La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, a través del organismo que corresponda, informe acerca del spot publicitario para los Juegos Olímpicos a desarrollarse este año en Londres, que fuera filmado en territorio de las Islas Malvinas, exhibido desde el 2 de mayo, por todos los canales de televisión, de aire y de cable, lo siguiente:

1.- Qué organismo encargó su realización.

2.- Cuál fue el costo del mismo.

3.- Qué agencia fue la responsable de la realización

4.- Si es un spot único, o si forma parte de una campaña publicitaria, en cuyo caso, cuál es el contenido de dicha campaña y el costo de la misma.

Señor presidente:

Desde el 2 de mayo último se está difundiendo un spot televisivo, cuya primera exhibición fue prácticamente en cadena por todos los canales de televisión por aire y por cable, en relación a los Juegos olímpicos que se llevarán a cabo en la ciudad de Londres, capital del Reino Unido, entre los días 27 de julio y 12 de agosto de este año.

En el spot, que comienza con imágenes variadas de las islas Malvinas, se ve a Fernando Zylberberg, integrante del equipo de hockey argentino que competirá en Londres, entrenando en el archipiélago.

El slogan elegido por la Presidencia de la Nación en el citado corto publicitario es "para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino". El joven corre por diferentes lugares típicos de las islas. Se lo puede ver pasando por The Globe Tavern, el pub más popular de Malvinas, o frente a la sede del diario Penguin News.

De acuerdo la información conocida, la agencia Young & Rubicam, filial de la británica WPP, es la realizadora quien además ha solicitado que no se exhiba más por considerarlo agraviante por mezclar cuestiones puramente políticas con el espíritu tradicional de los Juegos Olímpicos.

Señor Presidente, el mencionado spot resume -posiblemente sin proponérselo- los mecanismos discursivos y publicitarios del oficialismo.

Nos referimos a la banalización de la historia y las grandes causas populares, que la propaganda oficial acostumbra a reciclar bajo el formato de superfluas epopeyas mediáticas - siempre victoriosas, siguiendo al guión publicitario tradicional- y con las que pretende sustituir, en el imaginario colectivo, a la auténtica política de Estado.

La televisión y su inagotable capacidad de sublimar la realidad -aún la más compleja o terrible- en un simple espectáculo domiciliario, se ha constituido en el baluarte indispensable de la gestión presidencial.

El Gobierno comprendió que es mucho más fácil y efectivo ver que entender. Por eso la televisión se ha constituido en el baluarte indispensable de su gestión de gobierno. Lo cual explica, también, la creciente inversión -propia o de capitalistas amigos- en medios audiovisuales y deportes televisados con tanda exclusivamente gubernamental.

El deseo imaginario más profundo del kirchnerismo es el de una opinión pública teledirigida, donde todo ocurra rápido y se olvide más rápido aún. Una suerte de utopía hipnótica -en lo posible sin archivos comprometedores- donde los funcionarios siempre tengan razón y nunca sean responsables de nada. (En tal sentido, remito al lector a episodios como el de la ONCCA, los trenes o YPF).

Es lo que pone en evidencia el spot olímpico al que nos referimos: el intento por sublimar la realidad e instalar la práctica política en las normas del espectáculo televisivo. Es que en ese registro ficcional todo es posible. No sólo recuperar la soberanía en Malvinas sino, también, que el vicepresidente Boudou pueda convertir sus gambetas a la Justicia en una nueva gesta contra la denominada Corporación mediática. O que el canciller Timerman, ciudadano norteamericano hasta hace un par de años, aparezca como un paradigmático antimperialista.

En síntesis, el provocativo spot olímpico no hace más que confirmar que en la lógica del oficialismo poco importa si la cuestión Malvinas implica una dimensión histórica, geoestratégica o diplomática. Lo que interesa al Gobierno nacional es la versión publicitaria del problema. La búsqueda de estrategias políticas para la efectiva recuperación de la soberanía sobre el archipiélago implica una serie de decisiones, de acciones que poco o nada tienen que ver con el anhelado efectismo mediático que la gestión gubernamental evidencia desde hace casi diez años. No resulta redituable a los ojos de una práctica política interesada solamente en mantener un relato oficial, en donde la realidad debe encajar en ese particular modo de construcción política.

Para la doctrina kirchnerista la única verdad es la apariencia. Toda opinión distinta es considerada destituyente.

Este mecanismo es una constante del Gobierno, por lo que nos vemos obligados a solicitar informes de los actos públicos, toda vez que el Poder Ejecutivo es renuente a brindar explicaciones, salvo las cómodas utilizaciones de la cadena nacional.

La gravedad de las implicaciones del citado spot televisivo ameritan los informes que se solicitan por medio del presente Proyecto, por lo que pedimos su tratamiento y aprobación.