PROYECTO DE TP
Expediente 2941-D-2015
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LA REPARACION DEL ROMPEHIELOS ARA ALMIRANTE IRIZAR.
Fecha: 22/05/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 55
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para
que a través del Ministerio de Defensa de la Nación, informe respecto a la reparación del
rompehielos ARA Almirante Irizar:
- Estado de avance de la obra.
- Teniendo en cuenta que en el informe
del Jefe de Gabinete de Ministros del año 2014, se notifica que se prevé que el rompehielos
Almirante Irízar se encuentre operativo para la Campaña Antártica de verano 2015/2016, se
solicita saber qué naves se están utilizando para la Campaña Antártica 2014/2015, con
vistas a asegurar el aprovisionamiento de nuestras bases de manera segura y sustentable y la
continuidad de las tareas científicas y expedicionarias.
- Teniendo en cuenta que en ese mismo
informe se expresó que la empresa TANDANOR ha facturado hasta el momento $
48.892.500 en el año 2009, $ 106.861.507 en el año 2010; $ 143.189.846 en el año 2011; $
130.376.000 en el año 2012, $ 17.618.372 en el año 2013 y $ 35.208.419 en el año 2014;
haciendo un total de $ 482.146. 644, con un saldo restante de $ 51.510.772, se solicita
saber:
o ¿Cuál era el costo
presupuestado para el inicio de la obra de reparación?
o ¿Cuál es el costo
proyectado para la finalización de la misma?
o Detalle de las
reparaciones llevadas a cabo
o ¿Cuál sería el
costo de la adquisición de un buque de similares características?
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Al cumplirse 8 años del lamentable accidente
que dejó fuera de servicio al Rompehielos Almirante Irízar, volvemos a ratificar el Pedido
de Informes presentado el día 15 de marzo del 2013 con Número de Expediente 929-D-
2013, para recuperar estado parlamentario y teniendo en cuenta algunas informaciones
vertidas por el Jefe de Gabinete de Ministros, Contador Jorge Milton CAPITANICH, el día
3 de 2014, en su informe N° 84 a la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
Presencia Argentina en la Antártida
En primer lugar, cabe tener presente que el 22
de febrero de 2014, se cumplieron 110 años de presencia ininterrumpida en el continente
antártico, siendo nuestro país el único en tener una permanencia tan extensa en los confines
australes. La celebración del Día de la Antártida Argentina no es un tema menor, y dada la
coyuntura que nos plantean los tiempos actuales, evocar aquellos hechos correctos en la
construcción de nuestro pasado, debe servirnos de ayuda a la hora de mirar nuestro
complejo presente desde una perspectiva positiva.
En tal sentido, recordamos que el 22 de
febrero de 1904 fue inaugurada la actual base Orcadas, ubicada en la isla Laurie, 1501
kilómetros al sureste de Ushuaia. En ese entonces, un joven de 18 años, Hugo Acuña, fue el
encargado de izar por primera vez la bandera argentina en aquellas latitudes. Desde ese
momento, y durante los primeros cuarenta años, la Argentina fue el único país con
ocupantes permanentes, miembros de nuestras Fuerzas Armadas y civiles, quienes
explorando la región a pie, con pico y pala dieron los primeros pasos creando bases,
observatorios, laboratorios y demás hitos que permitieron el asentamiento argentino en la
región.
El 22 de febrero de 1904 no sólo significó el
primer izamiento de la enseña patria en los confines australes, sino también el
establecimiento del Observatorio Meteorológico y Magnético y la primera Oficina de
Correos de la Antártida. A partir de allí, la Argentina dejó en claro la voluntad de reafirmar
su soberanía, así como de comprometerse con sus legítimos derechos en el territorio
antártico.
Dicho compromiso también abarcó desde sus
inicios una constante vocación por la ciencia, con un permanente despliegue de actividades
de exploración, investigación y apertura de nuevas bases. Este compromiso por la ciencia
se inscribe en el marco del Sistema del Tratado Antártico, que promueve el uso de la
Antártida exclusivamente para fines pacíficos, la protección de su medio ambiente y la
cooperación internacional.
En el marco de dicha cooperación, nuestro
país ha prestado ayuda a numerosas expediciones extranjeras e internacionales, tales como
la de Nordenskjöld, Gerlache y Charcot, quienes, como agradecimiento, dejaron toda una
serie de nombres argentinos para designar la geografía antártica: Islas Argentinas, Roca,
Quintana, entre otras. En las últimas décadas, son múltiples las misiones argentinas
destinadas al auxilio de barcos varados en el hielo. Ya en estos tiempos, la estación
científica Carlini aloja un laboratorio germano-argentino, único de cooperación científica
entre dos países en el continente blanco.
En la década del 60 se dieron además dos
hechos fundamentales. En primer lugar la expedición encabezada por el general Jorge Leal,
en 1965, quien junto a nueve hombres, entre los cuales se contaba un venadense, el
suboficial Ricardo Ceppi, llegan por tierra al Polo Sur por primera vez para un contingente
argentino, verdadera proeza coronada en la mañana del 10 de diciembre de ese año.
En segundo lugar, a partir de octubre de 1969,
con la fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, hecho de trascendencia
nacional, histórica y geopolítica, se terminó con el aislamiento del continente antártico, al
cual ahora es posible llegar en cualquier época del año.
Fruto de esa permanencia en la Antártida, lo
constituyen las bases, 6 de las cuales son de actividad permanente:
- Base Belgrano II
- Base Carlini
- Base Esperanza
- Base Marambio
- Base Orcadas
- Base San Martín
- Y las 7 bases restantes, que son
de actividad temporaria:
- Base Brown
- Base Decepción
- Base Cámara
- Base Matienzo
- Base Melchior
- Base Petrel
- Base Primavera
Títulos de soberanía
La Argentina ha llevado adelante numerosos
actos de gobierno y administrativos en relación a las actividades y en defensa de los
derechos argentinos. Entre las disposiciones legales de mayor importancia debemos citar el
decreto del Presidente Roca de 1904 por el que se establece el Observatorio Meteorológico
Antártico Argentino, el decreto de 1951 que crea el Instituto Antártico Argentino, el
decreto-ley 2191, que fija los límites del Sector Antártico y la ley 18.513 de 1969 que crea
la Dirección Nacional del Antártico. A estas disposiciones deben agregarse, desde la
vigencia del Tratado Antártico (1959), las recomendaciones aprobadas por el Gobierno
argentino que fueron adoptadas en cada una de las Reuniones Consultivas antárticas.
Los títulos de soberanía de nuestro país sobre
ese sector son múltiples, siendo los principales las siguientes: 1. continuidad geográfica y
geológica, 2. herencia histórica de España, 3. actividades foqueras desde que éstas
comenzaron en la región; 4. ocupación permanente de una estación científica que se
mantiene desde comienzos de siglo hasta nuestros días: el Observatorio Meteorológico y
Magnético de las Islas Orcadas del Sur, inaugurado en 1904; 5. instalación y
mantenimiento de otras bases temporarias en la península antártica e islas adyacentes;
también en la barrera de hielo de Filtchner, aparte de numerosos refugios en distintos
puntos del sector; 6. trabajos de exploración, estudios científicos y cartográficos en forma
continuada; 7. instalación y mantenimiento de faros y ayudas a la navegación; 8. tareas de
rescate, auxilio o apoyo, tales como el salvamento a comienzos del siglo XX del eminente
sabio explorador sueco Otto Nordenskjöld y sus compañeros, el rescate de un enfermo y un
accidentado, ambos ingleses de la apartada estación de Fossil Bluff; 9. presencia argentina
en tierra, mar y aire en todo el Sector, inclusive el mismo Polo Sur, alcanzado en tres
oportunidades alternativamente por aviones navales y de la Fuerza Aérea y por la
expedición terrestre de Ejército conocida como Operación 90, encabezada por el Gral.
Jorge Leal.
A partir del Tratado Antártico, la Antártida
está afectada a un régimen jurídico especial cuyo ámbito territorial abarca toda el área al
sur de los 60º de latitud Sur. Dicho tratado, refrendado en Washington el 1° de diciembre
de 1959, por los gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, la República Francesa,
Japón, Nueva Zelandia, Noruega, la Unión del Africa del Sur, la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados
Unidos de América, establece en su artículo primero que: "La Antártida se utilizará
exclusivamente para fines pacíficos. Se prohíbe entre otras, toda medida de carácter militar,
tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras
militares, así como los ensayos de toda clase de armas. El presente Tratado no impedirá en
empleo de personal o equipo militares, para investigaciones científicas o para cualquier otro
fin pacífico".
A su vez, y en lo tocante a los reclamos de
soberanía de diversas naciones, en el artículo cuarto se sostiene que:
"1 - Ninguna disposición del presente Tratado
se interpretará: como una renuncia, por cualquiera de las Partes Contratantes, a sus
derechos de soberanía territorial o a las reclamaciones territoriales en la Antártida, que
hubiere hecho valer precedentemente..."
"2 - Ningún acto o actividad que se lleve a
cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer
valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear
derechos de soberanía en esta región. No se harán nuevas reclamaciones de soberanía
territorial en la Antártida, ni se ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer,
mientras el presente Tratado se halle en vigencia".
Participación argentina en la exploración
antártica y llegada al polo sur
En 1939 la necesidad de contar con un
organismo centralizado que se dedicara a la defensa y desarrollo de los intereses argentinos
en la Antártida dio origen, un año más tarde, a la creación de la Comisión Nacional del
Antártico, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. En base a una
recomendación de la Comisión, y sobre un plan preparado por el Servicio de Hidrografía
Naval, se organizó la expedición antártica de 1942, al mando del Capitán de Fragata
Alberto J. Oddera.
La expedición Oddera se realizó a bordo del
buque 1º de Mayo alcanzando la isla Decepción el 6 de febrero de 1942. El día 8 el Capitán
Oddera tomó posesión formal en nombre del gobierno Argentino del Sector Antártico,
depositando el acta labrada en un cilindro que quedó en la isla. Esta ceremonia se repitió
luego en los archipiélagos Melchior e islas Argentinas. Además realizó un importante
trabajo hidrográfico y cartográfico, instaló el primer faro argentino en la actual isla 1º de
Mayo (Archipiélago Melchior) y llevó a cabo trabajos biológicos y geológicos con personal
del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
En 1943 se sucede otra campaña antártica que
completa los estudios comenzados por la anterior y alcanza las aguas de bahía Margarita,
donde rescata el instrumental abandonado en la Base del Este por la Expedición
norteamericana de Byrd.
Resultado de ambas expediciones fue un gran
enriquecimiento cartográfico, hidrográfico de declinación magnética, meteorológicos,
mareográficos, reconocimientos aéreos y acopio de muestras biológicas, geológicas y
glaciológicas, así como trabajos de señalamientos con faros y balizas. Se habían echado las
bases para una futura expansión de la actividad antártica la cual no se hizo esperar: en la
campaña 1946-1947 se crea el destacamento Melchior y se realiza un vuelo de
reconocimiento hasta más allá del Círculo Polar al mando del contralmirante Gregorio
Portillo. Un año más tarde se instala el destacamento Decepción y se lo dota de una
estación sismográfica y de estudios vulcanológicos y se construye un refugio sobre la
Península Antártica en bahía Andvord.
En la década sobresale la figura del entonces
coronel Hernán Pujato, quien en 1949 elaboró un ambicioso plan cuyos puntos salientes
eran: 1. la creación de un instituto científico específico; 2. la realización de una expedición
polar a la Antártida Continental y el establecimiento de una base al Sur del Círculo Polar; 3.
la compra de un buque Rompehielos que posibilitara la penetración del Mar de Weddell y
la instalación de una base en su extremo austral; 4. la conquista del Polo Sur; 5. la
instalación de una población con familias.
El plan se cumplió en todos sus puntos con la
instalación el 21 de marzo de 1951 de la Base San Martín en Bahía Margarita, la creación el
17 de abril de 1951 del Instituto Antártico Argentino; la adquisición del rompehielos "Gral.
San Martín" en 1954 y su primera campaña antártica en 1955 en la cual se instaló la Base
Gral. Belgrano y la realización de la primera Expedición Terrestre Argentina al Polo Sur en
1965 al mando del entonces coronel Jorge E. Leal, llamada "Operación 90", que cumplió
con los objetivos de apuntalar, por un lado, la presencia argentina en su límite más austral
y, por otro, el científico al efectuar observaciones y lograr información valiosa para
diversas líneas de investigación como asimismo nuevas experiencias sobre técnicas
polares.
