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PROYECTO DE TP


Expediente 3633-D-2011
Sumario: RENDIR HOMENAJE AL CAUDILLO ENTRERRIANO FRANCISCO "PANCHO" RAMIREZ, AL CUMPLIRSE EL 10 DE JULIO EL 190 ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO.
Fecha: 11/07/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 87
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Rendir Homenaje al caudillo entrerriano Francisco "Pancho" Ramírez, al cumplirse el 10 de julio el 190º aniversario de su fallecimiento.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Se cumplen este 10 de julio, 190 años de la muerte del caudillo entrerriano Francisco Pancho Ramírez. Tal vez, la muerte más emblemática de nuestros hombres públicos, al caro precio de arriesgar su vida, su fortuna y su poder por el más puro de los valores, el amor por el prójimo, por la mujer amada. Desde entonces, un manto de romanticismo cubrió su figura, replicada mil veces por historiadores, poetas y trovadores.
Sin embargo, Pancho Ramírez fue mucho más que esa suerte de tragedia griega en sus minutos finales. Su carrera política y militar -casi una misma cosa en aquella década revolucionaria posterior a mayo dejó grabada a fuego la historia de la provincia de Entre Ríos, y del litoral argentino-oriental todo. Nacido el 13 de marzo de 1786 en Concepción del Uruguay, también conocida como Villa del Arroyo de la China. Hijo de Juan Gregorio, paraguayo y de doña Tadea Jordán, fue registrado en el libro de bautismo como Josef Francisco.
Producida la Revolución de Mayo actuó como chasqui entre las dos costas entrerrianas, como nexo entre José Rondeau y Miguel Díaz Vélez, comandante militar de Entre Ríos.
Si bien no se conoce demasiado acerca de su actuación hasta mediados de la década, Benigno Teijeiro Martínez lo vincula a la conspiración artiguista en Casablanca en febrero de 1811, junto a su hermanastro Ricardo López Jordán y a Vicente Zapata, donde junto al cura Silveiro Martínez habrían sido arrestados y trasladados a Montevideo.
En 1815, como alcalde de su ciudad, junto a su hermano Ricardo se vincula al jefe oriental. Será ese año, el 29 de junio cuando en Concepción del Uruguay se reúnen los diputados de las provincias de la Liga de los Pueblos Libres en el Congreso de Oriente para declarar la Independencia Nacional.
No se han hallado las actas de este encuentro, pero es indudable que Francisco Ramírez adhería completamente a la causa del caudillo oriental, quien un año después lo nombra comandante general de Entre Ríos "por caudillo organizador, capaz de concebir ideas y desarrollarlas, valiente en la pelea, tenaz y lleno de recursos en las apuradas. Y ahí está sobre todo Entre Ríos, compartiendo con Artigas, la bandera de las franjas rojas" al decir del escritor y pedagogo uruguayo Jesualdo.
Durante 1817 Artigas se ocupa de la defensa de su provincia ante la invasión portuguesa, que contaba con el visto bueno de Buenos Aires y del Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón. Fue ésta una de las acciones más infames del centralismo portuario, que no solo entregaba una provincia a un imperio, sino que colabora en debilitar a los caudillos enviando al general Marcos Balcarce a Entre Ríos y comprando a los jefes artiguistas entrerrianos. Una copla de la época es clara: "Se unen a Balcarce que es un avestruz / Gervasio Correa y Eusebio Hereñú. / Traicionan el lema de la Federación, / se dan al porteño por un patacón, / de los portugueses en combinación".
Pueyrredón le escribe a San Martín: "Hereñú está ya en movimiento contra Artigas y espero que muy pronto todo Entre Ríos. Les he mandado armas y municiones."
Es entonces cuando aflora el genio militar de Francisco Ramírez, para derrotar con sus montoneros a Samaniego y Correa reforzados por Montes de Oca en el arroyo Ceballos y luego a Hereñú junto a Balcarce en Saucesito. Fue la última invasión porteña a Entre Ríos en la época de Ramírez, y su consolidación como líder provincial de las fuerzas federales, terminando con las avanzadas directoriales sobre el litoral y la Banda Oriental.
La caída de Pueyrredón y su reemplazo por Rondeau trajo consigo la esperanza de paz para los federales. Prontamente se desengañaban. "He propuesto de palabra por medio del coronel Pinto al barón de Laguna que acometa con sus fuerzas y persiga al enemigo hasta el Entre Ríos y Paraná, en combinación con nosotros" escribía el nuevo Director Supremo. Sumado esto a la sanción de la constitución unitaria de 1919, el único camino que quedaba era la guerra.
Ramírez, como lugarteniente del Protector, asumió la jefatura de un ejército federal integrado por su ejército y el de Estanislao López, junto a los guaraníes misioneros y los mocovíes del Chaco.
Será luego de la extraordinaria y fugaz batalla en la cañada de Cepeda, el 1º de febrero de 1820, cuando Ramírez y López entrarán a la gran ciudad, atarán sus caballos a las verjas de la pirámide de Mayo y exigirán, como representantes del interior sentarse de igual a igual con la altiva Buenos Aires en la organización nacional.
El tratado de Pilar es la consecuencia. Se abre con él la posibilidad de organizar el país bajo el sistema federal.
