PROYECTO DE TP
Expediente 2901-D-2015
Sumario: EXHIBICION DE MANERA CLARA, INMEDIATAMENTE POSTERIOR A LA PUBLICACION DE TODA NOTICIA DE VIOLENCIA DE GENERO A TRAVES DE CUALQUIER MEDIO MASIVO DE COMUNICACION, LA DIRECCION Y LOS TELEFONOS DEL ORGANISMO QUE TENGA EN LA ACTUALIDAD LA COMPETENCIA PARA AYUDA A LAS VICTIMAS: OBLIGATORIEDAD.
Fecha: 21/05/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 54
El Senado y Cámara de Diputados...
Artículo 1°: Dispóngase
como obligatorio, exhibir de manera clara, inmediatamente posterior a
la publicación de toda noticia de violencia de género a través de
cualquier medio masivo de comunicación, la dirección y los teléfonos
del Organismo que tenga en la actualidad la competencia para la
ayuda a las víctimas.
Artículo 2: Establézcase
citar inmediatamente posterior al cumplimiento del artículo 1°, la ley
que condena al victimario de violencia de género.
Artículo 3°: La autoridad
de aplicación será la designada por el Poder Ejecutivo.
Artículo 4°: La presente
ley tendrá vigencia a partir de los 30 (días) de publicada en el boletín
oficial.
Artículo 5°: Invitase a las
provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherirse a la
presente ley
Artículo 6°: De forma
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Señor
Presidente: El principal camino para acabar con la violencia de género
es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la
forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un
cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje,
entre otros.
Hace más de cinco años, cuando Wanda Taddei murió tras haber sido
prendida fuego por su marido, los especialistas en violencia de género
notaron un temible "efecto contagio": más mujeres quemadas, más
hombres violentos que las amenazaban así: "Te voy a prender fuego
como a Wanda". En las últimas semanas, otras dos modalidades
parecen haberse instalado entre los femicidas: asesinar a sus mujeres
en lugares públicos y atacar a sus hijos como un modo de pegarles
donde más les duele. Ahora los especialistas temen un nuevo efecto
contagio.
"No es que alguien vaya a convertirse en violento por contagio, sino
que la repetición de cierto método parece darle una idea a alguien que
ya ejerce violencia sobre su pareja", dice Lucía Heredia, psicóloga
especializada en estudios de género del Centro de la Mujer de San
Fernando.
"El problema es que este efecto imitativo se sostiene en el tiempo: hoy
seguimos teniendo casos en los que les dicen 'te voy a hacer lo que
hizo Barreda' o 'te voy a tirar del balcón como hizo Monzón".
Hace algunos años, cuando se comenzó a hablar de violencia de
género en los medios, salían a la luz historias de años de violencia que,
mayormente, habían sucedido dentro del hogar: tanto, que en el
"afuera" vecinos y familiares "compraban" la doble fachada del
agresor: todos veían al buen y amable vecino y se sorprendían cuando
se enteraban que era un violento. Pero en las últimas semanas, hubo
varios casos que sucedieron de las puertas para afuera: una pediatra
acuchillada por su novio delante de todos en Puerto Madero, una
abogada apuñalada en una confitería llena en Caballito, una maestra
jardinera asesinada delante de sus alumnos en Córdoba.
Para Heredia, hay otra razón: "Las mujeres están tomando más
recaudos, si los tienen que ver lo hacen en lugares públicos y piden a
alguien que las acompañe. Parece que como más mujeres están
saliendo al espacio público, más femicidios están saliendo al
descubierto.
Para el femicida, no importa que sea un lugar público porque lo suyo
es un 'crimen de convicción': está convencido de que debe cometer su
objetivo y no lo frena nada, ni siquiera lo que puede pasarle después.
Por eso a veces no logran ni suicidarse, porque para ellos es más fácil
matar que matarse. Atacar a los hijos, incluso a los propios, como
una forma de "pegarles donde más les duele" también pasó a ser un
método reiterado. Fue el caso de un padre de Concordia que le
escribió a su mujer "no vas a ver más a tus hijos" y estrelló el auto con
ellos contra un camión. Atacar a los niños se ha convertido en un
medio más para ejercer la violencia más extrema, convirtiéndolos en
objetos.
Todas estas lamentables noticias son dadas a conocer por medio de la
gran mayoría de medios masivos de comunicación, lo que convierte a
las mismas en una fuente de información de la dinámica del accionar y
de sus actores, pero también como se expresara precedentemente en
los primeros párrafos, pareciera ser una posible fuente para posibilitar
la imitación de estas gravísimas situaciones violentas por parte de los
victimarios de violencia de género.
