PROYECTO DE TP
Expediente 3531-D-2015
Sumario: CONSEJO DE MUJERES ORIGINARIAS POR EL BUEN VIVIR. CREACION.
Fecha: 22/06/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 74
El Senado y Cámara de Diputados...
Creación del Consejo de Mujeres
Originarias por el Buen Vivir
Art.1º: CREASE el Consejo de Mujeres
Originarias por el Buen Vivir, en adelante EL CONSEJO, el que tendrá el carácter
de ente autónomo y autárquico sin dependencia orgánica ni funcional de ningún
estamento del estado.
Art. 2º: CADA PUEBLO designará dos
(2) Consejeras, de acuerdo a su filosofía ancestral y a sus modos propios de
organización en un plazo no superior a seis meses.
Art. 3º: DETERMINASE como objetivo
del Consejo la realización de un proceso de consulta, participación, información y
difusión para elaborar y proponer normativas y políticas que garanticen y
efectivicen el Buen Vivir.
Art.4º: ENTIENDESE como la filosofía
del buen vivir, el restablecer la cohabitación en reciprocidad y armonía entre los
pueblos y con la naturaleza.
Art. 5º: DOTASE al Consejo de
Mujeres de Pueblos Originarios, de iniciativa parlamentaria.
Art. 6º: DENTRO del plazo de 180
días de su constitución el Consejo deberá dictarse su reglamento de
funcionamiento.
Art. 7º: ASIGNENSE los fondos
necesarios para el cumplimiento de los fines de la presente, debiendo el Consejo
elaborar y elevar su Presupuesto "Caminamos para ser y somos porque
caminamos" Anual a los efectos de la atribución de la Partida Presupuestaria
independiente.
Art. 8°: Comuníquese al Poder
Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En febrero del 2012, las hermanas del
Pueblo Qom del Barrio Toba de Rosario se reúnen con una hermana Mapuche y
plantean la necesidad de ser vistas, reconocidas en su condición de mujeres
originarias; señalaron la importancia de hacer escuchar su voz, ya que padecemos
siglos de opresión, sufrimos de manera particular la violencia institucional no sólo
racista sino también sexista. Luego, mujeres originarias del Pueblo quechua de
Jujuy definieron que para ser vistas y oídas debíamos hacer una marcha todas
juntas; las mujeres M´bya Guarany recomiendan que sea una marcha de
propuestas. Finalmente, las Mujeres Mapuches se reúnen y sumando a las ideas
que se fueron construyendo sugieren que la propuesta que se llevara adelante
será la implementación del Buen Vivir como un derecho, el cual entendemos es la
relación de reciprocidad entre los pueblos y la naturaleza que nos permite alcanzar
la armonía. A partir de 2013, realizamos talleres participativos en diferentes puntos
del país, sobre todo en comunidades en conflicto y lucha por sus derechos. Se va
conformando el Colectivo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir. Desde
diferentes pueblos y puntos del país, se coincide en la necesidad de realizar un
encuentro, donde profundizar la propuesta. Así, del 13 al 16 de febrero de 2015 se
realizó en Epuyén, provincia del Chubut, el Primer Encuentro de Mujeres
Originarias por el Buen Vivir. De manera conjunta las mujeres de diferentes
Pueblos Originarios
planteamos los fundamentos y la
propuesta de la presente Ley. Fuimos diagnosticando la realidad que nos envuelve:
el colapso de nuestra madre tierra, la explotación sin límites del modelo
extractivista, que saquea, depreda y contamina,. Estos diálogos y reflexiones nos
llevan a articular de manera urgente una propuesta, que no solo nos aglutine a
nosotras, las mujeres de las 36 naciones originarias, sino a todo el pueblo
argentino que al igual que nuestros pueblos merece el Buen Vivir. Porque cuando
hablamos de cuidar la Madre Tierra, Ñuke Mapu, Pachamama, Qarate´e Alba,
Tekohá, ella nos reconoce, nos define, nos abraza y es ella la que nos cuida. Por
eso debemos también escucharla y cuidarla, en el campo y en las ciudades, porque
vivimos de y con la tierra. Con años de lucha se han conseguido leyes y reformas
de la constitución nacional y de las provinciales y se han firmado convenios
internacionales de reconocimiento de los derechos indígenas. Pero para que nos
vean como comunidades, tenemos que sacar personería jurídica y esos papeles no
sirven, nos dividen y hacen pelear. Nos hablan de tierras y territorios de las
comunidades, nos hablan de papeles y propiedades. Cada pueblo tiene sus formas
de organizarse, su pensamiento y espiritualidad, y es eso lo que las leyes deben
respetar. El estado no puede definir cómo tienen que ser nuestros representantes
ni qué personas son los "Caminamos para ser y somos porque caminamos" que
representan nuestro pensamiento y hablan por nosotras. El territorio es todo para
nosotras; "el territorio es todo de todo, y es nuestra esencia", el territorio es el
espacio identitario, espiritual, es el memorial de los pueblos, y el de la continuidad
de la cultura en donde la vida fluye, desde la relación armónica entre las fuerzas
de la naturaleza y el de las personas. Elegimos cuatro ideas en común que nos
ayudaron a organizar cómo queríamos conversar y lo que queremos expresar.
