La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1) Expresar su mas enérgico repudio por la locación del Teatro General San Martín - patrimonio de todos los argentinos -, efectuada por el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, encabezado por el Ingeniero Mauricio Macri, -de quien dicho teatro depende- , a fin de que en el mismo se celebrara la fiesta privada de cumpleaños del empresario Andrés Von Buch, lo que implicó además la paralización de tres de las cuatro salas del teatro, con la consecuente suspensión de las obras que se presentaban en ellas.

2) Manifestar su honda preocupación ante la posibilidad de que estos actos o procedimientos de índole empresarial se reiteren, con la confusión que los mismos traducen entre el ámbito de lo Público y lo privado, en detrimento de un bien cultural invalorable cuyo acceso debe ser garantizado a toda la población.

3)Exhortar al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a que ajuste su conducta a los principios que deben regir el comportamiento de los funcionarios públicos y direccione sus actos de gobierno en defensa del interés público y del patrimonio cultural de la comunidad, por cuya preservación debe velar, absteniéndose en lo sucesivo de reincidir en actitudes que evidencian un gran desprecio por el espacio público y enaltecen el interés privado, ajeno por naturaleza a la gestión gubernamental.

Señor presidente:

Es de público conocimiento que el 2 de mayo de 2010, se levantaron funciones del teatro San Martin para darle lugar al frívolo festejo de cumpleaños de un excéntrico millonario, quien a su vez había 'alquilado' dicho Teatro Público al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Situaciones como la descripta no se compadecen con los tiempos que se viven en materia de políticas públicas nacionales, y el rol que las mismas le asignan al Estado, ni con las que procuran la inclusión social, la utilización de los dineros, espacios y bienes públicos en beneficio de la población en su conjunto, y la defensa y promoción de los derechos humanos inclusivos de los económicos, sociales y culturales como así también de la garantía de igualdad de oportunidades, para las mayorías.-

Resulta una afrenta para toda la ciudadanía que un gobierno surgido del voto popular actúe como 'patrón de estancia' y disponga de los bienes culturales pertenecientes al acervo de toda la sociedad, como si fueran bienes propios que pueden emplearse a gusto de su 'propietario' , en desmedro de los intereses generales de la población.

Es apropiado afirmar que situaciones de este tipo son propias de un gobierno de concepción ideológica elitista y clasista, que va a contrapelo de aquellas políticas que hoy han recuperado al Estado como organización reguladora de los bienes sociales en beneficio de los sectores más vulnerables de la comunidad.

Es claro que se trata de dos modelos de sociedad y de país, el del gobierno de Macri y el del gobierno nacional, que se enfrentan y contraponen como paradigmas diametralmente opuestos, expresivos de dos ideologías antagónicas que proponen como alternativas la exclusión social - el macrismo, tal como lo hizo en su momento el menemismo- o la inclusión con crecimiento y distribución de los bienes sociales y la riqueza.

Estos proyectos confrontan hoy, de cara en el Bicentenario de la Revolución de Mayo, y deben ser decididamente resueltos a favor del que preserva, incrementa y consolida los derechos humanos de las mayorías.

Es dable afirmar que la fiesta del empresario Andrés von Buch realizada en el Teatro San Martín, que implicó la paralización de tres de las cuatro salas del teatro, tuvo un amplio eco en la Legislatura porteña, pues cosechó pedidos de informes y declaraciones contrarias a que un teatro público suspenda su actividad para realizar este tipo de eventos.

Por su parte la Asociación Argentina de Actores realizó un acto en la puerta del Teatro General San Martín para hacer público el rechazo a la postura adoptada por las autoridades del Complejo Teatral y el gobierno, que aceptaron levantar dos obras teatrales y toda la programación de la sala Leopoldo Lugones a cambio de 80.000 dólares, cuyo destino final se desconoce.

Una vez más se encuentran en el centro de la escena funcionarios relacionados al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y una vez más estos se llaman al silencio, tal vez por que no pueden explicar los exabruptos cometidos.-

Por las razones expuestas, y a fin de que estos episodios vergonzantes y ofensivos para la sociedad en su conjunto no se reiteren, solicito el acompañamiento de mis pares en el presente Proyecto de Resolución.