En 2014 se cumplieron 5 años de la aprobación de la ley para la
protección integral contra todas las formas de violencia. Un repaso por
su grado de implementación muestra los claroscuros de importantes
esfuerzos puestos en marcha desde el Gobierno nacional y los
gobiernos provinciales y municipales, que todavía no terminan de
mostrar sus logros por la falta de producción y difusión de estadísticas
oficiales, de mecanismos de monitoreo y de evaluación
participativa.
La violencia de género es reprobada en forma casi unánime. Pero no
todas las formas de violencia, sino sólo las más brutales y obvias. Y sin
embargo, son las formas más sutiles las que permiten que la otra siga
existiendo. Si el agravio a una mujer política por parte de un colega
pasa desapercibida para el resto de quienes integran la Cámara, si los
avances en las políticas que se implementan desde los poderes
ejecutivos y judiciales no son destacados con el máximo nivel de
relevancia por las autoridades cuando se hace un balance de los logros
de gestión, entonces la violencia contra las mujeres no ocupa el lugar
que merece en la agenda política.
Eliminar la violencia de género requiere cambiar la cultura de una
sociedad que todavía ignora las marcas de las violencias invisibles: la
humillación, el descrédito de la palabra, la vulnerabilidad económica, la
dependencia afectiva. Una sociedad que reserva para las mujeres un
papel de subordinación, fragilidad y dependencia. Identificadas en esos
roles, las niñas y jóvenes comienzan a construir sus vínculos a partir de
un papel que pareciera serles otorgado socialmente. Si queremos
mujeres plenas, capaces de dirigir sus vidas con autonomía y libertad,
necesitamos transmitir este mensaje desde todas las formas
posibles.
Todas las semanas los medios de comunicación dan cuenta de nuevos
episodios de violencia de género. Se trata, en la mayoría de los casos,
de hechos de violencia física y sexual contra niñas, mujeres jóvenes o
adultas, a manos de parejas, ex parejas u otras personas de sus
círculos de confianza. En algunos de estos casos la violencia, como
punto final de una realidad cotidiana que las marcó hasta entonces (a
veces en silencio, otras veces con pedidos de ayuda desoídos) se cobra
la vida de esas niñas o mujeres. Es entonces que, en ocasiones, pasan
a ser casos "paradigmáticos": los recordamos por el nombre de sus
víctimas.
Las estadísticas de la ONG La Casa del Encuentro muestran que en
Argentina una mujer es asesinada cada 30 horas. Se nombra a estos
hechos como femicidios, como forma de denunciar que son las
mujeres quienes mueren a manos de parejas y ex parejas o en
crímenes signados por la violencia de género. Estas estadísticas, que
recogen la información publicada en los medios de comunicación,
indican que en 2013 murieron 295 mujeres. Seguramente no es ésta la
mejor fuente estadística, pero es la única con la que contamos (a
diferencia de Colombia, Perú, España, Chile, Honduras, Uruguay, que
son sólo algunos de los países que cuentan con estadísticas oficiales de
femicidios, como se puede ver en el Observatorio de Igualdad de
Género de Cepal).
Si comparamos con el caso de España, un país con una población
similar a la de Argentina, la cifra de las casi 300 muertes anuales a
nivel local se torna aún más dramática: en España fueron 54 las
mujeres que perdieron la vida a manos de parejas o ex parejas en
2013, un número elevado pero decreciente desde la implementación
de las políticas contra la violencia que se impulsaron hace una década
e inspiraron a otros países.
De todos modos, de la mano de una tendencia regional hacia el
tratamiento de esta violencia como una violación de derechos
humanos, el marco legal en Argentina se fue perfeccionando y con él
se mejoraron las herramientas judiciales para responder a los pedidos
de protección de las víctimas.
Es por ello que considero que uno de las herramientas para combatir la
violencia de género es además de informar a la sociedad la noticia a
través de los medios masivos de comunicación, exponer en forma clara
el número de teléfono y la dirección del Organismo correspondiente
que permita contactar a las víctimas de situación de violencia de
género con alguien que pueda asesorarlas y protegerlas. Asimismo, es
necesario que no sólo se vaya incorporando en la vida cotidiana de la
sociedad el Organismo protector sino también que sea citada
constantemente la ley que sanciona al victimario de violencia de
género, para que el amparo legal sea una herramienta de
conocimiento general que esté presente con la misma continuidad y
secuencia con que el tema sea abordado.
Por lo expuesto que solicito a mis pares me acompañen con la firma
del presente proyecto de ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
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EHCOSOR, MARIA AZUCENA | BUENOS AIRES | FRENTE RENOVADOR |
D'ALESSANDRO, MARCELO SILVIO | BUENOS AIRES | FRENTE RENOVADOR |
SCHWINDT, MARIA LILIANA | BUENOS AIRES | FRENTE RENOVADOR |
ALEGRE, GILBERTO OSCAR | BUENOS AIRES | FRENTE RENOVADOR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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COMUNICACIONES E INFORMATICA |