La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su mas ferviente repudio al Golpe de Estado perpetrado contra el Presidente democráticamente electo Manuel Zelaya, como así también solicitar a los representantes de nuestro país ante la Organización de Estados Americanos que impulsen la aplicación y el fiel cumplimiento de la Carta Democrática Interamericana en la República de Honduras.

Señor presidente:

Es de público conocimiento los preocupantes sucesos que se han desencadenado en Honduras y que han dejado como resultado la deposición del Presidente democrático Manuel Zelaya a manos del ejército de ese país. El país vivía un raro clima de tensión que alcanzó su punto máximo con la salida de forma abrupta del Presidente del país hacia Costa Rica.

El primer mandatario hondureño fue acogido por las autoridades costarricenses y desde allí llamo a todos los países de la región a desconocer a un gobierno usurpador del poder. Es éste el desenlace que encontró una crisis institucional a manos de sectores opositores que no toleran la continuidad del juego democrático cuando los resultados les son adversos a sus pretensiones.

La OEA ha expresado rápida y energéticamente su rechazo al golpe de estado, como así también solicito el pronto regreso a sus funciones del presidente depuesto, y aseguro que no reconocerá a Roberto Micheletti como nuevo Presidente de Honduras. El Consejo Permanente del Organismo en Washington aseguro en una resolución que "no se reconocerá a ningún gobierno que surja de esta ruptura institucional".

Además, el organismo multilateral condenó la detención arbitraria de Ministros y Alcaldes, solicitando su inmediata liberación. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de su Presidente Miguel d´Escoto, condeno rotundamente el Golpe de Estado contra el mandatario hondureño y comunico la "mas firme desaprobación" de parte del organismo hacia el ataque criminal de las fuerzas armadas contra la Republica de Honduras.

Un Golpe de estado no es solo la deposición de un mandatario. Es un ataque a un sistema de gobierno que, con sus falencias, ha demostrado ser el instrumento y la herramienta a través de la cual los pueblos manifiestan su opinión a través de elecciones libres y transparentes para darse representantes que lleven a cabo la voluntad popular. Es este un ataque a las instituciones y la Constitución de ese país que nos retrotrae a las épocas más oscuras de America Latina que como bien sabemos cuestan la vida de miles de personas y por ello es que nuestro país debe unir su voz y sus esfuerzos a los países de la región y los organismos internacionales para lograr el restablecimiento de las autoridades electas por el pueblo hondureño.

Organizaciones como Human Rights Watch también han expresado su preocupación por la situación institucional del país y han expresado que "La OEA tiene una responsabilidad fundamental en estos momentos. Debe rápidamente encontrar una solución multilateral a este quebrantamiento de la democracia en Honduras, ya que permitir que este golpe de Estado se consolide sería un gran retroceso con respecto al avance hacia la democracia en la región de las últimas décadas".

En nuestro país como en todo el mundo, el mayor respeto de los derechos humanos ha ido de la mano de un fortalecimiento de la democracia y el Estado de derecho. Por ello no debemos dejar pasar un minuto para poner en practica desde el lugar que nos corresponde a cada uno de los actores, todos los instrumentos con que contamos para rechazar el accionar de las Fuerzas Armadas de Honduras.

Expresar el rechazo a esta situación es alzar la voz desde el Parlamento argentino a favor de las instituciones y de la vida democrática sin reparar demasiado en personalismos o figuras determinadas.

El uso ilegítimo de la fuerza, es una actitud que debe quedar desarticulada en el presente y en el futuro, ya que históricamente ha quedado demostrado que no otorga ningún beneficio a los pueblos del mundo. Y para que esto suceda se requiere una actitud enérgica de rechazo de esta práctica negativa y una contundente defensa de las conquistas democráticas, no solo por parte de nuestro país sino de los pueblos libres de todo el orbe, dictando un claro mensaje a aquellos oportunistas que quieren acceder al poder pasando por alto la voluntad y capacidad de los pueblos para gobernarse; y estableciendo como único medio legítimo de acceso al mismo, la construcción de consenso y el respeto de la competencia limpia electoral.

Por todo lo expuesto es que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto