La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

su beneplácito por la normalización institucional alcanzada en la República del Líbano, a través de la elección -por parte del Parlamento- del general Michel Suleimán como nuevo Presidente de ese Estado Árabe, designación que puso fin a seis meses de vacío de poder presidencial, y a más de un año y medio de una crisis política que había conducido a la nación al borde de una nueva guerra civil.

Señor presidente:

El presente Proyecto de tiene por finalidad expresar nuestro beneplácito por la reciente asunción del general Michel Suleimán como nuevo presidente de la República del Líbano, hecho histórico que ha puesto fin a seis largos meses de vacío de poder en la jefatura del Estado y, por consiguiente, a una situación de crisis e incertidumbre que a lo largo de un año y medio asomaba como una amenaza cierta a la paz en la región, al punto que había conducido al país al borde de una nueva guerra civil.

La designación de Suleimán -máximo responsable de las Fuerzas Armadas libanesas-, efectivizada por mayoría aplastante en el Parlamento después de 19 intentos fallidos de normalización del orden y la investidura presidencial, confirmó el acuerdo a que llegaron el Gobierno y la oposición merced a la mediación de Qatar, que intentó, en nombre de los Estados Árabes, acabar con la inestabilidad política que se traducía en la confrontación abierta de distintos componentes sociales y ponía en serio riesgo la convivencia en el seno del pueblo libanés.

Resulta a la vez sumamente reconfortante la interpretación dada a la reinstauración de la figura presidencial en el Líbano por parte de agudos observadores de la política internacional, en el sentido de que bien puede interpretarse como el espejo de la nueva situación que comienza a plasmarse en la región. Esta alentadora perspectiva emana del hecho de que los enviados de Irán y Arabia Saudí, las grandes potencias que respaldan a las dos tendencias enfrentadas en el "país del cedro", aprovecharon el acontecimiento para reunirse en la misma Cámara Legislativa. Además, desde Washington no tardó en llegar la felicitación personal del presidente George Bush, por lo que esta instancia de normalización institucional parece haber logrado algo que se presentaba como muy difícil: no sólo el respaldo al presidente Suleimán de todos, a nivel nacional e internacional, sino también que países tan dispares como Estados Unidos e Irán se pronunciaron en acuerdo con su designación.

De la interpretación de la evolución de la realidad imperante en la región en los últimos lustros y en coincidencia con la opinión de no pocos analistas y expertos en la materia, surge que el Líbano ha pagado un precio muy elevado por los problemas de Medio Oriente. Todos los estados vecinos prosperan, viven y crecen en una situación de estabilidad excepto el Líbano, que desde décadas y hasta hace pocos días seguía inmerso en un mar de destrucción, conflictos y divergencias alimentadas por intereses regionales e internacionales que es de esperar haya llegado a su fin.

El pueblo libanés es un pueblo pacífico por naturaleza; ama la vida, y detesta la violencia, características que hallan sustento en su fe, sus credos y su cultura basada en la dignidad. Por ello, hacemos votos para que esta nueva era que nace en esa tierra, y que cobrará forma a través de la conformación del un gobierno de transición que lleve las riendas del país hasta mayo de 2009, fecha en que se celebrarán elecciones generales, signifique -tal como lo señaló el flamante mandatario- "poner definitivamente la mirada en el futuro, reactivando las instituciones del Líbano por el bien de la Patria y exhortando a los grupos hasta hoy rivales a avanzar por el camino del diálogo y no de la confrontación".

Por todo lo expuesto solicito a los Señores Legisladores su voto favorable para la aprobación del presente Proyecto.