El rompehielos ARA Almirante Irizar
El rompehielos ARA Almirante Irízar
(RHAI), perteneciente a la Armada Argentina, fue construido en 1977 en Finlandia. Desde
el año 1978 participó año tras año en el abastecimiento de las bases antárticas Argentinas, y
de otros países y es el buque insignia de la Fuerza Naval Antártica.
Participaciones destacadas.
En su larga trayectoria, además de las
campañas normales, se pueden destacar eventos tales como la penetración del mar de
Weddell para relevo de dotaciones y reabastecimiento de las bases Belgrano II y III (esta
última ya inexistente). Durante la Operación Rosario de recuperación de las Islas Malvinas
actuó como transporte de tropas y vehículos de la Infantería de Marina y el Ejercito
Argentino y luego, a partir de mediados de abril, como buque hospital. En 1989, al
producirse el hundimiento del transporte polar ARA Bahía Paraíso, continuó realizando
como único buque las tareas científicas y logísticas; realizó importantes apoyos y
salvamentos, siendo los más significativos los efectuados al buque Clipper Adventurer en la
campaña antártica 1999/2000, y en especial la tarea desarrollada en el invierno de 2002 al
buque Magdalena Oldendorff, en latitud 70º S y longitud 1º 26' O en la caleta
Muskegbukta.
El Incendio
El 10 de abril de 2007, encontrándose el ARA
Almirante Irizar a 140 millas náuticas (260 km) de Puerto Madryn, con 241 tripulantes a
bordo, sufrió un incendio. A raíz del mismo, el Comandante del buque, Capitán de Fragata
Guillermo Tarapow, debió ordenar su evacuación total, terminando la operación al día
siguiente, sin ninguna víctima fatal.
Resulta de suma importancia contar con un
rompehielos
Vemos con preocupación las demoras en la
reparación y modernización de la nave, y con ello la continuidad de las tareas científicas, de
abastecimiento y expedicionarias.
Destacamos la importancia que tiene la
reparación de la nave a los efectos de:
- Continuar con las tareas científicas, y
constantes labores durante su permanencia en la Antártida, de glaciología, meteorología,
hidrografía, oceanografía, etc., que permiten ir completando datos de esa región todavía
desconocidos.
-Relevo de dotaciones y reabastecimiento de
las bases permanentes y temporarias, donde se realizan las actividades científicas
monitoreadas por el Instituto Antártico Argentino.
En particular esta acción es relevante por la
posición geográfica y las características glaciológicas de la base Belgrano II, ubicada en el
extremo sur del mar de Weddell, y la base Marambio, instalada en una meseta de 200 m de
altura. En el primer caso es imprescindible arribar con un rompehielos y en el segundo,
además de la condición glaciológica de la zona, se debe operar con helicópteros pesados
durante mucho tiempo para depositar la carga a esa altura (consistente en combustible,
víveres y demás efectos).
-Cumplir con el Protocolo de Protección del
Medio Ambiente Antártico (1991), donde se establece la necesidad de navegar al sur del
paralelo 60º con buques y tripulaciones altamente calificadas, que sólo se logra con la
operación de este tipo de buques.
-Cumplir con los convenios internacionales
donde Argentina tiene asignada una zona de búsqueda, rescate y salvamento que incluye los
mares de Weddell y Bellingshausen, lo que obliga, en caso de ser necesario navegar esas
zonas, la presencia de un rompehielos, especialmente si se trata de una tarea invernal, como
ocurrió con el Magdalena Oldendorff.
Es necesario que se vuelquen los recursos
técnicos y económicos que posibiliten contar lo más prontamente posible con la nave, y
asegurar nuestra presencia en el continente antártico y el correcto abastecimiento a los
argentinos que enorgullecen a nuestra Nación, con su trabajo valioso y abnegado en esa
inhóspita geografía.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ZABALZA, JUAN CARLOS | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
TROIANO, GABRIELA ALEJANDRA | BUENOS AIRES | PARTIDO SOCIALISTA |
CUCCOVILLO, RICARDO OSCAR | BUENOS AIRES | PARTIDO SOCIALISTA |
BINNER, HERMES JUAN | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
DEFENSA NACIONAL (Primera Competencia) |