PROYECTO DE TP
Expediente 3604-D-2009
Sumario: EXPRESAR ADHESION AL "DIA DEL MAESTRO", A REALIZARSE EL 11 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 05/08/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 85
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Su adhesión a la
Conmemoración del "Día del Maestro", a realizarse el día 11 de
Septiembre de cada año, en honor a la memoria de Domingo
Faustino Sarmiento (1811-1888)
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Domingo Faustino
Sarmiento fue una de las personalidades más importantes de nuestra
historia. Su figura despertó admiración, resistencia y oposición desde
las más diversas posiciones políticas en su época e incluso
posteriormente. Fue docente, periodista, militar, estadista, promotor
de avances científicos, político y escritor. Como hombre de acción,
soñó un rol protagónico para nuestro país en el grupo de las grandes
naciones del mundo.
Sus primeros
años
Nació en San Juan, en el
humilde barrio de Carrascal, el 15 de febrero de 1811. Su madre se
llamaba Paula Albarracín y su padre, José Clemente Sarmiento. En
1816, el Congreso reunido en Tucumán declaraba la Independencia de
las Provincias Unidas y Domingo aprendía sus primeras letras en una
de las Escuelas de la Patria, creadas por dicho Congreso. En 1823, tras
un frustrado intento para continuar sus estudios secundarios en
Buenos Aires, el joven comenzó a estudiar por su cuenta. En 1826, a
los 15 años ya trabajaba como maestro en una escuela rural de la
provincia de San Luis.
El exilio
Fue un activo militante
político y reconocido unitario y esto lo llevó varias veces al exilio,
principalmente debido a su oposición a Juan Manuel de Rosas y al
caudillo riojano Facundo Quiroga. Esta definición política finalizó con su
exilio en Chile, en 1831, donde trabajó como docente, comerciante y
minero. Allí nació su hija Emilia Faustina, fruto de su relación con
María Jesús del Canto, alumna suya de la escuela de los Andes. En
1836 se enferma gravemente y consigue el permiso para retornar a
San Juan, pero luego, en 1840 participa en una nueva rebelión contra
el poder federal extendido por todo el territorio y encabezado por el
gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas y, luego de ser
derrotado, se vuelve a exiliar en Chile. Posteriormente el gobierno
chileno lo envía a Europa, en misión oficial, para estudiar los sistemas
educativos europeos con el fin de aplicarlos al mejoramiento de la
educación en Chile. En 1848 regresa a Chile luego de un extenso
recorrido por Europa, África y América. Allí se casa con Benita
Martínez, viuda de Castro, quien tiene un hijo -Domingo Fidel- que
Sarmiento adopta como propio. Al año siguiente publica "De la
Educación Popular" y "Viajes" en Europa, África y Estados Unidos y en
1850, "Argirópolis", donde propone una confederación con Uruguay y
Paraguay con capital en la isla Martín García y, "Recuerdos de
Provincia". En 1851 regresa al país y se incorpora al ejército grande de
Urquiza -que finalmente vencería al de Rosas en Caseros, un año
después- y redacta los boletines de guerra. Pero una vez vencido el
enemigo común, las diferencias entre Sarmiento y Urquiza se hacen
notorias y el sanjuanino vuelve a desterrarse en Chile.
Allí publica Campaña en
el Ejército Grande Aliado de Sud América en el que vuelca toda la
información de los boletines de guerra.
Samiento,
Maestro
En 1842, Sarmiento
funda y dirige en Santiago de Chile en la proscripción, la primera
escuela normal que se conoció en América Latina. Años más tarde
desde la presidencia de la Nación envía al Congreso un mensaje
redactado y firmado por su ministro Avellaneda en el que expresa que
"Las Provincias no tienen maestros. La escuela requiere ante todo la
presencia del maestro que es su alma y de la que depende su
decadencia o progreso". El propósito era principalmente combatir la
ignorancia, salvar a los pueblos de la barbarie y para todo ello nada
mejor que la creación de establecimientos oficiales para formar
maestros. Con la propagación de las escuelas normales, pudo
resolverse en gran parte el problema del analfabetismo. De aquellas
escuelas normales salieron las primeras generaciones de maestros,
que mal pagados, pero con una vocación enorme de hacer patria,
recorrieron de punta a punta el país inaugurando cátedras de civismo,
ilustraron a grandes y a chicos y por sobre todo enseñaron a cantar el
Himno Nacional y sobre los ranchos y los humildes locales escolares,
enarbolaron la bandera de la patria.
Si bien ejerció distintas profesiones, a Sarmiento se lo recuerda
principalmente como el principal impulsor del sistema educativo
nacional. Siendo Presidente de la Nación (1868-1874), la obra que
desplegó en este sentido da bases para el sitial de honor que tiene en
las escuelas del país: multiplicó el número de alumnos en las escuelas
(la cifra de educandos pasó de 30 mil a 100 mil), creó la primera
institución dedicada a la formación de maestros (la Escuela Normal de
Paraná), promocionó la práctica de la lectura, a través de la Ley de
Bibliotecas Populares, que dio origen a 140 bibliotecas en todo el país,
e impulsó la creación de escuelas en todas las geografías de la nación.
En 1875 es electo senador nacional por San Juan y director general de
escuelas por la provincia de Buenos Aires, cargos que abandona en
1879 tras su nombramiento como Ministro del Interior de Avellaneda.
Luego de su gestión presidencial también abogó por la educación
durante el gobierno de Julio A. Roca, Superintendente de Escuelas del
Consejo Nacional de Educación y publica El Monitor de la Educación
Común, pero en corto tiempo su apoyo a la educación laica genera
polémicas con miembros del Consejo, que lo obligan a renunciar a su
cargo. Finalmente, la sanción de la Ley 1420 de educación obligatoria,
laica y gratuita constituye un reflejo de su lucha.
El regreso
En 1855, luego de un
intento de retorno fallido, se establece en Buenos Aires donde publica
Educación Común y es nombrado director del periódico "El Nacional".
Al año siguiente es nombrado miembro del Consejo Municipal y asume
como jefe del Departamento de Escuelas de Buenos Aires. En 1857 es
electo senador por el Estado de Buenos Aires y en 1860 el gobernador
Bartolomé Mitre lo designa Ministro de Gobierno y de Relaciones
Exteriores. En agosto de ese año, es diputado por la Capital a la
Convención por la Reforma de la Constitución Nacional, a la que se
incorpora en septiembre. En 1861, con motivo del fusilamiento en San
Juan de su amigo Antonio Aberastain, renuncia al cargo de Ministro de
Gobierno y acompaña como auditor de guerra a Paunero en su
expedición militar al interior. En noviembre muere su madre y luego
vuelve a Cuyo de acuerdo con Mitre, para organizar los gobiernos
adictos a los vencedores de la batalla de Pavón. En 1862 es electo
Gobernador de San Juan, cargo que ejerce hasta 1864, cuando luego
de vencer y hacer ejecutar a su adversario Vicente "Chacho" Peñaloza,
renuncia para asumir como ministro plenipotenciario ante Chile, Perú y
los Estados Unidos. Con ese mandato, retoma sus viajes al exterior. En
1865 estalla la guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y
Uruguay) contra Paraguay y, durante su ausencia, en la Batalla de
Curupaytí , muere su hijo Dominguito.
Su formación
intelectual
Figura descollante en
nuestro devenir histórico, puede afirmarse sin lugar a dudas, que el
núcleo central de su pensamiento se encuentra en la generación de
1830, con las diferencias que pueden existir entre un medio cultural
del interior y otro correspondiente a Buenos Aires, a lo que habría que
agregar la tenacidad de su esfuerzo autodidacta. Sin estas referencias
casi obligadas, no podría interpretarse la línea filosófico-positivista un
tanto desdibujada, que entre los años 1880 y 1920 se desarrolla en la
cultura argentina. La comparación con Alberdi es imposible de obviar.
Sarmiento no tuvo una formación filosófica académica, ni tampoco la
ocasión de profundizar tratados sistemáticos. Sus escritos, de una
prosa muy personal, revelan una filosofía de vida, una visión del
mundo y del hombre, particularmente de América. Su pensamiento se
va forjando al compás de su existencia y de sus luchas apasionadas.
Su marcada vocación intelectual le permite aprovechar cuanto recurso
tiene a mano. En el período juvenil la religión cumple un rol
importante; luego se inclinaría gradualmente hacia el iluminismo.
Rousseau lo impacta
profundamente entre 1827 y 1829; la lectura de Feijóo contribuye en
el mismo sentido, pero lo que constituye el detonante de su crisis
existencial es el encuentro con Castro Barros y sus denuestos
ultramontanos. Cuanto autor iluminista cae en sus manos, es leído
ávidamente, devorado prácticamente por Sarmiento, el que pese a no
haber recibido enseñanza académica ideológica, es quizás superior a
sus contemporáneos. Las diferencias que se plasman entre un
Sarmiento combativo, apasionado y crítico por un lado y la mesura, el
equilibrio y la diplomacia que queda de la enseñanza de Alcorta por el
otro, son abismales. La adhesión al romanticismo le llega por
intermedio de su amigo Quiroga Rosas. Sus ideas, al menos en sus
instancias centrales, son: visión dinámica y progresiva de la historia; fé
democrática; liberalismo religioso; primado de la acción sobre la teoría
y la educación como único resorte válido del progreso. La asimilación y
comprensión de autores iluministas se encuentra claramente
planteada en Civilización y Barbarie. La estadía en Chile, donde se
encuentra con Andrés Bello, pensador influido por Víctor Cousin, su
polémica con Alberdi, sus viajes por Europa y E.E.U.U. acentúan
largamente la relación con la cultura angloamericana, teniendo entre
sus efectos más visibles una consustanciación muy particular con el
darwinismo.
Sarmiento
militar
En 1880, luego de ser
electo el general Julio A. Roca como presidente de la Nación, se le
otorga el grado de general de división del Ejército Argentino.
