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PROYECTO DE TP


Expediente 2880-D-2010
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LA SANCION DE UNA LEY DE INMIGRACION APROBADA EN EL ESTADO DE ARIZONA, ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, EL DIA 23 DE ABRIL DE 2010.
Fecha: 05/05/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 48
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


1° Manifestar su profunda preocupación por los siguientes aspectos de la ley de inmigración aprobada en el Estado de Arizona, Estados Unidos de América, el 23 de abril de 2010:
a) la criminalización de la presencia de indocumentados;
b) el alto riesgo de discriminación racial en su implementación.
2° Exhortar a las autoridades de Estados Unidos de América a buscar los mecanismos adecuados para modificar dicha ley a fin de adecuarla a los estándares internacionales de derechos humanos para la protección de los y las migrantes.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


¿Ola xenófoba? (1)
El odio contra los inmigrantes se manifestó el 20 de abril de Arizona a Nueva York.
La Legislatura estatal de Arizona aprobó una versión final de lo que se considera el proyecto de ley más antiinmigrante del país: criminaliza a nivel estatal a todo indocumentado y permite a la policía local amplia discreción para detener a toda persona que sospechen es inmigrante sin papeles.
Con ello, sólo falta la decisión de la gobernadora republicana Jan Brewer, quien hasta el momento no ha expresado su opinión sobre la iniciativa. A partir de hoy Brewer cuenta con cinco días para anular la iniciativa con un veto, promulgarla o no hacer nada, en cuyo caso automáticamente se convierte en ley.
La iniciativa obliga a funcionarios y agencias estatales, incluida la policía, a aplicar las leyes federales de inmigración y tipifica como crimen la no obtención de documentos migratorios, o sea, no tener documentación legal. También criminaliza la contratación y la solicitud de trabajo de indocumentados y transportar o dar albergue a éstos. Pero el elemento más extremo, y más criticado por opositores, es la medida que obliga a la policía a interrogar a cualquier persona que considere potencialmente sospechosa de su estado legal migratorio.
La "zona cero"
Y ésta es sólo la iniciativa más reciente en Arizona, estado que se ha convertido en la "zona cero" de la guerra contra los inmigrantes en el país. El estado adoptó una ley en 2005 que criminaliza el tráfico de personas y otra en 2007 que prohíbe la contratación intencional de indocumentados. Los legisladores afirman que su intención es expulsar a los inmigrantes sin papeles y desincentivar su ingreso al estado. Se calcula que Arizona tiene medio millón de indocumentados y es el punto de cruce más activo para el flujo de personas sin papeles.
Los promotores afirman que esto es resultado de la falta de acción efectiva del gobierno federal para controlar las fronteras. El senador federal y ex candidato presidencial John McCain endosó el 20 de abril la iniciativa, y declaró que los habitantes de su estado "están frustrados y enojados", ya que el gobierno federal no ha cumplido con "sus responsabilidades constitucionales para asegurar nuestras fronteras".
Este comentario refleja el clima político, ya que antes McCain había repudiado este tipo de medidas por su carácter "antihispano", y fue promotor de las medidas federales para una reforma migratoria integral. Ahora enfrenta el reto de un ultraconservador, quien lo critica por no hacer lo suficiente para asegurar la frontera en las elecciones primarias del Partido Republicano por la candidatura al Senado federal, lo que amenaza la reelección de veterano político.
La gobernadora republicana Brewer enfrenta las mismas fuerzas que McCain, al buscar su reelección este año, y se supone que no empleará su poder de veto para anular esta legislación. Su antecesora y ahora secretaria de Seguridad Interna del gobierno de Barack Obama, Janet Napolitano, sí desestimó iniciativas parecidas cuando era gobernadora, pero ahora todos culpan a Washington por no hacer lo suficiente en este rubro.
A la vez, McCain y su colega, el senador federal Jon Kyl, reiteraron su llamado al envío de tres mil integrantes de la Guardia Nacional a la frontera de Arizona con México, y por la construcción de más muros y mayores medidas para castigar a inmigrantes que cruzan la frontera sin documentos.
Organizaciones de inmigrantes, agrupaciones latinas, líderes religiosos y sindicalistas condenaron la legislación en Arizona y advirtieron que si es promulgada, todo latino o cualquier persona que las autoridades sospechen como posible "extranjero ilegal", será sujeto a interrogatorio y arresto sólo por su apariencia.
El arzobispo de Los Angeles, cardenal Roger Mahoney, denunció que la Legislatura de Arizona ha aprobado "una de las leyes antiinmigrantes más retrógradas, mezquinas e inútiles del país". Pablo Alvarado, director de la Red Nacional de Jornaleros, pidió una expresión nacional de repudio "al odio e intolerancia que amenaza a nuestra comunidad".
Danny Ortega, presidente de la junta del Consejo Nacional de la Raza, dijo que "Arizona ha sido incubadora de la legislación del odio" y advirtió que su impacto violará derechos civiles, derechos humanos y tal vez la Constitución, en entrevista con USA Today. El Fondo Mexicano Americano de Defensa Legal y Educación (Maldef) adelantó que retará la constitucionalidad de la ley ante los tribunales federales si llega a ser promulgada.
Ali Noorani, director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración, advirtió que "esta legislación creará un clima de temor y pánico y sujetará a inocentes en Arizona a ser perfilados por su raza".
Mientras tanto, en Nueva York se emitió el 20 de abril el veredicto contra un joven que mató a un ecuatoriano cuando, junto con amigos, salió a "cazar mexicanos" en el pueblo de Patchogue, en Long Island. El caso provocó ola de repudios a nivel nacional al enfocar el asunto en el incremento de crímenes de odio contra inmigrantes por todo el país, y ahora el Departamento de Justicia evalúa crímenes de odio a nivel nacional.
