PROYECTO DE TP
Expediente 3763-D-2007
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE LA CRISIS ENERGETICA.
Fecha: 01/08/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 97
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo
Nacional, para que a través de la Secretaría de Energía, dependiente del
Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la
Nación se informe lo siguiente:
1. Costo de la crisis
energética en lo que va del año.
2. Cómo se va a pagar
el costo ocasionado por la crisis energética.
3. Cuánto se pagó por
las importaciones de combustible para afrontar la crisis en lo que va del
año.
4. Qué monto se ha
otorgado en subsidios energéticos a empresas privadas para afrontar la
crisis durante el presente año.
5. Cuál es el aumento
y/o expansión de la oferta energética, producto de las inversiones
realizadas con los fondos asignados presupuestariamente y por los
fondos fiduciarios creados a tal fin.
6. Qué medidas se
prevén tomar para ampliar la oferta energética doméstica en el corto,
mediano y largo plazo.
7. Cuál es la estrategia
de salida al entramado de subsidios otorgados por el gobierno en el
plano energético.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El contexto
socioeconómico en el cual se ha implementado esta política sectorial es
importante. Recordemos que en 2003 el país se encontraba en su
primer año de recuperación económica, luego de cuatro años
consecutivos de caída del PIB, y presentaba los máximos niveles
históricos de pobreza e indigencia.
Bajo este escenario las
medidas de política sectorial permitían mantener inalterables los precios
de la energía e incrementar la proporción de la producción destinada al
mercado interno y consolidar un proceso de crecimiento económico
(creación de empleo y recuperación del salario) que encontraba en los
sectores productores de bienes a sus principales responsables. Los
precios bajos de la energía, fundamentalmente hidrocarburos,
incrementaba la competitividad (al menos no le restaba) de los sectores
productivos, fundamentalmente del sector agrícola -donde los
combustibles y los productos derivados del petróleo juegan un papel
preponderante dentro de su estructura de costos - que, impulsado por
precios internacionales en alza fue el primero en acomodarse a la nueva
estructura de precios relativos y motor inicial del crecimiento
nacional.
Si se continúa el análisis
es factible advertir que conjuntamente con la recuperación de los niveles
de salario se adecuaron los precios relativos de los servicios, y
consecuentemente el consumo de los hogares (desde la demanda) y los
sectores prestadores de servicios (desde la oferta) fueron gradualmente
tomando mayor preponderancia en el proceso de crecimiento.
Paralelamente, se aprecian mejoras sustanciales en términos de pobreza
e indigencia. Ante este cambio de contexto, la política de regulación de
precios (y comercio exterior) de la energía se torna algo obsoleta, e
implicaba continuar con esquema donde el sector productor de energía
subsidia al resto de los sectores de la sociedad (productivos y hogares),
actuando como un incentivo para la demanda y un desincentivo para la
oferta.
La manutención en el
tiempo de la política de regulación de precios y del comercio exterior de
la energía, produjo que hacia fines de 2005 el país pierda su capacidad
de autoabastecerse en materia energética debiendo importar, y
subsidiar, fuel oil desde Venezuela para abastecer la centrales
generadoras de energía. Este hecho fue una muestra más e insoslayable
que la política aplicada era de carácter corto placista ergo, difícil (y
erróneo) de sostener en un período de tiempo prolongado.
Habiendo perdido la
capacidad de autoabastecerse, la política implementada implica un
elevado costo fiscal (asociado a la decisión de subsidiar la
comercialización interna de hidrocarburos a menor precio que el
internacional), deteriora el resultado del balance comercial e impulsa
una apreciación del tipo de cambio.
Consecuentemente se
contrapone con las bases del crecimiento económico experimentado a
partir de 2002.
Ante esta situación el
gobierno debía enfrentar la decisión de mantener la política
hidrocarburífera vigente (de precios e inversión) aunque eso suponga
asumir los costos y consecuencias expuestas en el párrafo precedente, o
sincerar los precios del sector energético, aunque eso implique una
pérdida de competitividad para el resto de los sectores y menores tasas
de crecimiento en el corto plazo.
