La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

La Honorable Cámara de Diputados de la Nación declara su desagrado por las medidas que impidieron a periodistas extranjeros el acceso a la plaza Tiananmen de Beijing con motivo de cumplirse el 20º aniversario de los hechos sucedidos el 4 de junio de 1989, y ratifica una vez más su absoluta adhesión a los sagrados principios de la libertad de expresión, acceso a la información pública y libertad de prensa como derechos humanos fundamentales.

Señor presidente:

El ejercicio del derecho de acceso a la información y libertad de expresión, concebido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, representa uno de los derechos básicos para el ejercicio de la democracia y protege sustancialmente el Estado de derecho facilitando la participación ciudadana.

Con motivo de conmemorarse el 20º aniversario de los sucesos ocurridos el 4 de junio de 1989 en la mayor plaza pública del mundo, Tiananmen de Beijing, cientos de periodistas extranjeros se vieron privados de informar sobre el tema.

De acuerdo con informaciones que recorrieron el mundo fueron cortadas señales de cadenas de televisión extranjeras, los portales de Hotmail y Twitter fueron saboteados y a decenas de periodistas se les impidió el acceso a la plaza de Tiananmen.

Los hechos que se pretenden ocultar comenzaron en abril de 1989. Después del fallecimiento de Hu Yaobang, los estudiantes universitarios de Pekín iniciaron reclamos contra ciertos actos políticos gubernamentales.

Las adhesiones fueron creciendo y durante más de un mes hubo manifestaciones estudiantiles, de obreros y organizaciones sociales, quienes mantenían un diálogo fluido con los dirigentes e informaban a todos los habitantes.

Los reclamos se extendieron por el resto de la ciudad y otros lugares del país. La falta de acuerdo entre los políticos de cómo acabar con estas manifestaciones, hizo que se optara por la vía de la fuerza, usando a la armada para tomar por la fuerza la plaza y restaurar el orden el en país, el 4 de junio de 1989.

Como consecuencia, centenares de personas perdieron la vida, algunas siguen desaparecidas y decenas continúan detenidas. Esta negación como la del Holocausto y de otros crímenes de lesa humanidad no es nueva en la historia humana.

El "negacionismo", siguiendo el término francés négationnisme, propuesto por Henry Rousso en The Vichy Syndrome (Cambridge: Hardvard University Press, 1991), intenta reescribir la historia, minimizando, negando o simplemente haciendo caso omiso de hechos esenciales.

Hay que advertir que esta conducta que presupone la negación histórica de los crímenes de lesa humanidad, no es una reinterpretación de los hechos conocidos, sino la negación de los hechos conocidos.

El término Negacionismo ha ganado popularidad como el nombre de un movimiento que niega un crimen de lesa humanidad, el genocidio nazi de los Judíos en 1941-45, también conocido como el holocausto (griego: sacrificio de fuego) o la Shoah (hebreo: catástrofe).

El negacionismo es mayoritariamente identificado con el esfuerzo de re-escribir la historia de tal manera que el hecho del Holocausto y otros genocidios de Estado se omitan.

Los primeros negacionistas fueron los propios nazis, a partir de evidencias documentales cuando Heinrich Himmler, por ejemplo, ordenó a sus oficiales que destruyesen grabaciones, instalaciones y otras evidencias que delataban el exterminio masivo de seres humanos, cuando la derrota de Alemania era inminente y los líderes nazis percibían que serían capturados y llevados a juicio.

Al finalizar la guerra, muchos de los líderes nazis abandonaron Alemania y comenzaron a promover material de propaganda propiamente negacionista que les exculpase, ofreciendo una imagen positiva del nacionalsocialismo. Algunos historiadores, consideran a Hermann Göring como el primer negador del Holocausto, ya que durante los Juicios de Nüremberg negó toda acusación relativa a un genocidio.

Similar actitud ha tenido con sus declaraciones la ex legisladora Elisa Carrió al negar los crímenes cometidos por la dictadura de Alfredo Stroessner en la hermana República del Paraguay durante casi 35 años.

Por eso es que al cumplirse 20 años de ese desgraciado suceso, en la plaza Tiananmen adherimos a organizaciones de derechos humanos que piden que no se oculte aquella tragedia y repudiamos los vejámenes sufridos por periodistas que sólo pretendían cumplir con el sagrado deber de informar.

Al respecto es dable señalar, señor presidente que, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha resuelto que las personas tienen no sólo el derecho y la libertad de expresar su propio pensamiento, sino también el derecho y la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole.

Por tanto, cuando se restringe ilegalmente la libertad de expresión no sólo es el derecho del individuo el que está siendo violado, sino también el derecho de todos a "recibir" informaciones e ideas.

Existen dos dimensiones de la libertad de expresión: por un lado, la que establece que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento; por tanto, se trata de un derecho individual pero implica también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno o, como en el caso a estudio, la información oficial que en principio a todas y todos los leoneses interesa.

De ahí que, la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue categórica en señalar que son los medios de comunicación los que sirven para materializar el ejercicio de la libertad de expresión, de tal modo que, sus condiciones de funcionamiento deben adecuarse a los requerimientos de esa libertad y, para ello, resulta indispensable la pluralidad de medios, la prohibición de todo monopolio respecto de ellos (cualquiera que sea la forma que pretenda adoptar) y la garantía de protección a la libertad e independencia de los periodistas; en otra palabras, la Corte sentenció: "La libertad de expresión es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada. Por ende, es posible afirmar que una sociedad que no esté bien informada, no es plenamente libre".

Señor Presidente, los momentos dolorosos de la historia de los pueblos deben enfrentarse. Ocultar y fingir que nunca sucedieron no es un acto de justicia humana.

Los argentinos sabemos por experiencia propia que ocultar el pasado es perder el futuro.

Es por lo expuesto que solicitamos la aprobación del presente proyecto de declaración.