En noviembre de 2008, el inmigrante ecuatoriano Marcelo Lucero caminaba con un amigo cuando fueron enfrentados por unos siete jóvenes que buscaban "mexicanos" para golpear, lo cual culminó con el apuñalamiento mortal de Lucero. El 20 de abril, Jeffrey Conroy, de 19 años, fue declarado culpable de homicidio imprudente como crimen de odio. Cuatro de sus compañeros han aceptado su culpabilidad en cargos de crímenes de odio, dos más están en espera de juicio. El juez determinará una condena de entre 8 y 25 años de prisión para Conroy. El veredicto causó inconformidad entre la comunidad inmigrante y activistas contra delitos de odio por no imputar al responsable un cargo más severo.
I. ¿La calle apoya, la Casa Blanca desaprueba? (2)
El presidente Barack Obama censuró preventivamente, el 23 de abril, una nueva ley de inmigración en Arizona, que le da a la policía el poder por primera vez, en cualquier lado de Estados Unidos, de arrestar potencialmente a cualquiera que creen que entró ilegalmente al país. Está actualmente esperando la firma del gobernador del estado. Hablando en la Casa Blanca en la ceremonia para darle la ciudadanía a los inmigrantes que sirven en el ejército de Estados Unidos, Obama criticó a Arizona por su nueva ley "equivocada", que provocó un coro de quejas de los grupos de derechos humanos en todo el país. Dijo que le había pedido a los funcionarios federales que evaluaran la legalidad de la ley.
El gobernador, Jan Brewer, que se enfrenta a una dura lucha en la elección de noviembre, tiene hasta esta noche para decidir si firma o veta la ley que, de acuerdo con las encuestas, tiene el 70 por ciento del apoyo de los residentes de Arizona. Sería un delito estatal para cualquiera estar en Arizona sin la documentación adecuada. Se necesitarán funcionarios "prácticos" para determinar el estatus de una persona si hay alguna razón para sospechar que están en suelo estadounidense ilegalmente.
Obama dijo que los desarrollos en Arizona, que comparte una frontera con México, tienen un estimado de 460.000 inmigrantes ilegales -el séptimo más alto en Estados Unidos- e ilustra la urgencia de una reforma nacional de inmigración. "Nuestra incapacidad para actuar responsablemente a nivel federal sólo abrirá la puerta a la irresponsabilidad de otros", dijo, incluyendo "los recientes esfuerzos en Arizona que amenazan con socavar las nociones básicas de justicia que apreciamos como estadounidenses, así como la confianza entre la policía y sus comunidades que es tan crucial para mantenernos a salvo."
¿Los vecinos la repudian? (3)
La gobernadora de Arizona aprobó la ley antiinmigración y las críticas de grupos hispanos norteamericanos y de sus vecinos de México y Centroamérica no se hicieron esperar. "El gobierno de Guatemala lamenta que esta normativa haya sido aprobada y coincide con el presidente estadounidense, Barack Obama, en que este tipo de leyes amenazan las nociones básicas de justicia", sentenció en un comunicado la Cancillería de ese país. Desde México, la reacción fue similar. "La ley obliga al gobierno mexicano a plantearse la viabilidad y la utilidad de los esquemas de cooperación que se han desarrollado con Arizona", advirtió la canciller mexicana, Patricia Espinosa.
"La nueva ley lanza a Arizona en una espiral de temor, desconfianza en las comunidades, creciente criminalidad y litigios costosos, con repercusiones para todo el país", advirtió en otro comunicado el Fondo mexicano-estadounidense de Defensa Legal y Educación (Maldef, por sus siglas en inglés). La ONG adelantó que presentará una demanda contra la ley en los tribunales estadounidenses. Lo mismo piensa hacer el presidente de la Coalición Nacional del Clero Latino y el Fondo de Dirigentes Cristianos para la Defensa Legal, William Sánchez. "Millones de latinos en todo el país están conmocionados y tenemos que hacer algo", explicó Sánchez, cuyo grupo representa a unas 30 mil iglesias evangélicas en todo Estados Unidos, incluidas 300 pastores hispanos en Arizona.
La ley tomó fuerza en la Legislatura de Arizona y entre sus ciudadanos después de que un ranchero fuera asesinado, supuestamente por inmigrantes indocumentados o contrabandistas. En cualquiera de los dos casos, los sospechosos están relacionados con la falta de control en la frontera con México. "No podemos sacrificar nuestra seguridad a la avaricia asesina de los contrabandistas de drogas", se justificó la gobernadora republicana Jan Brewer, luego de firmar la ley. "Los ciudadanos en todo el país miran cómo Arizona aplica esta ley y hay quienes están listos a saltar ante la menor equivocación", agregó.
Pero la explicación de la gobernadora no dejó contento ni al presidente norteamericano, que ya había advertido que ése no es el camino para enfrentar el problema de la inmigración, ni a los gobiernos de México y Centroamérica, países de origen de la mayoría de los millones de inmigrantes ilegales latinos en Estados Unidos. "Nos están pisoteando, están abusando de nuestra gente", se quejó el canciller hondureño Mario Canahuati, quien el 24 d abril partió hacia Washington para negociar un programa de beneficios migratorios.
¿Unifica a la dividida opinión pública y política mexicana? (4)
Cuando el pasado fin de semana la prensa local le preguntó a la gobernadora Jan Brewer qué criterios utilizará la policía de Arizona para decidir quién es un sospechoso de ser un extranjero indocumentado, ella no supo qué contestar y eludió el tema. Pero no hace falta especular demasiado para conocer la respuesta: el componente racial será determinante para que cualquier persona no caucásica se convierta inmediatamente en un ilegal en potencia. Lo que se viene es el apartheid.
En medio de las protestas de la comunidad mexicana en Arizona,, la ley antiinmigrante SB 1070 que criminaliza la inmigración ilegal, aprobada el viernes pasado por la gobernadora Brewer, logró lo que pocos en los últimos años: unificar a la dividida opinión pública y política en México para condenar el potencial de violaciones de derechos humanos implícito en esa legislación local estadounidense.
La ley antiinmigrante "es persecutoria y racista, de espíritu francamente fascista", aseguró el dirigente histórico de la izquierda mexicana Cuauhtémoc Cárdenas, quien resumió en esa frase la postura de todos los partidos políticos y de los principales actores nacionales, sin importar su signo. Incluso el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó a la ley antiinmigrante como "irresponsable" e instruyó a sus asesores para que monitoreen y examinen los efectos en materia de derechos civiles de esa legislación.
Al margen de que esta ley tiene pocas probabilidades de sobrevivir, considerando que en Estados Unidos el tema migratorio es materia exclusiva del ámbito federal, el temor de la comunidad latinoamericana residente en aquel país es que al convertir a cualquier policía en un agente de migración se multipliquen las violaciones a los derechos humanos de este sector de la población.
La alarma no es gratuita, particularmente en Arizona, donde en más de un condado la policía se ha excedido en tratos discriminatorios y violentos contra personas latinas. Los abusos ahora estarían amparados en la ley.
En México, el presidente Felipe Calderón dijo que su administración actuará en contra de lo que llamó la "absurda" e "inhumana" ley antiinmigrante en Arizona para defender los derechos de los mexicanos en Estados Unidos, y anunció la creación de una red de abogados en el país vecino del norte "para defender con la ley en la mano, con la propia Constitución estadounidense, los derechos de los migrantes".
Según Calderón, "toda regulación que se asiente en criminalizar el fenómeno migratorio abre la puerta a abusos, la intolerancia y el odio. Vamos a actuar contra una ley absurda que abre la puerta a una inaceptable discriminación racial", dijo durante un encuentro por el migrante organizado en el XI Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, organismo de la Cancillería mexicana que básicamente funciona solamente en Estados Unidos.
Sin embargo, para Cuauhtémoc Cárdenas y buena parte de la oposición en México, no basta con una actitud reactiva del gobierno mexicano para defender los derechos humanos de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, y llamó a Calderón a que haga una propuesta de Estado que permita resolver de fondo los problemas de la migración irregular de México hacia Estados Unidos.
"Es el momento de proponer un adendum al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), que considere la creación de fondos de compensación para reducir las asimetrías económicas" entre México, Estados Unidos y Canadá, así como un compromiso para fijar condiciones laborales en los tres países "que garantice el respeto y ejercicio de los derechos de los trabajadores donde quiera que realicen su actividad, y que prevea los plazos en los cuales, así como ya sucede con las mercancías, se dé también la libre circulación de personas".
Para muchos, la ley antiinmigrante en Arizona abre una caja de Pandora que vuelve a poner en el centro de la discusión política estadounidense el tema de la migración. La administración del presidente George W. Bush fracasó en su intento de una reforma integral, mientras que el gobierno de Obama ha relegado el tema -que fue uno de los pilares de su campaña para llegar a la Casa Blanca-, sometido a las presiones de la crisis económica que heredó.
De hecho, la ley SB 1070 no pretende controlar la inmigración ilegal en Arizona, sino posicionar electoralmente a la gobernadora Brewer y al senador John McCain: ambos enfrentan problemas para reelegirse en sus cargos y buscan un chivo expiatorio. Y la inmigración indocumentada es la víctima ideal, coinciden varios analistas.
Brewer y McCain apoyaron una legislación ilegal que pone en peligro los derechos humanos de toda la población latina en Arizona, pero parecen haber olvidado el creciente peso electoral de esta comunidad. Así, aun cuando ganen simpatías inmediatas entre los anglosajones, estarían cometiendo un suicidio político en el mediano plazo.
¿Se intensifican las movilizaciones? (5)
Las protestas por la polémica ley migratoria en Arizona no cesan. Tras cuatro días de intensas movilizaciones, las manifestaciones se intensificaron el 26 de abril cuando un grupo de activistas dibujó esvásticas en las ventanas del Capitolio estatal, donde la ley fue promulgada el viernes pasado por la gobernadora del estado, la republicana Jan Brewer. A los gritos de ¡Sí se puede! y ¡Somos Humanos!, miles de hispanos se apostaron en las cercanías del Parlamento en protesta por la legislación que permite la detención de inmigrantes "sin papeles" a la menor sospecha sobre su situación legal. El alcalde de Phoenix, el demócrata Phil Gordon, se sumó a las manifestaciones y condenó a la ley como injusta e inconstitucional. "Norteamérica es un país compasivo. Estos no son los valores sobre los que se han cimentado este país y este estado", sentenció el político. Pese a la continuidad de las protestas, un sondeo dado a conocer por la encuestadora Rasmussen reveló que el 70 por ciento de los votantes de Arizona está a favor de la medida, poniendo en evidencia los prejuicios racistas que predominan en el lejano oeste norteamericano. Tan sólo el 23 por ciento de los encuestados se opuso a la ley, que entrará en vigencia en 90 días.
¿La inmigración es delito? (6)
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, calificó de "discriminatoria" la ley antiinmigratoria aprobada por el estado de Arizona. "Esta ley hace equivalente la inmigración con el delito y crea bases para una discriminación racial que consideramos inaceptable", afirmó ayer Insulza desde El Salvador. Y agregó: "La norma es claramente en contra de los inmigrantes y en particular de la población latina de los Estados Unidos. Todos los países tienen por cierto el pleno derecho a regular la inmigración dentro de sus territorios, pero no a costa de no respetar los derechos humanos, los derechos de las personas y de crear estereotipos raciales que no corresponden a la realidad", concluyó el secretario.
¿Se viene una acción judicial contra Arizona? (7)
El gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, evalúa presentar una acción judicial contra la ley promulgada en el estado de Arizona que criminaliza a los inmigrantes indocumentados, dijo ayer el ministro de Justicia norteamericano, Eric Holder.
Holder calificó a la norma que permite a la policía detener a gente sólo por sospecha de ser indocumentados de "desafortunada" y anunció que en el gobierno de Obama "estamos considerando todas las posibilidades, incluyendo un desafío ante las cortes". El ministro de Justicia se declaró "muy preocupado" por la posibilidad de que la normativa, que abre el riesgo de detenciones basadas en la apariencia étnica, establezca "una brecha entre las comunidades" y las fuerzas policiales. El viernes, pocas horas antes de que la gobernadora de Arizona, la republicana Jan Brewer, firmara la ley, Obama consideró la iniciativa como "irresponsable".
Holder no fue el único que criticó la norma. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dijo estar "profundamente preocupada" por la nueva ley migratoria durante una audiencia en el Senado, en la que además se cuestionaron las posibilidades de éxito de una reforma migratoria a nivel nacional que reclaman sin descanso las organizaciones civiles.
Napolitano recordó que el Departamento de Justicia está analizando exhaustivamente si la ley de Arizona "cumple con los requisitos constitucionales" y señaló que aún queda tiempo, ya que la normativa no puede ser implementada antes de noventa días.
Aun así, la funcionaria teme el impacto que pueda tener la norma en la capacidad de la policía, ya que -dijo- ésta podría "restarle" o incluso "desviar" los recursos que necesitan las fuerzas de seguridad para centrarse en "aquellos que cometen los crímenes más graves, más allá de violar las leyes de inmigración" del país. "Crímenes graves, de drogas, fugitivos, miembros de bandas... eso es en lo que nos centramos (...) así que nos preocupa que hasta cierto punto tendremos que usar nuestros recursos de inmigración contra cualquiera al que le sea aplicada esta ley", sostuvo Napolitano, quien durante su etapa como gobernadora de Arizona vetó dos veces legislaciones similares a la sancionada la semana pasada por su sucesora, Jan Brewer.
Numerosos grupos civiles han advertido además que la ley podría reducir la cooperación ciudadana con las autoridades policiales por miedo a ser deportados, una preocupación que Napolitano dijo compartir al afirmar que "este tipo de leyes no constituyen un valor añadido a la aplicación de la ley". "Constitucionales o no, hay verdaderas razones policiales por las que leyes como ésta son equivocadas, por algo la mayoría de los agentes de la ley se oponen a ellas", recordó la alta funcionaria.
En este contexto, varios legisladores cuestionaron la viabilidad de una reforma migratoria "integral" a nivel nacional a la que Obama se ha comprometido -aunque todavía sin fijar fecha- en vista del incremento de la violencia por narcotráfico en México.
¿Alerta, alerta? (8)
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México emitió un alerta con recomendaciones para todos los mexicanos que viajen o residan en el estado norteamericano de Arizona por un "ambiente adverso" causado por una polémica ley migratoria. "Existe un ambiente político adverso para las comunidades migrantes y para todos los visitantes mexicanos", explicó la SRE en un comunicado. El organismo aclara que faltan meses para que la ley, promulgada el viernes, entre en vigor, pero pide a los mexicanos que se encuentren en Arizona (sur) que porten en todo momento su documentación. "Mientras no se hayan definido criterios claros de cuándo, dónde y a quién revisarán las autoridades, se debe asumir que todo ciudadano mexicano podrá ser molestado y cuestionado sin mayor causa en cualquier momento", señaló la SRE. La titular, Patricia Espinosa, dijo que los mexicanos que viven en Estados Unidos sufren actitudes hostiles, luego de la aprobación de la ley de Arizona.
¿Boicot, boicot? (9)
El líder de la ofensiva contra la ley de inmigración votada en Arizona la semana pasada, el diputado Raul Grijalva, no sólo le está pidiendo al presidente Barack Obama que la impugne, sino que además está organizando un boicot económico en contra de la industria del turismo, que es una de las principales fuentes de ingresos de ese Estado.
En efecto, Arizona se encuentra en el Gran Cañón del Colorado, una de las atracciones turísticas más populares de Estados Unidos, y Sedona, la cuna del movimiento New Age, donde miles de personas se congregan para meditar y para nutrirse de la energía muy especial que tiene el lugar. "Estamos llamando a las organizaciones a no agendar convenciones o conferencias en el Estado hasta tanto se revoque esta decisión", dijo Grijalva. "Este es un llamado para actuar con un objetivo específico, no un rechazo en bloque a la economía del Estado. Las convenciones son una gran fuente de ingresos y visitantes, y apuntar a ellos es una de las vías más efectivas", dijo. Grijalva quiere lograr el mismo éxito de la campaña realizada después de que el Estado de Arizona se negó a acatar el Día Martin Luther King Jr como feriado nacional en 1987, que conllevó a la cancelación de convenios por millones de dólares.