Este Tratado significó para Artigas una bofetada al liderazgo que hasta entonces tenía. Es que en secreto se convino que Sarratea, en ese momento gobernador de Buenos Aires, proveería hombres, armamentos y municiones para posibles enfrentamientos con el oriental, que por entonces se había refugiado con sus diezmadas tropas en el sur de la provincia de Corrientes.
Vendría entonces la Batalla de las Tunas, batalla donde Francisco Ramírez derrotó a Artigas y lo persiguió hasta expulsarlo hacia Paraguay.
Vencido Artigas, quien se recluye en el Paraguay, Ramírez queda como dueño absoluto de la situación. No deja de lado el proyecto federal, sino que entiende que es su hora. Es la ruptura total con el Protector de los Pueblos Libres.
.Crea entonces, en setiembre de 1820, la República de Entre Ríos junto a Corrientes y Misiones. Será efímera. "República ecuestre" ya que nunca se apeará de su caballo durante su breve existencia, al decir del poeta Guillermo Saraví.
Adopta definitivamente la bandera federal, le crea un escudo que contiene una pluma de avestruz, símbolo de los federales entrerrianos, y dicta un "Reglamento para el Orden de sus Departamentos de la República Entrerriana y para el Orden Militar".
Sanciona sendos reglamentos para el orden militar, político, económico y la recaudación de impuestos, eliminando los derechos de importación. Prohíbe la matanza de ganado cimarrón promoviendo la cría en estancias, la agricultura y la plantación de frutales. Divide el territorio en departamentos gobernados por comandantes elegidos por el pueblo, con facultades civiles y militares. Establece un régimen de administración de justicia, un servicio de correos, ordena la realización de un censo y decreta la obligatoriedad de la enseñanza, incluyendo la alfabetización y la aritmética, hasta "saber leer, escribir y contar". Estructura las bases de una administración pública que perdurará durante varias décadas. Este es el logro más importante de Francisco Ramírez.
Luego, cuando Buenos Aires desconozca lo firmado y Estanislao López "sacrificaba a su aliado en los principios, por las pingües achuras de las vacas de Rosas", acometerá nuevamente contra Buenos Aires: "El gran pueblo duerme: marcho por tercera vez a recordarle. Habitantes de Buenos Aires, a vosotros dirijo tan justa reconvención. Romped las cadenas del sistema exclusivo. Entrad en las provincias al templo augusto de la libertad, para generalizar el dogma de la revolución. No temáis: no es el amor a la anarquía ni el desorden quien anima mis pasos...Pongamos el equilibrio en manos de la Nación y entremos todos al templo majestuoso de la común felicidad. A ello os exhorto, os animo , os proclamo."
Sobrevendrá el cruce del Paraná, la traición de Lucio Mansilla, los triunfos iniciales y la derrota en Coronda, la separación con el patriota chileno Carrera, la huida por territorio cordobés para tomar hacia el norte y cruzar por el chaco santafesino hacia la Mesopotamia.
El final llegará el 10 de julio de 1821, cerca del Río Seco una partida de López le da alcance. Los poetas, desde Leopoldo Lugones hasta Linares Cardozo han inmortalizado el momento: "Atrapan su bien amada / ultrajan sus atavíos / y un sálvame que le grita / hace volver al caudillo...Del enemigo inclemente / pone a salvo su Delfina / en ancas del gran valiente / don Anacleto Medina. / Pero quiso el cruel destino / que premiara su hidalguía, / un corazón florecido / por un bala perdida..."
La muerte de Ramírez, inútil como todas las muertes políticas, a manos de federales, aquietó los vaivenes políticos pero no eliminó las causas verdaderas de la gran contradicción nacional del momento: interior o Buenos Aires, federalismo o unitarismo. La provincia de Entre Ríos entró en una relativa calma, sometida al centralismo hasta desembocar en una anarquía completa. Los unitarios con Rivadavia al frente no podían comprender el gran mosaico nacional que significaban las distintas regiones de nuestro país y permitieron la desintegración del mismo, ora la Banda Orienta, ora el Alto Perú, provincias perdidas para siempre.
"No supo encontrar el sosiego necesario para consolidar ese poder incipiente y envanecido por sus victorias y mal aconsejado por su ambición y por gente perniciosa lo condujeron al desastre militar y a su propia muerte, la cual lo salvo de un imperdonable error político, que lo condena, con la imperecedera fama que le otorga la leyenda de su trágico fin", sostiene Carlos Roca.
Por eso, honrar a Pancho Ramírez, más allá de accionar equivocado frente al artiguismo, es sostener las banderas del federalismo, abarcativas de la igualdad y la unidad nacional para todos los argentinos, tarea inconclusa aún hoy.
Por lo expuesto anteriormente es que solicito a los Señores Diputados me acompañen en la aprobación de presente Proyecto.-
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
VIALE, LISANDRO ALFREDO ENTRE RIOS PARTIDO SOCIALISTA
CHEMES, JORGE OMAR ENTRE RIOS UCR
BENEDETTI, ATILIO FRANCISCO SALVADOR ENTRE RIOS UCR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LABOR PARLAMENTARIA (Primera Competencia)