PROYECTO DE TP
Expediente 3367-D-2012
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA DESCLASIFICAR TODOS LOS DOCUMENTOS AUN LOS CONFIDENCIALES Y SECRETOS, VINCULADOS CON LAS ACTIVIDADES DE LA SECRETARIA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO DESARROLLADAS ENTRE 1973 Y 1983, Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS.
Fecha: 23/05/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 54
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional,
que proceda a impartir las instrucciones que sean necesarias a los efectos de que
la Secretaría de Inteligencia proceda a la desclasificación de todos los
documentos, aún de aquellos confidenciales y secretos, que no afecten la
seguridad del Estado, referidos a las actividades desarrolladas por esa Secretaría
de Estado entre los años 1973 y 1983.
Asimismo, que por intermedio del
Ministerio de Seguridad proceda a impartir las instrucciones que sean necesarias,
a los efectos de que la Policía Federal Argentina y la Gendarmería Nacional
procedan a la desclasificación de todos los documentos, aún aquellos de carácter
confidencial y secreto, referido a las actividades desarrolladas en la llamada lucha
contra la subversión entre los años 1973 y 1983.
Solicitar de igual manera, a que la Sra.
Presidenta de la Nación, en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas instruya a los Comandos en Jefe del Ejército, la Armada y la Aeronáutica
para que procedan a la desclasificación de todos los documentos fechados entre
1973 y 1983, existentes en los archivos de los servicios de inteligencia de cada
fuerza, con excepción de aquellos que puedan afectar la seguridad del Estado
Nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Son suficientemente conocidos a
través de la crónica periodística, y de la bibliografía publicada en los últimos años
todo lo ocurrido en la Argentina entre los años 1974 y 1983, que determinó la
muerte y la desaparición de miles de personas. A la organización autodenominada
Triple A, surgida desde las mismas entrañas del poder político en el año 1974, y el
desenvolvimiento discrecional de los organismos represivos sucedió la
instrumentación de una política criminal llevada a cabo por la dictadura cívico-
militar a partir del 24 de marzo de 1976. El pretexto que se esgrimió en aquellos
momentos fue efectivizar la llamada lucha contra la subversión, aunque en
realidad se trató de ahogar en sangre a todos aquellos que se opusieron a un
régimen vesánico que no trepidó en violar las leyes, avasallar la Constitución y
destruir a miles de vidas humanas.
Después del trabajo de la CONADEP,
que documentó más de 8000 casos, del enjuiciamiento a las Juntas por decisión
del Presidente Alfonsín y de los indultos de Menem, que hicieron tabla rasa con
las condenas de la Justicia Federal parecía que la impunidad iba quedar
asegurada para los autores y ejecutores de hechos aberrantes, que no tenían
precedentes en nuestra historia. Afortunadamente, viejas causas judiciales, la
anulación de los indultos por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y
la activa participación de los organismos defensores de los derechos humanos
permitió una reversión de la impunidad existente y el enjuiciamiento de todos
aquellos que de una u otra manera habían participado en los actos criminales que
terminaron con la vida de miles de personas.
Si bien no puede desconocerse el
avance existente en las causas contra los represores, que han determinado las
condenas de algunos de ellos por delitos de lesa humanidad, no ha pasado lo
mismo con los responsables civiles de la autoría y la instrumentación de ese plan
de aniquilamiento, que además de no haber sido citados por los tribunales en
ninguna de las causas, continuaron con sus actividades comerciales, financieras y
empresarias, participando en encuentros nacionales e internacionales, con
funcionarios del gobierno y organismos multilaterales de crédito.
Como lo señalara Rodolfo Walsh en su
carta abierta a la Junta Militar, la política económica desarrollada a partir de 1976
no hubiera sido posible sin la política represiva que se ejecutó, lo que hace
suponer una estrecha participación de civiles en la instrumentación de la misma,
no solo por sus vinculaciones con las fuerzas armadas, sino en beneficio de las
propias empresas que manejaban, en los negocios que llevaron adelante y en el
proyecto de transnacionalización de la economía que fue puesto en práctica por
José Alfredo Martínez de Hoz.
Si bien es indudable que en estos
últimos años se ha progresado bastante en las diversas investigaciones, hay
enormes zonas oscuras a las que no se ha podido llegar debido a la inexistencia
de documentos que puedan mostrar todos los planes operacionales de los
distintos cuerpos de las fuerzas armadas y de las fuerzas de seguridad. Tampoco
se ha avanzado en mostrar las estrechas relaciones entre el poder económico y
los integrantes de las fuerzas militares que respaldaron en todos los casos una
política que destruyó gran parte de la estructura económica del país y dejó una
deuda externa de más de 44.500 millones de dólares, cuya tercera parte fue
utilizada en la compra de armamentos y exportaciones no declaradas, tal como
surge de las pericias efectuadas en la causa 14.467, que iniciara Alejandro Olmos
en 1982 y que tramitara ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº
2.
Aunque se han encontrado algunos
papeles, algunos elementos fragmentarios en muchos allanamientos que se
efectuaran, todo ello forma parte de la limitada investigación que lleva la justicia en
esto de encontrar evidencias documentales que puedan mostrar la arquitectura del
plan de aniquilamiento. Y decimos limitada, porque se reduce a incorporar a las
diferentes causas elementos que han permanecido en poder de los actuales
encausados, sin que exista una apertura institucional de los archivos de las
fuerzas armadas y de seguridad, y naturalmente de la actual Secretaría de
Inteligencia (ex SIDE), donde indudablemente deben encontrarse elementos de
relevancia para aclarar lo que todavía no se conoce, poner en evidencia relaciones
que pueden imaginarse pero permanecen en la oscuridad y tener una idea exacta
de cómo fueron los planes, quienes los articularon e instrumentaron, que ideas los
sustentaron y los autores ideológicos de los mismos, más allá de que haya
existido una colaboración estrecha entre militares y civiles en todo lo que se puso
en ejecución.
Los que conocen el
funcionamiento de las instituciones militares, saben que todo aquello que deciden
realizar lo documentan escrupulosamente hasta en sus mínimos detalles, como
pueden verse en los legajos de los oficiales que se encuentran en los distintos
archivos donde se guarda la documentación oficial pública y aquella considerada
secreta y confidencial. Al respecto en una de las declaraciones que efectuara el ex
general Antonio Domingo Bussi manifestó que "no existieron procedimientos
ilegales, todo se escribía y se hacían tres copias, una quedaba en la Unidad
Militar que intervenía en el operativo, otra iba al Cuerpo Militar del que
dependía ésta y la tercera se remitía al Estado Mayor General" (declaraciones
prestadas en los autos Santucho, Ana Cristina y otro s/ información sumaria"). La
idea de documentar todo el accionar de las fuerzas militares y de seguridad estaba
fundada en el criterio de que estaban procediendo para proteger y salvar al país
de ideologías extremistas, debido a lo cual les resultaba necesario guardar ese
material que les serviría para cuantificar la eliminación de los elementos
considerados peligrosos y continuar estableciendo las relaciones de los mismos
con otros sectores, ampliando así el marco de la acción represiva.
Es bien conocido que los distintos jefes
militares que están siendo actualmente juzgados, y otros que se encuentran con
condenas firmes, han reivindicado en todos los casos la forma en la que
condujeron la represión, lo que significa que los esquemas que elaboraron y las
acciones que llevaron a cabo estaban debidamente ´planificadas y escritas para
que todo se desarrollara de acuerdo a los objetivos que se habían planteado. Esos
documentos de carácter secreto deben encontrarse sin duda en las instituciones
militares que custodian los archivos, sin que ninguno de los gobiernos de la
democracia haya realizado acción alguna para solicitar la apertura de los
mismos.
De igual manera la Secretaría de
Inteligencia conserva documentadamente la totalidad de todas las tareas que llevó
a cabo la que en su momento se llamaba Secretaría de Inteligencia del Estado, y
resulta imprescindible que todos esos papeles sean puestos a disposición de la
justicia para contribuir al esclarecimiento de hechos que por su propia naturaleza
sus responsables quisieron ocultar. En este caso, como en el de las instituciones
militares no estamos hablando de secretos de Estado o de documentos que
podrían afectar la seguridad del país que por su carácter están protegidos por una
ley de la Nación, sino de todos aquellos que tienen que ver con el sistema
represivo instalado a fines de 1973 y perfeccionado después del golpe del 24 del
marzo de 1976.
En lo que hace a la Policía Federal,
resulta indudable que allí deben estar registradas las operaciones ilegales
efectuadas durante la década 73-83, especialmente todo lo relacionado con la
operatoria de la Triple A, ya que prominentes oficiales de la misma como el
Comisario Alberto Villar estaban relacionados con esa organización criminal que
era protegida por el entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega.
También es importante desclasificar los
documentos de la Gendarmería Nacional, debido a su misión de custodia de las
fronteras y la realización de operaciones especiales y su posible vinculación con
las fuerzas militares de países limítrofes para el intercambio de inteligencia y la
realización de procedimientos coordinados con instituciones similares.
Creemos, finalmente que la apertura de
los archivos que hemos mencionados, permitirá conocer el destino de muchos
desaparecidos, poder analizar con mayor rigurosidad como se instrumentó toda la
política represiva, y aún la colaboración acordada en el "Plan Condor", aclarando
hechos que aún se desconocen como el paradero de los niños nacidos en
cautiverio que todavía no han podido ser recuperados y toda otra circunstancia
relacionada con los crímenes de la dictadura.
La desclasificación de los documentos
es una práctica suficientemente conocida en países de Europa, y en Estados
Unidos que permiten conocer hechos y circunstancias del pasado que por
determinadas razones permanecieron secretos, pero debido al curso de los años
carece de sentido conservarlos en esa condición, especialmente cuando se trata
de hechos ocurridos internamente y aquellos referidos a las relaciones
internacionales. Aunque es indudable, que en muchos casos se habrá efectuado
una desclasificación selectiva, muchas cuestiones importantes pudieron ser
aclaradas a través de esa apertura documental.
En nuestro país, se ha utilizado
permanentemente el secreto para encubrir acciones deleznables ejercidas por
diferentes gobiernos, y entre muchos ejemplos históricos que podrían citarse,
entendemos que uno de los más relevantes es el Tratado Secreto del Triple
Alianza que llevó la guerra al Paraguay en 1865, y que solo fue conocido por
decisión de hacerlo público por parte del gobierno de Gran Bretaña. Es hora de
terminar con más de un siglo y medio de permanente secretismo y de que salgan
a la luz los hechos tal como ocurrieron y no se siga tratando de ocultar decisiones
gubernamentales carentes de toda justificación. En el caso de los crímenes de
lesa humanidad cometidos por los integrantes de la dictadura y todos sus
colaboradores, ello resulta un imperativo categórico para que se haga justicia y el
NUNCA MÄS se convierta en una tangible realidad.
Firmante | Distrito | Bloque |
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ROGEL, FABIAN DULIO | ENTRE RIOS | UCR |
GIL LAVEDRA, RICARDO RODOLFO | CIUDAD de BUENOS AIRES | UCR |
DE FERRARI RUEDA, PATRICIA | CORDOBA | UCR |
SACCA, LUIS FERNANDO | TUCUMAN | UCR |
VAQUIE, ENRIQUE ANDRES | MENDOZA | UCR |
ALVAREZ, ELSA MARIA | SANTA CRUZ | UCR |
BENEDETTI, ATILIO FRANCISCO SALVADOR | ENTRE RIOS | UCR |
ALFONSIN, RICARDO LUIS | BUENOS AIRES | UCR |
BAZZE, MIGUEL ANGEL | BUENOS AIRES | UCR |
GARRIDO, MANUEL | CIUDAD de BUENOS AIRES | UCR |
TUNESSI, JUAN PEDRO | BUENOS AIRES | UCR |
SANTIN, EDUARDO | BUENOS AIRES | UCR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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ASUNTOS CONSTITUCIONALES (Primera Competencia) |