PROYECTO DE TP
Expediente 2938-D-2010
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA RESTAURAR LOS MURALES EMPLAZADOS EN LA ESTACION SAN MARTIN DE LA LINEA C DE SUBTERRANEOS, DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 05/05/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 48
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar
al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
que, por intermedio de la Secretaría de Cultura,
restaure los seis murales referidos a la gesta
sanmartiniana, emplazados en la Estación San Martín
de la Línea C de Subterráneos, obra del muralista
Rodolfo R. Medina.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Guernica porteño? (1)
Un extenso Guernica porteño, compuesto
por seis murales, permanece invisible en la estación San Martín de la Línea C de
subterráneos: hace 33 años, la última dictadura militar lo cubrió con pintura marrón.
La obra todavía puede vislumbrarse, ya que está hecha en relieve. Durante todo este
tiempo su creador, Rodolfo Medina, ha reclamado la restauración, y hace unos meses
realizó un video -en sí mismo un compendio de arte- que permite apreciar cómo
serían los murales si no les hubieran quitado el color. Los motivos que tuvo aquel acto
de vandalismo de Estado no son fácilmente accesibles: en su momento, la intervención
militar en el subte adujo que el Comando en Jefe había ordenado tapar "inscripciones
subversivas". En 2006, el gobierno de la Ciudad inició trabajos de restauración que
poco después se interrumpieron y ya no se reiniciaron. El tema oficial de la obra es la
gesta sanmartiniana pero la versión no vandalizada -tal como puede ser reconstruida a
partir del video- sugiere imágenes cuyo horror califica la dictadura bajo la cual, en
1969, fueron concebidas y, sobre todo, anticipa la dictadura que, en 1977, las cubrió
por completo.
En 1969, el artista Rodolfo R. Medina ya
era un muralista reconocido; venía de hacer cuatro murales en la estación Once de
Ferrocarriles Argentinos, y Subterráneos de Buenos Aires lo convocó para hacer una
serie en la estación San Martín de la línea C. Los trabajos debían ser alusivos a la gesta
libertadora de José de San Martín.
La obra fue inaugurada el 1º de diciembre
de 1969. Está compuesta por seis relieves de seis metros de largo por uno de alto y
dos de tres por uno; el artista los realizó a partir de un modelado en arcilla, mediante
el cual confeccionó un molde de yeso y, con éste, el trabajo definitivo en cemento
policromado, es decir, cubierto con pátinas de diversos colores. Ubicada en los pasillos
de acceso al subte C, frente a la plaza San Martín, el conjunto contaba con un sistema
de iluminación específico, necesario para su valoración, que también se perdió.
"Un día, en septiembre de 1977, pasé por
la estación y vi que habían cubierto todos los murales con pintura marrón", recuerda
su autor. El artista habló con el capataz que había comandado la cuadrilla vandálica:
"De arriba me ordenaron que los tapara. Pero quedaron bien, todos parejitos",
recuerda Medina que le dijo el capataz. Medina, entonces, reclamó ante las
autoridades del subte y le contestaron que a su vez habían recibido órdenes del
Comando en Jefe del Ejército, porque en los murales habían aparecido "inscripciones
subversivas".
En 1978, Medina le inició juicio a
Subterráneos de Buenos Aires. El pleito lo ganó, en 1982, pero lo único que obtuvo fue
"un dinero en reparación por daño moral, que alcanzaba para comprar un televisor
blanco y negro. Enseguida vino la guerra de Malvinas, eran años complicados", y el
mural no se restauró. Ya en democracia, el artista presentó notas ante todos los
secretarios de Cultura que fue teniendo la ciudad. En 2006, pareció que iba a ser
escuchado: "La arquitecta María de las Nieves Arias Incolla, de Patrimonio Urbano, se
interesó por el tema -cuenta Medina- y comenzaron trabajos de restauración", a cargo
del prestigioso especialista Domingo Tellechea. Pero a éste no le renovaron el contrato
y poco después, cuando el gobierno de Aníbal Ibarra finalizó abruptamente, los
trabajos se detuvieron; Tellechea había llegado a retirar la pintura de cuatro de los
murales.
Los relieves tienen otros daños, que son
menores y serían fáciles de reparar: hay algunas chorreaduras y marcas de salitre
porque "cuando llueve mucho, entra agua; Tellechea había pedido que protegieran las
obras con una canaleta pero no le hicieron caso", señala Medina. Tampoco se
instalaron nunca unas placas explicativas que, junto a cada mural, ayudarían al
pasajero a introducirse en la obra.
Estos murales admiten por lo menos dos
niveles de lectura. La historia oficial se desarrolla en ocho paneles temáticos, que van
desde "Prolegómenos de la emancipación", el primero, hasta el "Mural del triunfo".
Para realizarlos, "dediqué varios meses a leer acerca de la historia de San Martín. La
lectura permanente sobre un tema viene a propiciar que aparezcan las imágenes, que
al principio son tenues y fugaces; siempre tenía papel a mano y así hice muchísimos
bocetos".
A partir de los bocetos, Medina hizo ocho
maquetas en cemento policromado, similares a los murales definitivos; las conserva en
su taller y servirían para restituir la policromía perdida. Mientras tanto, "al faltar el
color, se pierde la lectura del mural: se desbarata el recorrido por las formas que,
mediante los colores, el artista ha destacado". La técnica de ejecución de estos
murales, ubicados en un lugar de tránsito, "permitía una lectura sucesiva, al paso, que
podía efectuarse de izquierda a derecha o de derecha izquierda", explica el
artista.
A fines del año pasado, en el marco de su
esfuerzo por lograr que la obra fuese restaurada, Medina encaró la producción de un
video, que fue dirigido por Mónica Suwa, con música de la Camerata Bariloche. El
video presenta los bocetos -obras de arte en sí mismos- y, por intermedio de la
maqueta policromada, permite apreciar el aspecto que tenían originalmente los
murales. Ahí se hace evidente la presencia del Guernica de Picasso, no sólo como
legítima influencia formal, sino en cuanto camino expresivo que haga factible la
trasmisión de un horror. La policromía permite detenerse en los soldados como ciegos
bajo sus morriones; en los ojos sin esperanza de una mujer a la que una mano, en
bajorrelieve, le deforma la cara; en las mordeduras de los caballos. Todo fue tapado
por la dictadura, y así sigue hasta hoy.
II. ¿Quién es Rodolfo Medina? (2)
Resulta siempre bastante difícil hablar de
la propia obra. Lo intentaré respondiendo a las preguntas que yo, como autor me hago
permanentemente.
A modo de presentación diré que nací en
la ciudad de Bragado situada a 209 Km. de la Capital Federal, en dirección oeste y
pertenezco a una familia numerosa, diez hermanos, yo el noveno.
Mis comienzos se remontan a muchos
años atrás, en la vieja escuela 21 de mi pueblo. Ana Parabúe, maestra de segundo
grado y excelente acuarelista ya desaparecida, me dio clases de dibujo durante un
tiempo. Luego seguí solo pintando paisajes al oleo hasta que sentí la necesidad de
ingresar en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Teresa Perillo, profesora de dibujo del
Colegio Nacional fue quien me preparó para rendir examen. Me trasladé a la Capital
con todas las ilusiones, rendí, aprobé y comencé mi aprendizaje. Primero en la Escuela
Manuel Belgrano y luego en la Prilidiano Pueyrredón.
Triccini, Pacenza, Gramajo Gutiérrez,
Nevot, Ideal Sánchez, Balan y otros son los nombres que vienen a mi memoria,
profesores de Dibujo, Grabado, Pintura y Escultura, además un especial recuerdo para
Hector Cartier, cuyo enorme conocimiento invadió todos los espacios de innumerables
generaciones de artistas plásticos. Esto puedo decir de mis comienzos.
¿Qué maestros influyeron en
mi obra?
Todos los maestros influyeron y aportaron
muchísimo. Como alumno uno funciona como una esponja, absorbiendo todo lo que se
presenta, pero eso ocurre mientras se experimenta, aumentando el conocimiento, El
propio lenguaje surgirá indagando permanentemente en lo más profundo de nuestro
ser. La búsqueda de nuestra identidad producirá en definitiva esa cosa casi milagrosa
que es la creación.
¿Cómo nace una obra?
Nace desde mi interior, desde mis
antepasados, desde este lugar que ocupo y desde todo ese mundo que me circunda.
Todos son nutrientes y condicionantes, todos llenan mi espacio interior como si
llenaras una caja que no se completa jamás y de allí saco cosas permanentemente
para volcarlas en el papel.
Hay un estado especial que solo es
posible lograrlo en soledad, donde uno busca recorriendo la memoria. Ahí está todo,
las imágenes, los sentimientos y los deseos, lo lindo, lo feo, lo bueno, lo malo. Ahí está
todo, y a ese trabajo enorme de dolor y gozo que significa sacar todo eso a la
superficie, podríamos llamarlo inspiración. En ese momento, en el momento en que
surgen las ideas comienzan la tarea de concretarlas y en este punto valoramos todo lo
aprendido, pero siempre es poco, lo soñado, lo imaginado supera esa realidad que
transmitimos.
¿Qué significado tienen la
disparidad de elementos que aparecen en mis obras?
El profundo amor por la naturaleza y un
espíritu observador me lleva a valorar todo de un modo especial. Siento un enorme
placer al acariciar una forma y el mismo placer me produce el descubrir la similitud
entre las formas humanas y algunos elementos que completan la obra. Todo cobra
vida propia y establecen entre sí un diálogo en un mundo casi surrealista y fantástico.
Realmente no sé si esto aclara las cosas. Me resulta muy difícil explicar lo que hago, es
posible que no tenga explicación, pero es una realidad. Hay algo que sí puedo decir y
es que en el momento de hacer, cuando las imágenes aparecen las incorporo pues
entiendo que allí quieren estar. El porqué esto y el porqué aquello son preguntas que
también yo me hago como autor.
He recibido algunos premios que en su
momento me produjeron satisfacción pero realmente el mayor galardón es enterarme
que la obra logró comunicarse, que cobra vida propia y comienza a transmitir su
mensaje. Yo también la descubro cuando me detengo a mirarla después de un tiempo,
sin duda crece y se transforma constantemente.
Realicé muchas exposiciones en grupo e
individuales, participo en salones y con los murales realizados siento que estoy
exponiendo permanentemente y mi muestra más importante fue la primera realizada
en el año 1965. Me impactó por eso, por ser la primera.
El trabajo constante y la permanencia en
el taller, desde la mañana no muy temprano hasta la noche, permite vivir rescatando
imágenes sueltas que habrá que ordenar.
III. ¿Se mantiene la herencia de la
dictadura?
Es inconcebible que, a más de un cuarto de siglo
de restauración democrática, este atropello cultural subsista en la capital de nuestra República.
Por ello solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |