La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su especial beneplácito por la celebración, el pasado 24 de junio, del We Tripantu - año nuevo mapuche - en distintos lugares de nuestra Patagonia Argentina.

Señor presidente:

Las comunidades aborígenes reciben cada 24 de junio el año nuevo. En esa fecha el pueblo Mapuche y las culturas andinas celebran el comienzo de un nuevo ciclo, próspero en energías.

En la fiesta conocida como el We xipantu, año nuevo mapuche, coincidente con el Inti Raymi (de la tradición Inca), se elevan ruegos y agradecimientos a un mismo elemento: el sol, fuente de sabiduría y renovación. Para algunos, el inicio del invierno, para otros, los pueblos del Sol y de la tierra, el comienzo del año, donde llega el momento en que un ciclo se cierra para dar comienzo a otro: el fortalecimiento del lazo vital entre la tierra y los hombres. Y dentro del mismo movimiento de unión, el fortalecimiento del lazo de los hombres entre los hombres.

Estas culturas, aseguran que desde el 21 al 25 de junio, la naturaleza modifica todos sus elementos, provocando cambios profundos que involucran a todos los seres vivos. Partiendo de una concepción cíclica de los procesos vitales, las fiestas se enmarcan como momentos rituales, donde los pueblos agradecen la fecundidad de la tierra traducida en las cosechas que hacen posible su subsistencia. En este ámbito, estas fiestas son como la despedida y a la vez la bienvenida -regreso- al astro que hace posible este desarrollo: Antu (sol) para los mapuches, Inti para las culturas andinas. Para los mapuche, éste es el único día en que las aguas de los ríos cambian su temperatura, lo cual los torna un poco menos fríos y permite el baño en la madrugada para recibir el nuevo (we) año (xipa), purificar el cuerpo y llenarse de nuevas energías.

Si bien el wiñoy tripantu es parte de la tradición milenaria del pueblo mapuche, permaneció durante muchos años oculto y aún sufrió el embate del sincretismo religioso. Durante mucho tiempo cuando llegaba esta fecha, dada la trascendencia de la misma, la iglesia impuso la celebración de la Fiesta de San Juan, logrando así que unas cuantas generaciones de mapuches fueran formados en esta tradición.

"...Vuelve el sol, regresa la luz;...kiñe trekan alka wiñotuy antü (a paso de gallo vuelve el sol) y nos aprestamos como desde siempre, a recibir nuevamente el wiñoy Tripantu" dicen los mapuches.

Entre los festejos del año nuevo, la provincia del Chubut, se congregaron en Trelew distintas generaciones de mapuches de Trelew, Gastre, El Escorial, Lago Rosario, Pocitos de Quichaura, Chacay Oeste y Cushamen, entre otras localidades. Presidido por Ermelinda Painequeo, se puso el valor en "la unión entre los pueblos más allá de sus diferencias". Luego de haber recibido el We Tripantru en el seno de sus hogares, se dieron cita para compartir comunitariamente esta fecha de singular importancia para su cultura.

El mate, las tortas fritas y "al recoldo" preparadas por las mujeres, acompañaron la rueda en la que "la conversa" fue el marco para que los participantes socializaran su reflexión sobre el significado del evento que convoca, por sobre todas las cosas, a un rencuentro personal y con los demás. Luego del cordero al asador hubo canto tradicional y un ameno concurso de "pülal", un juego ancestral que consiste en formar diversas figuras con una hebra de lana anudada, que exige de los participantes destreza y velocidad manual.

En el Alto Valle también se celebraron festejos alusivos. La comunidad Quiñe Chraun Peñi hizo su celebración con las primeras luces del alba, acompañados de distintas comunidades de Rio Negro y Neuquen, representantes de la zona andina y de provincias vecinas. A ello se sumaron muchos vecinos de Catriel, 25 de Mayo y algunas personas del Alto Valle. En ese festejo , estuvo presente Salvador Nahuel, autoridad originaria mapuche actualmente radicado en Santa Rosa La Pampa, y Carlos Campú, cacique general Ranculche, quienes fueron los más solicitados por los jóvenes. Estos realizaron consultas de todo tipo respecto de costumbres, palabras y otras cuestiones culturales. La oportunidad era muy esperada, pues allí se pone en juego la trasmisión oral de la cultura, cuando los más ancianos relatan sus vivencias y otros conocimientos que a su vez ellos recibieron de sus mayores, actualizando los mitos, volviendo al presente el momento en que se sucedieron las verdades ejemplares de su cultura.

No faltaron las lágrimas de los más ancianos, cuando recordaron "las herejías que hacían los huincas" en la campaña al desierto. "Muchos tuvieron que huir al sur, otros a Chile, o esconderse a donde pudieran. Cuentan nuestros padres que había niños que los levantaban ensartados matándolos sin piedad. Es un dolor que no se nos va", dijo entre lágrimas Salvador Nahuel, oriundo de la provincia de Neuquén y radicado desde hace décadas en La Pampa.

En Sierra Grande, los vecinos de la comunidad mapuche Kintull Follil, viajaron 170 kilómetros para reencontrarse con sus peñi (hermanos) de la comunidad de Kona Niyeu, al primer año nuevo mapuche que se celebra en ese lugar. Con los primeros rayos del sol, abrazaron las frías rocas de la meseta de Somuncura y a todos los que participaron del Nguillatún.

Las comunidades mapuche Kintull Follil y Kona Niyeu -del paraje homónimo- se juntaron por primera vez alrededor del fuego y con las banderas en el Rehue, el sito sagrado de la ceremonia para esperar el Wiñoy Tripantu.

Así, gran parte de nuestro pueblo chubutense y patagónico es de origen mapuche. Por eso vemos oportuno desde esta Honorable Camara expresar nuestro especial beneplácito en esta nueva conmemoración de año nuevo. Es una invitación a reflexionar, con su petición o agradecimiento.

Por los fundamentos expuestos solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de resolución.