La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo para que a través del Ministerio de Salud de la Nación y Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, informen a esta Honorable Cámara lo siguiente:

Informe sobre el estado de situación con respecto a la seguridad alimentaria y nutricional de los niños en nuestro país.

Informe y alcances del Programa Nacional de Seguridad Alimentaria (PNSA).

Señor presidente:

Nuestra Nación, ostenta una de las metáforas más envidiables del universo: TENEMOS LA CAPACIDAD DE PRODUCIR ALIMENTOS PARA 400 MILLONES DE PERSONAS; sin embargo, según los estudios y relevamientos presentados por la Universidad Católica Argentina - UCA, informa que (textual) "...en los primeros cuatro años del período del Bicentenario (2010 - 2013), la vulnerabilidad de la infancia y adolescencia ( de entre 0 y 17 años en las zonas urbanas de Argentina), en el acceso a alimentos en cantidad y calidad alcanza al 20% (promedio), en tanto que la situación de déficit más grave afectó al 10%..."

Todos conocemos de la seriedad que representa el trabajo que realizan las Casas de Altos Estudios de nuestro país, pareciera que no quisiéramos escuchar los diagnósticos que nos dicen que estamos enfermos, mientras tanto, el oficialismo, oculta con otras cifras, obras, embestidas y programas una realidad que a las claras, ya no puede ni debe ser escondida.

Nada, pero absolutamente nada puede justificar la falencia grave de tener en Argentina, cifras elevadísimas de malnutrición y desnutrición infantil; no existe cosa más prioritaria que remediar.

Un niño, que durante los primeros años de vida, sufrió de desnutrición, malnutrición o poca estimulación, tiene su cerebro en peligro. El desarrollo cerebral, se desarrolla desde el útero materno hasta pasados los 20 años, afrontando durante todo ese tiempo, diferentes períodos sensibles, en los cuales, genera nuevas conexiones. Su evolución, requiere de nutrientes adecuados, pero también de un ambiente estimulado desde el punto de vista cognitivo y emocional. Cuando un niño crece en la pobreza extrema o en la indigencia, la maduración de su cerebro puede sufrir un impacto negativo con daños irreparables.

Sin lugar a dudas, la creación de la Asignación Universal por Hijo - AUH, ha contribuido a que los pequeños accedan a controles médicos y escolarización, pero la pregunta es: ESO es SUFICIENTE?, y no nos debería asustar la respuesta, porque no se puede seguir tapando el sol con un dedo.

Si bien Argentina se destacaba por la calidad de su capital humano, hoy en día, encontramos que un número importante de niños de nuestro país está malnutrido o desnutrido y poco estimulado. En la fundación CONIN, presidida por el Dr. Abel Pascual Albino, el Prof. Dr. Fernando Mönckeberg, realizó una disertación afirmando que "la única debilidad mental que se puede prevenir y revertir, es la debilidad mental del desnutrido, única debilidad mental creada por el hombre".

Desde los últimos años, la Argentina viene pregonando fuertemente la "inclusión social". Por lo tanto, no debemos ocultar las cifras reales sobre desnutrición; si hacemos esto, además de mentirnos a nosotros mismos, acrecentaremos la deuda social en la materia. Debemos trabajar desde todos los ámbitos para quebrar el flagelo de la desnutrición infantil.

Expresa sabiamente en versos de una canción Peteco Carabajal "...La infancia juega en la tierra; son los años más felices. Aunque a veces la pobreza nos deja sus cicatrices..."

Hay que comenzar a reparar esas heridas, a proteger a esos niños, a esas familias vulnerables; no podemos permitirnos que en Argentina un niño más, sufra de hambre, se encuentre mal alimentado y no sea escolarizado.

Por todo lo expuesto, solicitamos al Poder Ejecutivo Nacional, la pronta y real respuesta de cifras y estadísticas oficiales que maneja el Ministerio de Salud y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

En virtud de la importancia que releva la veracidad de las cifras, solicito a los señores y señoras Diputados que acompañen el presente con su firma.