El primero en responder al llamado de Grijalva fue el alcalde de San Francisco, California, Gavin Newsom, quien prohibió todos los viajes oficiales de los empleados de la ciudad a Arizona como protesta contra la ley que ha sido calificada por todos las organizaciones de derechos humanos estadounidenses como una norma racista y xenófoba.
La medida ordenada en San Francisco entró en vigor de forma inmediata, si bien no se aplicará a los viajes de policías que estuvieran investigando algún crimen y tuvieran que desplazarse hasta Arizona.
A la campaña de Grijalva se sumó también Patsy Lander, quien desde un sitio en Internet llamado "Thepetitionsite.com" explicó: "Soy una nativa de Texas con piel color oliva que canceló un viaje al Gran Cañón...¡Dejar a la policía de Arizona determinar quién puede ser o no un ilegal es una locura!", señaló.
De acuerdo a la oficina de turismo de Arizona, la industria turística generó unos 18,5 millones de dólares por gastos de los visitantes en 2008 y empleó a unas 167.000 personas. De los 37, 4 millones de turistas que recibe Arizona anualmente, alrededor de 3,8 millones de visitantes provienen de ciudades de México.
El gobierno del presidente Felipe Calderón no sólo criticó virulentamente la ley sino que además emitió un comunicado en donde dice que viajar a Arizona es peligroso. El Departamento de Estado acusó recibo y admitió ayer "un impacto internacional" que está teniendo la ley promulgada en Arizona.
"Claramente, está teniendo un impacto, sobre todo en México, pero en todos lados también", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley. De hecho, la cantante colombiana Shakira anunció que iría hoy a Arizona a unirse en la lucha contra la ley.
Cuando aterrice en Phoenix, sin duda, la intérprete latinoamericana se llevará una sorpresa. Es que los habitantes del Estado están de acuerdo con la norma. De acuerdo a un sondeo de opinión difundido en la prensa, la popularidad de la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, creció entre los votantes desde que firmó la ley
¿Unos litigan, otros legislan? (10)
Tras la aprobación de la ley antiinmigrante de Arizona, otros estados norteamericanos buscan implementar propuestas similares. Congresistas de Texas, Ohio y California han manifestado su apoyo a la medida y revelaron sus planes de introducir en sus respectivas legislaturas proyectos de ley contra la inmigración próximamente. En este marco, se presentó ayer la primera demanda en contra de la normativa SB1070, impulsada por un grupo de clérigos hispanos. Otras tres organizaciones defensoras de derechos civiles en los Estados Unidos anunciaron también su intención de formular presentaciones de impugnación ante la Justicia de Arizona. Este sábado, cientos de manifestantes marcharán en más de setenta ciudades norteamericanas en rechazo a la norma y pidiendo por la reforma migratoria.
La ola xenófoba sigue barriendo los Estados Unidos. En sintonía con el trabajo de la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, otros legisladores de varios estados norteamericanos han desempolvado sus propios proyectos antiinmigrantes. Tal es el caso de la representante republicana de Texas, Debbie Riddle, quien anunció la presentación de un nuevo proyecto sobre inmigración en la próxima sesión de su Congreso estatal. "La prioridad de un funcionario electo es que la seguridad de los texanos esté bien establecida. Si nuestro gobierno federal hiciera su trabajo, entonces Arizona no necesitaría haber tomado esta acción, ni tampoco Texas", indicó la funcionaria.
Esta no es la primera vez para la legisladora texana. El año pasado ella presentó su propio proyecto antiinmigratorio en el Parlamento local. Sin embargo, su propuesta murió rápidamente en las comisiones de trabajo. Al igual que Riddle, también el diputado republicano por Ohio Courtney Combs manifestó sus intenciones de que se genere y apruebe una ley como la de Arizona. Además de los casos mencionados, los estados de Utah, Colorado y Carolina del Norte están buscando alternativas para aplicar este tipo de normativa, según trascendió en las últimas horas.
Por lo pronto, la lucha en contra de la xenófoba legislación -que comenzará a regir dentro de tres meses- sigue en Arizona. El 29 de abril, la organización Coalición Nacional de Clérigos y Lideres Cristianos Hispanos (Conlamic) presentó la primera demanda contra la ley estatal en un tribunal federal de Phoenix. "Estamos solicitando ante la corte una orden de abstención de la aplicación de la ley SB1070, ya que consideramos que viola el derecho a un proceso justo, porque permite que los sospechosos de ser indocumentados sean detenidos antes de ser condenados", dijo el presidente de Conlamic, reverendo Miguel Rivera.
La coalición, con base en Washington D. C., representa a más de 30.000 iglesias en los Estados Unidos, de las cuales poco más de 300 se encuentran radicadas en el estado fronterizo con México. "Decidimos actuar inmediatamente en contra de esta ley, representando a toda la comunidad de fe. La norma no es sólo antiinmigrante, sino que está también en contra de todos los latinos en los Estados Unidos", enfatizó el clérigo, quien agregó además que un alto porcentaje de sus feligreses son hispanos.
Otros tres grupos defensores de derechos civiles anunciaron también su intención de presentar demandas. "La comunidad de Arizona puede estar segura de que se presentará un recurso de impugnación vigoroso y sofisticado, para tratar de evitar que esta reglamentación inconstitucional y discriminatoria entre en vigor", dijo el presidente del Fondo Educacional y Defensa Legal Mexicano-Americano (Maldef), Thomas A. Saenz. Junto con Maldef, la organización Unión de Libertades Civiles de America (ACLU) y el Centro Nacional Legal de Inmigración (NILC) afirmaron estar desarrollando los pasos legales para llevar la norma a la corte federal en los próximos días.
El fin de semana promete ser agitado para Washington. Por estas horas se están ultimando los detalles para que en más de setenta ciudades se realicen manifestaciones en rechazo de la normativa, y además en reclamo para que el Ejecutivo de Barack Obama gestione un proceso de reforma migratoria integral. Una promesa de campaña aún incumplida.
Convocado por legisladores demócratas y grupos latinos, se espera que las marchas se extiendan desde Los Angeles hasta Nueva York, superando a los miles de inmigrantes que en 2006 exhortaron al por entonces presidente George W. Bush a que reformara las leyes federales de inmigración.
¿Demostración de fuerza? (11)
En una demostración de fuerza sin precedentes de la comunidad hispana de Estados Unidos, cientos de miles personas, quizá más de un millón, se manifestaron este sábado en las principales ciudades del país en contra de la ley de Arizona y a favor del derecho de los inmigrantes ilegales a permanecer en el país en condiciones dignas. "Los peregrinos, los primeros pobladores, no traían papeles", se podía leer en algunas pancartas.
De Nueva York a Los Ángeles, en Chicago, Atlanta, Houston y Dallas, en Phoenix y en otras poblaciones de la propia Arizona, donde se encendió la mecha, en más de 70 ciudades, según los organizadores, la gente se echó a la calle en un Primero de Mayo exclusivamente dedicado a la solidaridad con los inmigrantes. En la manifestación de Washington fue detenido el congresista demócrata Luis Gutiérrez por detener el tráfico frente a la Casa Blanca.
Aunque la conmemoración recuerda los dramáticos hechos ocurridos en Chicago en 1886, el Primero de Mayo nunca se ha celebrado en Estados Unidos, donde no es fiesta nacional ni motivo de marchas, más allá de las de un puñado de trotskistas en los años treinta o las de quienes conservan esta fecha entre sus tradiciones combativas, como los hispanos. En EE UU se celebra el primer lunes de septiembre el Día del Trabajo.
Este año los hispanos han escogido el Primero de Mayo para hacerse masivamente visibles en un momento en el que se sienten como nunca amenazados por la ley de Arizona, que criminaliza la inmigración ilegal, y por el apoyo a esa iniciativa detectado por las encuestas entre la mayor parte de la población en el resto de la nación.
"Lo sucedido en Arizona prueba el racismo y la histeria antiinmigrante que existen en este país", declaró Lee Siu Hin, portavoz de la Red de Solidaridad Nacional con los Inmigrantes, la organización convocante de las manifestaciones.
Escasa integración
Pese a que su influencia y su presencia en puestos relevantes han ido creciendo en los últimos años, los hispanos son mayormente aún una comunidad mal integrada en la sociedad norteamericana. Son cerca de 50 millones -más del doble que hace 20 años y la mitad de los que serán dentro de otros 20- y representan, por tanto, la primera minoría del país, por delante de los negros. Sin embargo, su presencia, sobre todo en los Estados del sur, sigue siendo motivo de tensión y, a veces, de hostilidad xenófoba.
Ese conflicto se ha agravado en los últimos años, no sólo por el aumento constante de la inmigración, sino por los problemas económicos que se acumulan sobre los propios estadounidenses y por la degradación de las condiciones de seguridad en la frontera por culpa de la criminalidad al otro lado.
La repetición diaria de espantosas escenas de violencia en México ha elevado el miedo y el sentimiento antiinmigración entre los habitantes de esa región, aunque muchas veces las cifras no justifiquen esa reacción.
En Arizona, por ejemplo, donde los hispanos son alrededor del 30% de la población y hay medio millón de indocumentados, el respaldo a la controvertida ley firmada la semana pasada aumentó mucho tras el asesinato, en marzo, de un ranchero de la frontera a manos de narcotraficantes. El horror de ese crimen cegó a los ciudadanos, incapaces de ver que, aunque la inmigración ilegal ha aumentado, el número de actos delictivos decreció el año pasado un 23%.
Esa cifra no va a convencer a los nativos furiosos que ven en cada rostro moreno de un mexicano a un enemigo. El viernes, en una reunión con sus conciudadanos de Arizona, el senador John McCain tuvo que salir apuradamente a contener a un hombre entre el público que defendía su derecho a parar con su propio fusil lo que veía como una avalancha salvaje.
Boicot
El clima se ha calentado extraordinariamente. A las peticiones de boicot a Arizona hechas por los medios progresistas, ha contestado la población local con la reafirmación en sus ideas y algunas figuras de la derecha, como Dick Cheney y Sarah Palin, han solicitado a los estadounidenses que compren productos de ese Estado.
Ningún bando está cómodo en sus posiciones. Los conservadores sienten la presión del sector más liberal del Partido Republicano que cree en la inmigración como uno de los instrumentos básicos para el desarrollo. Los demócratas, que rechazan la ley de Arizona, son conscientes de que cerca de un 60% de votantes la respalda.
El enfrentamiento en Washington va a ser largo y duro. Esta semana, el Partido Demócrata presentó un borrador de la ley de inmigración que elevará a discusión en el Congreso. Además de un camino para la legalización de los cerca de 11 millones de inmigrantes ilegales que se calculan en la actualidad, la propuesta incluye las más fuertes medidas de vigilancia fronteriza que nadie ha mencionado antes.
Los demócratas no quieren dar la impresión de que preparan una amnistía masiva. Saben que eso podría destrozarles electoralmente. Pero el mismo daño podría hacerles mantenerse impasibles ante el deterioro de la situación. Los republicanos, también conscientes de que es urgente actuar para contener la inmigración ilegal, han manifestado su disposición a negociar una ley, pero han rechazado plenamente la última propuesta demócrata, que consideran una mera maniobra política.
¿Zona árida? (12)
Arizona, lo dice su nombre, es una zona. Zona árida, pero zona al fin. No llega a ser un lugar. A mitad de camino entre Texas y California, parte hippie, parte cowboy. Tiene una megalópolis como Phoneix (5,5 millones de habitantes) que es un monumento al modernismo, y una capital como Tucson (un millón) que es un ícono del Far West. Arizona es grande como la Patagonia, pero el noventa por ciento de su población se concentra en sus dos grandes ciudades. Ahí se ubican dos universidades estatales de buen nivel y legendarios logros deportivos como los "Gatos Salvajes" de Arizona y los "Demonios del Sol" de Arizona State. También un diario "liberal" de lo más respetados e influyentes del oeste norteamericano como el Phoenix Sun. No hay mucho más. Aquí y allá una población de 280 mil indígenas, casi todos muy pobres. Al oeste una perla de pueblos, ciudades y emprendimientos agrícolas sobre la cuenca del río Colorado. Al este y al norte minas de cobre y el Gran Cañón. Al sur, el desierto de Sonora y más de mil kilómetros de frontera seca con México. Aquí y allá 280 mil aborígenes nativos, casi todos pobres y marginados. Todo eso en medio de grandes extensiones de planicies polvorientas y deshabitadas.
Arizona no es ni grande ni chica ni importante ni marginal. Arizona no tiene canción. Es una gran autopista, un gran laboratorio. Zona árida como dice su nombre, de tierra mezquina y tránsito fatigoso.
Los políticos de Arizona son tan híbridos como el distrito que representan. Demócratas conservadores como Janet Napolitano o republicanos liberales como John McCain, políticos que reflejan la ambivalencia de sus votantes. Arizona es, junto a Ohio y Florida, uno de los llamados "swing states", los que suelen decidir las presidenciales porque su voto oscila entre demócrata y republicano. Arizona es un buen lugar para medir el humor social de Estados Unidos.
Bueno, esta semana el termómetro se rompió. Estalló en pedazos cuando el Congreso de este estado insulso aprobó una ley antiinmigrante que parece escrita para la Alemania nazi o la Sudáfrica del apartheid.
La ley permite que cualquier persona pueda ser revisada si un policía sospecha que se trata de un inmigrante ilegal, y convierte en crimen la no portación de documentos de identidad. Como en Arizona casi todos los inmigrantes ilegales son morochos y vienen de México, la ley prácticamente le ordena a la policía detener gente por portación de cara. O por "respirar siendo de ascendencia mexicana", como describió un político local.
La ley desató un escándalo nacional e internacional. Juristas respetados denunciaron su manifiesta inconstitucionalidad en los diarios más importantes del mundo. Tras recibir quejas de las cancillerías de México y de los países de Centroamérica, Obama salió a decir que la ley le parecía un error. "Una persona puede ser estadounidense de tercera generación y no poder salir de su casa tranquila porque podría ser detenida por tener rasgos latinos. No me parece bien", declaró. Napolitano, secretaria de Seguridad del gobierno, dijo que la ley promovía la inseguridad. "Nos obliga a las agencias federales a procesar a los detenidos por la ley estatal, y eso nos quita recursos para perseguir a los inmigrantes peligrosos", argumentó.
La extrema derecha con Sarah Palin a la cabeza no dejó pasar la oportunidad. Además de defender la ley racista con giros patrioteros, la ex gobernadora de Alaska acusó a los grandes medios ("the lamestream media") de descalificar la iniciativa no por inconstitucional sino por ideología.
Subidos a la ola de publicidad, media docena de legisladores ultraconservadores propusieron leyes similares en sus respectivos estados, aun sabiendo que no tienen chance. En cambio, los líderes del Partido Republicano eludieron el tema, conscientes de que su base política está a favor, pero también que los hispanos representan el sector de mayor crecimiento demográfico en el país.
La reacción del sector progre del Partido Demócrata no se hizo esperar. Un legislador nacional hispano por Arizona llamó a un boicot de convenciones en ese estado, cuya industria turística ya venía golpeada por la recesión. La ciudad de San Francisco adhirió rápidamente a la propuesta y una sociedad de abogados hispanos anunció que cancelaba su reunión anual en Tucson. Ayer hubo grandes manifestaciones de repudio a la ley en todo Estados Unidos (foto) y algunas pequeñas contramanifestaciones en el sur de apoyo a la ley y a la decisión de la gobernadora de no vetarla.
La ley aún no ha sido implementada y está por verse si supera el control constitucional de la Corte Suprema ante un desafío legal del gobierno federal como el que prometió el fiscal general Eric Holder. Tampoco está claro el criterio que seguirá la policía en caso de implementarse, ya que en Arizona uno de cada tres de sus habitantes tiene ascendencia hispana.
Pero el pasaje de semejante ley en un estado como es Arizona no deja de ser una señal. ¿Cómo puede ser que los representantes de un estado tan moderado hayan votado una ley tan picante en contra de los inmigrantes?
