PROYECTO DE TP
Expediente 3744-D-2015
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA LA INSTALACION DE RADARES EN LAS PROVINCIAS DEL CHUBUT Y TIERRA DEL FUEGO, ANTARTIDA E ISLAS DEL ATLANTICO SUR PARA TAREAS DE VIGILANCIA TECNOLOGICA Y CUSTODIA DE LA PLATAFORMA MARITIMA NACIONAL.
Fecha: 02/07/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 81
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional
para que por intermedio del Ministerio de Defensa de la Nación y demás
organismos competentes en la materia, para solicitar que se disponga la
instalación de sendos radares en la Península de Valdés (Provincia del Chubut) y
en la Ciudad de Río Grande (Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur) para realizar adecuadamente tareas de vigilancia tecnológica y
custodia de la plataforma marítima nacional y contribuir a preservar los intereses
vitales de la Nación; controlar el tráfico marítimo irregular o ilícito; cumplir con los
compromisos internacionales vigentes en la materia; incrementar la seguridad del
movimiento marítimo en el ámbito nacional; brindar información náutica y
meteorológica, en tiempo real; obtener una mayor agilidad operativa, con la
consecuente disminución de los costos para los usuarios; brindar asistencia a naves
perdidas y/o en emergencia y equilibrar regional e internacionalmente el desarrollo
tecnológico y operativo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Los integrantes del área temática
"Políticas de defensa y seguridad internacional" del Observatorio de Políticas
Públicas (OPP) define en un artículo a la radarización como el uso de los
dispositivos electrónicos capaces de explorar y extraer información del espacio que
los rodean en un radio de centenares de kilómetros.
El control de un espacio se lleva a
cabo con las acciones de vigilancia, disuasión y eventual intervención. La vigilancia
del espacio aéreo sobre la tierra o el mar es la acción que permite conocer la
existencia de tráfico aéreo, su posición en las tres dimensiones (lat., long. y altura)
y movimientos. El procedimiento de identificación permite saber las características
precisas de los contactos y el de reconocimiento, clasificarlos como autorizados o
no autorizados, legales o ilegales, amigos o enemigos.
Todo este proceso demanda un
esfuerzo permanente y máximo por conocer todo el tráfico existente, descartar
aquel que es conocido y autorizado, para luego adoptar especiales medidas de
control con aquel que es desconocido, y como tal, no autorizado o ilegal. Frente a
estos casos, nunca se puede descartar que el tráfico sea militar y corresponda a la
Defensa Nacional. Criterio similar aplica a la vigilancia marítima y aérea sobre el
mar.
La ventaja de tener las fronteras, y el
territorio, bajo la vigilancia de radares es la posibilidad de saber qué entra y qué
sale a través de las zonas más permeables de la frontera. La falta de un control
aeroespacial puede generar un atractivo para distintos grupos de crímenes
organizados (como narcotraficantes y contrabandistas) y grupos terroristas
estatales o no estatales para llevar a cabo actividades clandestinas en el territorio,
pasando desapercibidos. Obviamente, es asimismo un aliciente para la captura
ilegal de nuestros recursos vivos del mar.
Para el año 2013, había 19 radares
civiles y 5 radares militares en operación, cubriendo el 80% de la totalidad del
territorio, con la intención de aumentar para el bienio 2014-2015, el número de
radares primarios y secundarios de producción nacional a través de la empresa
Investigaciones Aplicadas (INVAP).
Para hacer una distinción básica de
radares primarios y secundarios primero hay que encasillar a los radares primarios
como de uso militar y civil, y a los radares secundarios solamente como de uso civil.
La diferencia radica en que si bien los dos tipos de radares, en función de sus
capacidades, los primarios pueden reconocer la ubicación de un contacto en el
espacio con relación al Norte, la distancia al emisor y la altura en la que se
encuentra, si fueran 3D (3 dimensiones). En el caso que fueran 2D, no darían
indicación de altura. En cambio, el radar secundario solo puede detectar el avión si
éste tiene un equipo electrónico respondedor en funcionamiento. Si este sistema
del avión estuviera apagado, o fuera de servicio, un radar primario lo podría
detectar pero otro secundario, no.
Sin lugar a dudas, las áreas más
permeables y de fácil acceso tanto por aire como por tierra, son las zonas norte y
litoral del país. Desde Jujuy a Corrientes hay 16 pasos internacionales, muchos de
ellos presentan pocos controles, terrestres y aéreos, y es la zona donde se
denuncian mayor cantidad de vuelos irregulares.
El mayor nivel de denuncias de
irregularidades y de actos sospechosos se da en la zona norte, los pasos de Jujuy y
Salta, y en el litoral, en la zona de la triple frontera de la provincia de
Misiones.