El hecho de estar
escribiendo el presente informe implica que la decisión adoptada por la
actual administración fue priorizar el crecimiento y, fundamentalmente,
el abastecimiento de energía "barata" a hogares no pobres (los estratos
de la población de menores ingresos son los que tienen menor
accesibilidad a la red de gas, por ende consumen gas en garrafa -GLP-
cuyo precio no se encuentra regulado), agudizando el desequilibrio entre
oferta y demanda de energía iniciado en 2003.
Ante las actuales
condiciones de oferta, la decisión política de abastecer de energía al
sector residencial implica que se le recorte el suministro a las industrias;
a las usinas; a las exportaciones; a las plantas procesadoras de líquidos
en cabecera y al GNC. El recorte de gas a las industrias implicará menor
producción, lo cual en un marco de política monetaria y fiscal expansiva
de estimulación de la demanda agregada podría llevar a una aceleración
de la inflación.
Abastecer el consumo
residencial implica afrontar en los días fríos incrementos de la demanda
domiciliaria del 252% con respecto al promedio anual. El consumo
residencial ascendió hasta 88 millones de metros cúbicos en un día frío
de julio 2007, mientras que en el promedio de 2006 era 25 millones de
metros cúbicos.
La industria, las usinas y
las exportaciones son las grandes subsidiadoras del consumo
domiciliario de gas. Cuando se compara un día frío de julio 2007 con el
promedio del 2006 se observa que la entrega de gas natural a las
industrias y a las usinas disminuye -43.3% y -41.9%; respectivamente.
En un día frío de julio 2007 a las industrias se les entregó 17 millones de
metros cúbicos, mientras que en 2006 se les entregó en promedio 30
millones de metros cúbicos. Paralelamente, las usinas recibieron 18
millones de metros cúbicos mientras que en el promedio de 2006
recibían 31 millones.
Las exportaciones
prácticamente se cancelaron y se entregaron solamente 2 millones de
metros cúbicos para el consumo domiciliario en Chile, cuando en el
promedio de 2006 se entregaban al exterior 17 millones de metros
cúbicos. Al mismo tiempo, las plantas productoras de GLP (1) recibieron
un -58.3% menos de gas natural que en el promedio de 2006.
En síntesis, el incremento
de la demanda de gas natural residencial ocasionado por las bajas
temperaturas es subsidiado en un 24% por menores exportaciones y en
un 21% por menores entregas de gas a las industrias y a las
usinas.
Hasta hace pocos días el
costo de la crisis energética aparecía, principalmente, en las cifras de la
producción industrial, que está creciendo a un ritmo menor que hace un
año. Ahora se cuenta con estimaciones oficiales del costo fiscal de la
crisis.
Un documento elaborado
por el Ministerio de Economía, muestra que en el corriente año el Estado
gastará 12.000 millones de pesos en rubros como importaciones de
combustible y subsidios energéticos a empresas. El mes pasado, el
gasto público aumentó un 52% y eso se debió, en gran parte, al
incremento de los subsidios al sector privado vinculados con la crisis
energética.
Los subsidios son un
instrumento de política económica que puede emplearse con diferentes
fines. En el caso de la energía, existe la opción de distribuir el costo en
forma directa, con un aumento de tarifas, o indirecta a través de la
política fiscal. El Gobierno ha decidido, por razones políticas, absorber el
costo a través del Fisco, aumentando el gasto.
La elección de esta
alternativa puede ser objeto de discusión. Un argumento en contra es
que la falta de actualización de tarifas desestimula inversiones privadas
y que eso puede ser perjudicial en el futuro.
Lo que no está en
discusión es que la brecha entre oferta y demanda de energía no es
inocua y que tiene costos de diverso orden, entre ellos los fiscales. Y
que estos costos serían menores si se hubiera invertido cuando
comenzaron a aparecer las señales de crisis.
La crisis energética tiene
un costo fiscal contabilizado en un documento oficial y en la evolución
de las cuentas públicas. El gasto aumentó como consecuencia de los
subsidios energéticos al sector privado.
Por todo lo expuesto,
solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de
resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
GIUBERGIA, MIGUEL ANGEL | JUJUY | UCR |
NIEVA, ALEJANDRO MARIO | JUJUY | UCR |
HERNANDEZ, CINTHYA GABRIELA | RIO NEGRO | UCR |
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Comisión |
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