Como suele suceder en estos casos de patente intolerancia, el detonante fue un caso policial. El brutal asesinato de un granjero y la huida de los asesinos a través de la frontera. Al mejor estilo Blumberg, la ola de indignación empujó el pasaje de la ley de mano dura. Detrás había un coctel nefasto de recesión, inseguridad, racismo y política. A la crisis económica con desocupación record que no termina de resolverse hay que sumarle la ola de violencia desatada por los narcos en México, que empieza a cruzar la frontera. A lo que hay que agregarle la discriminación histórica que sufren los latinos en Estados Unidos, exacerbada por la presencia de un negro en la Casa Blanca. Todo eso al calor de una campaña electoral. Resulta que tanto la gobernadora Jan Bewer como el senador McCain enfrentan rivales de extrema derecha en la primaria republicana. Esos rivales que no tendrían chances en la general por su prédica extremista, pero juntan apoyo entre los republicanos como para correr por derecha a las principales figuras del partido. Por eso, para no mostrarse como blandos en un tramo decisivo de la campaña, Brewer firmó la ley después de mucho dudar, y McCain le dio un tibio apoyo, pero apoyo al fin.
¿Cómo sigue esto? Imposible saberlo, pero es probable que la decisión de Arizona acelere el proyecto de ley de reforma migratoria que impulsa Obama, hasta ahora sin mucho apuro. La idea es legalizar a los doce millones de inmigrantes indocumentados que actualmente viven en Estados Unidos, a cambio de más recursos y penas más duras para vigilar la frontera y castigar a patrones que contraten a indocumentados. Esa es la misma fórmula que se viene repitiendo desde hace un siglo. La última reforma exitosa fue la de Reagan en 1986 y Bush hijo fracasó hace dos años con un proyecto consensuado con Ted Kennedy. Si se aprueba, la nueva ley será fruto de un consenso tan amplio y trabajoso que Arizona no tendrá otro remedio que adaptarse.
El problema pasa por otro lado. Estados Unidos adoptó hace dos meses la decisión estratégica de tratar a los cárteles de droga mexicanos como organizaciones no ya criminales sino directamente terroristas. Esa decisión se tradujo en el envío a México de expertos estadounidenses en contrainsurgencia para entrenar a las fuerzas de seguridad locales. Nadie puede negar que los narcos mexicanos han cometido crímenes atroces contra civiles que bien pueden catalogarse de terrorismo. Ni que el gobierno mexicano fracasó en la guerra antidrogas ni que ese fracaso representa la amenaza para la seguridad fronteriza de Estados Unidos. Pero al mezclarse con el tema migratorio, el enfoque antiterrorista de la Casa Blanca coloca a toda la población latina en estado de sospecha. Ya le pasó a la comunidad islámica después del 911, con las razzias ordenadas por el gobierno de Bush. Ya les pasó a los estadounidenses descendientes de japoneses que fueron internados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora, al menos en una zona de Estados Unidos, hasta que no se demuestre lo contrario, el terrorista sos vos.
¿Qué opina la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)?
COMUNICADO DE PRENSA
No. 47/10
CIDH EXPRESA PREOCUPACIÓN POR NUEVA LEY SOBRE INMIGRACIÓN DE ARIZONA, ESTADOS UNIDOS
Washington, DC, 28 de abril de 2010 - La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresa su profunda preocupación por la nueva ley de inmigración que se aprobó en el Estado de Arizona, Estados Unidos.
La ley, que fue firmada el 23 de abril de 2010 y entraría en vigor en tres meses, exige que la policía de Arizona pregunte sobre la situación migratoria de cualquier persona sobre la cual tenga "sospecha razonable" de que no está autorizada a estar legalmente en Estados Unidos. Asimismo, establece que la presencia de un inmigrante indocumentado en Arizona configura un delito criminal y que la persona será además culpable de "traspaso", delito que lleva una pena de hasta seis meses de prisión y el pago de una multa más los costos de haber estado en prisión.
En primer lugar, la Comisión Interamericana expresa su profunda preocupación ante el alto riesgo de discriminación racial en la implementación de la ley. En segundo lugar, la Comisión expresa su preocupación por la criminalización de la presencia de indocumentados. En este sentido, la CIDH desea recordar que las normas internacionales establecen que la detención debe aplicarse sólo de manera excepcional y luego de haber analizado, en cada caso, su necesidad y proporcionalidad. Tal como la CIDH lo indicó en julio de 2008 en una resolución sobre la "Directiva de Retorno" adoptada por el Parlamento Europeo el 18 de junio de ese año, los Estados deben evitar la prolongación excesiva de la detención en todos los casos, y deben asegurar que sea lo más breve posible. Asimismo, la detención debe ser ordenada por la autoridad competente, que por regla general debe ser un juez.
El derecho internacional reconoce que los países pueden establecer mecanismos para controlar el ingreso y la salida de extranjeros de su territorio. Asimismo, establece que las acciones en este sentido deben realizarse dentro del pleno respeto a los derechos de las personas afectadas, y que la observancia de principios fundamentales como la no discriminación y los derechos a la libertad e integridad personal no pueden subordinarse a la implementación de los objetivos de las políticas públicas.
La Comisión Interamericana exhorta a las autoridades de Estados Unidos a buscar los mecanismos adecuados para modificar la ley recientemente aprobada en el Estado de Arizona a fin de adecuarla a los estándares internacionales de derechos humanos para la protección de los y las migrantes.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión está integrada por siete miembros independientes que se desempeñan en forma personal, que no representan a ningún país en particular y que son elegidos por la Asamblea General de la OEA.
Consideraciones finales
Como representantes del pueblo argentino, que ha incorporado el respeto irrestricto de los derechos humanos fundamentales a su accionar legislativo, no podemos permanecer indiferentes ante la aprobación de leyes que vulneran los principios incorporados en los tratados y convenios internacionales de protección a esos derechos, incorporados en nuestra Constitución Nacional.
Por todo ello solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA CHACO FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)