PROYECTO DE TP
Expediente 3552-D-2008
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR LA CELEBRACION DEL "DIA INTERNACIONAL DE LA PROTECCION DE LA CAPA DE OZONO", A CONMEMORARSE EL 16 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 01/07/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 77
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Expresar su beneplácito por la celebración del "Día
Internacional de la Protección de la Capa de Ozono"
que se realiza el 16 de Septiembre, en conmemoración al día
en que se firmó el Protocolo de Montreal, en 1987.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El presente proyecto se
fundamenta en que el día internacional de la protección de la capa de
ozono se celebra el 16 de septiembre de cada año desde 1995 en que
fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas.
La fecha fue elegida en
conmemoración de la firma del Protocolo de Montreal referido a la
eliminación gradual y obligatoria de las sustancias que lo afectan. El
día internacional de la protección de la capa de ozono refleja el
proceso de colaboración mundial que ha logrado grandes avances en
la lucha contra esta amenaza terrible contra la humanidad.
El día internacional de la
protección de la capa de ozono es una herramienta útil para
determinar los compromisos estatales y la distribución del Fondo
Multilateral creado hace más de quince años para el financiamiento de
países para que puedan cumplir con sus obligaciones ecológicas.
Es también un
reconocimiento permanente a las ciento noventa y ocho naciones que
firmaron el Protocolo de Montreal. Pero a pesar de haber reducido en
más de un millón y medio de toneladas anuales la producción de
sustancias que afectan la capa de ozono, aún es insuficiente.
El ozono es un gas
inestable y vulnerable que se encuentra en forma natural en la
atmósfera, a unos 25 / 30 kilómetros de la superficie terrestre. Es una
forma de oxígeno cuya molécula posee tres átomos en vez de dos; el
tercero es el que lo torna venenoso aunque su generación y
destrucción es una constante que nos permite la supervivencia. En esa
degradación interviene la radiación solar. Allí, en la estratósfera se
encuentra el 90 por ciento de este elemento gaseoso que permite una
protección contra las radiaciones ultravioletas (UV) provenientes del sol
de más baja longitud de onda (UVC, UVB, UVA). Las radiaciones UVC
es letal para todas las formas de vida pero es contenida casi por
completo mientras que las UVA son inofensivas y las UVB están en una
escala intermedia. El ozono forma un frágil escudo que comprimido no
tendría mayor grosor que una suela de zapato. La salud de las
personas se verían comprometidas ante altas dosis de estas
radiaciones; además se reduciría el crecimiento de las plantas y se
alteraría la homeostasis del planeta.
Entre las
sustancias que alteran la capa de ozono se destacan el cloro y el
bromo son los principales (toda la familia de clorofluorcarbonos -
CFC). Estos productos han tenido un uso generalizado por lo que su
erradicación es una ardua tarea. Se hallan en gases refrigerantes,
propelentes de aerosoles, espumas de poliuretano, extintores de
incendio, agentes funguicidas, etc. Inventados en el año 1928 fueron
utilizados masivamente a partir de mitad del siglo XX.
Cáncer, cataratas,
melanomas de piel con algunos de los efectos directos y acumulativos
sobre el ser humano; demás está decir que produce daños ambientales
y alteraciones climáticas que ponen en riesgo la continuidad del
planeta.
Se espera actualmente que la capa de ozono se recupere a los niveles
anteriores a 1980 para el año 2050 gracias a la aplicación con éxito del
relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono y de sus
enmiendas de Londres (1990), Copenhague (1992), Montreal (1997) y
Beijing (1999).
En el marco del Protocolo,
hace tres años los países en desarrollo iniciaron la eliminación gradual
obligatoria del consumo y la producción de clorofluorocarbonos.
Se espera que los países
en desarrollo congelen el consumo de los halones y el metilbromuro.
Asimismo, tanto los países en desarrollo como los desarrollados deben
eliminar gradualmente el bromoclorometano, una sustancia destructora
del ozono relativamente nueva.
También los países
industrializados tendrán que completar su eliminación gradual de los
hidroclorofluorocarbonos y el metilbromuro en los próximos 3 (tres)
años.
La conservación de la
capa de ozono se ha convertido en una de las prioridades ambientales
a escala mundial.
La reacción de la
comunidad internacional fue rápida y la mayoría de los países del
mundo se comprometieron a acabar con la producción de CFC y otros
gases agresivos con el ozono. Los países industrializados primero y el
resto después han conseguido reducir en un 80% esta producción
entre 1988 y 1996, con la esperanza de que desaparezca en 2010. Los
efectos beneficiosos no serán inmediatos, pero sí se tiene idea de lo
que se evitará: 19 millones de casos de cáncer de piel, 150 millones de
de casos de cataratas y 70 billones de pesetas en pérdidas en la pesca
y la agricultura de aquí al año 2060. Y, a más largo plazo, la posible
desaparición de la vida en el planeta.
El ozono se forma y se
destruye continuamente en la atmósfera, pero la cantidad de este
compuesto en un área determinada de la estratosfera, aún cuando
oscila en función de la actividad solar y las estaciones, se mantiene
dentro de límites bastante constantes. El equilibrio que existía entre los
procesos de formación y destrucción del ozono se ha roto, desde hace
unas décadas, a favor de estos últimos, con lo que la capa de ozono
está sufriendo desde entonces un desgaste paulatino.
En efecto, el ser humano
lleva emitiendo a la atmósfera desde los años 30 del siglo XX (y, de
forma masiva, desde mediados de dicho siglo) diversas familias de
compuestos caracterizados por tener en sus moléculas átomos de cloro
(Cl) y/o de bromo (Br). Muchos de estos compuestos son inertes en la
baja atmósfera, pero al llegar a la estratosfera, la radiación ultravioleta
del sol los fotoliza (los rompe), liberando átomos de Cl y/o Br, que
incrementan enormemente la eficacia de los procesos de destrucción
del ozono, lo que provoca el desequilibrio mencionado en el párrafo
anterior, y la destrucción de la capa de ozono.
Desde 1973 se conoce la
capacidad destructora del ozono de compuestos como los CFCs. Para
intentar evitar esto, varios países prohibieron su uso en aerosoles
durante la década de los 70; sin embargo, se encontraron nuevos usos
para ellos (como agentes limpiadores en la industria electrónica, por
ejemplo), y la producción aumentó mucho durante los años 80. Igual
que ahora, se consideró que ya no había problema tras esta
prohibición; además, no se detectaban descensos muy apreciables en
la cantidad total de ozono, con lo que la cuestión de la capa de ozono
dejó de ser noticia (si bien si había alguna medida de fuertes
descensos en el ozono antártico). Pero, en 1985, el inesperado
descubrimiento del agujero de ozono antártico volvió a traer el tema a
la atención general.
Los científicos tardaron
menos de dos años en ofrecer pruebas claras de los mecanismos de
destrucción del ozono antártico y del origen humano de este hecho.
Las grandes multinacionales productoras de CFCs tardaron varios años
más en reconocer la responsabilidad de sus productos y, cuando lo
hicieron (después de gastar millones de dólares en intentar demostrar
la inocencia de los CFCs), se convirtieron en las primeras defensoras
de la capa de ozono (o así lo quisieron presentar). En realidad, lo que
hicieron fue sustituir los CFCs por compuestos similares (HCFCs, HFCs),
que destruyen la capa de ozono, aunque bastante menos que los CFCs
en el caso de los primeros, y que son potentes gases de invernadero
(ambos tipos de compuestos). Las multinacionales siguen apostando
fuerte por estos compuestos y despreciando alternativas mucho
mejores para el ambiente, ya que necesitan recuperar sus
inversiones.
La destrucción de la capa
de ozono siguió progresando hasta nuestros días. Las medidas de
control y prohibición del uso de los compuestos destructores del ozono,
que comenzaron en 1987 con el Protocolo de Montreal, y se fueron
endureciendo en la década de los 90, en las sucesivas enmiendas al
protocolo, han evitado probablemente una destrucción masiva de la
capa de ozono, con los consiguientes daños a personas y seres vivos
en general. Sin embargo, es en estos años que vivimos cuando la
erosión de la capa de ozono es mayor; precisamente cuando otros
problemas ambientales la han desplazado de los medios de
comunicación.
