PROYECTO DE TP
Expediente 3065-D-2008
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE LA ELABORACION DEL INFORME ANUAL DE "EVALUACION DE RIESGOS DE MEDIANO Y LARGO PLAZO" PARA EL PERIODO 2008, A CARGO DE CAMMESA - COMPAÑIA ADMINISTRADORA DEL MERCADO MAYORISTA ELECTRICO SA.
Fecha: 10/06/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 63
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, a
través de los organismos que correspondan, informe:
1. Si ha sido elaborado el Informe Anual
de "Evaluación de Riesgos de Mediado y largo Plazo" para el período 2008, a cargo de
CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.).
2. Para el caso en que haya sido
elaborado, las razones por las que no ha sido aún publicado.
3. Para el caso en que no haya sido
elaborado, las razones por las que no lo fue y se fije un plazo para su publicación.
4. Asimismo, la simulación de
consumos y potencias disponibles en el mediano y largo plazo, junto con una
evaluación de riesgo, también en el mediano y largo plazo.
5. Asimismo, qué medidas se
desplegarán para contar con las necesarias existencias de gas natural, habida cuenta
que con este recurso natural no renovable y cuyo dominio originario es de las
provincias, se mueve la mayor parte de la industria nacional, rueda buena parte de los
vehículos de transporte público, obtienen calefacción los hogares y giran las turbinas
de casi la mitad de la potencia instalada en generación de electricidad del país.
6. Asimismo, cuántos millones de
metros cúbicos/día consumirá el país entre los meses de mayo a agosto de 2008.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Tanto la Administración anterior, como la
actual, han intentado dar respuesta a la crisis energética progresiva y fatal, con un
conjunto de medidas y hasta anuncios, que dudosamente modificarán el escenario del
país en el corto plazo, y que sólo han dejado al descubierto que la matriz energética
argentina padece una seria crisis estructural.
Repasando los componentes de nuestro
sistema energético nacional, es indudable que el gas natural, constituye una de las
principales fuentes primarias de energía, tanto para nuestro desarrollo nacional, como
internacional, y en ambos aspectos, con una marcada influencia en lo que a seguridad
energética se refiere.
La aplicación doméstica, de transporte,
comercial o fabril de este fluido, constituyen el final de una compleja cadena, cuya
puesta en marcha y mantenimiento requieren permanentes inversiones.
Dichas inversiones se extienden desde la
exploración de reservas de gas natural -para atender demandas actuales y futuras-
hasta la operación de equipos de captación y plantas de tratamiento, las estaciones de
compresión, el transporte a través grandes gasoductos y la compleja red de
distribución con su correspondiente infraestructura de regulación y medición, entre
otros puntos.
De manera análoga, el acceso a la energía
eléctrica, tiene su origen en las grandes centrales de generación, en grandes y
costosas plantas, en el mismo instante en que se requiere; viaja hasta los centros
poblados, recorriendo cientos de kilómetros, a través de torres, transformadores y
cables; se distribuye en bloques menores de energía, utilizando a la vez
transformadores, postes y kilómetros de cable, hasta llegar a los hogares; para ser
entregada con una calidad determinada, medida y facturada, con la participación de
equipos de medición, herramientas y personal adecuados.
La crisis energética, lejos de no existir,
como pretende el gobierno nacional, se acentúa cada vez más, y por primera vez
desde que los problemas de abastecimiento comenzaron a hacerse evidentes, tiene
más de una causa, porque a la escasez de gas y a la caída en la extracción de
petróleo, pueden agregarse la falta de capacidad de refinamiento en las destilerías del
país, el descenso de las exportaciones y un parque generador de electricidad que está
al límite.
La producción de gas viene cayendo de
manera exponencial, y el horizonte nos señala que no se están realizando las
inversiones para revertir esta tendencia; lo cual se torna en un factor verdaderamente
grave si tenemos en cuenta que nuestro país es absolutamente dependiente de este
combustible y con una demanda en constante aumento. Es un índice preocupante que
hace al país cada vez más dependiente de las importaciones crecientes de Bolivia,
con el aditamento de su inestabilidad política.
Por ello, sostengo que el mayor esfuerzo
debe concentrarse en el gas que, en pocos países es tan importante como en
Argentina.
Mientras que en el mundo el gas
representa apenas la quinta parte del consumo de energía, mucho menos que el
petróleo y el carbón, aquí satisface la mitad del consumo energético (en Brasil apenas
el 8 por ciento), bien para la vida diaria de la población, o como un insumo crítico en
las actividades productivas que necesitan de gas abundante y barato para potenciar
sus ventajas competitivas.
Aproximadamente el 60 por ciento de la
generación eléctrica depende del gas; y con más de 1,5 millones de vehículos
impulsados por GNC, estamos a la vanguardia del mundo en el reemplazo de petróleo
por gas.
Nuestro crecimiento económico dependerá
del acceso a suministros seguros de gas a costos moderados.
Esto adquiere mayor relevancia cuando
consideramos que en poco tiempo volveremos a importar petróleo.
Es preocupante observar que la
producción de gas está declinando desde el 2004 y las reservas han caído más del 40
por ciento desde el 2002.
Ante este estado de cosas, la actual
administración nacional considera razonable que procuremos el acceso al gas
boliviano, pese a que se paga por millón de btu, más de seis veces el valor que se les
reconoce a las provincias productoras de hidrocarburos; pero no conviene olvidar
nuestras propias posibilidades, ya que el consumo de gas aumentará fuertemente por
la construcción de nuevas centrales eléctricas que impulsa el gobierno.
También se suma la falta de capacidad de
fabricar más gasoil en las destilerías del país, que la cuota actual, sin posibilidades de
imprimirle a la red eléctrica una potencia mayor de los 18.000 megavatios con los
generadores actuales del mercado mayorista.
En este orden de cosas, será muy difícil
para los argentinos, atravesar sin sobresaltos los tiempos que llegan en materia
energética.
Ya iniciada la temporada de producción en
el país, tenemos los síntomas que se repiten año tras año, que se agravan a medida
que bajan las temperaturas y que pueden llegar a paralizar todo el aparato
productivo.
La crisis energética no solo existe, sino
que afecta a todos los segmentos de la economía y a toda la población del país.
Esta crisis ha sido sistemáticamente
negada por todos los estamentos gubernamentales, pero se siente y percibe a diario, y
afecta a todo el espectro productivo del país.
Baste echar una mirada a la geografía
territorial, para quedar atónitos viendo como están seriamente afectados el transporte
público, el aparato productivo, y todas las actividades humanas en general.
Sin ánimo de ser pesimista, poca brecha
de tiempo queda hacia la racionalización de este vital recurso al aparato productivo del
país, llevándolo al incumplimiento de sus compromisos tanto nacionales como
internacionales, padeciendo asimismo esta situación todo el tejido social que las
grandes urbes potenciarán; por lo que, de no tomarse las medidas estructurales y
coyunturales necesarias en materia energética, tanto la economía, como las relaciones
humanas en general se deteriorarán progresivamente.
Empezarán a sufrir los más débiles de la
cadena afectada, como los propietarios y trabajadores del transporte público de taxis,
que no solo ven afectada su fuente laboral, sino lo que es peor aún, su
subsistencia.
Con respecto a los años 2006 y 2007, el
Informe CAMMESA (2005-2007), destacaba que el aumento esperado de la demanda y
la falta de ingreso de nueva generación, iría reduciendo la reserva disponible, con el
consecuente agravamiento progresivo de la situación de abastecimiento. Como
resultado de ello, en dichos años los niveles de riesgo excedían los valores
considerados como aceptables, con probables fallas por falta de energía, que por su
continuidad y profundidad, resultarían muy difíciles de administrar. En particular con
relación al año 2007, el propio informe advertía que "..., desde lo conocido hasta la
fecha, es un año donde las exigencias del sistema eléctrico superan las condiciones
estructurales del mismo".
Evidentemente, la realidad superó las
previsiones y para dar una respuesta correcta a la coyuntura, estamos huérfanos de
información vital.
Al contar con la información solicitada en
el presente, tendremos la posibilidad de redoblar esfuerzos para enfrentar el problema
en forma cabal, prevenir daños mayores sobre la producción, las relaciones
internacionales y lo que es peor aún la paz social, y evitar caer en "desesperados
actos de iluminación acaecidos sobre la marcha de los acontecimientos, ante los
justificados reclamos de los diversos sectores".
Así las cosas, en la más
absoluta ignorancia de los datos requeridos, no podremos esbozar soluciones
estructurales para atender la crisis; como así tampoco generar las condiciones
legislativas favorables para atraer las inversiones que faltan y que son tan necesarias,
antes de que el sistema erosione por completo. "Los inversores buscan estabilidad y
previsibilidad. Es importante que la Argentina asegure estas inversiones" (había
afirmado el encargado de negocios de la embajada de la UE en Buenos Aires, Matthias
Jorgensen)
Tanto la Administración anterior, como la
actual, han intentado dar respuesta a la crisis con un conjunto de medidas y hasta
anuncios, que dudosamente modificarán el escenario del país en el corto plazo.
Señor Presidente, por las razones
expuestas precedentemente, solicito a mis pares que me acompañen con su voto en el
presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ACUÑA, HUGO RODOLFO | NEUQUEN | MOV POP NEUQUINO |
BRILLO, JOSE RICARDO | NEUQUEN | MOV POP NEUQUINO |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
ENERGIA Y COMBUSTIBLES (Primera Competencia) |