El Senado y Cámara de Diputados...

COMISION BICAMERAL PARA LA PREVENCION DE LA VIOLENCIA Y LA INTOLERANCIA EN LOS ESPECTACULOS DEPORTIVOS

Art. 1º : Créase en el ámbito del Poder Legislativo Nacional una Comisión Bicameral que tendrá por objeto el análisis y revisión de la normativa relativa a la prevención de la violencia y la intolerancia en los espectáculos deportivos. Estará integrada por doce senadores nacionales y doce diputados nacionales, elegidos por sus respectivos cuerpos, respetando la pluralidad de representación política de ambas Cámaras.

Art. 2º : La "Comisión Bicameral para la Prevención de la Violencia y la Intolerancia en los Espectáculos Deportivos", propondrá las normas y recomendaciones necesarias con el objeto de:

a) Tutelar los derechos de los asistentes a espectáculos deportivos y de la ciudadanía en general en ocasión de los mismos,

b) Determinar las medidas preventivas adecuadas para impedir hechos de violencia e intolerancia,

c) Establecer responsabilidades para los organizadores de espectáculos deportivos y sanciones por las infracciones cometidas

d) Asignar potestades suficientes a las autoridades judiciales y administrativas para la prevención de la violencia y la intolerancia en los espectáculos deportivos.

e) En particular, la Comisión deberá expedirse sobre la aplicación del derecho de admisión en partidos de fútbol, la creación de un registro público de inhabilitados por hechos de violencia e intolerancia en espectáculos deportivos, la factibilidad de habilitar entradas nominales e intransferibles para los asistentes y la reglamentación de responsables de seguridad en estadios de fútbol.

Art. 3º : La Comisión tendrá todas las facultades necesarias para cumplir con los fines para los que fue creada, pudiendo requerir informes de entes públicos o privados y organizaciones no gubernamentales o asociaciones civiles, convocar a audiencias y citar a funcionarios que tengan a su cargo o se desempeñen en áreas de gobierno vinculadas con la materia, a fin de recabar información relevante para las tareas de su competencia.

Art. 4º: La Comisión aprobará su propio reglamento de funcionamiento por mayoría absoluta de sus miembros y supletoriamente se regirá por el Reglamento de la Cámara de Diputados, donde tendrá su asiento.

Art. 5º: En el seno de la Comisión funcionará un Comité Técnico Asesor que estará integrado por:

a) un representante por la Asociación de Futbol Argentino (AFA);

b) un representante por cada Asociación Civil con personería jurídica vinculada a la lucha por la erradicación de la violencia en el fútbol;

c) un representante de familiares de víctimas de la violencia en el futbol argentino;

d) un representante de la Asociación de Futbolistas agremiados;

e) un representante de la Comisión de Deportes de la HCDN;

f) un representante de la Comisión de Salud y Deporte del Senado de la Nación;

g) un representante de la Secretaría de Deportes de la Nación.

Art. 6º: El plazo de duración de la Comisión será de 180 días a partir de su formal constitución, y podrá prorrogarse por igual plazo, por resolución conjunta de los Presidentes de ambas Cámaras.

Art. 7º: Para su cometido, la Comisión contará con un presupuesto que será solventado por ambas Cámaras en partes iguales.

Art. 8°: Publíquese en el Boletín Oficial.

Señor presidente:

Los episodios de violencia e intolerancia en los espectáculos deportivos se inscriben cada vez con mayor impunidad y salvajismo en una problemática que parece imposible de resolver y que hacen imprescindible la acción del Estado, como principal garante del bien común, para unificar y profundizar las políticas públicas destinadas a erradicar esos flagelos.

Desde hace varios años, el impulso de importantes iniciativas y la sanción de las leyes nacionales N° 23184, 24192, y 26358, no han logrado cambiar esta triste realidad, que se reitera de manera progresiva con actos de violencia y amenazas, con motivo y en ocasión de partidos de futbol, en los que generalmente están involucrados los mismos protagonistas.

Las escenas violentas se repiten hasta el hartazgo, sin correlato alguno con las medidas de prevención y seguridad que han sido puestas en vigencia.

Por cierto, nos compete a todos como sociedad resolver este grave problema, pero demanda principalmente de los poderes públicos una firme voluntad política y un serio compromiso, capaz de remover la indiferencia y hasta la complicidad de algunos, que hacen posible la acción degradante y perversa de los actores directamente involucrados.

Se han instalado en un concierto difícil de desmembrar intereses de un mundo oscuro, que juegan tanto en las internas políticas y sindicales, como en las utilidades de la droga, la reventa de entradas otorgadas por los mismos dirigentes, la explotación de espacios públicos y de toda prebenda que pueda obtenerse bajo extorsión o amenaza, hasta los beneficios de pases de jugadores profesionales.

