La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo de la Nación, por intermedio del Ministerio de Defensa, proceda a la jerarquización y el rediseño de los elementos militares que constituyen el Sistema de Computación de Datos (SCD- Informática) a efectos que se adapten a las características de las acciones denominadas Ciberguerras, tal como se lo están haciendo diversos países, que han creado el arma y la fuerza especifica, como esencia de la seguridad nacional proyectada a las características de agresión y/o defensa en el futuro.

Señor presidente:

La evolución y utilización de los más diversos aparatos cibernéticos, es una realidad plena de la que se dan fe los desarrollos y aplicaciones que se "digitalizan" para su efectivo pleno uso en las más variadas actividades. No sin razón, se denomina el actual tiempo como la "Era de la digitalización", dentro del cambio social que nos está conduciendo a lo que ya se conoce como la "Cultura Cibernética". La presencia, uso y aplicación de estas "herramientas", en todos los campos del quehacer, tiene, tal relevancia, que ocupa la atención de todos los que tienen responsabilidad política y funcional.

Este proceso, que, como se dijo, está alcanzando cada vez a mayor cantidad de actividades, también está presente en los ámbitos de las fuerzas armadas que, en sus actividades propias, están incorporando armamento que opera como sistemas computarizados, pero, posiblemente, lo más novedoso, es la preparación para acciones en el Ciberespacio. En tal razón, sabemos de diversos ataques cibernéticos, realizados a instalaciones digitalizadas, con funciones neurálgicas en las comunidades, trabando, eliminando o modificando sus secuencias y, con ello, creando caos y crisis. Esta debilidad, sin dudas, crecerá en la medida que se aumente la digitalización, ya que habrá más actividades actuales analógicas en este ámbito y, por lo tanto, posibles objetivos para la agresión. Esta situación ha motivado, entre los expertos, el desarrollo de sistemas de seguridad, para que cubran las aplicaciones y eviten su ataque, con los costos de recupero que ello motiva.

Nuestro país, en especial las Fuerzas Armadas Argentinas, y en particular el Ejército Argentino, en la década del 1960, cuando asomaban las computadoras electrónicas en el mundo, ha sido uno de los que han actuado en las avanzadas, siendo sus realizaciones modelo y ejemplo aplicado en otras naciones. Esta calidad operativa se ha mantenido a lo largo de este medio siglo y, como muestra concreta, es la creación de la "especialidad SCD", en la que actúa el personal profesional en esta materia. Este "agrupamiento", que asigno a la SCD una ubicación como "especialidad", siguió en el pasado, la tendencia orgánica que tienen otras, como son los "oficinistas" y "conductores motoristas", ya que ellos están presentes en todas las demás armas y servicios, pero, se estima, que los avances en el uso de computadoras, ya no se lo puede calificar como tal, pues su divulgación y empleo, las ha hecho un medio de uso común. En cambio, si subsisten dos tareas que le son propias, una la actividad de conversión de lo analógico a lo digital y, la otra, su actuación en el Ciberespacio. Esta idea ya está instalada en otros ejércitos y se puede observar, concretamente, en el de los Estados Unidos de América y Brasil, lógicamente, países con los mayores potenciales y evolución.

Se entiende que, esta acción de jerarquización y rediseño, no tendrá un peso económico, ya que el tema más importante, que es su personal, ya está incorporado y solo habría que modificar su situación y asignarles nuevos destinos, para cumplir las tareas, sea como una nueva arma o, complementariamente, una nueva fuerza. Este proceso, natural y lógico, guarda relación con la evolución que, en el pasado, mostro la aviación, desde un accionar de pilotos (especialistas individuales) pasaron a ser un arma y, al tiempo, formaron la Fuerza Aérea Argentina. De esta manera cada fuerza tiene (tendrá) su escenario de realizaciones, o sea la tierra para el Ejercito, el mar para la Armadas, el aire para la Fuerza Aérea y, consecuentemente, el Ciberespacio para las Fuerzas Cibernéticas.

Por más que se estima que, tanto en el Ministerio de Defensa, como en las fuerzas armadas de él dependientes, se puede estar estudiando esta posibilidad de desarrollo, esta declaración será oportuna, ya que podría contribuir a respaldar los trabajos que se realizan, exhibiendo la inquietud y atención que se presta al asunto en el Poder Legislativo.