La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar de interés de la H. Cámara de Diputados de la Nación, las "Fiestas Patronales de la Virgen de la Asunción y del Toreo de la Vincha", a llevarse a cabo el día 15 de Agosto de 2009, en el histórico pueblo de Casabindo de la Provincia de Jujuy.

Señor presidente:

El día 15 de Agosto de 2009, se llevarán a cabo -como desde hace mucho años- las "Fiestas Patronales de la Virgen de la Asunción y del Toreo de la Vincha", en el histórico pueblo de Casabindo de la Provincia de Jujuy.

Se trata de las festividades que se realizan en honor y como muestras de fe a Nuestra Señora de la Asunción. El toreo se efectúa como una suerte de ofrenda de valor y de coraje, en muestra de devoción y agradecimiento hacia la patrona de los casabindeños, en el cual, el torero debe procurar quitarle al toro una vincha con monedas de plata, valiéndose sólo de la utilización de un paño rojo para atraer al animal.

Se trata de la única fiesta taurina de nuestro país, pero a diferencia de las tradicionales corridas de toros que se llevan a cabo en España o en México -principalmente-, en este caso concreto, no existe la utilización de lanzas o armas y el animal nunca sale lastimado, siendo que el único objetivo es dar muestra de devoción y agradecimiento a Nuestra Señora.

La tradición se mantiene desde épocas coloniales y los improvisados toreros son, en su mayoría, habitantes del Pueblo de Casabindo, a los que se conoce como "promesantes", ya que -justamente- el acto en sí, se caracteriza por cumplir la promesa de quitarle la vincha al toro para agradecer las bendiciones recibidas.

Como una muestra más de la diversidad cultural jujeña, la fiesta se inspira en historias relacionadas con las tradiciones incaicas u originarias, sumándose a ello y tras el paso del tiempo, la veneración religiosa adquirida durante la colonización.

Ese distintivo hecho, dónde se fusionan culturas y orígenes diversos, que fueron dando lugar a la construcción de la personalidad e idiosincrasia del ser jujeño, es un muestrario más de que los valores rituales originarios pueden convivir con los cultos religiosos actuales.

En efecto, el acto del toreo, se corresponde con la historia de un cacique llamado Pantaleón Tabarcachi, que entre sus virtudes, se destacaba por ser un reconocido luchador por los valores y derechos inherentes a la libertad y protección de su pueblo. Se lo caracterizaba gráficamente por llevar en su frente una especie de vincha con monedas de plata del Perú que su padre le había obsequiado.

Cuenta la historia que el cacique Tabarcachi fue capturado y apresado por los colonizadores españoles, quienes como acto de sometimiento y humillación, lo amarraron al poste del centro de la plaza del pueblo, soltándole dos toros salvajes para que acabaran con su vida. No bastando con esa tortura, como muestra de mofa y para burlarse del cacique, se apoderaron de su vincha y se la colocaron a uno de los animales. Finalmente los toros emprendieron contra la humanidad de Pantaleón, quien gravemente herido y dando cabal muestra de su valor y coraje, logró recuperar su preciado objeto y arrastrándose hacia los pies de la Virgen, entregó su vincha como símbolo de lucha por la libertad de su pueblo.

Es entonces en esa figura, que se entremezclan la imagen de la Virgen con la del toreo, siendo -como dijimos-, un simbolismo más de la identidad jujeña, dónde conviven bajo el mismo "adn", valores rituales de los habitantes originarios con las creencias y costumbres adquiridas a lo largo del tiempo, como una suerte de cultura dinámica e inconfundible, que hoy sólo en Jujuy pueden coexistir como una única y renovada tradición.

Además del toreo, que en realidad clausura las festividades, se llevan a cabo distintos actos de agradecimiento a la Pachamama y procesiones con imágenes religiosas ("misachicos"), como así también, la llamada danza de los "samilantes", dónde envueltos en plumas de los "suris", los promesantes bailan grupalmente en devoción a la Virgen. A su vez las "cuarteadoras", que son varios pares de mujeres que portan medias reses de cordero seccionadas a lo largo y que toman por sus patas, se disputan su parte del animal hasta cortarlo o quitárselo a su adversaria. No sólo participan de los actos hombres y mujeres, sino que también lo hacen los niños, dónde tres de ellos simulan ser dos caballos que persiguen al toro.

Previo a todo ello y bien temprano, se desarrolla la misa de la aurora, a la cual prosiguen los sacramentos bautismales y de casamiento. Poco después se realiza la misa central, como acto que precede a la procesión con la imagen sagrada de la Virgen. Cerca del mediodía, comienza a funcionar la feria de comidas típicas que dan lugar a la "chaya" previa al toreo. Una vez realizado el mismo, todo concluye al atardecer, con el acto de premiación a los toreros participantes.

Como podrá apreciarse, en esta histórica celebración se conjugan gran cantidad de valores culturales y religiosos, que son de suma importancia, no sólo para Casabindo, sino para la Provincia de Jujuy en general; ya que más allá de tratarse de festividades que preservan la fe y la cultura jujeñas, las fiestas patronales también traen aparejadas distintas actividades comerciales, relacionadas con la gran afluencia turística que tal celebración suele congregar anualmente.

Se pone de manifiesto entonces, que las festividades de Casabindo conjugan en ese sólo acontecimiento, acciones que resaltan lo cultural, lo social y lo religioso, conllevando además, su consecuente efecto económico. Todo ello, amerita el apoyo institucional de esta H. Cámara, a través de la designación de tales celebraciones como asunto de su interés y reconocimiento.

Es por todo lo expuesto y por las razones que se ampliarán en el Recinto de Sesiones, que se solicita de esta H. Cámara, la aprobación del presente proyecto de resolución.