Los denominados "barrabravas", que generalmente encuadramos como marginales, provienen muchas veces de hogares de clase media alta, que encontraron alrededor del fútbol, un negocio

lucrativo y están dispuestos a delinquir, con toda impunidad y de manera habitual, disfrazados de hinchas.

Los "barras" de última generación se desplazan hoy en autos de alta gama y camionetas cuatro por cuatro, reclutan a sus súbditos con prebendas obtenidas de los dirigentes y se financian usualmente con parte de las cajas de los clubes, cuyo vaciamiento ha cobrado notoria gravedad.

El espectáculo del fútbol, las pasiones que despierta y todo lo que lo rodea, define como un espejo a nuestra sociedad y puede conducirnos a mayores aberraciones si no fortalecemos las instituciones y las herramientas legales, administrativas y judiciales, capaces de poner al ciudadano a resguardo del delito y la violencia.

Resulta muy claro que cuando comienza a instalarse en el futbol la barra como sistema de cuño mafioso, pasa a convertirse en una verdadera asociación ilícita, destinada a coaccionar y obtener resultados por métodos repudiables, extorsiones y amenazas.

En muchos casos se han apoderado de hecho de los clubes, manejan asambleas, imponen candidaturas en las comisiones directivas y contrataciones y bajas de directores técnicos y jugadores.

Otros rubros de la delincuencia, como asaltar y arrebatar, en las tribunas y en las adyacencias de los estadios, donde saquean y destruyen comercios, le impiden al hombre del común y a las familias, aproximarse con tranquilidad a los estadios y disfrutar del espectáculo, sin disturbios ni agresiones.

Recientemente, un primer paso para resistir las presiones de los barrabravas, fue la actitud asumida por Javier Cantero, presidente del Club Independiente, quien ha despertado muestras evidentes de apoyo y solidaridad, que compartimos.

Creemos que su ejemplo de coraje y valentía merece imitarse, ya que permitirá recuperar la sana alegría en las canchas de futbol.

Debemos acompañar también el esfuerzo que viene desplegando diferentes asociaciones civiles que trabajan para promover valores, lazos de amistad y compañerismo, para la buena convivencia deportiva, y que exigen aislar a los barrabravas para erradicar la intolerancia y la violencia, poniendo un freno a los crímenes, la degradación social y la vulnerabilidad económica e institucional de las entidades deportivas.

Se predica con énfasis, que para contener y concluir de una vez con el accionar de los "barrabravas", los dirigentes del futbol debieran poner coto a los apoyos económicos y prebendas que se acostumbra otorgarles, contener las presiones que desestabilizan el funcionamiento de los clubes, y comenzar a aplicar sin mayores cortapisas el derecho de admisión a los estadios, en prevención de actos violentos e intolerantes, elevando las listas de sus barras a los organismos de seguridad.

Se trata de lograr además que el Estado no permanezca ausente a la hora de proteger el correcto desempeño de las entidades deportivas, y de asegurar a los asistentes sus derechos, tanto como el cumplimiento de sus obligaciones más elementales.

No puede desertar el Estado de estas responsabilidades primarias, partiendo de la dimensión social que se le reconoce al deporte y de la común aceptación del espectáculo deportivo, como un medio para mejorar el bienestar general y la integración social.

Las medidas preventivas de los hechos de violencia e intolerancia van de la mano de la necesidad de establecer responsabilidades de los organizadores de los espectáculos deportivos y asignar las potestades necesarias a las autoridades y organismos de seguridad y judiciales.

Cabe notar como precedente el fallo que al respecto ha expedido la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal en los autos "IBÁÑEZ ROBERTO JOAQUÍN y OTROS s/ PROHIBICIÓN DE CONCURRENCIA", al sostener que "... no es a los órganos de administración de justicia, a los jueces en particular, a quienes les toca intervenir y evitar la comisión de altercados y delitos y/o contravenciones por parte de personas violentas, o sin el grado de socialización correspondiente, que concurran a los estadios donde se realizan espectáculos deportivos. La actuación jurisdiccional sólo puede iniciarse luego de la eventual comisión.... Son las máximas autoridades del fútbol nacional y, muy particularmente, los dirigentes de cada institución, así como también las fuerzas de seguridad públicas en su tarea preventiva los días de los partidos, quienes tendrían que preservar a los espectadores de poder concurrir tranquilamente a los estadios mediante la prohibición de acceso de personas que, de público y notorio, ingresan a producir actos que no se corresponden con el decoro debido para la ocasión, haciendo uso del DERECHO DE ADMISIÓN, máxime si registran, anteriormente, episodios de violencia detectada dentro o fuera de los estadios y, en el caso de ser socios, directamente echarlos de la institución mediante los mecanismos respectivos. ...."

En consecuencia, el antecedente jurisprudencial citado acredita la conveniencia de que sean los propios organismos del Poder Ejecutivo quienes dicten medidas cautelares de interdicción con respecto a aquellas personas que tengan procesos en curso por hechos de violencia cometidos con motivo y en ocasión de espectáculos deportivos, con posterior revisión judicial .

Desde luego, para promover la participación ciudadana en los espectáculos deportivos es preciso no excluir a nadie y rechazar cualquier forma de discriminación por razones de sexo, raza, religión, origen o discapacidad, con debido resguardo de nuestros principios constitucionales.

Igualmente será necesario que la Comisión Bicameral a crearse asuma también la necesidad de coordinar la implementación de políticas y medidas estratégicas en materia de seguridad deportiva en todo el territorio nacional.

Creemos que la Comisión debe propiciar la actualización de toda la normativa en vigencia. Además de la reglamentar el derecho de admisión en partidos de fútbol, sugerimos expedirse , entre otras cuestiones sobre la creación de un registro público de inhabilitados por hechos de violencia e intolerancia en espectáculos deportivos; sobre la factibilidad de habilitar entradas nominales e intransferibles para los asistentes, como medio de eliminar el anonimato de los violentos en las tribunas, y la reglamentación de responsables de seguridad, que deberían instituirse en los estadios de fútbol.

Ciertamente, si se quiere terminar con la violencia en los estadios de fútbol, habrá que terminar con la hipocresía y los eufemismos. Es que muchos dirigentes de los clubes de fútbol conocen, y en muchos casos protegen, a la barra brava de sus instituciones.

Con justeza dejó expresado el ex Juez Mariano Berges, en el año 2004, en una causa contra Rafael Di Zeo, de la barra brava de Boca: "Estos mismos dirigentes que por escrito se proclaman adalides de la lucha contra la violencia en el fútbol y no cesaron de ensalzar la investigación que realizó el suscripto, son los mismos que permiten el ingreso de alrededor de quinientas personas a la cancha sin pagar su entrada, en detrimento de otros concurrentes. Quizás tienen, como directivos, la facultad de permitir ese ingreso. No toca al Juez evaluarlo. Sin embargo, de ser así, no fue pertinente la mentira a la Justicia sobre ese extremo para resguardar su imagen ante la opinión pública, ni pretender que la Policía intervenga cuando el ingreso se hace con violencia".

Aunque pretenda ocultarse, queda al descubierto el financiamiento de los barrabravas de fútbol y su vinculación con la política, que ha dado lugar a las más insólitas respuestas a los requerimientos de la justicia.

Como nos recuerdan los anales de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en abril de 1998, el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri siendo Presidente del Club Atlético Boca Juniors, le envió una carta de tres carillas al Juez Víctor Perrota, que investigaba hechos de violencia en el fútbol, en la que manifestaba "Que se desconoce la existencia de simpatizantes de nuestra institución, de los llamados vulgarmente "barrabravas", razón por la cual nos vemos impedidos de evacuar el informe respecto al detalle de los datos personales de quienes de existir, serían sus integrantes" .En otro de los puntos que contiene el texto, Macri aludió a la historia de la denominada "El Jugador N° 12", que según informó "de ninguna manera interviene en hechos de violencia y que como es lógico varía en su integración partido a partido" .

Por último, cabe destacar que la Comisión Bicameral podrá recurrir a numerosas iniciativas, - algunas de la cuales ya no tienen estado parlamentario- que proponen enfrentar el anonimato en la tribunas con un sistema que aplique una tecnología semejante a la que utilizan para expender pasajes las empresas de micros de larga distancia, cuya factibilidad debiera analizarse. Por una parte, no producirá demoras en la venta de entradas y permitirá que las autoridades competentes conozcan el lugar del estadio en que se ubica cada persona, e identificar a aquellos con antecedentes de conflictos en el fútbol, facilitando la tarea preventiva.

Por todo lo expuesto, pido el acompañamiento a este proyecto que procura una respuesta unificada desde el Congreso Nacional a todos los proyectos encaminados a rescatar los valores del deporte y su dimensión social.

Tal vez nos permita arribar a un consenso para erradicar la violencia y la intolerancia en el fútbol y para que no sigamos siendo simples espectadores del desencuentro.