PROYECTO DE TP
Expediente 3727-D-2009
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA INTENSIFICAR EL ACCIONAR DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD EN LAS ZONAS DE FRONTERA DE LA PROVINCIA DE MISIONES Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS.
Fecha: 07/08/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 89
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Que vería con agrado que el Poder
Ejecutivo nacional intensifique el accionar de las fuerzas de seguridad en las
zonas de frontera de la Provincia de Misiones, en especial los ríos o arroyos
internacionales Pepirí Guazú y San Antonio, y coordine medidas de apoyo con las
autoridades de Misiones y de la República Federativa de Brasil, a los fines de
desalentar y reprimir las actividades ilegales de caza, pesca, tala y ganadería en
áreas naturales protegidas.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La selva misionera representa 1,08%
de la superficie territorial de Argentina pero alberga algo más del 40% de la
biodiversidad del país. Habitan en ella 50% de las aves que hay desde la
Antártida a la Puna y más de 42% de los mamíferos continentales de Argentina,
además de unas 2.000 plantas vasculares.
Se trata en la mayor parte del
ecosistema denominado "Selva Paranaense" en Argentina y "Mata Atlántica
Interior" por parte del Brasil, que a principios del siglo XX abarcaba unas 100
millones de hectáreas, de las que a fin de siglo quedaban unas 5 millones.
Considerando que el sur de Brasil contaba con unas 70 millones de hectáreas de
esta selva, el oriente de Paraguay con unas 30 millones de hectáreas y la
Provincia de Misiones en Argentina con no más de 2,5 millones de hectáreas, a
comienzos del siglo XXI es la provincia argentina, con otro modelo productivo y la
persistencia de selva en más del 55% de su cobertura original, la que ofrece las
mejores oportunidades para sostener en 1,5 millón de hectáreas la biodiversidad
integral de este ecosistema.
En este ecosistema, los árboles,
arbustos, lianas, helechos y bambúseas conforman un cerrado sistema selvático,
a modo de una muralla vegetal, definido como un sistema de bosque subtropical,
multiestratificado, con hasta 2.200 milímetros de lluvia anuales, donde en una
sola hectárea de bosque se pueden encontrar hasta 150 especies arbóreas y
arbustivas diferentes, lo que remarca la excepcional biodiversidad que
resguarda.
Cabe enfatizar la particular
especialización que representa esta biodiversidad, por eso es tan frágil su
conservación. Hay pájaros, como los colibríes, que dependen de una sola planta
para subsistir o semillas que deben ser polinizadas exclusivamente por un insecto
determinado o un pájaro específico y luego pasar por el tracto digestivo de un
roedor determinado, para poder germinar. Donde se corta la cadena se corre
riesgo de empezar a desmoronar una compleja estructura que muestra un
particular equilibrio dinámico para supervivir junto a no menos sofisticados
procesos de retroalimentación.
En una selva de este tipo el suelo no
es rico ni extremadamente fértil, sino más bien frágil y de escasa presencia
natural de elementos químicos en su perfil. Todo está vivo hoy en una hoja,
mañana cae, para transformarse rápidamente por hongos y bacterias en
elementos minerales, que vuelven a revivir enseguida como parte del crecimiento
de otra planta y así todo continúa una y otra vez, en un ciclo permanente y sin
interrupciones.
La Nación Argentina y la Provincia de
Misiones ha llevado adelante importantes esfuerzos de conservación de este
ecosistema. Cabe destacar la iniciativa de conservación integral denominada
"Corredor Verde", un área integral de conservación que une las dos grandes áreas
preservadas de Misiones. Al norte, el Parque Nacional Iguazú y el Parque
Provincial Uruguay y al este, la Reserva de Biosfera Yabotí.
En este contesto, se debe tener en
cuenta la particular situación de la Provincia de Misiones, con casi 1.000
kilómetros de frontera con Paraguay y Brasil. El río Paraná separa a la Provincia
de Paraguay y los ríos Iguazú, San Antonio, Pepirí Guazú y Uruguay de Brasil. Si
bien en un primer examen los ríos Iguazú, Paraná y Uruguay pueden mostrar
dificultades importantes para ser cruzados, los tres a la altura de Misiones pueden
ser cruzados muy fácilmente sin pasar por los puestos de control fronterizo
mediante el uso de frágiles embarcaciones, algunas de ellas tan sencillas como la
unión de un tambor cortado de por medio.
La frontera se vuelve claramente
vulnerable en el largo tramo luego de los Saltos del Moconá a unos 80 kilómetros
de la ciudad de El Soberbio, cuando el Río Uruguay deja de ser la frontera
argentino-brasileña. Desde allí hasta la localidad de Bernardo de Irigoyen la
frontera la constituye un curso de agua -técnicamente un arroyo si se lo compara
con los grandes ríos- denominado Pepirí Guazú, con muchas curvas y
contracurvas, cuyo estiaje es determinado por las lluvias. Este curso de agua es
generalmente fácil de cruzar y en temporadas de secas se angosta y puede
cruzarse a pie. Más al norte, la frontera desde Bernardo de Irigoyen hasta el río
Iguazú la constituye un pequeño curso de agua, menor aún que el Pepirí Guazú,
denominado arroyo San Antonio, también fácil de cruzar.
Ambos arroyos, por ser ríos no
navegables, carecen de controles especiales de las autoridades federales, esto es,
Aduana, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina. Asimismo, resultan
de muy difícil acceso desde el lado argentino, por lo quebrado y colinado del
paisaje, cubierto por la densa selva.
Este aislamiento se debe en buena
medida a las reservas naturales descriptas. En contraste, del lado brasileño, en
los Estados de Paraná, Santa Catarina y Río Grande, se desarrollaron desmontes
hasta la frontera física inmediata y se instalaron productores agrícolas y
poblaciones en expansión. Esta situación puede visualizarse fácilmente en fotos
satelitales. Por ejemplo mediante la aplicación Google Earth se observa
claramente la significativa diferencia en la densidad selvática de cada lado de la
frontera.
Así, contrastan las políticas de
conservación del medio ambiente en Misiones con la explotación masiva de tales
recursos naturales del lado brasileño, sobre todo los desmontes para
monocultivos de soja y maíz. La coexistencia de estos dos modelos productivos
diferentes en cada lado de la frontera definida por estos fácilmente vadeables
cursos de agua ofrece incentivos para llevar adelante actividades predatorias. En
concreto, caza y pesca ilegales y explotación y quema de la selva, con todas sus
consecuencias no solamente en términos ambientales sino también en términos
de seguridad y tranquilidad de la comunidad.
En esta conexión se pueden
mencionar numerosos hechos que han adquirido notoriedad, como el incendio y
destrucción total, en 2004, de dos destacamentos de Guardaparques en el Parque
Provincial Esmeralda, situado en la zona núcleo de la Reserva de Biosfera Yabotí y
del destacamento del Parque Provincial Península en Iguazú y el ataque armado
al Guardaparque Daniel Kurday en el Parque Provincial de la Araucaria, San
Pedro, que sobrevivió pero quedó parapléjico. Por otro lado, en enero de 2009 en
la Reserva de Biosfera Yabotí aparecieron tres cadáveres de cazadores furtivos
con signos de mutilación y en mayo los guardaparques hallaron otro cadáver en el
Parque Provincial Moconá a unos 20 kilómetros del triple homicidio, con
características similares. Las amenazas y situaciones violentas contra los
guardaparques son moneda corriente en esta región.
En esta clase de incursiones se ha
constatado no solamente la participación de cazadores furtivos sino también de
ladrones de maderas nativas, que son utilizadas en el país vecino para postes de
alambrados o tablas con destino los aserraderos locales.
Al respecto,
recientemente el Ministerio de Ecología de Misiones ha manifestado que "la
vulnerabilidad de la frontera a partir del paso fácil que permite el Río internacional
Pepirí Guazú, con poblaciones brasileñas que se extienden hasta la frontera y la
condición de reserva del lado argentino convierten a la zona en un sitio de caza y
de pesca furtiva y de otros ilícitos, como los asesinatos descriptos".
El Sindicato de
Agentes Forestales y Técnicos Medio Ambientales ha ofrecido en su Boletín de
Áreas Protegidas y Guardaparques de abril de 2009 una visión más amplia del
caso. Destaca los controles conjuntos entre la policía provincial y los
guardaparques pero se advierte que "la particularidad es este ambiente hace que
la presión de los cazadores furtivos sea constante, y el lugar, propicio para
cometer otro tipo de delitos e irregularidades de las que se tienen registro, como
la amenaza de muerte de parte de furtivos brasileños que pesa sobre los
Guardaparques, en virtud de los resultados de los constantes operativos de
control. En este contexto se produjo el ataque a balazos que sufrió el puesto de
Guardaparques del Parque Provincial Horacio Foester y el posterior asesinato de
tres brasileños de una misma familia, que se disputa la zona como un área de
caza privada dentro de la reserva Yabotí".
El diario misionero "El
Territorio" publicó el 28 de junio de 2009 un informe sobre la problemática
denunciada bajo el título "Preocupa la intrusión violenta de brasileños en áreas
protegidas", exponiendo la opinión de diversas autoridades competentes,
guardaparques y responsables de áreas protegidas. A modo de ilustración,
destacamos las siguientes: "los Parques Provinciales son zonas muy ricas en
recursos biológicos y muchos vienen armados y decididos a todo, los recursos que
aún tenemos y que otros ya perdieron lleva a muchos a robar madera o cazar
especies dentro de las áreas protegidas (...) el problema de los cazadores furtivos
es muy serio, son pocas las áreas protegidas y es cada vez más fuerte la
presencia de furtivos (...) son muchos brasileños porque ellos agotaron sus
recursos naturales por el monocultivo de soja y por su densidad poblacional,
cruzan por el Pepirí guazú o por el Río Uruguay, a ellos les queda fácil venir a
buscar maderas o animales silvestres (...) hay gente acostumbrada a subsistir con
la madera robada, las infracciones más frecuentes son los secuestros de madera
aserrada en el propio monte, que luego termina en los aserraderos locales".
El accionar de estos delincuentes
genera gran perturbación en las relaciones entre Argentina y Brasil, sobre todo a
nivel de las poblaciones locales. Creemos que la Nación Argentina no puede ser
indiferente ante esta problemática, que involucra directamente a las fronteras y a
los ríos internacionales. La situación aconseja incrementar la presencia de
Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina y llevar adelante un trabajo
conjunto con las autoridades locales y los gobiernos de los países vecinos.
Por eso es que consideramos
oportuno y necesario enviar desde el Congreso de la Nación una declaración
instando al Poder Ejecutivo a intensificar las acciones de control de las fronteras
en esta región.
Por los motivos expuestos y por los
que se darán en oportunidad de su tratamiento, solicitamos la aprobación del
presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
IRRAZABAL, JUAN MANUEL | MISIONES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
SEGURIDAD INTERIOR (Primera Competencia) |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
19/11/2009 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad sin modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 2375/2009 | 30/11/2009 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 25/11/2009 | APROBADO |