1. El territorio es nuestra casa.
Cuando pensamos en nuestra casa, la
queremos en armonía, limpia y ordenada. Hacemos mucho trabajo para eso, para
estar bien, y tener lo que necesitamos para vivir. Para eso, en cada casa, en todas
las casas, se fijan prioridades porque nuestra casa tiene que identificarnos y tener
lo que necesitamos para vivir en armonía. Lo primero, es que necesitamos agua,
para nosotras, para nuestros animalitos y cultivos. No se puede desperdiciar el
agua porque lo que derrochan o ensucian algunos, afecta el derecho a la vida de
otros. Las políticas de estado vienen concesionando, privatizando, explotando el
agua, pero entre todos tenemos que acordar políticas de uso controlado y cuidado
del agua. Tenemos que garantizar agua para todos y pensar sistemas de
almacenamiento. También tenemos que ver cómo calentamos e iluminamos
nuestras casas, lo que requiere que participemos en la toma de decisiones sobre
las políticas energéticas. Hay que buscar energías alternativas que no contaminen,
que sean accesibles para todas y exigir que se cumplan los acuerdos de las
cumbres climáticas. Nuestro territorio nos asegura nuestro alimento y sin territorio
no hay soberanía alimentaria ni posibilidad de tener una dieta variada. En el campo
y en la ciudad tenemos que tener espacio para tener casas dignas, para criar
nuestros animales, para cultivar lo que comemos. Los transgénicos nos enferman.
Hay que hacer bancos de semillas orgánicas. La comida envasada no explica qué
es lo que estamos comiendo. Una casa no se puede mantener armónica, limpia y
ordenada si no se organiza el trabajo. Los proyectos comunitarios ayudan a hacer
las cosas, pero los mega-emprendimientos desorganizan todo pues no cuidan ni de
las personas ni de la biodiversidad. Hay que promover las construcciones naturales
y priorizar y conservar diseños identitarios. Así pensado, el territorio es el espacio
donde coexiste toda la vida. Hay que asegurar su sustentabilidad; saber que
nuestros
actos tienen consecuencias que se
manifiestan hoy y en el tiempo futuro, y que tenemos que obrar con herramientas
jurídicas, políticas y tecnológicas, pero sustentadas en nuestra espiritualidad.
"Caminamos para ser y somos porque caminamos"
2. El territorio también es nuestro
cuerpo
Las mujeres sabemos que si con
nuestros cuerpos damos vida, también sufrimos la opresión en nuestros cuerpos.
Lo que hacen con el territorio cuando lo lastiman, también lo hacen con nuestros
cuerpos. Es que la madre tierra es mujer como nosotras. Si ella está fértil, vital y
armónica, también nosotras lo estaremos. Y si nosotras estamos fértiles, vitales y
armónicas, también la madre tierra lo puede estar. Particularmente los sistemas de
salud y educación pública disciplinan nuestros cuerpos y nuestras mentes. Pero si
nuestros cuerpos y nuestras mentes no están bien, si no están bien cuidados y si
no pueden ser libres, nada más puede estar bien. Como resultado de la
colonización, hay machismo también dentro de nuestras comunidades y a veces
nuestros propios compañeros nos violentan e impiden el acceso a los
anticonceptivos. Sin embargo como mujeres somos fértiles no sólo porque damos
hijos, sino también porque damos ideas, cariño, sabiduría que nuestros mayores
nos han cedido. Nosotras identificamos y denunciamos la violencia racista y sexista
del patriarcado que estratifica la valorización de la mujer a partir de un patrón de
belleza Colonizador-Europeo. No somos reconocidas para esta sociedad ni siquiera
en la categoría de mujeres. Por eso el buen vivir para el cuerpo pasa por recuperar
y valorar el conocimiento ancestral y la medicina tradicional; ejercer el derecho
sobre nuestros cuerpos
según nuestras prácticas espirituales
y culturales, aunque no haya una división entre lo espiritual y lo cultural. No
entregar nuestros cuerpos contra nuestra voluntad también implica no ceder el
espacio de parto natural según nuestra decisión. Lo mismo con el
amamantamiento, la anticoncepción natural y las campañas de vacunación de
nuestros niños. Las industrias de medicamentos invaden nuestros cuerpos y
nuestros territorios. Mucho de lo que decimos y esperamos de los sistemas de
salud también lo decimos y esperamos de la educación pública. No puede ser que
otros decidan por nosotras si nuestros hijos y nuestros nietos merecen una
educación intercultural y bilingüe.
3. El territorio viaja con cada persona
El territorio es más que lugar físico y
viaja con nosotras. Por eso nos sentimos parte y no dueñas de la tierra en los
distintos lugares en los que estamos, y necesitamos comunicarnos espiritualmente
con ella. Por eso nos comprometemos con el otro y con nuestros antepasados en
distintos lugares. El compromiso con nuestra espiritualidad es para nosotras
también un compromiso político que debe poder manifestarse en distintas partes.
Por eso pedimos que se respeten nuestros espacios ceremoniales, que nos
reconozcan espacios de expresión de nuestra espiritualidad aunque estemos lejos
del lugar donde nacimos. Por eso no renunciamos a nuestra identidad en los
espacios urbanos. Tampoco en las cárceles. Con las migraciones, coexisten varios
territorios en "Caminamos para ser y somos porque caminamos" un mismo lugar
porque cada una lleva consigo sus raíces. Por eso tenemos que ver cómo hacer
para que esas raíces no sean cortadas. No hay libertad de culto para los pueblos
originarios porque no siempre se respetan nuestros lugares sagrados ni se nos da
acceso a ellos. En las ciudades hay lugar para iglesias, templos y mezquitas, pero
no se reconocen
lugares sagrados donde podamos
ejercer nuestra espiritualidad. En las cárceles se abre la puerta a ciertos cultos,
pero no se nos deja ejercer el mismo derecho, ni ser visitadas por quienes asisten
nuestra espiritualidad originaria. El buen vivir no es sólo para los pueblos
originarios sino que tiene que ser también para los no indígenas. El estado debe
garantizar políticas públicas que organicen la manera en que cohabitemos desde el
buen vivir, sin discriminaciones, con respeto por las prácticas culturales de quienes
comparten ese espacio. Nuestras fechas sagradas tienen que ser feriados para que
podamos dedicarlos plenamente a cultivar nuestra espiritualidad.
4. El territorio es donde se concreta la
libre determinación de los pueblos
En cada casa decidimos cómo hacer,
cómo vivir. Unas viven en el campo y otras en los pueblos pero, en todos lados,
desde nuestras casas nos autodeterminamos. Ese derecho no se pide ni demanda,
sino que se ejerce. Aun así, luego de tantos siglos de dominación, hay que
reconocer que estamos desordenadas en nuestras casas, con nuestra gente, a
veces por temor, a veces porque otros de afuera nos meten otras ideas. Pero cada
casa, cada comunidad, cada pueblo es responsable de ordenarse desde su filosofía
ancestral y modos de organización. A su vez, nuestras casas comparten el patio
con otras casas y entre todas tenemos que acordar cómo mantenerlo también
limpio y ordenado, porque lo compartimos. No puede ser que unas lo cuiden y
otros lo arruinen. Tenemos que tirar parejo en esto. Por eso el Buen Vivir requiere
pensar en cómo cohabitamos nuestras comunidades como pueblos originarios,
pero también cómo cohabitamos con los diferentes integrantes de la sociedad no
indígena, y cómo hablamos con el estado y las empresas que sólo buscan ganar
más, sin que les importe nada cómo dañan la naturaleza y la vida de las personas.
Ellos quieren vivir con ciertas cosas y las
sacan así nomás, pero nosotros
también necesitamos y queremos ciertas cosas. Si nadie de afuera puede mandar
en nuestras casas, entre todas tenemos que ver cómo compartimos el patio, lo
cohabitamos y cuidamos, y qué hacemos con los que lo ensucian y lo rompen.
Necesitamos volver a ponernos de acuerdo sobre cómo queremos vivir juntas
respetando el buen vivir de todas. Es a partir de esta forma de pensar que nos
pareció importante profundizar las reflexiones en torno al buen vivir, llegando a
más mujeres originarias, pero también a más varones de nuestros pueblos.
También queremos invitar a integrantes de la sociedad no indígena a que expresen
y compartan con nosotras sus pareceres y sentimientos. "Caminamos para ser y
somos porque caminamos"
Por todo lo expuesto proponemos
este ante-proyecto Ley de creación del Consejo de Mujeres Originarias por el Buen
Vivir, para la realización de un proceso de consulta, participación, información y
difusión a fin de elaborar y proponer normativas y políticas que garanticen y
efectivicen el buen vivir.
Este proyecto reproduce totalmente el
N° 46-P-2015 presentado por Colectivo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
LOZANO, CLAUDIO RAUL | CIUDAD de BUENOS AIRES | UNIDAD POPULAR |
GIMENEZ, PATRICIA VIVIANA | MENDOZA | UCR |
DE GENNARO, VICTOR NORBERTO | BUENOS AIRES | UNIDAD POPULAR |
DONDA PEREZ, VICTORIA ANALIA | BUENOS AIRES | LIBRES DEL SUR |
RIESTRA, ANTONIO SABINO | SANTA FE | UNIDAD POPULAR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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POBLACION Y DESARROLLO HUMANO (Primera Competencia) |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |