PROYECTO DE TP
Expediente 3421-D-2011
Sumario: RENDIR HOMENAJE A F.O.R.J.A "FUERZA DE ORIENTACION RADICAL DE LA JOVEN ARGENTINA", CON MOTIVO DE CONMEMORARSE EL 29 DE JUNIO DE 2011 EL 76° ANIVERSARIO DE SU FUNDACION.
Fecha: 29/06/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 79
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Rendir homenaje a
F.O.R.J.A (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) con
motivo de conmemorarse el 76º aniversario de su fundación el 29 de
junio de 1935.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El proyecto que vengo a
presentar más allá del homenaje en sí mismo a uno de los pilares de la
formación de la conciencia nacional como bien definiera Juan José
Hernández Arregui en su libro homónimo, conlleva el orgullo de sentirme
parte de una continuidad histórica, esto es, de abrevar en los ideales y
en la praxis que llevó adelante el forjismo durante su breve pero intensa
actividad y participación en las luchas por la liberación nacional de
nuestra patria.
Rendir un homenaje a
FORJA después de transcurridos setenta y seis años de su fundación,
para algunos puede significar apenas un mero recordatorio, sin
embargo, en mi caso creo que adquiere una vigencia que atraviesa y le
aporta sustento ideológico e intelectual a los hitos más importantes del
proceso iniciado el 25 de mayo de 2003.
Así como
se ha dicho que FORJA tuvo una innegable influencia en la irrupción del
fenómeno inaugurado por el peronismo en la gesta del 17 de octubre de
1945, que luego cristalizara en las elecciones del 24 de febrero de 1946;
en estos primeros años del siglo XXI, los ideales y la acción que FORJA
encarnara durante la denominada "década infame" siguen influyendo en
la formación y acción política de las nuevas generaciones.
Como
expresa Hernández Arregui, "FORJA cuyo significado es Fuerza de
Orientación Radical de la Joven Argentina", ya en su sigla descubre sus
orígenes.
Fue un movimiento ideológico surgido de la crisis de la UCR, acelerada a
raíz de la muerte de Hipólito Yrigoyen, un intento de recuperar el partido
para las ideas que el caudillo había puesto en marcha en su larga carrera
de conductor. El nombre del movimiento se inspira en una frase de
Yrigoyen: "Todo taller de forja parece un mundo que se derrumba". (Juan
José Hernández Arregui, La Formación de la Conciencia Nacional, Editorial Plus Ultra, 1973,
pag. 290).
Quienes
concebimos la política como una construcción colectiva no podemos
dejar de referenciarnos en FORJA. Arturo Jauretche, uno de sus
fundadores decía que "Lo importante de Forja fue el carácter colectivo
de su acción".
FORJA fue una creación
colectiva y esto es lo que posibilita el desarrollo de una empresa
transformadora, una decisión inspirada en la necesidad de potenciar esas
fuerzas que parecían dormidas, que aguardaban ser despertadas para
poner en marcha la magna tarea de la reconstrucción nacional.
Decía
Jauretche "Hasta 1930 el radicalismo yrigoyenista ha expresado mal o
bien, una posición nacional frente a la oligarquía liberal, gobernante
desde Caseros hasta su advenimiento al gobierno. La expresión "posición
nacional" admite bastante latitud, pero entendemos por tal una línea
política que obliga a pensar y dirigir el destino del país en vinculación
directa con los intereses de las masas populares, la afirmación de
nuestra independencia política en el orden internacional y la aspiración
de una realización económica sin sujeción a intereses imperiales
dominantes." (Arturo Jauretche, FORJA y la década infame, A. Peña Lillo editor SRL,
Buenos Aires, 1976, pag. 20-21).
Esta
"posición nacional" lejos de emparentarse con las tradiciones del
nacionalismo a secas -cuya influencia se hacía sentir por aquellos años,
mas
vinculada con el accionar de
organizaciones como la "Liga Patriótica" luego devenida en "Legión
Cívica", de neto corte antipopular- vino a satisfacer una
necesidad primaria, esto
es, promover el modo nacional de ver las cosas como punto de
partida.
Un ilustre
forjista, Homero Manzi recuerda una visita que le hicieran a Yrigoyen
junto a un grupo de estudiantes en su casa de la calle Brasil para
expresarle la angustia que sentían ante la reacción que paralizaba los
impulsos de la Reforma Universitaria de 1918. El viejo caudillo, con
cierto pesimismo les expreso que había soñado que la Universidad habría
de ser la cuna del alma argentina, que la ciencia iba a ser un
instrumento de la universidad, pero que se había equivocado porque
todo lo que llegaba no tomaba nuestra forma y corríamos el riesgo de
esclavizarnos con modelos ajenos que no habrían de servir para
profundizar nuestro destino. Ese día, Manzi recuerda que "Su asombrada
adolescencia realizó la síntesis de su pensamiento: "¡nacional!, pero no
nacionalista y universal, pero no universalista... "Es decir, nacional en
tanto antiimperialista y ligada a nuestra realidad pero no nacionalista,
expresión de medioevalismo y xenofobia; y universal, en tanto progreso
y avance de la humanidad en su conjunto, pero no, universalista, en el
sentido de mentalidad colonial que asume servilmente las irradiaciones
de los grandes centros imperiales. (Norberto Galasso, Imperialismo y Pensamiento
Colonial en Argentina, Roberto Vera Editor, 1985, Buenos Aires, pag. 22).
Desde esta óptica FORJA
inauguraba un abordaje de los problemas nacionales haciendo hincapié
en nuestras propias capacidades y saberes, como intuyendo que por ahí
pasaba el aprendizaje que debía recorrerse para comprender y situar
cualquier diagnóstico de la realidad.
En 1935 apareció su
primer volante escrito a máquina. Allí se leía: SENTIR Y OBRAR COMO
ARGENTINOS". A esta frase que define la acción futura del grupo, debe
agregarse otra: SOLO FORJA SALVARA AL PAIS, variante inspirada
visiblemente en la divisa del aprismo peruano "Sólo el APRA salvará al
Perú"
En este aspecto la tarea
de FORJA fue ciclópea ya que tuvo que trabajar sobre la construcción
que había edificado el pensamiento liberal para ocultar el modo en que
los argentinos podíamos conocer la trama de los sucesos que venían
retrasando el despegue del país.
Tanto el
aporte como el legado de FORJA fue discernir la trampa que había
enarbolado el pensamiento político de la oligarquía gobernante que
partía de supuestos necesarios consistentes en adaptar el país a
instituciones políticas y sistemas económicos predeterminados (Europa,
EE,UU) renunciando así a toda tentativa de creación original. Forjar un
pensamiento propio para ponerlo al servicio de los problemas nacionales
no era una tarea fácil. Había que lidiar contra un modo arraigado de
observar la realidad influenciado por el complejo de inferioridad, por el
desánimo, por el mandato histórico que nos imponía adorar lo ajeno
menospreciando lo nuestro. Jauretche lo señalaba con suma claridad "La
ilustración de las clases ilustradas era esencialmente ignorancia de lo
propio y sabiduría de lo ajeno"
El corto período -apenas
diez años- en el que FORJA pudo sembrar su prédica bastó para
aprehender por donde pasaba su tenacidad por develar los intrincados
senderos de la política nacional y fue contundente la mirada apuntada
sobre cómo podían ser inficionados los partidos populares para
desviarlos de su programa de gobierno, de su compromiso popular.
Sobre esa
significación, esto es, sobre la razón de ser de un partido consustanciado
y nutrido del/por el apoyo popular, Jauretche dirá "Pero después de
1930 el radicalismo pierde esa significación al caer sus comandos en
manos de las minorías llamadas antipersonalistas. Expresión popular del
país, el radicalismo llevaba en su seno esas contradicciones que he
señalado y antipersonalismo e yrigoyenismo habían expresado en sus
crisis internas la oposición entre las tendencias nacionales, que veían en
el mismo instrumento de su realización, y los que se diferenciaban solo
formalmente del pensamiento de la oligarquía liberal." Será mucho más
contundente pero no menos cierta su otra afirmación: "El seis de
septiembre no solo significa la caída del irigoyenismo del gobierno del
país, sino también la sustitución de sus direcciones populares y
nacionales, por la versión radical del pensamiento de la oligarquía" (Arturo
Jauretche, FORJA y la década infame, A. Peña Lillo editor SRL, Buenos Aires, 1976, pags. 28 y
50).
Como no encontrar un
paralelismo con lo ocurrido con el peronismo durante la década del 90
cuando en su versión menemista abrazó un proyecto político de neto
corte liberal que en los hechos fue la contracara de las tradicionales
banderas de independencia económica, soberanía política y justicia
social.
La desnaturalización del
radicalismo estaba consumada en 1935 y si bien FORJA pretende erigirse
como fuerza política de sustitución en su seno, no logra su cometido
material. Pese a ello, aporta el método al pensamiento argentino.
Es tan rico
el análisis que realiza Jauretche sobre la puesta en marcha de aquellos
ideales, tan preclara su visión. Señala al respecto: "Nos propusimos
operar sobre la base de las coincidencias que nos habían llevado al
radicalismo
yrigoyenista
y que hacían a los intereses permanentes de la Nación y el pueblo, y
vimos sobre la marcha que era fácil una acción común sobre el análisis
de los problemas concretos y las soluciones concretas, encarando la
acción política como tal y no como expresión de ideologías o líneas
dogmáticas. Comprobamos que los hechos unifican y las abstracciones
dividen y que sobre la carnadura de los acontecimientos, las divergencias
del nivel ideológico pierden importancia ante la demanda de las
soluciones."
Esta apuesta por unificar
la visión de los hechos por sobre las abstracciones que siempre terminan
fomentando divisiones a la hora de construir consensos estratégicos es la
que caracterizó la acción de FORJA como el primer faro organizado del
nacionalismo populista determinando su aptitud para influir en el
pensamiento político argentino ulterior.
En su primer manifiesto,
no ahorraba esfuerzos para atacar duramente a "las oligarquías" y a "los
imperialismos", exigiendo la restauración de la soberanía del pueblo,
declarando que solo FORJA representaba el verdadero radicalismo y
autentico nacionalismo argentino.
Un primer objetivo fue
combatir la claudicante política alvearista y volver al ideario de Yrigoyen,
pero uno de los ejes sobre los que basó su prédica fue el
cuestionamiento al dominio que el imperio británico ejercía sobre nuestro
país, mediante una campaña de adoctrinamiento tendiente a clarificar y
analizar la situación dependiente que padecíamos. Sus volantes eran
contundentes: "SOMOS UNA ARGENTINA COLONIAL, QUEREMOS SER
UNA ARGENTINA LIBRE" "PATRIA, PAN Y PODER AL PUEBLO".
Básicamente, el
movimiento aspiraba establecer la justicia social en aumento con el
desarrollo económico mientras que la liberación nacional creaba
condiciones de producción y distribución de la riqueza, impedidas en
nuestro
país por los
factores antiprogresistas de la estructura imperial. En otras palabras,
pretendían lograr los más altos niveles sociales dentro del mundo al que
pertenecían mediante condiciones nacionales que lo viabilicen
resolviendo aquellos impedimentos que detengan el desarrollo nacional y
dirigir los beneficios de ese proceso a la sociedad y no al poder
hegemónico.
Otra de las cuestiones que definió al nacionalismo populista de FORJA
fue el concepto de pueblo porque concebían a la mayoría de la población
como principal sujeto histórico. En su manifiesto fundacional
declaraban: "Que el proceso histórico argentino en particular y
latinoamericano en general, revelan la existencia de una lucha
permanente del pueblo en procura de su Soberanía Popular, para la
realización de los fines emancipadores de la Revolución Americana (...)".
En este sentido América Latina vivía aún en condiciones coloniales pero
la liberación solo se concretaría a través de la acción del pueblo.
Por lo tanto, FORJA, analizó profundamente el imperialismo actuante, en
una época en donde Gran Bretaña era el principal actor casi sin rivales y
también cuando, tras la revolución de septiembre de 1930, se conforma
nuevamente el orden imperial a causa de las consecuencias económicas
de la Primera Guerra Mundial, que facilitaron la diversificación de la
producción del país y el acceso del Yrigoyenismo al poder.
En este contexto, las
únicas preocupaciones antiimperialistas eran los problemas del Caribe y
la expansión norteamericana.
A todo
esto, la tradición y la historia eran sumamente importantes porque eran
las encargadas de crear una conciencia nacional consistente. Por ello las
figuras de Rosas e Yrigoyen como estadistas identificados con el pueblo
y con una política independiente eran admiradas. Tal es así que los
forjitas tenían la plena convicción de que ellos constituían la generación
destinada a realizar "la
Argentina
grande y libre soñada por Hipólito Yrigoyen". Básicamente se trataba de
aquello que ya estaba trazado en la política yrigoyenista y formaba parte
de los reclamos populares: sufragio universal, sentido social, neutralidad
en los conflictos de las grandes potencias y reivindicación de la soberanía
económica. Por otro parte, el populismo consideraba que la nación no
era dogmática y abierta al futuro es decir que consideraban que ésta
todavía estaba "naciendo".
En síntesis, FORJA, se consideraba a sí misma como núcleo de un
movimiento popular que conectaba la lucha nacional contra la
dominación extranjera porque tal movimiento debía permitir "la victoria
de la argentina subterránea (joven, vigorosa, caótica aún) y la
realización de sus objetivos, resumidos en el trilema Patria, pan y poder
al pueblo". Es así que los forjitas una y otra vez afirmaron que tanto la
Argentina como Latinoamérica debían separase o bien alejarse de los
modelos anglosajones u otros que no se acercaban a la "situación del
país" como lo eran los regímenes fascistas y el Estado Soviético.
Sin embargo, todos estos postulados ideológicos y objetivos del grupo,
en tanto representación del populismo se notaron claramente en el
peronismo desde su aparición en el escenario político nacional porque
Juan Domingo Perón desde un comienzo lo definió como Movimiento
Nacional que abarcaba un sector social denominado "clase trabajadora".
Este apelativo, que inicialmente
fue una indirecta utilizada
por el General para distinguir su concepción "nacional y popular" de los
criterios marxistas "proletarios", se convirtió en una definición
doctrinaria. En ese marco, el Movimiento Peronista comprendía
idealmente a todos aquellos que podían coincidir con los conceptos de
Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica. Estas
últimas conformaron las tres banderas del peronismo que significaron la
expresión de un
proyecto popular que se
constituía desde el Estado en oposición al proyecto político oligárquico
que había construido durante cincuenta años un país que era
precisamente el reverso de esas tres banderas: la nación dependía
económicamente como una cuasi-colonia, sus decisiones en materia de
política nacional e internacional estaban condicionadas por las
necesidades y requerimientos de una potencia extranjera -Gran Bretaña-
y la realidad social mostraba una inequidad creciente que se completaba
con la exclusión económica y política de sectores cada vez más amplios
de la población.
Por lo tanto, el significado que expresaron estas tres banderas fue claro
e inequívoco como también refleja claramente la influencia del
"populismo forjista" porque la independencia económica significaba
lograr la industrialización nacional y el autoabastecimiento energético
nacionalizando los rubros económicos claves en ese sentido y
favoreciendo una industrialización sustitutiva con un rol interventor
fuerte del estado .
Señala
Hernandez Arregui que "Uno de los factores que promovieron la caída de
Yrigoyen fue el problema del petróleo. YPF, gracias a la política nacional
del jefe radical, había crecido." En uno de los Cuadernos de FORJA se
leía sobre el particular: "Aquel poderío y desarrollo, y la inminencia de la
nacionalización que el triunfo de la UCR en 1928 entrañaba no obstante
el
soborno de
diputados y senadores que "sabotearon" la ley proyectada demorando su
sanción en la cámara de diputados y obstruyéndola en el senado,
indujeron al atento imperialismo yanqui a apelar a los mismos medios
que en los demás países americanos ricos en petróleo, y así se trazó con
participación de la prensa, partidos y algunos representantes de las
fuerzas armadas, el plan que prosperó en septiembre de 1930"
En un
mitin en el que habló Raúl Scalabrini Ortiz sobre la penetración
norteamericana, se anticipaba el sentido del acto: América y su Petróleo.
En su mensaje dirigido al gobernador de Santiago del Estero el 7 de
enero de 1930 Hipólito Yrigoyen afirmó que "La riqueza de la tierra como
la del subsuelo mineral de la República no puede ni debe ser objeto de
otras explotaciones que las de la Nación misma". En ese discurso, el líder
radical ratificaba su propósito de defender el patrimonio de la Nación
Argentina, contenido en los mensajes al Congreso Nacional de los días
23 de septiembre y 22 de octubre de 1919 propiciando la nacionalización
del petróleo y el monopolio de su explotación por el Estado.
Señor
Presidente, de aquella generación de patriotas que actuaron junto a
FORJA no podemos dejar de mencionar a Raul Scalabrini Ortiz quien
quemó su vida al servicio del país. Un intelectual de fuste a quien
debemos los análisis económicos sobre el imperialismo británico, un
pensador que en palabras de Hernández Arregui "Es uno de los grandes
constructores de la conciencia histórica de los argentinos y el símbolo
perdurable de la inteligencia nacional concentrada en sí misma como una
obsesión fija y luminosa".
La Soberanía Política por
la que bregaba FORJA significaba recuperar la toma de decisiones
estratégicas de la Nación desde y para la propia Nación sin
tener que seguir
necesariamente al poder hegemónico británico y, para la inmediata
posguerra, al norteamericano. Este carácter soberano de la política
nacional estaba acompañado internamente por la ampliación de la
participación política y la permanente apelación al voto como respaldo de
las políticas públicas. Por último, la justicia social se expresaba en una
concepción que dejo de lado las concepciones "de beneficencia" sobre la
acción social, para institucionalizar a través de una legislación social
derechos que partiendo del mundo laboral se extendieron
paulatinamente a las mujeres, la infancia y la tercera edad.
Cabe aclarar que las tres
banderas originales no tenían la misma entidad. Debido a que una de las
tres era más importante que las otras, tanto la independencia económica
como la soberanía política no eran un fin en sí mismas, ambas eran las
condiciones necesarias para alcanzar la justicia social, verdadero fin de la
acción del estado y de búsqueda de la realización individual y colectiva
para todos los miembros de la sociedad.
De este modo, fue este
último el pilar en el cual radicó el carácter revolucionario del programa
del primer peronismo y la fortaleza popular de ese proyecto.
Esta tendencia
nacionalista de carácter populista surge de una mentalidad muy
diferente en donde su tendencia ideológica corresponde a la base que
tomó tanto FORJA como el peronismo porque ambos defendían la
independencia económica, la soberanía popular y la justicia social.
Además, no solo se pudo
dar cuenta de que ambos tienen una raíz popular que los relaciona sino
también que el grupo de jóvenes radicales tuvo una gran influencia tanto
conceptual como en la militancia sobre la matriz ideológica del
peronismo porque FORJA
fue una construcción sobre la marcha conformada por la juventud
radical, que busco fundar una doctrina nacional hacia fuera y hacia
adentro sobre los problemas de carácter dinámico, es decir, ver a la
Argentina desde la Argentina teniendo en cuenta su realidad y sus
necesidades inmediatas.
Se ha
dicho que FORJA fue una auténtica voz nacional durante la década
infame además de constituirse en el nexo entre los dos más grandes
movimientos de masas de la Argentina: yrigoyenismo y peronismo.
La impronta de FORJA también es visible en nuestros días cuando la
juventud siente el llamado a participar en un proyecto político que le da
cabida. En aquellos años, el desencanto por la participación política era
evidente. Jauretche lo recuerda de esta manera: "Percibíamos en la
multitud, y sobre todo en las promociones juveniles, que los viejos
moldes habían quedado atrás y que mientras la gente madura,
decepcionada, abandonaba el escenario político, los jóvenes encontraban
repugnancia para incorporarse a los viejos partidos".
Ese
estado de ánimo es el que vino a combatir FORJA, combatir por el país
alegremente porque los pueblos tristes no vencen y porque como
también dijera Scalabrini Ortiz "Nuestra mayor tristeza proviene de no
saber quienes somos".
Lo relevante de aquel
diagnóstico fue que se dio en el clavo y aquel combate
del país alegre eclosionó el
17 de octubre de 1945 cuando el pueblo junto a su nuevo conductor
llevó adelante aquellas banderas a la victoria y pudo saber quién
era.
Señor Presidente, mucho
se podrá decir y escribir aún sobre lo que FORJA ha representado en la
vida política de los argentinos y ello pese a que todavía aquel esfuerzo y
la persistencia de su legado no hayan llegado a calar en lo profundo del
sentir del hombre argentino por esa manía de ocultar los esfuerzos
nacionales, que hábilmente
manipulan algunas tribunas de doctrina las que no cesan de inocular
resignación subestimando las capacidades propias para hacernos sentir
inferiores.
En su
Manual de Zonceras Argentinas Jauretche dice: "Civilización o barbarie
significa que la idea no fue desarrollar América según América,
incorporando los elementos de la civilización moderna, enriqueciendo su
cultura propia con el aporte externo asimilado, como quien abona el
terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América,
transplantando el árbol y destruyendo lo indígena que podía ser
obstáculo al mismo, para su crecimiento según Europa y no según
América. La incomprensión de lo nuestro pre-existente como hecho
cultural o mejor dicho, el entenderlo como hecho anticultural, llevo al
inevitable dilema: todo hecho propio, por serlo era bárbaro y todo
ajeno, importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues consistió en
desnacionalizar, si Nación y realidad son inseparables."
Inmenso
fue entonces el desafío que asumió FORJA por eso podemos concluir
con Jauretche que "La labor cumplida por F.O.R.J.A. fue precisamente
incorporar a los hábitos del pensamiento argentino la capacidad de ver el
mundo desde nosotros, por nosotros y para nosotros"
Por todo lo expuesto,
invito a mis pares, Señores Diputados de la Nación, a que me
acompañen en el presente proyecto de resolución, con su tratamiento y
aprobación.
Firmante | Distrito | Bloque |
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VAZQUEZ, SILVIA BEATRIZ | BUENOS AIRES | PARTIDO DE LA CONCERTACION - FORJA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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LABOR PARLAMENTARIA (Primera Competencia) |