Según el último informe
disponible preparado por el panel científico asesor del protocolo de
Montreal, la máxima acumulación de sustancias destructoras del ozono
se alcanzó en la baja atmósfera en 1992-1994, disminuyendo
lentamente desde entonces.
En la estratosfera se está
alcanzando estos años la máxima abundancia de cloro (de ahí la
máxima destrucción del ozono), pero la cantidad de cloro parece haber
llegado a un límite. En contraste, es probable que siga aumentando la
cantidad de bromo, procedente básicamente de halones y BrMe. En
particular, se sigue haciendo un uso masivo de esta última sustancia,
incluso en países como el nuestro (ver noticia). En las próximas
décadas estas cargas de cloro y bromo disminuirán hasta los niveles
anteriores a 1980, lo que significará la práctica recuperación de la capa
de ozono. Pero esto no ocurrirá hasta mediados de este siglo, y
dependerá del cumplimiento estricto de las medidas de prohibición de
sustancias destructoras del ozono y del efecto que el cambio climático
ejerza, enfriando la estratosfera y aumentando por ello la probabilidad
de formación de nubes estratosféricas polares y de eliminación del
ozono.
La capa de ozono fue
descubierta en 1913 por los físicos franceses Charles Fabry y Henri
Buisson. Sus propiedades fueron examinadas en detalle por el
meteorólogo británico G.M.B. Dobson, quien desarrolló un sencillo
espectrofotómetro que podía ser usado para medir el ozono
estratosférico desde la superficie terrestre. Entre 1928 y 1958 Dobson
estableció una red mundial de estaciones de monitoreo de ozono, las
cuales continúan operando en la actualidad. La Unidad Dobson, una
unidad de medición de la cantidad de ozono, fue nombrada en su
honor.
Al margen de la capa de
ozono, mencionemos que el 10% de ozono restante está contenido en
la troposfera, es peligroso para los seres vivos por su fuerte carácter
oxidante. Elevadas concentraciones de este compuesto a nivel
superficial forman el denominado smog fotoquímico. El origen de este
ozono se explica en un 10% como procedente de ozono transportado
desde la estratosfera y el resto es creado a partir de diversos
mecanismos.
En 1985, 20 países,
incluyendo los mayores productores de CFCs firmaron la convención de
Viena, donde se establecía un marco para la negociación de
regulaciones internacionales sobre sustancias que afectaran a la capa
de ozono. Ese mismo años de anunció el descubrimiento del agujero
de ozono en la Antártida, lo que atrajo la atención del gran público
sobre el tema.
En 1987, representantes
de 43 naciones firmaron el Protocolo de Montreal. Se comprometieron
a mantener los niveles de producción de CFCs de 1986, y a reducirlos
en un 50% en 1999. Pero al irse acumulando más evidencia científica
sobre el origen humano de la disminución del ozono, se hizo necesario
un nuevo acuerdo, que se firmó en 1990 en Londres. Los participantes
se comprometían a eliminar totalmente los CFCs en el año 2000. Sólo
se permitía un pequeño porcentaje marcado como de uso esencial,
como los inhaladores para casos de asma. Una nueva reunión en 1992
en Copenhague adelantó la fecha de eliminación al año 1996.
Lo esperanzador de esta
historia es que, por primera vez, un tratado internacional sobre el
medio ambiente haya provocado una respuesta inmediata de los
políticos y las industrias. ¿Por qué no ocurre lo mismo con la
protección de los bosques, la reducción de la contaminación o el
problema del calentamiento global? Este es el motivo de que los días
de concienciación sobre los problemas de la Tierra, como este, tengan
su importancia: Para avanzar en esta tarea siendo consumidores
responsables, exigiendo compromisos a los Gobiernos, reciclando y
reduciendo nuestras emisiones de productos contaminantes.
Por todas estas
consideraciones Sr. Presidente solicito a los Sres. Legisladores que me
acompañen en la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE JUSTICIA UNION Y LIBERTAD - FREJULI |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO (Primera Competencia) |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
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23/09/2008 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad con modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 0987/2008 | CON MODIFICACIONES; LA COMISION ACONSEJA APROBAR UN PROYECTO DE RESOLUCION | 10/10/2008 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 03/12/2008 | APROBADO |