PROYECTO DE TP
Expediente 3487-D-2010
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL "V CONGRESO LATINOAMERICANO DE TRADUCCION EN INTERPRETACION, REALIZADO DEL 12 AL 16 DE MAYO DE 2010. EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 20/05/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 60
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su beneplácito por la realización
del V Congreso Latinoamericano de Traducción en
Interpretación, en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, del 12 al 16 de mayo de 2010.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Orfebres culturales? (1)
Los traductores son orfebres que dibujan
puentes entre culturas. Si la mirada se tiñe de cierto "romanticismo", son valerosos
quijotes -mal remunerados la mayoría de las veces- que luchan contra una
homogeneidad asfixiante. Como eslabones de un engranaje que moviliza al mundo,
ponen en circulación un flujo de palabras, una trama viva e imaginaria que neutraliza
la ignorancia. La compleja tarea de "decir casi lo mismo" en otra lengua convierte a
estos entrañables orfebres también en "creadores de lengua". "Traducir culturas: un
desafío bicentenario" es el lema del V Congreso Latinoamericano de Traducción en
Interpretación, que se realizó del 12 al 16 de abril en el Hotel Panamericano (Carlos
Pellegrini 551). Los escritores Juan Sasturain, Andrés Rivera, Mempo Giardinelli, María
Rosa Lojo, Martín Hadis y Sergio Waisman, entre otros, participaron en los debates.
Más de 1500 expertos provenientes de España, México, Noruega, Estados Unidos,
Italia, Canadá, Israel y Francia intercambiaron experiencias sobre el oficio durante
cinco intensas jornadas. La presidenta Cristina Fernández confirmó realizó el discurso
de inauguración de esta edición del congreso -declarado de Interés Nacional por la
Presidencia de la Nación-, que estuvo a cargo de un cuarteto de traductores
imperdibles: la española Amparo Hurtado Albir, la francesa Marianne Lederer, la
alemana Christiane Nord y el canadiense Jean Claude Gémar. El historiador Felipe
Pigna tuvo a su cargo el cierre de este encuentro con una conferencia sobre "Belgrano,
Moreno, nuestros notables traductores".
En consonancia con los festejos por el
Bicentenario, el congreso propuso subrayar la función comunicacional del traductor,
"cómo ha facilitado la identidad cultural a través de los años y cómo ha ido
evolucionando esa función", dice Beatriz Rodríguez, presidenta del Colegio de
Traductores Públicos de la ciudad de Buenos Aires, que organizó el encuentro.
Apasionados por las palabras y siempre aguzando el sentido para buscar "esa
perfección que, como causa perdida, nunca se alcanza, pero siempre constituye un
desafío intelectual" al que nunca se niegan, según Rodríguez, los traductores pusieron
sobre la mesa temas axiales de su "preciosa intimidad". Toda la piel, la musculatura y
hasta la red de órganos internos fueron analizadas durante el congreso; desde la
traducción literaria a la científica, pasando por la interpretación, la terminología, la
lingüística y el mercado laboral. Del vastísimo programa cabe destacar conferencias
como "Escenas de traducción: una historia alternativa de la literatura argentina", a
cargo de Waisman; "Traducir literatura para chicos", tópico que desarrolló Teresita
Valdettaro, y dos abordajes de Borges que se las traen: uno a cargo de Hadis, que
exploró la vertiente del escritor como traductor del anglosajón; el otro de Rivera, que
cruzó el pudor del autor de El Aleph con la ironía de Onetti. También suscitó interés la
charla "Crecer como traductor en un mundo globalizado", del español Xosé Castro
Roig.
El principal desafío del traductor -precisa
Rodríguez- es ver "cómo se inserta en esta era tecnológica"; por eso en el programa
hay varios ítem con tela para cortar, como "Tecnología y traducción: el futuro a un clic
de distancia" o "Web 2.0, redes sociales y nuestra imagen digital". "El traductor es un
conector cultural; en un momento en el que pareciera que la comunicación pasa por
las máquinas, la preocupación es seguir siendo fiel a esa labor artesanal y profesional a
la vez." El canadiense Claude Gámer, uno de los integrantes del "cuarteto" inaugural,
suele comentar que uno de los primeros pasos para traducir un texto es leerlo
lentamente, "masticando las palabras". Gémar señala que el profesional de la
traducción "tiene que tener una vasta cultura general, lo que Umberto Eco llama 'la
Enciclopedia'" y que él denomina "bagaje de traductor". Este pensamiento, tributario
del romanticismo, no va en detrimento de las nuevas tecnologías. "Estamos en una
etapa tecnológica que nos plantea estar actualizados, pero en la que nos preguntamos
dónde queda la 'esencia romántica' de la labor del traductor", advierte Rodríguez.
Una de las oradoras destacadas de este V
Congreso fue la mexicana Atenea Acevedo, especialista en varios campos y disciplinas
humanísticas y sociales. "Quienes nos dedicamos a la traducción o la interpretación no
somos meros copistas de ideas, sino vehículos para el traslado y la difusión de
determinados discursos", afirma la traductora activista, que organizó y coordinó en su
país la colaboración lingüística de intérpretes Babels, un colectivo de voluntarios que se
formó con el espíritu de facilitar el diálogo y el debate entre asistentes a los foros
sociales mundiales. "Vivimos en un entorno caracterizado por un bombardeo mediático
que privilegia ciertas estructuras jerárquicas, grandes corporaciones que operan con la
lógica del mercado y omite deliberadamente situaciones que 'no venden' o resultan
incómodas para determinados intereses", explica, como si conociera al dedillo la
actualidad argentina.
"Es necesario que nos sensibilicemos a la
capacidad de influencia que tenemos en tanto comunicadores con la posibilidad de
acercar a grandes grupos realidades por lo general desconocidas, de aceitar el
intercambio entre culturas y visiones del mundo, y de fomentar el cuestionamiento de
aquello que en los grandes medios se presenta como preceptos de validez universal",
continúa la traductora. "El lenguaje, como ha quedado demostrado con todo régimen
dictatorial en diferentes latitudes, es un eficaz medio de resistencia y cambio social. No
veo cómo podríamos distanciarnos de ese hecho si todo nuestro trabajo está vinculado
con las palabras." Acevedo defiende la figura del traductor activista: "Hacer activismo
con la profesión significa dar voz a quienes no la tienen, es decir, hacer inteligible un
discurso articulado a contracorriente o trasladarlo a un espacio de mayor difusión en
donde puede manifestarse, encontrar eco, sumar esfuerzos o aportar una muy
necesaria pluralidad de pensamientos y formas de acción".
II. Palabras de la Presidenta de la
Nación (2)
Gracias, muy buenas tardes a todos y a
todas; señor Secretario General de la Federación Internacional de Traductores; señora
presidenta del Colegio Público de Traductores de la Ciudad de Buenos Aires; amigos y
amigas de la gran Patria latinoamericana: permítanme darles, en nombre de todos los
argentinos, la bienvenida a nuestro país en un momento muy especial, tan especial
que este congreso latinoamericano invoca precisamente al Bicentenario como una de
las causas más movilizadoras y a pocos días de nuestro 25 de mayo, nuestros primeros
200 años, déjenme decirles que estamos muy contentos de tenerlos a todos aquí con
nosotros hoy, en este magnífico encuentro.
Mis felicitaciones a ustedes, señora
presidenta, por haber organizado un evento de esta importancia. Yo me resisto a decir
traductor, yo hablo de intérprete, me parece que la traducción siempre alude tal vez a
algo muy mecánico y se confunde el trabajo, como si traducir fuera una simple tarea
mecánico de decirle al otro, en el idioma del otro, lo que está diciendo uno. Creo que
en cada tarea de traducción hay también una gran tarea de interpretación; yo por lo
menos que el único idioma que hablo es el castellano, el español, y por lo tanto como
Presidenta de la República ustedes son casi tan necesarios como el agua de cada día
porque sino no podría comunicarme en ningún lado y especialmente quiero agradecer
también a quien me invitó, mi traductor oficial, que por ahí debe estar, profesor Walter
Kerr, un genio de la traducción. (APLAUSOS) ¿Dónde estás Walter? Acá te veo, no te
pongas colorado. (APLAUSOS).
Yo quiero contarles un secreto, Walter
nunca pasa inadvertido en las traducciones, como decía la señora presidenta. Les
puedo asegurar que estando con representantes de Alemania, de Francia, de
Inglaterra y no solamente institucionales que uno puede pensar que quieren quedar
bien con la Presidenta o con el traductor, han elogiado la traducción de Walter, e
inclusive se que ha tenido también ofrecimientos para ir afuera, y me acuerdo una de
las mejores traducciones que me hizo, que fue cuando me visitó Madonna. Hasta a
Madonna le llamó la atención mi traductor, mi intérprete. Por eso digo que no es
simplemente una cuestión mecánica de traducción, es una interpretación. Y Walter es
una persona que conoce mi forma de expresar, conoce mis ideas, puede dar los giros,
los tonos, los énfasis que cambian el sentido de una frase. Una frase puede parecer
inocua de una manera, puede parecer hiriente de otra y puede parecer casi un
agradecimiento de otra.
Por eso digo que no hay que hacer ese
simple reduccionismo de creer que un traductor es alguien que simplemente sabe
muchos idiomas y los traduce mecánicamente sin poner esa garra. Y además porque
cuando uno también conoce la historia de tantos intérpretes, como Jorge Luis Borges,
como Julio Cortázar, como Pablo Neruda realmente entiende que la traducción no es
entonces un simple mecanicismo.
Por eso quería estar hoy aquí presente; yo
estaba leyendo uno de los folletos del Congreso y sé que organizaron en otra
oportunidad un congreso, que se llamó: "De Babel a Internet", me fascinó y por eso
porque yo venía con la idea de hablar de Babel, porque en realidad el origen de los
idiomas - como todos saben, aún aquellos que no profesan la religión católica, es que
los hombres quisieron construir una torre, que llegara al cielo y Dios los castigó por su
soberbia y fue allí donde todos empezaron a hablar distintos idiomas. Así que el origen
de la necesidad de tenerlos a todos ustedes aquí reunidos, como un origen bíblico si se
quiere. Pero me pareció muy sintetizadora esa expresión: "De Babel a Internet".
Porque de un mundo en el cual era la necesidad de comunicarse, hoy vemos como la
evolución, como la globalización ha dado lugar a otras formas de comunicación muy
importantes, pero que, al mismo tiempo, también requiere de otras interpretaciones,
que no son tal vez las que tienen que hacer ustedes como traductores, sino nosotros,
de las profundas modificaciones que ha tenido nuestro mundo en materia económica,
en materia de comunicaciones, en materia cultural.
En fin, cómo ha impactado el conocernos
y como recién señalaba el señor Secretario General, estar de un punto a otro del
planeta, a él le costó 37 horas, pero fíjense que podemos comunicarnos "on line" con
esos mismos lugares en forma inmediata. El impacto que esto ha tenido en el mundo,
en nuestras costumbres, en nuestra forma de comunicarnos, yo creo que es de
consecuencias impredecibles, no digo ni buenas ni malas, impredecibles.
Pero quiero decirles de la importancia que
para ustedes tiene. Una de las cosas que me he arrepentido -me he arrepentido de
pocas cosas en la vida, les digo sinceramente- es no haber aprendido un idioma. Mi
mamá, como todas las mamás, me mandó a guitarra, a mi hermana a piano, a mí a
inglés, bueno, era la época de "los yankees go home" y entonces, estudiar inglés era
casi una afrenta. Pero ahora me arrepiento, qué tontería, qué estupidez. Pero bueno,
todos en algún momento hemos cometido tonterías y estupideces y ahora ya estamos
un poco grandes para subsanar, además me falta el tiempo.
Pero todavía tengo esperanzas de que
cuando tenga tiempo, poder hacerlo, porque el placer de poder expresar las ideas,
poder expresar lo que uno siente, lo que uno quiere es muy importante y ayuda mucho
a mejorar la comunicación. Por eso, la tarea de ustedes, créanme, no es una tarea
menor.
Es cierto eso de pasar inadvertidos para
no molestar, para no intervenir, no aparecer entre los dos interlocutores, casi
desaparecer, pero, precisamente, la maestría consiste en eso, en que no se note, pero
cuando termina la entrevista, se den cuenta que han tenido una traducción fantástica.
Tan es así que, cuando voy a dar
conferencias, exijo que la traducción la haga mi propio traductor porque si no, sería
imposible que pudieran entender todo lo que quiero decir.
Para finalizar, quiero contarles, para
reafirmar esta convicción, este concepto de que ustedes no son solamente traductores,
sino que son realmente intérpretes de las personas a las cuales ayudan a comunicarse,
una anécdota que me pasó en el año 2003 cuando estábamos en Nueva York, yo
acompañaba al ex presidente Kirchner como senadora, y tuve una entrevista en
Washington con Hilary Clinton que en ese momento era senadora. Pero claro, Walter
no me pudo acompañar porque él era el traductor oficial del presidente. Así que, se
quedó en Nueva York y yo tuve que viajar a Washington.
Allí, la Embajada contrató a una
traductora, que seguramente debe haber sido una traductora excelente, pero que yo
me daba cuenta que, aún con mis rudimentos de inglés, había cosas que yo expresaba
con términos tal vez un poco argentinos, un poco con giros nuestros, que no alcanzaba
a traducir.
¡Cómo te extrañé, Walter, esa vez! Dios
solo lo sabe. Por eso, es un poco nuestro bastón, es mi bastón cuando salgo fuera de
la Argentina.
También debo decir que hay otras
compañeras de él en la Cancillería, son unas chicas que si no se van a poner celosas,
que cuando él no puede me acompañan y también lo hacen muy bien porque, en
realidad, ya conocen la forma de expresarme, nuestras ideas y entonces pueden
hacerlo muy bien.
Pero quiero felicitarlos a todos por la
excelente labor de comunicación y, fundamentalmente, de ayuda que hacen a quienes,
bueno, por razones como las que conté, pero igualmente, aunque supiera inglés,
normalmente se acostumbra a hablar en el idioma original para evitar confusiones, la
ayuda invalorable que constituyen ustedes, en serio, en todos los rubros.
Ni qué hablar de que podemos leer y que
podemos conocer el pensamiento a través de quienes se dedican, por ejemplo, como
seguramente debe haber aquí, a traducir libros, textos, literatura, cosas a las que no
podríamos acceder sin la valorable intervención de todos ustedes.
Por eso, no dudé ni un instante cuando
Walter me pidió muy tímidamente: "¿Usted no vendría al Congreso Latinoamericano?".
"Voy a estar ahí, Walter, porque yo te debo mucho y le debo muchos a todos los que
pueden ayudar a comunicarnos".
Y si comunicamos bien, seguramente,
también vamos a construir una sociedad y un mundo mejor y ustedes pueden
colaborar mucho en esa tarea.
Muchas gracias y bienvenidos a nuestro
país, la República Argentina.
Gracias. (APLAUSOS)
III. ¿La traducción ha tenido un rol
central en la historia argentina? (3)
La protagonista es la traducción, esa
práctica "tan esquiva", "tan imposible", "tan conflictiva", "tan utópica" y otros "tan" que
no parecen atenuar los obstáculos, sino más bien exaltarlos. La historia alternativa que
contó Sergio Waisman en una de las primeras charlas del V Congreso Latinoamericano
de Traducción e Interpretación -cuyo lema es "Traducir culturas: un desafío del
Bicentenario"-, colocó en un primerísimo plano al "patito feo". El relato invirtió las
coordenadas tradicionales al desplazar la traducción de la periferia hacia el centro
mismo de la escena literaria argentina a través de un puñado de imágenes. Por esas
casualidades de la geografía, a metros del Hotel Panamericano estaba el Obelisco
como testigo de este montaje. "En el nacimiento de literaturas periféricas como la
argentina, la traducción es esencial", dijo el traductor, escritor y profesor. "La Nación
es un concepto cultural y lingüístico; se forma, y a veces se desmonta y se reformula,
en y a través del lenguaje."
La primera escena de traducción que
rescató Waisman es la que se encuentra en las páginas de la Gaceta de Buenos Aires,
donde Mariano Moreno publicó su versión del Contrato social, de Rousseau. "La
Revolución de Mayo y poco después la formación de la Nación se lanzan a través de
actos de traducción", subrayó el autor del ensayo Borges y la traducción (Adriana
Hidalgo) y de la novela Irse (Bajo la Luna). "El proyecto de Moreno y sus
correligionarios dependía de poner en circulación a Rousseau en castellano. Pero
Moreno presentó una versión selectiva de Rousseau, una que le servía para su lectura
particular del filósofo francés -aclaró Waisman-. Enmarcada en un nuevo contexto
sudamericano, la versión selectiva se convirtió en el documento fundacional del
pensamiento político de la Independencia y las primeras décadas de la nueva Nación.
La Nación nació con un tipo particular de traducción, una traducción parcial,
distorsionada."
El Salón Literario de 1837 apuntó la
mirada hacia las tradiciones no hispanas para establecer una nueva tradición nacional.
"La traducción importó el pensamiento y la literatura europeos, pero lo hizo a través de
un proceso de adaptación y apropiación, a través de una recontextualización que los
acriolló." Esta "maniobra dual" llegó a su apogeo con Sarmiento. La escena de
traducción más famosa del siglo XIX se encuentra en la primera página del Facundo.
Waisman recordó el epígrafe, "on ne tue point les idées": "Frase que viene de Diderot,
pero que Sarmiento citó mal, tradujo mal y la atribuyó a otro francés". Este epígrafe,
según Ricardo Piglia, inició "una línea de referencias equívocas, citas falsas y erudición
apócrifa que es un signo de la literatura argentina por lo menos hasta Borges". El
traductor y escritor extendió esta línea de referencias más allá del autor de Ficciones al
incorporar a Piglia. La escena "más curiosa" que evocó fue la traducción de Dante.
Lucio V. Mansilla visitó a Mitre y tuvo que esperarlo bastante. Cuando finalmente lo
recibió, se disculpó y le dijo que estaba muy ocupado traduciendo la Divina Comedia.
Mansilla le respondió: "Hay que darles duro a los gringos, mi general". La anécdota,
festejada a pura carcajada, sirvió para ilustrar la confusión que surge de la traducción.
"La acción de traducir resalta las diferencias y crea un espacio afuera del tiempo que
obliga una reconsideración de lealtades", advirtió Waisman. "Mansilla dedujo violencia
de la acción de la traducción: nosotros contra ellos, criollos contra gringos."
Antes de llegar al actor central de la
historia, el traductor destacó el papel que tuvo la revista y editorial Sur. "Al desplazar
textos principalmente de Europa y Norteamérica hacia los márgenes, apropiarse de
ellos a través de la traducción y recontextualizarlos, la política de importación de Sur
logró recrear un centro en la circunferencia." Apuntada esta cuestión, el actor central
es Borges. En "Las versiones homéricas", "Los traductores de Las mil y una noches" y
otros textos sobre el tema, el escritor postuló que las traducciones no son
necesariamente inferiores a los originales, que el concepto del "texto definitivo" es una
falacia y que el mérito de una traducción reside en sus "infidelidades creadoras".
"Borges desafió muchos de los conceptos tradicionales sobre la traducción a medida
que desestabilizó los conceptos de la originalidad y la autoría", planteó Waisman. "En
su obra utilizó la potencia de la traducción equívoca y esquiva, que tiene un valor y un
significado especiales para la literatura de la periferia, ya que les permite a los
escritores-traductores desafiar la supuesta primacía del centro de donde vienen los
llamados originales, y amplía el potencial para que América latina desarrolle nuevas
tradiciones." Waisman propuso comenzar el estudio de la contribución borgeana a la
literatura con sus traducciones de William Faulkner, Virginia Woolf, André Gide, Henri
Michaux, Herman Melville y Chesterton, entre otros. "La importancia de Borges a la
tradición argentina, y más ampliamente a la literatura latinoamericana, recae no sólo
en sus ficciones, sino también en sus traducciones irreverentes del inglés y el
francés."
La escena de traducción más curiosa de la
historia -y tal vez del mundo-, según arriesgó Waisman, sucedió en 1947. Fue la
traducción colectiva del Ferdydurke, de Witold Gombrowicz, del polaco al castellano,
pasando por el francés: "Legendaria no sólo por el modo enrevesado y de complot a
través del cual se llegó a la versión final, sino porque el Ferdydurke hecho en la
Argentina forma ahora parte de la tradición argentina". El traductor mencionó también
que la literatura argentina "se encerró" por unos meses de 1953 en un pobre estudio
de París, con Cortázar realizando la traducción completa de los cuentos de Edgar Allan
Poe. "Si en el siglo XIX la traducción cumplió principalmente un papel fundador en el
desarrollo de la nueva Nación; si en el siglo XX de Borges, y de otros como Cortázar, la
traducción se convirtió en un trampolín para renovaciones estéticas y exploraciones
metafísicas; hacia fines del XX y al comienzo del XXI, la traducción emerge como
posible forma de resistencia política cultural en escritores como Manuel Puig y Ricardo
Piglia." Waisman señaló que, en Puig, "la traducción se combina con el poder de narrar
en una lucha por la sobrevivencia del individuo frente a eventos traumáticos
personales o sociales".
"La traducción le permitió a Puig probar
diferentes estilos e idiomas, dar voz a los que estaban en el armario, pero también a
los que hablaban en la cocina alrededor de la radio y la telenovela", esgrimió Waisman.
"Puig trabajó las conexiones entre traducción, traición y tradición, juego divertido y
peligroso desde donde este gran escritor demostró el placer y la potencia de las
traiciones de traducciones infieles que explotan los límites asfixiantes de la tradición
nacional." Piglia viene jugando con traducción y tradición desde Nombre falso (1975),
pasando por Respiración artificial hasta La ciudad ausente. "En estos y otros textos
trabaja constantemente con la práctica de y una reflexión sobre la relectura y la
reescritura -ambas vistas como variaciones de la máquina de traducir- en la formación
de una tradición reimaginada, que se inserta siempre en los debates actuales de
política y cultura."
La traducción es un ejercicio altamente
equívoco en el que se juega la propiedad, la originalidad y la autoría. "Ser fiel es una
falacia; ser infiel es la única opción, pero ésta se juzga como un acto de traición",
afirmó Waisman. "La cuestión es si la traición que la traducción representa, si las
infidelidades del traductor, son eficaces y fortuitas." El escritor y traductor evocó una
frase de Borges de 1975: "La traducción al español hecha en la Argentina tiene la
ventaja de que está hecha en un español que es el nuestro". Lectura literal o irónica,
para el autor de Irse "Borges desarmó la misma lengua de arriba abajo y demostró que
el idioma no es de nadie, o de todos, y que el dominio de la tradición argentina es, o
puede ser, universal". Un "fronterizo" como Waisman, "un traductor y lector casi/cuasi
argentino", eligió la elocuencia para despedirse. "Traducir en la Argentina, traducir en
las orillas, es juego y es mucho más que juego para los hijos bastardos de Borges.
Traducir en la Argentina, en un lenguaje 'que es nuestro', es escribir la
Argentina."
IV. ¿Borges, relator pudoroso? (4)
Borges en continuado, como en un viejo
cine de barrio, pero en el hotel Panamericano. En el V Congreso Latinoamericano de
Traducción e Interpretación, Martín Hadis y Andrés Rivera hablaron de pudores, ironías
y otras yerbas anglosajonas, que siempre conducen al incesante y vasto universo
borgeano. Si los traductores son detectives que desarticulan mecanismos secretos,
como si estuvieran ante una escritura cifrada, el oficio parece una cuestión de mujeres.
Los pocos hombres que se vieron por los salones del hotel fueron la excepción. Las
chicas argentinas estuvieron a punto de desmayarse cuando escucharon los piropos de
Rivera. "Creo que aun muertos Borges, (José) Bianco y Cortázar, los mejores
traductores de América latina son argentinos; han evitado los argentinismos, los
porteñismos, y han trabajado con un castellano legible para cualquier país de América
latina. Es un trabajo que ha dejado huellas." Imposible reprimir la alegría ante lo que
acaban de escuchar. "¡Pavada de elogio!", soltó automáticamente una sorprendida
traductora con los ojos como platos. "El buen traductor o traductora -agregó el
escritor- enriquece a los narradores." Leticia Martínez, tesorera del Colegio Público de
Traductores, que organiza el congreso, agradeció: "Muchas veces somos poco
reconocidos; entonces, que un escritor de la talla de Rivera nos reconozca es un
orgullo".
El autor de La revolución es un sueño
eterno desglosó una anécdota que conecta a Borges con One-tti. "Es como si yo
hubiera estado presente en un diálogo entre los dos más grandes escritores que ha
dado el Río de la Plata", confesó. Pero, hay que aclarar, no fue estrictamente un
diálogo. Rivera solía viajar una vez por mes a Uruguay para encontrarse con Jorge
Onetti, el hijo del escritor. En uno de esos viajes, Jorge le propuso llevarlo en moto
hasta la casa de su padre, en el barrio de Pocitos. "Fue un viaje suicida, bien típico de
los Onetti", recordó Rivera, que llegó finalmente a la casa. Sobre el piso había un
colchón y sábanas. "Allí estaba Onetti; pantalón negro, camisa blanca impecable,
acostado boca abajo. Me acostumbré a lo que en otra circunstancia sería una suerte de
exabrupto. Debía tener mucho olfato, porque así como estaba, boca abajo, me contó
esta historia." Borges, traductor de Las palmeras salvajes, de William Faulkner, omitió
una palabrita. En una parte de la traducción se lee: "Mujeres, dijo el penado alto". "El
penado alto lo dice con un sentido muy fuerte de admiración", explicó Rivera. Pero
Onetti, "que era dueño de una perversidad muy exquisita", le leyó el "original":
"Women shit"; "que sería mujeres, ¡carajo!, cómo una mujer pudo navegar por todo el
Mississippi embarazada", aclaró el escritor. Y recordó que el uruguayo, después de
leerle la frase, "se rió con esa risa perversa de la que podía ser dueño Onetti".
Rivera comentó que no sabe inglés. "Ateo
como soy, es el único pecado que confieso -ironizó-. Onetti fue nuestro Faulkner del
Río de la Plata, y no estoy reduciendo el volumen y la calidad de Onetti, que también
fue traductor." Para el "problema del pudor de Borges", como lo definió Rivera, se
podría aplicar "traduttore, traditore" (traductor, traidor), "aunque no comulgo con esta
sentencia", admitió. "Borges suprimió 'shit' porque era un hombre muy pudoroso,
cuyas osadías con personas del sexo opuesto quizás aparezcan en el libro de Bioy
Casares. Borges amaba a las mujeres, pero cuando se trataba de este tipo de trabajo,
como traductor limpió 'shit'." El autor de El Farmer reconoció que ha gozado con los
muy buenos traductores. "Sentí que ellos me transmitían muchas de las sensaciones
que yo debería haber encontrado en el idioma original."
La "otra película" la dirigió Hadis, que
proyectó en una pantalla croquis, mapas, poemas, y la inscripción que eligió Borges
para su lápida. Primero repasó los cinco siglos que van del V al X, cuando el inglés
antiguo fue vehículo de creación literaria. De los textos primarios que sobrevivieron, a
Borges le fascinaba la poesía, especialmente el poema "Beowulf", "aunque
desaconsejaba su lectura a los principiantes sin conocimientos suficientes porque
propendía, según afirmaba, 'a la deserción y al tedio'", comentó el autor de Literatos y
excéntricos. Los ancestros ingleses de Jorge Luis Borges. Los textos en prosa más
abundantes que llegaron a nuestros días no lo entusiasmaron mucho. "Los sajones
podían componer versos memorables -recordó Hadis lo que escribió Borges-, pero su
prosa era vacilante y pesada." ¿Cuándo comenzó su interés por el inglés antiguo?
Hadis subrayó que ya aparece en forma temprana en su ensayo "Las Kenningar",
publicado en Historia de la Eternidad (1936). "Pero el verdadero vuelco hacia el idioma
y la literatura anglosajona se produjo en 1955, cuando Borges se quedó
definitivamente ciego", afirmó el especialista.
Borges recurrió al estudio de una nueva
literatura para enfrentar la pérdida de la vista. Al comenzar con la experiencia, el
escritor señaló: "Estoy volviendo al idioma que hablaban mis mayores hace cincuenta
generaciones; estoy volviendo a ese idioma, estoy recuperándolo. No es la primera vez
que lo uso; cuando yo tenía otros nombres, yo hablé este idioma". Hadis planteó que
Borges sabía muy poco de sus antepasados y que al estudiar inglés antiguo, "regresó a
las fuentes de su familia y a su pasado lingüístico para combatir la desazón que le
produjo su ceguera"; una ceguera que heredó del lado paterno de su familia, de sus
antepasados ingleses. "La abuela inglesa de Borges, Frances Haslam, que provenía de
Staffordshire, padecía una forma de ceguera hereditaria que pasó de ella al padre del
escritor, Jorge Guillermo Borges, que a su vez la transmitió a su hijo", resumió Hadis.
El resultado de sus estudios se tradujo en Literaturas Germánicas Medievales (1966),
con un capítulo dedicado a la literatura anglosajona, y Breve Antología Anglosajona
(1978), compilación de textos anglosajones traducidos directamente del inglés antiguo
al castellano por Borges y María Kodama.
Una pregunta retórica lanzó Hadis al
auditorio femenino. ¿Por qué no tradujo Borges el texto que más le gustaba, la Batalla
de Maldon, poema en el que el coraje tiene un rol fundamental? El especialista
encontró la respuesta en otra parte, en una confesión que le hizo Borges a María
Esther Vázquez. "Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me
gusta tanto que no me gusta que les guste a otras personas. Es un amor así, celoso."
Para Hadis sucede algo similar con ese poema que tanto fascinaba a Borges, pero que
nunca tradujo. En el anverso de la lápida del escritor, en Ginebra, está inscripto un
semiverso perteneciente a Maldon: "And ne Forhtedon na", una frase en inglés antiguo
que, como precisó Hadis, significa: "y que no temieran". Una traductora quiso saber si
Borges alguna vez habló de Tolkien. "En su obra no lo menciona nunca", le respondió
Hadis, que está escribiendo un libro en el que compara a los dos autores. Pero
revisando conversaciones y diálogos, el especialista encontró unas pocas líneas en un
libro que recopila un diálogo entre Borges y Donald Yates, profesor de literatura
latinoamericana en la Universidad de Michigan en 1976. "La gente dice que si me gusta
Lewis Carroll, debería gustarme Tolkien -comentó Borges-. Me gusta mucho Lewis
Carroll, pero me encuentro desconcertado por Tolkien."
V. ¿Traductora activista? (5)
Ojos brillantes. Ese es el epíteto homérico más
común para Atenea, que en la mitología griega es la Diosa de la Sabiduría. En el nombre de
Atenea Acevedo se podría cifrar toda su existencia. Su intensidad para llevar una "doble vida".
Su convicción por conjugar las "malas palabras" que la rodean y arrojarlas, resignificadas,
desde la periferia hasta el centro del sistema. La traductora activista mexicana de ojos
homéricamente brillantes agradece ahora, tasa de té con leche mediante, que sus padres se hayan
empeñado en fijarle el inglés, "una puerta que me ha llevado a otros mundos". En un apresurado
viaje por el interior de sí misma, hubo una primera escala: su formación en Relaciones
Internacionales y el trabajo en Naciones Unidas. Pero pronto llegó el desencanto con el "orden
mundial". La muchacha de espíritu contestatario y retador emprendería un nuevo rumbo, lejos
de la trayectoria profesional que había empezado a trazar. Volvió a estudiar, esta vez para
especializarse en traducción e interpretación. "A partir de ahí, me lancé de lleno", resume a
Página/12. Desde entonces contribuye a difundir voces que están ocultas o silenciadas; ha
participado en el Foro Social Mundial y colabora como miembro y coordinadora de la
asociación de intérpretes voluntarios Babels y en los colectivos Tlaxcala y Rebelión.
"Siempre hubo en mí un espíritu contestatario y
retador", dice Acevedo en el Hotel Panamericano. Ayer terminó el V Congreso
Latinoamericano de Traducción e Interpretación que la tuvo entre sus principales oradoras.
"Crecí leyendo a Mafalda, que mi padre me regaló, y me convertí en una especie de Mafaldita
mexicana que iba preguntando absolutamente todo. Mi papá, en su juventud y hasta cierta edad,
fue un tipo bastante cuestionador del sistema; era de una generación que quería cambiar el
mundo. Y eso también me influyó."
-¿Cómo llegó a definirse como "traductora
activista"?
-Las palabras también son armas, en el mejor
sentido; ahora tenemos tan satanizadas las armas... Pero en mi visión depende de quién las use y
para qué. Cuando me desencanté de las Relaciones Internacionales, me tocó ver el inicio de
Internet. Me di cuenta de que había muchos discursos que se quedaban en el olvido por
diferentes razones. Y fui testigo de cómo en estos últimos años los medios se fueron
transformando en grandes corporaciones que obedecen a determinados intereses. En un primer
momento no articulaba necesariamente un discurso propio, pero sí contribuía a que se
difundieran mensajes y voces que estaban ocultos. Yo navegaba por Internet y veía que había
medios alternativos, pero no sabía cómo integrarme. Pero hubo un congreso de traducción e
interpretación activista en Granada (España), al que le cambiaron el nombre por "traducción e
interpretación social" porque la palabra activista parecía demasiado beligerante. Fui a ese
congreso como participante y pude conocer a Manuel Talens, un escritor, médico, traductor y
activista español. El forma parte de Rebelión, el medio hispano con mayor repercusión en lo que
es información alternativa, y también creó una red de traductores por la diversidad lingüística,
Tlaxcala. Entré a la red y a Rebelión como traductora con una idea clara de cuáles eran las
voces que a mí me interesaban, que tienen que ver con la desigualdad de mujeres, derechos
sexuales y reproductivos, diversidad sexual. Fui encontrando un canal donde había cabida para
todas estas voces.
-¿Le pasó de tener que hacer una traducción
de un libro con el que discrepaba desde lo ideológico?
-El otro día tuve una charla con estudiantes recién
egresados de la carrera de traducción y yo les decía que una de las primeras cosas que hay que
hacer siempre es mirar el texto antes de aceptarlo, por infinidad de razones. De entrada hay
corporaciones con las que no trabajo por una cuestión de principios, independientemente del
ingreso que pudiera obtener con ellas. Y echar una mirada, por más somera que sea antes de
decir "sí", me ha ayudado a evitar encontrarme en una situación incómoda. Ahora puedo decir
que me doy el lujo de elegir. Siempre digo que tengo un poco una "doble vida" porque estoy
inmersa, como todos, en un sistema que funciona como un mercado y tengo que vivir; entonces
hago mi trabajo, que siempre trato de que vaya en línea con las cosas que creo. Pero tengo que
asegurarme de que se me pague lo suficientemente bien para tener tiempo para hacer trabajo
voluntario sobre cuestiones que me pueden interesar un poco más.
-¿El traductor es más consciente hoy del
papel que tiene?
-Siempre hemos tenido conciencia del papel, lo
que va cambiando es la percepción social del traductor. Es una profesión clave para el
funcionamiento de toda la sociedad, para la difusión de la cultura, de las ideas, pero que tiende a
borrarse, como si no existiera. De hecho hay toda una cultura dentro de la misma profesión que
plantea que "el mejor traductor es el que no se ve". Yo estoy de acuerdo con eso, en el sentido
de que no se ve porque hace un trabajo tan bueno que parece un original. Pero también creo que
nos falta asumir más la dignidad de la profesión y hacernos visibles. A mí me encantaría que
todas las obras llevaran el nombre de quien las tradujo también en la portada de los libros,
porque soy autora de mis traducciones. En los últimos tiempos, con las nuevas tecnologías
prevalece la idea de que si Google traduce, por qué no va a traducir cualquiera con un
diccionario, ¿no? Entonces se está perdiendo un poco la filigrana del trabajo. Quizás en este
aspecto, por defendernos, nos estamos volviendo un poco más conscientes del papel que
tenemos.
-El hecho de que Google traduzca,
¿representa una amenaza real?
-Mi postura es que no, al menos no todavía. No sé
si se va alcanzar un proceso sofisticado de traducción a través de las tecnologías. Al menos en
mi área, las ciencias sociales, lo veo complicado por todos los matices de la lengua. Las
opiniones están muy divididas; hay algunos que dicen que la traducción ya se acabó y empiezan
a buscar el plan B, C, y quienes dicen que nunca va a pasar. Yo estaría en el medio, creo que
"nunca" es una palabra muy fuerte; puede suceder, pero en las ciencias sociales tardará más
porque el código social es múltiple y cambiante, y es difícil seguirle el paso. No sé si la
tecnología va a llegar ahí, pero que está, está. Y hay que prestarle atención.
Acevedo prefiere hablar de "momentos de mucha
satisfacción" cuando repasa su labor como traductora e intérprete activista. "Trabajé para un
grupo de extranjeros que se entrevistó con las madres de las mujeres asesinadas en Juárez. Fue
muy duro porque las madres, con el proceso de duelo de años, hablaban con mucha soltura de lo
que habían vivido. Una madre contaba que un día la llamó la policía para decirle que estaban los
restos de su hija. Le mostraron un zapato, una prenda, los dientes, pero sabía que no era su hija.
Yo tenía que morderme un dedo para no echarme a llorar y traducir lo que la señora estaba
diciendo -recuerda-. Pero cuando veía cómo el mensaje llegaba y la repercusión que podía
tener, me emocionaba. Hay voces que están calladas, ya sea porque a nadie le interesa o porque
nadie se entera siquiera que existen. Poder llevar esas voces y lanzarlas al mundo para mí es el
principio: por lo menos comienza a saberse que existen esas voces."
-¿Cómo definiría la traducción
activista?
-Creo que es tender puentes donde normalmente
lo que hay es un abismo de desconocimiento, de desinformación, de manipulación informativa.
La traducción activista es subversiva, por supuesto, porque cuestiona al sistema y despierta
reacciones. Encima yo soy feminista, ¡estoy rodeada de malas palabras! (risas). Desde adentro
también se pueden hacer muchas cosas, aun en la periferia. Es como ser un vaso comunicante;
me gusta esa metáfora que tiene que ver también con el puente: articular a gente que de otra
manera estaría muy aislada. Porque también vas articulando luchas en los foros sociales y en
diferentes espacios. A mí me interesan los movimientos de base, todo lo que viene de las bases.
Hay grandes pensadores dentro del altermundismo, como Chomsky, Petras, Pascual Serrano,
que son faros. Los admiro y los leo con mucha atención. Pero me gusta traducir a gente que es
totalmente desconocida y tiene algo que decir.
-¿La traducción activista opera desde la
periferia, pero golpeando el centro?
-Bueno, no sé si siempre llegamos a golpear...
Cada vez más gente está recurriendo a Internet para buscar informaciones distintas de las que
encuentran en los diarios. En la medida en que más gente se interesa por estas cuestiones
alternativas, creo que podemos golpear un poco y abrir una ventana.
-La pregunta por el sentido del arte, la
filosofía, la historia, la literatura, parece un lugar común. Escarbando sobre este cliché,
¿encuentra algo para rescatar sobre el sentido de la traducción en el siglo XXI?
-Para mí, el sentido de la traducción sigue siendo
el vehículo de la comunicación. Es una pregunta con un montón de entresijos, porque la
traducción también está ligada a un mercado específico, el mercado editorial, donde por cierto la
traducción está devaluadísima en términos de dinero. Y sin embargo es fundamental para todo.
La traducción tiene que comunicar con conciencia.
VI. Consideraciones finales
Por la importancia cultural que reviste este
acontecimiento a nivel nacional y latinoamericano es que solicitamos la aprobación de este
proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
CULTURA (Primera Competencia) |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
18/08/2010 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad con modificaciones en los términos del articulo 114 del reglamento de la H. Cámara |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
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Diputados | Orden del Dia 1003/2010 | CON MODIFICACIONES; ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION; BAE 24/2010 | 27/08/2010 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | APROBACION ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H CAMARA DE DIPUTADOS; COMUNICADO EL 14/09/2010 | APROBADO |