La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su adhesión a la conmemoración del 40º aniversario de la Universidad Nacional de Entre Ríos (U.N.E.R.) a celebrarse el 10 de mayo del corriente.

Señor presidente:

La Universidad Nacional de Entre Ríos fue creada por Dec. Ley 20.366, de mayo de 1973, coincidiendo su institución con el inicio del gobierno democrático del Dr. Héctor J. Cámpora que fue quién le dio publicidad oficial a la referida norma. La nueva casa de estudios aglutinó bajo un mismo rectorado, una serie de unidades académicas preexistentes que dependían de otras jurisdicciones (Universidad del Litoral, Universidad Católica Argentina) más algunas que se crearon conjuntamente con la nueva la Universidad. Fue una de las dieciséis universidades creadas entre mayo de 1971 y mayo de 1973.

Se impone señalar que la creación de la Universidad Nacional de Entre Ríos fue el resultado de una demanda histórica de los entrerrianos expresada en numerosos antecedentes e iniciativas previamente impulsadas en la sociedad para la concreción de aquel objetivo.

En el breve pero significativo período democrático sucedido desde 1973 en adelante, la nueva casa de estudios se consolidó pues en ese lapso se tomaron las decisiones que permitieron su funcionamiento como Universidad, tales como la localización del Rectorado y la incorporación formal de las unidades académicas provenientes de la UNL: Facultad de Ciencias de la Educación, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Escuela de Técnicos en Alimentos y Escuela de Ciencias de la Administración, correspondiendo agregar que en 1976 se incorporaron a la UNER, la Facultad de Ciencias Económicas y la Facultad de Ingeniería, dependientes ambas de la Universidad Católica Argentina y la Escuela Superior de Bromatología.

El golpe cívico militar de 1976 entronizó en las universidades, en particular, y en toda la educación en general, la tenebrosa política llevada adelante por Ivanissevich, último Ministro de Educación del gobierno constitucional depuesto el 24 de marzo de 1976. En cumplimiento de tales directivas se expulsó de la flamante Universidad al pensamiento científico crítico cobijando a la vez, las primeras formas del Terrorismo de Estado que se ensañó particularmente, como se sabe, con la vida universitaria. El clima represivo dominaría en adelante la vida en las casas de altos estudios.

Al servicio de esos fines el 29 de marzo de 1976 se sancionó el llamado Dec. Ley 21.276 que significó, en el caso de las universidades nacionales, la intervención directa del gobierno militar en el gobierno universitario a través de los rectores interventores, junto al estricto control ideológico, político, educativo y cultural que ya se había iniciado en 1974. Desprecio por la democracia, represión a los militantes y activistas universitarios, oscurantismo académico, fuertes vínculos con los sectores integristas del catolicismo, clausura de la investigación científica, fueron los puntos salientes de una política regresiva que se ensañó particularmente con las universidades públicas. Durante ese oscuro período de la historia argentina se reprimieron, desaparecieron y cesantearon docentes y estudiantes de la UNER. Y naturalmente también se redujeron en forma abrupta los recursos financieros de las Universidades prohibiendo en forma terminante la política en esas casas de estudio.

La recuperación de la democracia producida en 1983 en nuestra Patria, devolvió las universidades a los argentinos y obviamente la UNER a los entrerrianos, lo que significó que prontamente se restablecieran su autonomía y el cogobierno. Ello requería regularizar el funcionamiento universitario llevando adelante los concursos docentes, medida indispensable para normalizar la vida política interna. Y asimismo reclamaba que se eligieran democráticamente sus autoridades. Como consecuencia de este nuevo tiempo retornaron algunos académicos prestigiosos que habían migrado hacia destinos más seguros durante la larga noche de la dictadura cívico militar.

El ingreso irrestricto y gratuito constituyó otro pilar de la política oficial que provocó un verdadero estallido de la matrícula y obligó al gobierno a crear condiciones de infraestructura más adecuadas. En esa coyuntura, las demandas postergadas de la población enfrentaron a las universidades tradicionales con los desafíos de la masividad de la enseñanza. Este fuerte crecimiento de la matrícula determinó un incremento significativo del personal docente y una expansión de las inversiones en construcción y equipamiento.

El pleno impulso normalizador que las autoridades democráticas le dieron a la gestión llevó a que se celebraran los primeros concursos para la designación de los profesores de las distintas Facultades. Además se organizaron los padrones de estudiantes y de graduados y se aprobaron en el Consejo Superior Provisorio las normas estatutarias que enmarcaron, las primeras elecciones democráticas de autoridades celebradas en la UNER. Y de este modo, a principios de 1986, por primera vez en veinte años, las autoridades de la UNER fueron elegidas en Asambleas de los tres claustros, todo lo cual dio origen a los Consejos Directivos y Decanos de cada Facultad.

En esa proyección y por fin, el 26 de abril de 1986 se reunió en el histórico Colegio de Concepción del Uruguay la primera Asamblea Universitaria en la historia de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RÍOS y eligió a su primer Rector, el Dr. Eduardo Alberto Barbagelata. Y desde entonces la UNER es gobernada por autoridades democráticamente elegidas a través de sus órganos de gobierno.

Producto de esta saludable práctica democrática en abril de 2010 resultó elegido rector de la UNER el Ing. Jorge Gerard, cargo que en la actualidad aún ejerce.

Además, en su tiempo, el 23 de agosto de 1986 la Asamblea Universitaria, teniendo como base las escuelas o Institutos dedicados a las respectivas temáticas, aprobó la creación de la Facultad de Bromatología, la Facultad de Ciencias de la Salud y la Facultad de Servicio Social.

En la actualidad, cursan carreras de grado aproximadamente 15.000 estudiantes e integran su planta docente más de 300 profesores. Asimismo, la UNER posee tres radios de frecuencia modulada, en Paraná, Concordia y C. del Uruguay que extienden la cultura universitaria y comunican a la Universidad con las ciudades donde se asientan sus principales unidades académicas. Su Editorial ha publicado obras de autores entrerrianos, sobresaliendo por su excelente calidad la publicación de las obras completas de Juan José Manauta, escritor entrerriano, gualeyo, que honra las letras argentinas. De igual modo la UNER es cabecera de la Región Litoral que integra junto con la UADER, la UNL y la UNR, para la producción de contenidos para la TV digital abierta.

En resumen la UNER se ha erigido en una institución de una entidad enorme para la educación y formación de los estudiantes de la región, sitio en el cual hoy se posiciona como un faro de educación de excelencia, gratuita, laica y democrática.

Por esos motivos solicitamos a la H. Cámara la aprobación de la presente.