alimento.
Los productos que contienen preservantes suelen ser considerados "peligrosos",
los alimentos producidos industrialmente "artificiales", y los producidos
biológicamente "saludables". Los pacientes suelen tener deseos fuertes y hasta
incontrolables de comer cuando están nerviosos, emocionados, felices, ansiosos o
con remordimiento. La orthorexia nerviosa es más común en hombres y en
personas con un bajo nivel de educación.
Ya sea en busca de una cura para un
trastorno específico, o simplemente excediéndose en su preocupación por llevar
una alimentación sana, los orthoréxicos desarrollan sus propias reglas alimentarias.
Para seguir el régimen, estas personas hacen prueba de una gran fuerza de
voluntad, pero si rompen los votos y sucumben a la tentación de los alimentos
prohibidos, se sienten culpables y corrompidos. Este comportamiento es similar al
de las personas que sufren anorexia o bulimia nerviosa, sin embargo, los
anoréxicos y bulímicos se preocupan por la cantidad de comida que consumen,
mientras que los ortoréxicos se obsesionan con la calidad de la misma. Existe,
como se puede ver en la televisión, revistas y publicidades, un bombardeo acerca
de lo que es "bueno" y "malo" a la hora de alimentarse.
DOCUMENTACIÓN
Trastornos alimentarios poco
conocidos.
Cuando comer es una penuria.
Ortorexia, atracones y síndromes de ansiedad. Cada vez más gente padece
patologías de la alimentación y no lo sabe. Fóbicos a las verduras, adictos al
soufflé de calabaza y obsesivos que buscan la comida perfecta.
FERNANDA NICOLINI
Cecilia vivió veinte años sin probar verduras: la idea de tragar vegetales le daba
ganas de vomitar. Carola se fanatizó tanto con los productos naturales que en
unos meses su dieta se redujo a una sola comida, el soufflé de calabaza.
La de Mauro, en cambio, era a base de galletitas. Para Gabriela, comer significaba
hacerlo a escondidas, a toda velocidad y sin distinguir qué: podía devorar
milanesas con dulce de leche o flan con mayonesa. Todos ellos sufrieron algún tipo
de patología: ortorexia, fobia, atracones, trastornos de la alimentación no tan
difundidos como la anorexia y la bulimia pero más habituales de lo que se
cree.
"Es común que no se diagnostiquen o que las personas no lo vean como una
enfermedad. Sucede con los que sufren de ortorexia: creen que hacen lo correcto",
dice Mabel Bello, fundadora de ALUBA y jefa de psiquiatría del hospital
Udaondo.
La ortorexia es la obsesión por comer la comida perfecta.
"La idea de perfección depende de los parámetos que se pone cada persona;
sucede con los productos light u orgánicos. El individuo se vuelve esclavo de esa
dieta que cree ideal y que además suele ser de cantidades reducidas y puede
derivar en anorexia", explica Bello. Si bien la ortorexia afecta en mayor medida a
las mujeres, también hay hombres que la sufren.
La especialista recuerda el caso de un paciente de 17 años que en su bolso llevaba
siete paquetes diferentes de galletitas porque estaba convencido de que debía
comer media galletita de cada paquete como única dieta.
Carola, de 19 años, estudiante de
Bellas Artes, es paciente de ALUBA y está en tratamiento por un cuadro de
ortorexia que derivó en anorexia. Cuenta: "Al principio dejé de comer carnes rojas,
después pollo y pescado. Sentía que contaminaba mi cuerpo. A lo último lo único
que toleraba era el soufflé de zapallo sin huevo. Recién cuando entré a ALUBA me
di cuenta de que tenía un problema: creía que la gente no cuidaba su cuerpo",
concluye. Durante más de 20 años, Cecilia les tuvo fobia a las verduras.
No recuerda haber sufrido un episodio traumático. Sabe que desde chica les tuvo
rechazo. "La sola idea de probar verduras me generaba náuseas", cuenta. Un día,
en un chequeo, los resultados le dieron mal: tenía sobrepeso y los niveles de
insulina eran demasiado altos. Los médicos le sugirieron que cambiara de estilo de
vida. "Pero recién me di cuenta de que sufría de fobia cuando leí una nota sobre el
tema", dice.
A las cinco semanas de empezar el tratamiento en el Fobia Club, Cecilia logró
enfrentarse a una ensalada. "Al principio me generó asco, pero después, con
técnicas de relajación, logré tragar sin ir directo al baño", reconoce.
A las fobias no tan comunes se las
llama fobias específicas. Tal es el caso de las que involucran a los alimentos.
Gustavo Bustamante, vicepresidente del Fobia Club, define a la fobia como una
reacción de ansiedad desproporcionada frente a un objeto o una situación.
"La particularidad del fóbico es que tiene miedo irracional: les teme a cosas a las
que no habría que tenerles miedo, como a las verduras -explica-. De ahí que es
importante distinguir entre alguien a quien no le gusta determinado alimento y el
rechazo irracional: el fóbico se aleja de la mesa y el sólo hecho de ver el alimento
en un comercial puede generarle sensación de malestar".
Desde que Jack Nicholson encarnó a un obsesivo compulsivo aferrado a decenas
de rituales en Mejor Imposible, casi todo el mundo tiene una idea acerca del TOC
(Trastorno Obsesivo Compulsivo).
Es la presencia de ideas intrusivas que se imponen en la cabeza del individuo
causándole ansiedad y que lo obligan a determinados actos rituales con la creencia
de que, si no los hace, algo malo puede suceder. Afecta a 25 de cada mil personas
y con él vienen asociados otros trastornos, como el de "comedor compulsivo", que
se caracteriza por los atracones: la persona come en poco tiempo
desaforadamente cantidades enormes sin distinguir el tipo de alimento. "El TOC no
es sólo una patología, sino un espectro de patologías que se asocian y cobran la
forma de un trastorno de la alimentación", explica Enzo Cascardo, director del
Centro de Investigaciones Médicas de Ansiedad.
Gabriela, de 44 años, fue presa de rituales por casi 30 años. En el último tiempo, le
obsesionaba que las ventanas, la puerta de entrada y la llave de gas estuvieran
cerradas. "En un momento pensé que me estaba volviendo loca y empecé a
averiguar en internet qué me pasaba. Ahí me di cuenta de que tenía TOC y que
estaba relacionado con otro problema mío, el de los atracones.
Cada vez que volvía de trabajar, me escondía en la cocina a comer todo lo que
hubiera en la heladera, como poseída, mezclaba dulce con salado, era
horrible.
Cuando empecé el tratamiento, entendí que mi sobrepeso tenía que ver con un
Trastorno Obsesivo Compulsivo".
Cascardo, a cargo del tratamiento de Gabriela, explica: "Es muy común que los
trastornos de alimentación se asocien con el TOC porque los mecanismos
neurológicos que sostienen a ambos problemas se comparten. En el TOC hay dos
polos: el compulsivo, en el que la persona se debate entre hacer y no hacer y gana
el hacer, y el impulsivo, en el que las cosas se hacen sin pensar ". En pocos meses
de tratamiento, Gabriela logró controlar los atracones. Y -lo que para ella es una
verdadera conquista- mirar Mejor Imposible, algo que antes no podía.
Se calcula que los trastornos de
ansiedad -dentro de los cuales se enmarcan las fobias y el TOC y que tienen su
origen en una propensión genética- afectan a un 30% de los argentinos. Sin
embargo, no existen estadísticas de los trastornos vinculados específicamente con
la alimentación.
Bello, quien atiende en el Udaondo,
reconoce que hay muchos más casos de los que llegan al consultorio. ¿Por qué se
desconocen? "Básicamente, porque son trastornos propios de los adultos, quienes,
en general, creen que esa manera de vincularse con la alimentación ya es parte de
su vida. Pero que sean menos conocidos no implica que no sean bastante
frecuentes", concluye.
Por todo lo expuesto solicito a mis
pares la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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ACUÑA, HUGO RODOLFO | NEUQUEN | MOV POP NEUQUINO |
COMELLI, ALICIA MARCELA | NEUQUEN | MOV POP NEUQUINO |
BRILLO, JOSE RICARDO | NEUQUEN | MOV POP NEUQUINO |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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PREVENCION DE ADICCIONES Y CONTROL DEL NARCOTRAFICO (Primera Competencia) |
ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |