PROYECTO DE TP
Expediente 3147-D-2009
Sumario: ADHERIR AL DIA DEL ABOGADO, A CELEBRARSE EL 29 DE AGOSTO DE CADA AÑO.
Fecha: 01/07/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 74
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su adhesión al
"Día del Abogado", a realizarse el día 29 de agosto de cada año,
fecha instituida en conmemoración del nacimiento de Juan Bautista
Alberdi
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Los argentinos celebran el "Día
del Abogado" el 29 de agosto, por haber nacido en esta fecha, en 1810, Juan
Bautista Alberdi.
Resulta curioso, sin embargo,
saber que Alberdi nunca ejerció la profesión de letrado en nuestro país. Juan
Bautista nació en Tucumán y, a los 14 años, obtuvo una beca para estudiar en
el Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires (hoy Colegio Nacional).
Luego siguió abogacía en la Universidad pero, al completar sus estudios,
ocurrió que el gobierno de Juan Manuel de Rosas impuso un juramento de
fidelidad al régimen federal como requisito para la habilitación profesional.
Alberdi, que había sufrido ya como periodista el cierre del inofensivo
periódico La Moda por parte del despótico gobernador, no quiso aceptar otra
humillación y prefirió marchar al destierro.
En 1838 subió al bote que iba a
acercarlo hasta el barco que hacía la carrera a Montevideo y, todavía a la vista
de las autoridades y público del puerto, tiró al agua el cintillo punzó que la
dictadura exigía como uso obligatorio. En la capital uruguaya trabajó en un
diario e impulsó la expedición libertadora encabezada por Juan Lavalle, pero
ante el fracaso de la misma revalidó su diploma de abogado y vivió de sus
honorarios. Al producirse el sitio de Montevideo por las tropas rosistas
encabezadas por Manuel Oribe, Juan Bautista viajó a Europa y luego se
radicó en Valparaíso.
Había llegado a Chile con sus
últimos ahorros y ejerció el periodismo para sustentarse, pero al poco tiempo
presentó una tesis sobre El Congreso Americano en la Universidad y se
dedicó intensamente a la abogacía. Su talento lo hizo distinguirse en el foro y
llegó a ser el profesional mejor remunerado de la ciudad. Con sus ingresos se
compró la quinta Las Delicias, en donde recibía los domingos al mediodía a
los emigrados argentinos y sus familias.
Allí se enamoró de Matilde, la
hija de su amigo Carlos Lamarca. Cuando Urquiza derrotó en Caseros a
Rosas, Alberdi escribió Bases y Puntos de Partida para la Reorganización
Institucional, sugiriendo la implementación de un programa republicano que
estableciera la libertad de cultos, el liberalismo económico y el fomento de la
inmigración. En relación a la educación, proponía dejar a un lado la
instrucción humanística, para acentuar la formación de artesanos que supieran
labrar la tierra y construir caminos, puentes y ferrocarriles. No necesitamos
abogados, sino técnicos, sostuvo tajantemente.
En 1855, el presidente Urquiza
le pidió a Juan Bautista que viajara a París como embajador, para evitar que
las naciones europeas reconocieran a Buenos Aires como nación
independiente. Hacia allí partió el tucumano directamente desde Valparaíso,
sin regresar a la Argentina. Cuando Mitre venció a Urquiza en Pavón y el país
se unificó bajo su mando, decretó la cesantía del diplomático. Al producirse la
guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, Alberdi condenó la actuación
argentina. Dijo que era una confrontación absurda, hecha por la vanidad de
los gobernantes, y que si algún país tenía algo de razón, era más bien el
Paraguay.
El gobierno argentino lo acusó
de traidor a la patria y Juan Bautista debió permanecer exiliado en Francia
otros catorce años. Después de la confrontación franco-prusiana escribió El
crimen de la guerra: con estilo de abogado fue encadenando los argumentos
para demostrar que la guerra no es un derecho, sino un delito; y que la justicia
sólo es tal cuando es impartida por un tercero imparcial.
Recién en 1879, cuando estaba a
punto de cumplir los 70 años, arrastraba los pies y era una figura legendaria,
Alberdi regresó a su patria. Había pasado 41 años en el extranjero, aunque
siempre escribiendo sobre su país. En la Facultad de Derecho de Buenos
Aires pronunció una conferencia: La omnipotencia del Estado es la negación
de la libertad individual. Pero la emotividad de sus años le impidió completar
la lectura y le pidió a Félix Frías que terminara de leer las cuartillas que él
había preparado. No tenía fuerzas tampoco para empezar de nuevo a litigar.
Cansado y
un tanto humillado decidió alejarse definitivamente del país. Partió
rumbo a Francia el 3 de agosto de 1881 confesándole a un amigo: "lo
que me aflige es la soledad". Murió solo en Nueilly-Sur-Seine, cerca de
París, el 29 de junio de 1884.
Resistió los abusos de la
dictadura y criticó los errores de los gobiernos democráticos. Diseñó la
arquitectura constitucional de la república y exaltó la armonía entre las
naciones.
Aunque nunca ejerció la
profesión en su país, le dejó a los abogados la mejor de las lecciones:
defendió la paz y el sistema republicano, aun al costo de sufrir en carne propia
el destierro y las persecuciones.
Sus restos fueron
repatriados en 1889 y descansan en el cementerio de la Recoleta. Por
lo expuesto, le solicito a mis pares que me acompañen en la
aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE JUSTICIA UNION Y LIBERTAD - FREJULI |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
JUSTICIA (Primera Competencia) |