Sarmiento
Periodista
De su amplia labor como
periodista, se destaca la creación del periódico El Zonda en su San
Juan natal, sus publicaciones en El Mercurio de Valparaíso y en el
Progreso de Santiago, sus agudas polémicas con Juan B. Alberdi y su
defensa pública de la educación desde el diario El Nacional de Buenos
Aires. Visitó además Estados Unidos y Europa, donde publicó obras
literarias y conoció a pedagogos y escritores. En 1881, como
superintendente general de escuelas, fundó la revista El Monitor de la
Educación Común, referencia fundamental para la educación
argentina.
Estadista
Como estadista,
Sarmiento fue Director del Departamento de Escuelas, Ministro de
Gobierno del Presidente Mitre y Gobernador de San Juan. Luego
asumió la Presidencia de la Nación, por el mandato 1868-1874. Más
tarde, fue senador y Ministro de Interior durante el gobierno de
Nicolás Avellaneda.
Sarmiento
presidente (1868-1874)
En 1868 es electo
Presidente de la República tras la candidatura propuesta por el general
Lucio V. Mansilla. Se entera de su nombramiento durante el viaje de
regreso a Buenos Aires desde Estados Unidos, donde la Universidad de
Michigan le había otorgado el título de doctor honoris causa. Durante
su presidencia realizó el primer censo demográfico nacional que dio un
total de 1,736.701 habitantes, de los cuales el setenta por ciento era
analfabeto y el setenta y cinco por ciento de las familias vivía en la
pobreza. A partir de estos datos, Sarmiento se ocupó de fomentar la
educación, ya que sostenía que el acceso igualitario a la misma era lo
único que garantizaría el progreso del país. Se fundaron alrededor de
800 escuelas, lo que permitió que cien mil niños estuvieran cursando
sus estudios hacia el final de su mandato. Impulsó la fundación de
bibliotecas, para la formación continua de las personas y contrató
profesores extranjeros que aportaron modernas teorías educativas.
También impulsó la extensión de las redes ferroviarias, se tendieron
5000 km. de líneas telegráficas, se modernizó el sistema de correos y
se inauguró en cable transoceánico, que permitió la comunicación
inmediata con Europa. Creó el Banco Nacional, fundó la Escuela Naval
y la Academia de Ciencias de Córdoba. La ciudad de Buenos Aires le
debe los bosques de Palermo, el Jardín Zoológico y el Jardín Botánico,
en los terrenos que habían pertenecido a Juan Manuel de Rosas.
Tuvo problemas serios
que resolver y enemigos que enfrentar: en 1871, se desató una
terrible epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, por la que en
cuatro meses murieron 14.000 personas y debieron cerrarse las
escuelas, las iglesias y las oficinas públicas. Esta alta mortandad obligó
a las autoridades a inaugurar el cementerio de la Chacarita. En 1873,
una noche, cuando Sarmiento iba al teatro en un carruaje, los
hermanos Guerri dispararon sus armas de fuego para matarlo. No sólo
fracasó el atentado, sino que Sarmiento no lo supo en el momento ya
que la sordera que sufría le impidió que escuchara los disparos. Ya
sobre el final de su presidencia, apoyó la candidatura de Nicolás
Avellaneda, su ministro de Instrucción Pública, quien asumió en
1874.
Promotor de la
ciencia
Tan
importante como poco conocida, es su faceta como promotor de la
ciencia, divulgador y practicante de actividades científicas. Sarmiento
comprendía que el conocimiento debía democratizarse y se muestra
como un impulsor de la idea de la divulgación científico-técnica como
herramienta para superar el atraso. A propósito, dirá: "Para la
producción de un país no basta que media docena de personas
aventajadas conozcan y practiquen los mejores sistemas de labores.
Sus productos, por grandes que sean, no alterarán la cifra general de
la producción". En un país donde no existía una tradición científica,
Sarmiento importó "cerebros" para que sirvieran de basamentos de
una ciencia nacional. Así, por ejemplo, llegaron al país el naturalista
Germán Burmeister y el astrónomo norteamericano Benjamin Arpthorp
Gould. Pero eso no le bastó y recuperó para la memoria nacional la
obra de científicos como Francisco Muñiz (en el libro Vida y escritos del
Coronel Dr. Francisco Javier Muñiz), terció a favor de Ameghino en sus
disputas con Burmeister y abrazó con pasión la tarea de divulgar la
teoría de la evolución propugnada por Darwin.
Sus últimos
años
En 1887 se traslada a
Asunción del Paraguay en busca de una clima más favorable para su
salud quebrantada. Allí se radica al año siguiente junto a su hija y su
nieta. Muere en esa ciudad, el 11 de septiembre de 1888, pocos días
después de un ataque cardíaco, a los 77 años.
Por lo expuesto, le
solicito a mis pares que me acompañen en su aprobación.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE JUSTICIA UNION Y LIBERTAD - FREJULI |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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EDUCACION (Primera Competencia) |