Sin embargo, sin el funcionamiento
continuo de radares primarios, cualquier zona se vuelve permeable. Con el plan de
radarización "Escudo Norte" y la puesta en marcha de un sexto radar militar, el
mapa de radarización de tipo primario para el 2015 estaría cubriendo las zonas más
permeables, terrestres y aéreas, del territorio.
¿Por qué hacemos hincapié en los
radares primarios o militares? Por su capacidad de detectar vuelos irregulares que
quieran pasar desapercibidos ante los radares para tráfico aéreo civil. Entonces el
80% de la radarización del país no es eficiente, ya que la mayor parte del territorio
está radarizada por radares secundarios sin la capacidad de detectar vuelos
irregulares. Si prestamos atención a esta segunda imagen, vemos que la zona de
radarización primaria es bastante acotada teniendo en cuenta la superficie total del
territorio argentino. Sumado a esto, hay que tener en cuenta las denuncias de
varios especialistas que aseguran que los radares no funcionan las 24hs y no llegan
a cubrir los límites de su radio de cobertura.
Concluimos que es esencial reforzar
las políticas de radarización y control del territorio nacional a través de radares
primarios que puedan detectar cualquier aeronave en situación irregular.
A la capacidad de vigilancia, se debe
sumar la de una efectiva disuasión sobre las amenazas y la de intervenir rápida y
efectivamente frente a hechos no autorizados y/o ilegales.
Para poder tener seguridad, o sea
Defensa como Seguridad Interior, y combatir los fenómenos del narcotráfico y el
crimen organizado - y la exacción de nuestros recursos oceánicos -, es necesario
tener un control efectivo sobre el territorio incluyendo los espacios marítimos y su
espacio aéreo. La inhabilidad de poder detectar lo que entra y sale solo empeora la
situación actual y da ventajas a estas organizaciones que operan desde la ilegalidad
para desarrollarse en el territorio argentino y llevar a cabo sus cometidos. Mientras
siga habiendo un déficit de control, el territorio será un atractivo para grupos
narcotraficantes, organizaciones terroristas y del crimen organizado, saqueadores
de recursos naturales, etc. para llevar cabo operaciones de distinta índole y seguir
golpeando a la defensa y seguridad nacional a través de la permeabilidad del mapa
argentino.
En el caso del presente proyecto de
resolución, solicitamos la instalación de radares en Península Valdés y Río Grande
a fin de vigilar, custodiar y proteger nuestra pampa azul, el extenso Mar Argentino,
la plataforma continental y la profunda riqueza ictícola - además de otros recursos
- que abundan en las aguas, el lecho y sublecho soberanos.
Finalizamos
recordando el pensamiento del almirante Segundo Storni: "La política naval es,
ante todo, una acción de gobierno; pero es indispensable que tenga nervio y
continuidad, que sus objetivos arraiguen en la nación entera, que sean una idea
clara, un convencimiento de las clases dirigentes, y una aspiración constante de
todo el pueblo argentino".
Storni se preguntaba,
hace cerca de 100 años atrás, si debíamos "permanecer enclavados en la tierra,
para arrancarle sus frutos, y esperar que otros los transporten, que otros nos
comuniquen con el mundo, que otros vengan a imponernos la ley en las aguas
mismas del estrecho mar territorial".
La Argentina, con una costa de 5000
kilómetros y una proyección de su Zona Económica Exclusiva es sin duda uno los
países al que, por lógica, le cabe una gran responsabilidad en la explotación
racional de recursos vivos y naturales, en la preservación del medio ambiente
marino, en el transporte de mercancías y en la colaboración internacional en
búsqueda y salvamento en alta mar.
Pero, así como en un extremo el mar
se nos plantea como posibilidad de cooperación, al mismo tiempo, la disputa por
los recursos que aloja fácilmente puede derivar en conflicto y competencia. El
poder naval representa aquí el protector de los activos marítimos que,
paradójicamente, constituyen la fuente misma de su eficacia.
El primer peldaño hacia un replanteo
serio de nuestros intereses marítimos en la plataforma continental pasa por
generar conciencia de la importancia que tiene el mar en nuestras vidas cotidianas
y en la estructuración de un mundo más seguro y estable.
Tanto más vigoroso será el poder
Marítimo del la Nación cuanto más conciencia hayamos logrado cultivar en el seno
del pueblo del valor político, comercial, económico y cultural del mar
Pido el acompañamiento de mis pares
a fin de aprobar esta iniciativa.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ASSEFF, ALBERTO | BUENOS AIRES | UNIR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
DEFENSA NACIONAL (Primera Competencia) |